Capítulo 17

MELANKA.

Nilak me preguntó dos veces si estaba bien mientras regresaba a casa, dije que lo estaba ambas veces, y no volvió a preguntar, es más que obvio que miento, pero agradezco que no insista, sinceramente mi cabeza es un caos en estos momentos, no sé cómo voy a dar la noticia, no sé qué voy a hacer.

¿Es que mi vida está destinada a ser miserable siempre?

Por fin me sentía parte de algo, por fin conocí la mirada de alguien a quién le intereso, sé lo que son los afectos y la preocupación, sé lo que es el amor, maldita sea, y me están quitando mi privilegio recién adquirido.

Ni siquiera sé si mi donador de esperma me usa para lograr la paz con los Kinahan, o usa a los Kinahan para que yo viva con él, se ve cómo un padre cariñoso y atento, preocupado, me ha perseguido desde antes de caer en manos de Enok, bien podría estar diciendo la verdad y este trato con el Capo lo beneficiaría para que yo no me escurra entre sus dedos otra vez, podría ser, pero es militar, bien podría mentirnos a todos, bien podrían sus hijos haberme mentido también con ese exceso de amabilidad, pero Oliver es pequeño y parece demasiado transparente, él podría no haberme mentido, quizá sí tenía ganas de conocerme.

Pero sacrificar lo que tengo con Enok es un precio demasiado alto, un precio que, si no estuviese obligada, no pagaría, no quiero pagarlo.

Quemaría el mundo entero por quedarme con Enok, pero si el precio de quedarme con él es verlo arder con el mundo... bueno, prefiero romperle el corazón y que continue respirando, aún si lo hace sin mí...

Quiero ser egoísta, que viva por mí, muera por mí, respire por y para mí... pero se acabó el tiempo, se acabó la libertad y los privilegios, es hora de volver a ser lo que era, una marioneta que no piensa, una que sólo sigue órdenes.

— ¿Qué mierda pasó en nuestra ausencia?

Preguntó Nilak antes de frenar el auto en seco y saltar fuera del auto, esa fue señal suficiente para sacarme de mi nube negra de pensamientos, viendo mi puente completamente destruido y el lago lleno de escombros, cuerpos repartidos por todas partes, sangre manchando la nieve, un grupo ayuda a los heridos, mientras otros apilan cuerpos con una rapidez sorprendente.

— ¿Qué mierda?

Bajé del auto de un salto, trotando por el lugar, mirando en todas direcciones una figura alta, maciza, rubia.

— ¿Dónde estás? Maldita sea ¿Dónde carajo estás?

Sintiendo mi corazón latir tan rápido, que se me dificulta respirar, estoy ahogándome.

— ¿Dónde estás, maldita sea?

Tocándome el pecho, apretándome la ropa justo sobre el corazón, parando de correr, mirando en todas direcciones, encontrando a Neil entre quienes son atendidos, de su brazo brota sangre, demasiada sangre, y apenas ve con el corte sobre su ceja, se lastimó, lo lastimaron, y está más que claro quiénes son los culpables.

Mi padre me sacó de casa sólo para destruir y lastimar a la gente de aquí sin preocuparse de que yo saliera herida, fue sólo una probada de lo que hará si no accedo a ir con él, mis seres queridos perderán la vida la próxima vez.

— ¡Neil! — corriendo hacia él, viéndolo levantar la cabeza al escucharme— ¡Neil! ¿Qué pasó? ¿Qué te hicieron? ¿Estás bien? ¿Dónde más estás herido? ¿Te duele mucho? — hiperventilé— Maldita sea, debí estar aquí, si hubiese estado aquí, quizá podría haberte ayudado, si yo... si yo...

— Cálmate — moviendo a la persona que lo estaba curando, apoyando sus manos en mis brazos, manchándome de sangre la ropa— Respira primero, estoy bien, así que tranquilízate —hablando lento y pausado— Respira por la nariz y bota por la boca, hagámoslo juntos.

— Pero Neil, estás muy lastimado, tu sangre...

— Respira, Mel, estoy bien, estoy vivo — tomando mi mano, apoyándola en su pecho para que sintiera su corazón— Estoy más que vivo, esto no me va a matar, así que no te preocupes. Respira.

Hice lo que me pidió, respirando y botando el aire, temblorosa, sin dejar de tocarle el corazón, mirándolo a los ojos, viendo su característico brillo en ellos, y sonríe, está un poco pálido, pero bien, y eso logró tranquilizarme.

Sin duda yo me sacrificaría por él, por Neil, Nero, Nash, Nilak, y por supuesto que por Enok, son mi todo, mi familia, y haría lo que fuera por mi familia.

— ¿Qué fue lo que pasó? — dije apenas logré recuperar un poco de calma y se soltó el nudo en mi garganta— ¿Quién más está lastimado?

— Nero está inconsciente, pero bien en lo general, Nash perdió un dedo — suspiró— Es como si hubiesen venido específicamente por nosotros, tenían ordenes de herirnos de gravedad, pero no matarnos, el castillo salió lastimado también, la cocina quedó hecha pedazos, lanzaron bombas y...

— ¿Dónde está Enok? ¿Qué le pasó a él?

Ahí estaba otra vez la sensación de estar respirando bajo el agua, me estoy ahogando, maldita sea.

— Le dispararon — se me paró el corazón al menos tres segundos— Está en su oficina tratándose, no quiere que nadie lo toque, él quería que todos estuviésemos ya curados para cuando tú llegaras, no quería preocuparte, debe estar sacándose las balas a toda velocidad para que no lo pilles herido, ve con él, yo estoy bien.

— Casi me da un infarto, maldita sea, pensé que estaba muerto — solté el aire de golpe— ¿Dónde están tus hermanos ahora?

— Durmiendo ambos, los llevaron a sus habitaciones, las sirvientas los están tratando ahí, yo soy el menos lastimado de los cuatro, me tratarán acá y me pondré a mover cuerpos, así que ve con Enok, se te nota por toda la cara que quieres comprobar si está bien.

Asentí rápidamente, sujetando su rostro, besando su mejilla.

— Gracias por no morirte — sin soltarlo— Me muero si algo te pasa.

Besé si frente y salí corriendo hacia el castillo, esquivando escombros y saltando cuerpos, entrando al castillo, viendo el enorme agujero en la pared antes de continuar corriendo escaleras arriba, corriendo más rápido por el pasillo, viendo con alivio la puerta del despacho, entrando sin tocar, viéndolo sentado en su silla sin la camisa, el torso lastimado y el brazo sangrante, el pantalón de vestir también tiene una enorme mancha de sangre y un agujero, no ha parado de sangrar, suda, y frunce el ceño con fuerza, le duele.

— ¿Es que no puedes hacer nada correctamente? Tienes que hacerte un torniquete, maldita sea, si algo te pasa, me muero contigo ¿Oíste? — acercándome a él— Cuídate, o vas a volver a verme dos segundos después de que tú llegues al infierno.

Tirando de su cinturón con manos temblorosas, jalándolo hasta tenerlo en mi mano, viendo la sorpresa llenarle el rostro, sujetándome de las muñecas antes de que pudiera hacerle el torniquete en el muslo.

— Respira — me ordenó— Estoy vivo, mujer, no te atrevas a pensar que soy débil, estos son sólo unos rasguños.

Mi labio inferior tembló, Enok frunció aún más el ceño y aligeró el agarre de mis muñecas hasta soltarme, separó las piernas y de la cintura me jaló hasta tenerme apretada contra él, su sangre mojándome la ropa, probablemente le duele, pero abrazarme, sentirme, parece ser más importante para él en estos momentos.

— Maldita sea... nunca me sentí más feliz de que no estuvieras fastidiándome en casa — suspiró largo y me apretó un poco más fuerte— Estoy bien, así que cálmate, estás temblando.

— No estás bien, tienes que curarte primero, suéltame para que te ayude.

Forcejeé, pero no logré moverme ni un centímetro, no parecía querer separarse... y yo tampoco.

— Un poco más, déjame abrazarte un poco más y ya me ocupo de estas porquerías, no es nada, he tenido heridas peores.

Se defendió, apretándome más fuerte, respirando profundo.

Nos quedamos así por lo menos cinco minutos antes de que me soltara y me permitiera ayudarle con sus heridas, mis dedos son mucho más delgados para encontrar las balas dentro de esos orificios, debe dolerle horrible, pero no hizo ni siquiera una mueca, no se movió, nada, sólo sudó y me miró mientras lo ayudaba a parar el sangrado y desinfectaba sus heridas, hasta pareciera que me duele más a mí que a él.

— Has estado muy silenciosa — mencionó cuando terminé de curarlo y tomé asiento en su escritorio frente a él, entre sus piernas— ¿Cómo te fue con tu padre? Nilak no llamó, supuse que estaban saliendo bien las cosas, se mantuvo civilizado.

Suspiré.

— Sí, estuvo bien... conocí a mis hermanastros.

Tengo que mentirle.

Tengo que... mentirle por su bien y el de los Andreeva.

— Hermanastros... vaya, sí que jugó arriesgado trayéndolos aquí, voy a devolverle la mano por lo que le hizo a mi castillo y a los Andreeva, voy a buscarlo y le mataré uno de sus...

— ¡No, por favor! — me alarmé— No, los mates... por favor no... ellos son buenos, ellos... ellos fueron muy amables conmigo, el menor, Oliver, tiene catorce, y fue tan, tan tierno — mi corazón late desbocado otra vez, no quiero que los lastimen—Me abrazó cuando nos conocimos, dijo que nuestro padre le habló mucho de mí, hablamos por horas y horas, también con Liam y con Noah, ambos me trataron como si realmente fuera su hermana, yo... sé que vienen con el enemigo, pero... no me haría feliz saber que los mataste.

Frunció el ceño, echándose para atrás, cruzándose de brazos, mirándome de pies a cabeza.

— Te tardaste bastante ¿Qué tanto te agradaron?

Hice una mueca.

— ... Bastante.

— ¿Y tu padre qué?

Se impacientó.

— Bueno... él quiere conocerme, saber más de mí, que conviva con mis hermanos... mi madrastra quiere conocerme.

Entonces sí que se alarmó, moviéndose rápido hacia adelante, apoyando las manos en los apoyabrazos de su silla.

— Al grano, Melanka.

Claro que sabe que algo pasa, no es ningún tonto.

— Quiero ir a vivir un tiempo allá, quiero... pasar más tiempo con mis hermanos, Oliver dijo que pintaron y amoblaron una habitación para mí, yo... quiero saber si las buenas intenciones de mi padre son reales — Lo vi, el miedo que le cruzó por los ojos— Sólo será un tiempo, y tomaré precauciones, le dije que sólo iría a vacacionar con ellos un tiempo si sacaba algo positivo de eso, no más ataques a casa, aquí, a ti, no más, firmarás un acuerdo con el general y sacarán tu cartel y el de los Andreeva, y tú... si yo estoy allá ¿Podrías por favor no matar a nadie? Es parte del trato que hice con ellos, una paz momentánea al menos hasta que yo regrese, mis hermanos... ellos son militares y estadounidenses, lamentablemente, pero son mi familia y quiero conocerlos mejor... Quiero que sigan vivos... por favor Enok, sé que te pido demasiado, pero...

— ¿Es lo que deseas?

Preguntó, interrumpiéndome.

Claro que no es lo que deseo, quiero quedarme contigo.

— Sí. Quiero tener una familia, viva, y quiero saber lo que es vivir lejos de las balas un tiempo, quiero unas vacaciones pacificas cómo las de las películas, con mamás que preparan pies, y una mascota, y salir de picnic... esas cosas, algo común.

— Viviendo entre militares, es lo que menos tendrás, Melanka.

Está enojado, está más que claro que está enojado.

— Papá dijo que se tomará unos días para estar conmigo, me mostrará los encantos de su país, iremos de campamento, y comeremos cosas deliciosas, voy a estar bien, te llamaré todos los días, te lo prometo, así que... ¿Me dejarás ir? Por fis...

Suspiró frunciendo el ceño.

— Si tú quieres ir, no te lo puedo negar, te dije que ya no eras una esclava, y claro que no pienso atacar ese maldito país si tú estás por allá, que salgas lastimada... eso... no me gusta nada, dile al hijo de puta de tu padre que firmaré el maldito acuerdo de paz mientras tú estás allá, sólo por ese tiempo, y espero que cumpla su palabra, hoy casi perdí a los trillizos, los buscaban a ellos a propósito, a mí, éramos su objetivo, y si esos mocosos se mueren... joder, yo me pego un tiro, esos mocosos son un dolor en el culo, pero son mi responsabilidad, y quiero que continúen respirando.

Sí... yo también quiero que continúen respirando, todos.

— Sí... será sólo por un tiempo — mentí— Y me encargaré de que ellos cumplan con su parte del trato, si no lo hacen, los mataré a todos.

Sonriéndole amplia, viéndolo sonreírme de regreso, estirando sus manos manchadas de sangre seca acariciar mis muslos.

Esas sonrisas me derriten, son escasas y apenas y aprendió a hacerlo... me encantaría poder verlas un poco más... sólo un poco más...

— ¿En qué piensas?

Preguntó tomándome por el culo, sentándome sobre él a horcajadas, ignorando el dolor en su muslo.

— Pienso en que quiero ir, viajar, conocer, saber lo que es el tiempo familiar, pero también pienso... — acariciando su cabello— Que te voy a extrañar mucho.

— Entonces no te vayas... puedes viajar y conocer conmigo... pero tendríamos que planearlo bien, porque gracias a los malditos estadounidenses, muchos países pedirían mi cabeza apenas me vean en sus fronteras.

Suena divertido, para él todo esto es una broma, ocultando el miedo que le dio casi perder a los trillizos en este ataque.

— Falta ahí el tiempo familiar, yo quiero saber lo que es eso, convivir con ellos un tiempo, te prometo que volveré a ti — mentí— Eres mi salvador, mi amigo, mi jefe, mi amor, no te cambiaría por nada, mi lugar es contigo ¿Lo olvidas? Me marcaste — subiéndome la manga de la ropa— Esta quemadura no se borrará con nada, nunca, soy una Kinahan y tu mujer.

Enredó sus dedos en mi cabello y me acercó a él para besarme profundo, deslizando su lengua por mi labio inferior, sonriendo cuando abrí la boca para recibirlo, aferrándome a él con todas mis fuerzas.

— Me encantaría follarte aquí, pero estoy un poco cansado, no sé si pueda levantarme justo ahora.

Carcajeando por lo bajo, rozándome la boca con la suya, trazando lentas caricias por mi columna, bajo la ropa.

— Eso puede solucionarse — desabotonando su pantalón— Yo me ocupo de todo el trabajo ¿Condón?

— Siempre tengo algunos cerca, preciosa, por si te pones lasciva.

Estirándose para tomar un par de su cajón, apoyando la espalda en su silla, dejándome hacer todo el trabajo, desnudándome de cintura hacia abajo, colocándole el preservativo y montándolo otra vez, demostrándole que él y su cuerpo son todo lo que ocupa mi mente en estos momentos.

— Adoro el sexo contigo —jadeando en su oído— Adoro todo lo que tenga que ver contigo.

Atrapándolo en un beso hambriento que me respondió sin problemas, aferrándose a mi cuerpo con fuerza.

Luego de que ambos nos corriéramos, cayó rendido ante el cansancio y el sueño, tuve que pedir la ayuda de cuatro sujetos para que lo subieran a una camilla y lo llevaran a nuestro cuarto.

Durmió cerca de doce horas gracias a lo herido que se encontraba, Nilak se hizo cargo de todo mientras tanto... y dos días después, llegó el general y mi padre al castillo, tomando asiento frente a mi hombre con el documento sobre el escritorio.

— Así es la cosa, paz momentánea, nada de ataques entre países, nos olvidaremos de que ustedes existen y ustedes se olvidarán de nosotros, no tienes permitido entrar al país y mi gente tampoco entrará aquí, no puedes ir por ella — señalándome con la cabeza— Y nosotros eliminaremos ahora mismo, frente a todos ustedes, los carteles que piden dinero por sus cabezas, ese es el trato.

Dijo el general.

Este idiota le habla a mi Capo como si tuviera el sartén por el mango, Enok podría pegarle un tiro aquí mismo y acabar con su patética existencia.

— Melanka es una chica grande, si quiere volver, volverá, aquí es su lugar, conmigo, no se hagan ilusiones, esta paz es una ilusión, saben que apenas mi mujer regrese los haré pedazos — tomando el documento, leyendo por él mismo lo que está a punto de firmar— Pero mientras ella esté allá, no atacaré, soy un hombre de palabra y se lo prometí a ella.

Señalándome con la cabeza.

Me siento tan culpable joder...

El trato es que yo me quede allá, yo no voy a volver, me vendí por él, por su seguridad, por la de los Andreeva, Nero aún no es capaz de salir de la cama, Nash ha tenido fiebre todo este tiempo, tampoco se a levantado, delira, Neil es el más decente de los trillizos y está aquí, de pie junto a Nilak, quien me mira con sospecha, no se fía de mí.

— Por supuesto — le siguió el juego el general— Todo depende de Melanka entonces.

Hijo de puta, cómo lo odio.

— Sería bueno si firmaras ya, tenemos un vuelo que tomar.

— Señor, las maletas de la señorita.

Dijo la ama de llaves, soltando dos maletas grandes que arrastró hasta aquí, todo está listo para que me vaya.

— Déjalas ahí y vete — dijo mi hombre, firmando de mala gana, empujando el documento hacia los militares— Cumplan con su palabra.

— Por supuesto, la milicia siempre cumple lo que promete.

Mencionó el general, tomando su computadora, mostrando frente a todos cómo elimina de la lista negra a Enok y a los Andreeva, aprovechó también de eliminar el cartel a mi nombre, algo que me decepcionó, me enorgullecía estar entre los veinte más buscados ¿Qué será de mí ahora? Soy sólo una cualquiera, nadie me busca, nadie pensará que soy peligrosa, mi reputación labrada por años se irá a la mierda.

— Entonces, con todo listo ya, nos retiramos.

Dijo mi padre, tomando el documento, guardándolo en su maletín, mientras el general guardaba la computadora.

— Oye, llámame cuando aterrices —mencionó Enok, poniéndose de pie rápidamente, caminando hacia mí— Y llámame en todo momento, llámame si te aburres, o si quieres volver, esta es tu casa, siempre será tu casa, así que sólo... sólo llámame ¿De acuerdo?

Asentí sin pestañear, haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad para no llorar frente a él, en cambio, le sonreí, asintiendo, extendiendo ambas manos para tocar sus mejillas.

— ¿Me besas cómo si ya me extrañaras?

Su boca no tardó en posarse sobre la mía, besándome con morbo, sujetándome por la cintura, alzándome hasta el punto de no tocar el piso, saboreándome... por última vez antes de dejarme partir.

Abracé a los Andreeva que aquí se encontraban y seguí a los dos militares, papá cargó mis maletas y las subió al auto, abriendo la puerta para mí.

Lo último que vi fue la cara de pocos amigos de Enok, el miedo de Neil, y el corazón roto de Nilak.

Poco después... nada.

— Es lo mejor, cariño, hiciste lo correcto — dijo papá, acariciando mi brazo en cuanto me sintió llorar— Esa no es una vida para ti, estás destinada a más.

El problema es que yo no quería más, yo estaba bien justo cómo estaba ahora.




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BUENAS BUENAS BBCITAAAS

HE REGRESAAAADO

ESTA VEZ CON LA DECISIÓN DE MELANKA

ESTÁ DECIDIDA A IRSE LUEGO DE QUE LE DIERAN UNA PROBADA DE LO QUE PASARÍA SI NO LO HACE

NERO Y NASH AÚN NO DESPIERTAN, NO SE HAN LOGRADO LEVANTAR DE LA CAMA LUEGO DE LAS HERIDAS QUE RECIBIERON

NEIL... NEIL ES FUERTE, EL MAYOR DE LOS TRES, SE HACE EL FUERTE

NILAK... ÉL DEBE INTUIR ALGO, NO ES TONTO, SÉ QUE ALGO DEBE SABER ESE HOMBRE

ENOK... AY MI POBRE BB 

ME DUELE EL CORAZÓN

ÉL NO QUERÍA DEJARLA IR, AÚN ASÍ, RESPETÓ SU DECISIÓN Y ACCEDIÓ A SU PETICIÓN

MELANKA DEBE ESTAR DESTRUIDA JUSTO AHORA

¿QUÉ PASARÁ DESDE AHORA?

LO SABREMOS EL PROXIMO CAPÍTULO

200 COMENTARIOS Y REGRESAMOS

BESITOS EN LA COLA

FELIZ... NO SÉ QUE DÍA ES MAÑANA JAJAJAJA


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