Capítulo 12

ENOK.

Siete minutos después de haberlas llamado, estaban arrodilladas frente a mí, perfectamente alineadas en filas paralelas, la cabeza baja, temblando ligeramente, incluso movieron la mesa hacia la pared para que todas pudieran caer ordenadamente.

La ama de llaves lleva las manos entrelazadas y pegadas a su regazo, permanece de pie tras todas las sirvientas, es su responsabilidad que estas perras tengan un mal comportamiento, ya veré cómo la castigo a ella también.

— ¿Te molesta si te mato a un par? Me pican las manos por matar a las que miraron mal a mi rubia.

Dijo con los ojos más grandes de lo que recuerdo, y eso que esta tiene dos líneas cómo ojos, y si se ríe, no ve, debe estar furiosa con ellas para haberse levantado tan temprano sólo para ponerlas en su lugar.

— Adelante, comienza.

Dando un paso atrás, tomando una silla, sentándome al revés, cargando los antebrazos en el respaldo para observar mejor el espectáculo, estoy un poco cansado luego de la nochecita agitada que tuve, dejaré que Nero se entretenga un poco antes de que me toque a mí.

— Bueno, quizá no tienen idea de por qué están aquí tan temprano y no haciendo sus labores — comenzó a decir la asiática con ojos— Bueno, no las hago sobre pensar más, unas están aquí por su comportamiento con Melanka, y las otras que son inocentes de momento, están aquí para recibir una advertencia de lo que les va a pasar si se meten con la rubia otra vez.

El chasquido del arma cortó la respiración de varias, luego la sangre manchó mi piso, Nero atravesó la sien de una sirvienta sin parpadear, mirando mal a las que intentaron apartarse, pateando en la cara a la que tuvo la osadía de levantarse, enviándola a piso otra vez.

— Quédate justo dónde estás, que tengo asuntos que arreglar contigo, no se me ha olvidado tu rostro.

Metiéndole la pistola en la boca antes de dejarla excusarse y la mató.

Por eso me cae bien Nero, será chica, pero tiene ovarios, es incluso mejor que varios de mis hombres, y es una persona fiel, confío a ojos cerrados en todos los Andreeva.

— Me falta una más ¿Donde...?

Hizo una vista panorámica de todas las mucamas que lloran y rezan arrodilladas a su alrededor, todas rezan para no ser la siguiente, pero, yo digo, el que nada hace, nada teme, si no le hicieron nada a Melanka, no tendrían por qué temer ¿O estoy equivocado?

— Tú.

Dijo Nero, abriéndose paso entre la multitud, empujando a las sirvientas sin cuidado alguno para probar su punto, ellas no le interesan, son reemplazables y deben conocer su lugar.

— Tú despreciaste a la rubia también, y eso no te lo voy a permitir. Te veo en el infierno.

Disparándole en la frente, matándola en segundos.

Si hubiese sido yo, las hubiese hecho agonizar.

Que bueno que ya es mi turno.

— Desde hoy, Melanka contará con los mismos privilegios que un Andreeva, no se le mira mal, no se le niega nada que ella desee, y no se le robará su ropa ¿Quedó claro? — levantándome y caminando hacia el montón de mujeres— Si hago una inspección sorpresa ¿Cuántas cosas de la rubia encontraré entre sus pertenencias? ¿Creen que compré esas cosas para mujeres como ustedes?

Disparé en el estómago a las dos malditas que la miraron mal anoche, procurando darles en un punto vital para que murieran lenta y agónicamente, yo no soy tan piadoso como la asiática idiota.

— El señor de la casa soy yo, y mis invitados serán tratados de la mejor forma posible.

— Señor... con todo respeto... — dijo la ama de llaves, manteniendo la mirada baja— Melanka es una sirvienta como todas mis chicas, quizá todas sintieron envidia por la diferencia en el trato. No es excusa, yo lo sé, pero... podría ser...

Poco a poco fue bajando la voz hasta ya no decir nada, al menos tiene cerebro y se da cuenta de que está cagándola en grande.

— ¿Estás cuestionándome? ¿Te atreves a cuestionar cómo soluciono los conflictos? No olvides tu lugar tampoco y mantén la boca cerrada, si te mantengo aquí es para que controles a este grupo de estúpidas que no entienden indirectas, ahora también le deben servir a Melanka. En cuando la rubia despierte, quiero que le avisen al encargado de remodelación del castillo que derribe la pared de la habitación contigua a la mía, voy a compartir la sala de estar entre ambos cuartos con ella. Le comprarán ropa para reemplazar la que robaron, van a llenarle el guardarropa, Abigail tiene las medidas — hablando a la ama de llaves— Quiero todo lo antes posible, para hoy, y quiero todo limpio.

Pateando el cuerpo de una de las muertas, escuchando el murmullo de las sirvientas.

"Ella es esclava, no dio ni para sirvienta y ahora es la puta del Capo"

"No es tan bonita y no tiene modales, es un animal salvaje y corriente"

"Espera y verás, la desechará pronto, nadie quiere una vagina flácida que ya no aprieta por lo mucho que la han usado"

Nero fue más rápida que yo, empujándola hasta tenerla de espaldas al piso, presionando su tacón en el centro de su pecho, clavándoselo sin medirse.

— Y tú tienes flácido el cerebro porque no lo usas, Melanka y yo podemos pasar follando todo el día y flácida no la tiene, yo estuve muy cerca para verla, así que sé lo que te digo, yo me comí esa vagina así no hables de la obra de arte que ella tiene ahí abajo, porque es muy bonita.

Dejó de clavarle el tacón sin dejar de sonreír, seré un incompetente en emociones, pero esa sonrisa no debe transmitir nada bueno, y luego me lo confirmó sacando su arma, disparándole en la entrepierna.

— ¿Dónde están las otras malditas que hablan así de Melanka? — mirando en todas direcciones— No quiero dejar ni a una sola viva.

Boté el aire con cansancio, caminando hacia ella, se ve igual que un chihuahua con rabia justo ahora, debería seguir usando tacones, esos centímetros de más les vienen bien a las enanas como la asiática con ojos.

— Tranquila Sherlock, que yo escuché muy bien.

Disparando a toda quien tuvo una opinión sobre esto, una tras otra, viendo el horror en la cara de la ama de llaves, arrodillándose en el piso mientras se cubre la boca, intentando no gritar, sabe que tendrá que entrenar a otro grupo de estúpidas que yo tendré que contratar, que fastidio.

— Y para la que tiene dudas, no, no es mi puta, para follar con mujeres de su clase uno debe realmente esforzarse y eso estoy haciendo, ella no se abre de piernas así de fácil cómo ustedes — Volteando el rostro para ver a la ama de llaves— Abigail, las clases de cubiertos y los modales en la mesa te los encargo a ti, quiero que Melanka aprenda cosas nuevas para que estas malditas dejen de hablar a sus espaldas.

— Sí señor, me haré cargo.

Bajando más la cabeza, casi reverenciándome.

Así me gusta.

Tiene que recordar cuál es su lugar.

— Más te vale, o te buscaré un reemplazo y sabes lo que pasará después — disparándole a otra más que vi despreciando a la rubia— El desayuno es a las siete treinta hoy, espero que esté todo ordenado, limpio y la comida sobre la mesa para cuando regrese, por supuesto, Melanka tendrá su lugar junto al mío. A trabajar.

Dando media vuelta, me guardé el arma y salí del comedor con Nero pisándome los zapatos.

— ¿Cómo está ella? Escuché que llegó inconsciente.

Caminando rápidamente para poder seguirme el paso, corriendo hasta ponerse frente a mí y detenerme para pedirme explicaciones.

— Está bien, tuvo fiebre, lloró un poco, se durmió, la limpié y curé sus heridas así que no te preocupes, sigue respirando, lamentablemente.

Suspiré.

— Tienes más sensibilidad que un clavo oxidado, suerte haciendo que Melanka te preste atención.

Alcé una ceja y la detuve antes de que siguiera caminando, viendo una sonrisa en su rostro, cómo si esperara que la detuviera o qué se yo.

Esta tonta siempre me ve cómo si pudiera manejarme a su antojo y se supone que debe ser al revés, ella trabaja para mí.

— ¿Qué acabas de decir? ¿Por qué yo querría que me prestara atención? ¿Por qué me preocuparía? Ella es mi esclava, tiene que prestarme atención obligatoriamente.

— Te contradices, Enok, demasiado, pero tranquilo, Nilak te hará entender por qué estás equivocado, vamos a la oficina, debe estar preparando todo con los chicos, llegaremos a tiempo para desayunar.

Parándose tras de mí para empujarme y hacerme caminar más rápido, parece ansiosa por lo que sea que su hermano quiera mostrarme.

Fue una mala idea.

En cuanto entré a mi despacho, me di cuenta de que fue una mala idea, Nilak tiene las peores ideas cuando quiere ayudarme a entender las emociones de las personas que me rodean y esta no fue la excepción, apenas puse un pie dentro, golpeó la pizarra tras él para hacen énfasis en el tema a tratar hoy, escribió con letras rojas la palabra "Amor" y me parece de lo más ridículo, ni siquiera sé si soy capaz de tener emociones como esas.

Tuve toda la intención de dar media vuelta y marcharme por dónde vine para no tener esta aburrida conversación, pero Nero me cortó el paso de nuevo, sonrió de una manera diferente a la de antes y me empujó dentro, cerrando la puerta con seguro.

— Sabes que eso no va a detenerme.

Señalando la puerta con hastío.

— Lo sé, pero te retrasará lo suficiente para que Nilak pueda arrastrarte hacia tu silla, así que, Capo, mueve el culo hacia allá, esta es una conversación que necesitamos tener ¿Quieres llévate mejor con Melanka o no?

— ¿Y qué tiene que ver el amor con ella? No estoy entendiendo el punto de esta absurda reunión exprés.

Dejándome arrastrar de todas maneras, viendo a Neil ocultarse ligeramente tras su hermano mayor, puede que me tenga algo de miedo y eso que jamás lo he golpeado que yo recuerde, es un marica.

— ¿Y bien? — dejándome caer en mi silla— ¿Qué demonios planeaste ahora, Nilak? Me haces perder tiempo. Y sigo enojado contigo por enviar ese expediente sin consultarme.

— En mi defensa, te estabas comportando cómo un cabrón — señalándome— Y la chica es joven, está delgada, pálida y golpeada, se puede morir en cualquier momento porque tú no tienes el debido cuidado con ella, tuve que intervenir, amigo, entiéndeme, no puedo ver a una mujer indefensa y no hacer nada.

De nuevo el complejo de madre muerta, cree que todas se van a morir si él no las sobreprotege.

— Cómo sea — cruzándome de brazos— ¿Qué demonios quieres?

Golpeó la pizarra dos veces, y señaló los títulos debajo de sus feos dibujos.

Cerebro. Corazón. Estómago. Piel.

— Entonces ¿Sí estoy enfermo? — consulté— Porque me pasan varias cosas de esas, de hecho, te iba a preguntar si sabías qué significaba.

Dije yo, descruzando los brazos, inclinándome hacia el frente con interés.

— Haber ¿Qué es lo que te sucede? Explícame.

Dijo con una paciencia que yo no tendría.

— Me late muy rápido el corazón cuando la sorda anda cerca, y si se me acerca mucho me tiemblan las manos, sudo frío cuando no sé si va a vivir o si está por decirme que quiere irse, me dan unas cosas raras en el estómago estando con ella, no entiendo qué es, y se me erizan los vellos del cuerpo cuando me toquetea, esa mujer es una enfermedad, de seguro no está vacunada, tuvo que haberme pegado algo, debería hacerle un chequeo a ella también — poniéndome de pie— Llama al cardiólogo y al médico general, quiero que me revisen, estoy enfermo.

Dispuesto a ir hacia la puerta principal para verificar que la sorda respira, y si lo hace, avisar que son dos pacientes en vez de uno.

— Que no estás enfermo, carajo, estás enamorado.

Dijo Nero, cortándome el paso otra vez.

— Sí, jaja, buena broma, cerebrito ¿Te recuerdo que soy incapaz de sentir?

Siempre con sus fantasías la asiática con ojos, cree que todo es cómo en los libros de romance sucio que lee, esas mierdas no existen.

— Sí, lo estás, y puedo probarlo — dijo Nilak, tomándome por el hombro para detenerme— Toma asiento y escúchame ¿Bien? ¿Cuándo te he mentido yo? Y lo de ayer fue omitir información, no mentir.

Terminó de decir antes de que yo pudiera emitir palabra, dejándome con la boca abierta.

— Toma asiento, vamos, que esto te interesa.

Dijo Nash, llevándome tras el escritorio otra vez, sentándome con ayuda de Neil, quien, insisto, no parece muy convencido de todo esto.

— ¿Te gusta la rubia?

Pregunté con rudeza, mirándolo mal, haciéndolo encogerse.

— N-no ¿De dónde sacas eso? Somos amigos.

— Sí, claro. Y me dirás que no has repetido con ella luego de ese día en la fiesta ¿Olvidas que yo me ocupo de sus rastreadores y sé dónde están y qué hacen todo el tiempo?

Palideció.

— Que folle con ella no tiene nada que ver con los sentimientos, es algo físico y ella es buena en eso, si ambos queremos, no veo por qué no podamos tener sexo.

Me incliné hacia él, viéndolo encogerse, de verdad me teme.

— ¿Y si te prohíbo volver a ponerle una mano encima? ¿Y si te digo que la próxima vez que lo hagas te cortaré las manos, Neil? ¿Y si...?

— Basta ya de asustarlo, carajo — se interpuso Nilak, ocultándolo tras él— No vas a tocarlo, es el trato y lo sabes, además, no puedes prohibirle algo como eso, Melanka también tiene la capacidad de elegir, y si quiere follar con él, y a mi hermano le apetece, pues que follen, así es este mundo, todos tienen la capacidad de elegir, no puedes querer dominar sobre la vida de todos.

Frunció el ceño mientras se le oscurecen los ojos, disimuladamente, lento, abrí el cajón de mi escritorio y tomé mis tarjetas para ver qué es lo que le pasa a su cara.

— ¡Estoy enojado, mierda! — gritó, sorprendiendo a sus hermanos— ¿Cómo todavía no puedes memorizar las expresiones básicas?

— Es difícil, Nilak, no todos tienen la cara como estas putas tarjetas — señalándolas— Y necesito leer las características debajo de las imágenes para entender ¡Tengo un maldito problema, no es que yo quiera ser un puto retrasado!

Grité con molestia, viendo que él relaja la expresión poco a poco, suspirando mientras niega.

— No quise decirlo de esa manera, lo siento, tienes razón, no es culpa tuya — dijo— Pero sigues siendo un insensible, no pones ni un poco de tu parte ¿Podrías esforzarte al menos y prestar atención? — señalando la pizzara— No quiero que la mates por error, si decidiste que va a quedarse, vas a hacerte cargo de ella.

— Amenacé a las sirvientas hoy, maté a varias, les dije que no tocaran a Melanka y que ella tiene los mismos privilegios que un Andreeva desde hoy, mandé a tirar el muro de la habitación contigua para así poder estar al pendiente de ella, estoy esforzándome ¿Qué más quieres que haga? Intento llevarme bien con la sorda, no me pidas tanto, no entiendo la mayor parte de lo que me pasa cuando esa tonta está cerca, me enferma, estoy enfermo por su culpa.

Según mis tarjetas, Nilak está sorprendido, miró a su hermana y esta asintió, dándome la razón, entonces los Andreeva se pusieron junto a su enorme pizarra con un montón de cosas escritas ahí.

— Bien ¿Ves cómo si te interesa ella? Y por enésima vez, no estás enfermo — rodó los ojos— Te gusta y ahora te voy a explicar cómo lo sé — apuntando hacia el primer dibujo de lo que parece una jalea mal echa y expuesta al sol— El cerebro — dijo— Libera hormonas de la felicidad cómo la oxitocina, dopamina y serotonina, tenemos más energía y somos más positivos ¿O me dirás que no estás menos gruñón desde que está por aquí? Te lo explico mejor, la oxitocina facilita la creación de lazos, entre más oxitocina liberas, más ligado te sientes a esa persona.

— Yo no estoy ligado a ella.

Me defendí.

— ¿Me vas a mentir a mí que te conozco de toda la vida? Dejaste de lado las rotativas nocturnas para darle un lugar en tu cama a ella, y yo te vi durmiendo cómodamente con ella sobre ti la otra noche, la rodeabas cariñosamente por la espalda, Enok, ve las señales, no seas idiota.

— No me digas idiota o hasta aquí llega tu sueño frustrado de ser profesor.

Lo señalé.

— Voy a ignorar eso — restándole importancia— Siguiente hormona, la dopamina — señaló— Está relacionada con el movimiento, las emociones y los sentimientos de placer, hace que queramos repetir una y otra vez eso que nos hizo sentir placer.

— Por ejemplo, yo quiero repetir de nuevo lo que hice ayer con la rubia.

Dijo Nero, sonriendo la muy maldita, le encanta joderme.

— La serotonina actúa sobre las emociones y el estado de animo — dijo Nilak antes de que pudiera contestarle a la tonta de su hermana— Está relacionada con el optimismo y la positividad.

Suspiré con cansancio y me puse de pie, cansada de esto.

— Basta de esas estupideces, quizá ni siquiera tengo de esas hormonas, no me hagas gastar mi tiempo, me voy.

— El corazón libera sustancias químicas cómo la adrenalina cuando estás enamorado, por eso te palpita rápidamente el corazón —me cortó el paso— El estómago, sientes mariposas ¿No? Revoloteos, se te contrae cuando la tienes cerca, las neuronas intestinales también tienen su papel. El sudor es un mecanismo de comunicación, trasmite mensajes emocionales que de los que no somos conscientes, los neurotransmisores hacen que tus manos tiemblen, que se te agite la respiración, que te hormiguee el cuerpo, todo esto es tu cuerpo diciéndote que estás enamorado.

Me dijo parado frente a mí, su altura y la mía rivalizan, intenta hacerme entrar en razón.

— Tengo parálisis facial cuando ella hace tonterías, se me curva un poco la boca de un lado, entonces yo...

— Estás aprendiendo a sonreír, felicitaciones.

Sonrió amplio.

— Entonces yo...

— Sí, te gusta ella, bruto — me interrumpió— No estás enfermo, te gusta ella y tu cuerpo lo interpreta de esa manera, así que ahora deja de ser un hijo de puta y comienza a ser más amable para que a ella le gustes también.

— ¿Por qué yo querría gustarle?

Fruncí el ceño.

— Bueno, dime tú ¿No quieres que folle sólo contigo? Si tú le gustas, estarían en una relación y ninguno de nosotros u otras personas follarían con ella — dijo Nash— Dormirían en la misma cama, saldrían a citas, Melanka dejaría de coquetearle a todo lo que le gusta, sería sólo tuya, piénsalo.

Bueno, eso suena tentador, así, no me despertaría la alarma del rastreador a mitad de la noche.

— Bueno ¿Y qué tengo que hacer?

Pregunté.

— Ser amable con ella.

Dijo Neil.

— Detalles, a las mujeres nos gustan los detalles y a Melanka le encanta el dinero.

Añadió Nero.

— No la trates como si fuera de cristal, hace competencias con ella, de tiro al blanco, es buenísima con las armas y los cuchillos, enfócate en esa área, a ella le encanta.

Dijo Nash.

— Y aliméntala bien, dale cosas sabrosas — dijo Nilak—Está delgada y adora la comida, matas dos pájaros de un tiro.

— Sí, sí, como sea — restándole importancia— Ya casi es hora del desayuno, la despertaré, esa vaga debe seguir enterrada en la cama.

— ¡Y no seas un bruto!

Gritó Nero antes de que abandonara el despacho y caminara en dirección a mi habitación, viéndola aún dormida en la cama, afortunadamente tiene mejor color, no suda y no tiene ninguna molesta mueca que yo deba interpretar, se ve bien.

— Oye, sorda, es hora del desayuno.

Moviéndola para que despertara.

— Oye... ¿Cuántas veces se supone que debo...?

La voz chillona de Nero me hizo ruido en la cabeza, como si estuviese gritándome en estos momentos que no fuese rudo.

Suspiré y me armé de paciencia, tomando asiento en la cama junto a ella, quitándole los cabellos del rostro.

— Melanka, tienes que comer algo para que te den medicina, no te darán nada si tienes el estómago vacío y te va a doler ese cuerpo frágil e inservible tuyo.

Moviéndola para despertarla.

— No quiero... cinco minutos más...

Tuvo la intención de girar en la cama para darme la espalda, pero al ultimo minuto desistió, contrajo el rostro y llevó su mano a la zona herida, abriendo los ojos de golpe para mirarse.

— Oh, es cierto... me lastimé ayer — recordó— Y esta ropa no es mía — me miró— Ahora no sólo robas mis bragas, también mi ropa.

Se quejó.

— Yo no me he robado nada — me lo pensé mejor— Un par de bragas quizá sí, pero tampoco están dónde las puse, tu ropa desapareció y te puse de la mía, te traerán más así que deja de quejarte, por ahora, vamos a comer algo, estoy desperdiciando mi tiempo aquí contigo.

— Está bien — suspiró— Gracias por lo de la ropa, usaré la tuya mientras tanto — me miró— ¿Me puedes llevar a caballito? Siento que, si me levanto por las mías, se me abrirá la herida, me duele...

Sé más amable.

Sé más amable.

Sé más amable.

— Bien, pero no esperes que sea tu canguro todo el día, tengo cosas que hacer.

— ¡Sí! ¡Gracias! Pero llévame al baño primero.

La cargué cómo princesa y la solté en baño, cómo me pidió, me hizo esperar casi diez minutos antes de que saliera y me pidiera que la alzara otra vez, cosa que hice, porque dije que iba a ser más amable con ella desde ahora.

Bajamos escaleras y cruzamos los pasillos, cruzamos la sala y llegamos por fin al comedor, dónde los Andreeva ya se estaban ubicando.

— ¿Por qué hay tan poco personal hoy? — preguntó Melanka al ver que las pocas que hay, corren para tener todo listo en la mesa— ¿Debería ayudar? Se supone que yo también hago estas cosas — mirándome— Bájame, iré por un uniforme y me pondré a...

— No, tú no eres sirvienta, ni nada, tú tienes que estar pegada a mí, nada más, son las reglas y las reglas no se cumplen ¿De acuerdo?

— ... sí señor.

No muy a gusto al parecer.

— Pero luego necesito ir a practicar mi puntería, estaré en el campo de tiro por si te apetece ir, es bajo techo, para que no comiences por tus locuras por la nieve.

— ¡Sí quiero! ¡El perdedor baña al otro! ¿Qué te parece?

Propuso en cuanto la senté en su silla.

— ¿Qué? ¿Crees que puedes ganarme?

— Es que si levanto las manos me duele y tengo que lavarme el cabello — se sonrojo— Sería bueno si yo gano ¿A que sí?

Rodé los ojos sabiendo que voy a arrepentirme de esto más tarde.

— Como tu dueño, yo debería ocuparme de que estés bien, por lo tanto, debería bañarte, hagámoslo luego de ir a entrenar ¿Qué te parece?

— Me parece perfecto, mis días sangrientos terminaron, así que, si quieres ponerte creativo, estoy muy disponible.

Neil se atoró con lo que sea que tenga en la boca, me dio gusto saber que quizá no le guste la idea de que me folle a la rubia.

— Nada de sexo, querida, estás recuperándote, no puedes hacer grandes esfuerzos y mis hermanos me han contado que eres muy... vigorosa, es mejor que te cuides para que puedas seguir siéndolo.

Le recomendó Nilak, el muy hijo de puta ya se está metiendo dónde no lo llaman.

— ¿Lo dices en serio? No sabía que no debería hacerlo — hizo una mueca que no supe descifrar— Bueno, será para la próxima, Enok, pero puedo hacer otras cosas.

— No, no puedes, supone gran esfuerzo para el abdomen hacer hasta una mamada, cariño, cuida tu cuerpo, ya no tienes que exigirte de más.

Dijo Nilak otra vez.

Maldito entrometido ¿Qué le importa a él?

Nero se cubrió la boca para fingir que no se está riendo, Nash no pudo aguantar y se río a carcajadas, hasta Nilak comenzó a reírse y eso le dio la confianza suficiente a Neil para reírse también.

— Te estamos tomando el pelo — me explicó Melanka sujetándome del brazo para hacer que me sentara— Si me apetece follar, follaré cuando quiera y con quien quiera. No me ha detenido nunca una pequeña herida, aunque sí necesito ayuda para bañarme, y sí que tengo ganas de probar lo que tienes entre los pantalones, eres una red flag gigante, pero el palo de la bandera es más grande y eso me interesa.

Miré a la rubia, miré a Nilak, miré al trío de retrasados y a las mucamas que estaban corriendo para servir el agua.

— ¿Qué es primero para ti? ¿El desayuno o el sexo?

Consulté.

Melanka giró la cabeza lentamente para mirarme, observando de reojo las cosas que estaban colocando frente a ella para comer.

— Bueno, si lo hacemos después del desayuno, puedo vomitar, así que prefiero hacerlo antes de comer ¿Qué me dices? Tengo una imagen mental de ti follando y me hace pensar que eres bastante intenso, no quiero tener el estómago lleno.

Me levanté de golpe, tirando la silla al piso, observándola.

— Lleven el desayuno a la sala junto a la habitación —hablando a las mucamas— Y que sea generosa, porque a Melanka le gusta comer.

Cargándola otra vez, apresurándome a salir del comedor antes de que Nilak hiciera otro de sus comentarios ingeniosos para convencerla de que mejor cogiera conmigo otro día... o nunca.

— ¿Hay besos incluidos en la sesión de hoy? Porque tengo muchas ganas de besarte justo ahora.

Admitió.

Y eso terminó de romper la poca cordura que me quedaba.

La bajé tres escalones sobre el que estaba parada para acomodármela mejor, alcé sus muslos y sujeté su trasero para que rodeara mi cintura con sus piernas, y sin mayor retraso, la apreté entre mi cuerpo y la pared, apoderándome de su boca, bebiendo de su aliento mentolado, absorbiendo la suavidad de su cuerpo.

Carajo... se siente diferente a cuando lo hago en la rotativa con las sirvientas, y diferente es increíblemente bueno.




~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

BUENAS BUENAS BBCITAAAS

HE REGRESADOOOO

HAN PASADO MUCHAS COSAS EN ESTOS DÍAS, ME LLAMARON DE UN TRABAJO Y COMENCÉ AL DÍA SIGUIENTE, ASÍ QUE HE ESTADO METIDA EN TURNOS, ESTUDIANDO O DURMIENDO, MIL DISCULPAAAS, INTENTARÉ VOLVER ANTES

PERO ENTRE OTRAS NOTICIAAAS

WOOOOOOW 

ENOK SE ESTÁ ESFORZANDO

NILAK SABE CÓMO CONTROLAR A LA BESTIA, NO LO PODEMOS NEGAR

NERO SIMPLEMENTE NO LE TIENE AMOR A SU VIDA JAJAJAJA

PERO ME GUSTA CÓMO DEFIENDE A LA RUBIA CONTRA VIENTO Y MAREA

SE PERDIERON VARIAS SIRVIENTAS HOY POR ABRIR LA BOCA DE MÁS

LA CHARLA LE HACÍA FALTA A ENOK, PARA SABER QUE NO ESTABA ENFERMO SINO QUE, ESTABA ENAMORADOOO

YA QUIERO SABER CÓMO VA A SER EL PRIMER POLVO DE ESTOS DOS

200 COMENTARIOS Y REGRESAMOS

BESITOS EN LA COLAA

QUE TENGAN UN GRAN LUNES

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top