Capítulo 31 - Planes

Capítulo dedicado a @Daianamq <3

"Me gustó saber que Jasper continuó con su vida ❣️ ambos se superaron y creo que encontrar a la persona que algún día creyó sería su amor para toda la vida, ya formó familia y está feliz, fue un alivio para Sarah ❣️"

Babi.


Las gotas frías chocan contra mi cuerpo quemando y despertando a mis neuronas adormecidas. Duele. No hablo de lo físico ni mucho menos del cambio drástico de la temperatura, hablo de mi corazón. Me está doliendo como nunca pensé que lo haría.

Restriego mis brazos intentando quitarme la sensación de las caricias desconocidas y lloro sintiéndome asqueada y repudiada.

Yo no quería hacer esto. Yo no quería nada de esto.

Un quejido escapa de mí cuando recuerdo los asquerosos besos de Trevor sobre mis labios y cuerpo. Me odio. Me doy asco. Yo no quería hacer nada de esto.

El sabor salado acompaña las gotas sin sabor y trago grueso sin poder espantar esos pensamientos de mi mente.

Me dejé tocar por un desconocido y eso no sirvió para que Anthony creyera en mí. Eso no sirvió para que dejara la absurda idea de buscar pruebas. Eso no sirvió para que dejara de buscar a la imbécil de Sarah.

¿Qué salió mal en el plan? Lo hice todo a la perfección. Me comporté como un ángel. Le demostré que era la mejor de todas... ¿Qué pasó con él?

¿Desde cuándo el chico malo no se queda con la chica buena? Ella no lo merece. Ella no le hace bien. Él debería ser mío y ahora no sé qué hacer...

Me quito la ropa aún sentada sobre la baldosa y paso una mano por mi cabello negro azabache con ganas de arrancármelo y desaparecerlo de mi vista.

¿Qué haré ahora? ¿Cómo le explico que los planes fallaron? ¿Qué haré para conseguir todo el dinero?

Quedo desnuda, con la cabeza apoyada en la pared y con el agua cayendo en grandes cantidades sobre mí.

Salgo cinco horas después con la piel completamente arrugada y sensible. Enrollo una toalla en mi cuerpo y me siento en el borde de la cama con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar.

Observo el lugar en donde Anthony y yo estuvimos juntos y aparto la mirada sin fuerzas para recordarlo. Me entregué y no sirvió de nada. Él la eligió a ella y me dejó sin otras alternativas. Él pasó por encima de mí y de lo que yo le estaba ofreciendo.

Él en serio está enamorado de ella...

El teléfono repica sobre la mesilla y seco las estúpidas lágrimas sintiendo mi corazón encogerse al leer el nombre del contacto. Contesto en el tercer repique y reprimo el llanto cuando la voz de mi mejor amiga en la otra línea me pone al tanto de lo que está pasando con mi padre.

—Babi, te amo y estoy preocupada por ti, ¿en serio está todo bien? No hagas ninguna locura, buscaremos otra manera, tú no estás en condiciones de...

—Estaré bien, me estoy tomando mis medicamentos y estaré bien, ¿ok? —la corto porque sé que su reprimenda va para largo —. Por favor no dejes que él pierda la cordura, yo haré todo lo posible para pagar la fianza y mientras tanto tú seguirás estudiando por las dos. Serás la mejor abogada del mundo, ¿vale?

—Te extraño mucho, nada es lo mismo sin ti —solloza en la otra línea y seco mis lágrimas sin poder aguantar más el dolor.

—Yo más, lo mismo digo.

Cuelgo después de algunos minutos y observo hacia mi izquierda encontrándome con las píldoras que desde hace un mes dejé de tomar. No me hacen falta y no las necesito. No las quiero.

Ellas solo me hacen recordar los constantes abusos del hijo del director del hospital en donde trabajaba. Él se metía constantemente conmigo y un día cuando intentó propasarse corrí por todo el pasillo pidiendo ayuda y reclamando por la agresión.

Al principio todos me apoyaron y defendieron contra sus excusas, pero cuando su padre sacó a la luz los detalles de mi expediente alegando que todo era parte de mis alucinaciones de "loca", las personas me dieron la espalda y no refutaron cuando me echaron como una vil basura haciéndome sentir culpable de todo lo que ese cobarde me intentó hacer e hizo.

Cuando mi padre se enteró no dudó en buscarlo para darle la paliza de su vida pero como consecuencia, el director del hospital acudió a su poder para encerrarlo en una cárcel en la que se me terminó acordando libertad provisional. Una suma exuberante que me dejó sin alternativas porque el sustento de mi casa éramos mi padre y yo. Después de que mi mamá murió en un accidente automovilístico quedamos él y yo y mi mejor amiga que aunque tuvo las mejores intenciones del mundo, no pudo hacer nada para ayudarnos.

Decidí trabajar el doble, el triple y hasta las veinticuatro horas del día, pero no alcancé a reunir ni la mitad de la mitad de la cifra que pidieron. Opté por venir a América a conseguir el dinero más rápido, (mi país me da más oportunidades al fin y al cabo), y terminé encontrándome de nuevo a mi primer amor y primera vez.

Até cabos, armé planes y... No fue muy honrado pero lo hice. Ideé una estrategia para enamorarlo, hacerlo caer y conseguir el dinero para sacar a mi padre de prisión, pero no lo logré.

Todo por culpa de la estúpida Sarah. Todo por culpa de su estúpida insistencia al querer volver con él. Todo porque... ¿Por qué? Ella no tiene nada especial. Ella no posee un físico inolvidable ni tampoco tiene una personalidad arrolladora, es normal. Es linda, sí. Es divertida, también. Pero de resto... ¿Qué tiene de especial que no tengo yo? ¿Acaso tengo que tener un hijo y llamarlo Anthony? ¿Acaso es tan buena en el... sexo? No me sorprendería, la investigué y por su pasado sé que su vida sexual fue tan extensa como la de Anthony. ¿Es por eso?

La rabia mas el orgullo herido hacen que mis lágrimas parezcan lava y estrello la lámpara de la mesita contra la pared sin contener la furia dentro de mí.

Me usó, me botó y se fue con ella. Así es como debía ser, pero él debía hacerlo con ella. Tenía que venirse conmigo y dejarla a ella. Él tenía que enamorarse de mí y ahora... Ya no me queda nada. Ahora no tengo a nadie que pueda ayudarme a salir de esto y ahora...

Tengo que pensar algo rápido pero mi mente solo destila odio.

Tengo que buscar otras alternativas pero solo siento deseos de vengarme.

Tengo que buscar otra solución pero ya no puedo controlarme. Ahora no puedo pensar en otra cosa que no sea mi dolor. Ahora solo quiero que sufran...

...

Sarah.


—Está dormido así que te pido que no hagas ruido —mi labio inferior tiembla cuando Dae-Hyun se levanta de golpe observándome a mí y al bebé que tengo entre mis brazos.

Lo pensé, lo analicé y llegué a la conclusión de que no soy nadie para impedirle a mi bebé tener la oportunidad de tener un padre. Me lo prometí y lo estoy cumpliendo, pero eso no hace que la ira y el dolor disminuyan un poco.

Tengo deseos de enterrarle una silla en la cabeza y mandarlo a comer mierda de aquí a Corea del Sur. Pero no, todo esto es por mi bebé. Yo haría cualquier cosa por mi chino.

— ¿Puedo...? ¿Puedo cargarlo? —titubea. Suda y se seca las manos con el pantalón. Está nervioso y se le nota, aún así las ganas de patearle las bolas no se van de mis pensamientos.

— ¿Por qué crees que lo traje? —digo como si fuera obvio y él traga grueso cuando me detengo a pocos pasos con el corazón retumbándome en el pecho.

Miedo. Eso acompañado de la rabia es todo lo que pasa por mi cuerpo. Tengo miedo de algo que aún no descifro y siento rabia por todo lo que él me hizo pasar.

Me engañó, me embarazó, me abandonó y volvió como si nada con aires de querer repararlo todo. Queriendo asumir su rol de padre y queriendo explicarse con cosas que no tienen y jamás tendrán sentido.

Sus manos tiemblan cuando se acercan al bulto de trapos que tengo entre mis brazos y prefiero apartar la mirada cuando lo toca jadeando y soltando una sonora exhalación de... ¿Sorpresa? ¿Alivio? ¿Emoción? Como sea.

Lucho conmigo misma y dejo que lo cargue obligándome a mantener la calma y compostura para no noquearlo y quitar sus sucias manos del cuerpo de mi chiquito. Debo controlarme.

—Es muy... Pequeño —susurra la última palabra y una acidez se apodera de la boca de mi estómago cuando sus ojos se nublan por obvias lágrimas contenidas. Nunca había visto a Dae-Hyun llorar —. Es como yo.

—Ya quisieras.

En realidad sí es como él. Es su jodida copia.

—Es hermoso —me observa con ¿aprecio? Y vuelve su vista hacia mi bebé botando las primeras lágrimas de felicidad —. Es hermoso, Sarah...

—Lo sé.

Me cruzo de brazos esperando que termine con su numerito de papá dramático enamorado y ruedo los ojos cuando deja besos en cara estrechándolo contra su pecho como si fuera lo mejor del mundo. Claro que es lo mejor, pero no es de su mundo porque no es de él. Es mío.

Observo hacia el techo intentando tranquilizar las emociones que causa y aprieto mis dientes conteniendo mis ganas de gritarle que deje de acariciarle su cabello. Mi bebé odia que le toquen el cabello y ahora mismo comparto su odio con él. No quiero que lo toque, lo bese y lo mire. No quiero que respire cerca de él. Quiero que se muera por maldito, desgraciado y poco hombre.

— ¿Dijiste que se llamaba...?

Seung Anthony —recalco cada nombre y él parece enfocarse y reconocer uno porque frunce el ceño observando a nuestro hijo con desagrado.

— ¿Anthony?

—Sí, Seung Anthony Bazan —suspiro sin soportar un segundo más de sus manos sobre mi hijo y se lo quito de mala gana ganándome una mirada bastante dolida por parte de Dae-Hyun. No me importa, por mí que le pasen tres caminones por encima.

Mi bebé se remueve entre mis brazos y me quedo anonadada cuando abre sus ojitos murmurando la palabra que hace que mi corazón lata al millón.

—Ma —sus ojos se llenan de lágrimas casi de inmediato y lo muevo de lado a lado para que no inicie el escándalo del año. Odia que lo despierten y odia aún más despertarse solo.

Dae-Hyun parece estar a punto de lanzarse por un edificio y sus pies no paran de moverse mientras yo consuelo a mi hijo que no duda en tomar un mechón de mi cabello como primer jueguito de la noche.

—Y-yo... —el hombre frente a mí comienza a balbucear incoherencia y mi bebé rápidamente posa su mirada sobre él provocando un jadeo y muchas lágrimas más que me hacen sentir un poco de calor en el pecho —. Hola, Seung...

—Ma —Anthony me observa esperando que le explique quién es el intruso y yo aclaro mi garganta sin saber cómo explicarle que es su padre, el maldito desgraciado que nos abandonó.

— ¿Ya dice ma? —Dae-Hyun sonríe de par en par y yo asiento como si fuera obvio, ¿Qué no lo oyó? —. Es inteligente...

—Lo sé.

—Ma —mi bebé se remueve como loco cuando su progenitor se acerca más de la cuenta y chilla y le pega una cachetada cuando toca su cabello de una forma muy confianzuda.

— ¿Qué...? —Dae-Hyun parpadea sorprendido y toca su mejilla jadeando por el ardor sobre ella. Las marcas de mis dedos siguen ahí, por lo que supongo que aún tiene la piel muy sensible —. ¿No le gusta que le toquen el cabello?

—No, es muy raro, pero...

—No, no es raro —sonríe de nuevo y toma su manito ganándose otro lloriqueo de molestia —; yo era igual.

¡Ah, genial! No es solo en apariencia, ¡ahora su personalidad también la sacó de esta basura!

La siguiente hora me la paso rodando los ojos como una loca. Me parezco a Venus de tanto que hago el gesto pero no puedo evitarlo si el cínico progenitor no deja de hablarle y jugar con mi bebé que parece confundido y extrañado frente al desconocido que lo trata tan bien y tan cariñoso. Se me revuelven las tripas.

—Ehm... Sisy, no es por arruinar el momento, pero Simón me acaba de decir que viene con Taylor y... —la calma se esfuma de inmediato cuando Sarahí entra a la sala.

Dae-Hyun no es cobarde, no se muestra temeroso ni mucho menos. Él como hijo heredero de una gran empresa fue entrenado desde pequeño para evitar cualquier escenario catastrófico y sé que se sabe defender mejor que cualquiera, pero si lo pongo sobre una balanza Taylor también sabe defensa personal desde pequeño y Simón está tomando clases de boxeo.

En pocas palabras; lo van a volver mierda.

—Vete —me levanto de golpe y lo jalo como si fuera una bolsa de basura, (bueno, no hay mucha diferencia) — ¡Vete, Dae-Hyun!

— ¿Pero qué...? —él toma su chaqueta dejando a nuestro bebé sentado sobre la alfombra y corro hacia la puerta implorando que Taylor y Simón no lleguen todavía —. Sarah, ¿qué pasa con ellos?

— ¡Si valoras tu vida es mejor que te vayas! —lo empujo sacándolo a la fuerza y visualizo su auto justo cuando el audiR8 de Taylor invade mi campo de visión —. ¡Corre! ¡Huye! ¡FUERA DE AQUÍ!

Parezco una loca desquiciada pero es lo mínimo que puedo hacer por el padre de mi bebé. Me abandonó, fue una mierda y un poco hombre conmigo pero no quiero que lo maten ahora que hay una luz de esperanza en su relación paternal con mi hijo.

Amo a mis hermanos pero sé que cuando la ira los domina no son capaces de controlarse. Lo van a aniquilar, lo van a destrozar, lo van a destruir.

— ¡VETE, CARAJO! ¡VETE DE AQUÍ! —lo empujo intentando que reaccione y él me observa como si estuviera loca. Me pongo mucho peor cuando Taylor estaciona a un lado de su auto con toda la calma del mundo. No lo han visto y eso me da algo de ventaja —. ¡Maldita sea, Dae-Hyun! ¡Si valoras tu vida es mejor que corras ya!

Él parece asimilar la situación porque comienza a retroceder cuando los dos hombres bajan del auto riendo y hablando sobre algo que aquí no se escuchan.

No se percatan de la situación hasta que alzan la mirada y se encuentran con mi cara de preocupación y miedo. Se detienen intentando descifrar que es lo que me sucede y mi cuerpo se tensa cuando la mirada de Taylor recae en el hombre que puso el esperma llamado Anthony en mi útero.

Listo, en paz descanse el creador de mi bebé.

Corro como alma que lleva el diablo cuando mi mejor amigo aprieta los puños y chillo en medio del caos cuando Taylor comienza a correr seguido de Simón.

¡Lo van a matar! ¡Lo van a matar!

— ¡Taylor, no...! —el primer golpe de mi mejor amigo es esquivado por Dae-Hyun pero el alivio no dura mucho cuando le mete el pie haciéndolo caer con fuerza.

Simón se detiene frente a ellos y yo me logro encaramar en la espalda de Taylor cuanto intenta propinarle una patada que podría evitar que vuelva a tener hijos. Me guindo como una garrapata y él se logra zafar de mí justo cuando Simón le da la patada evitando que logre escapar ileso.

— ¡PAREN YA! —Grito pero ninguno me hace caso. Dae-Hyun se levanta e intenta razonar pero Taylor le parte la boca ganándose un golpe de vuelta que lo hace molestarse muchísimo más.

Es obvio, aparte de que odia a quien lo golpeó, su linda carita de modelo vale millones de dólares.

— ¡SIMÓN, YA BÁJALE! —es inútil. Es una pelea justa teniendo en cuenta que mientras uno lo golpea el otro observa y así viceversa, pero es una desventaja para Dae-Hyun porque mientras ellos descansan él recibe golpe tras golpe y cada vez se va debilitando más hacia sus oponentes —. ¡MALDICIÓN, YA DÉJENLO!

Me lanzo sobre Dae-Hyun haciéndolo caer al suelo y cierro mis ojos con fuerza esperando los golpes que no llegan. Mi respiración es agitada y la de él también, pero ninguno logra decir nada.

Los chicos tampoco dicen nada, todos se quedan en silencio procesando la escena que nadie entiende: yo acostada sobre Dae-Hyun protegiéndolo con mi cuerpo.

Sí, lo estoy protegiendo. Estoy protegiendo al ser que más me lastimó. Al ser que me abandonó embarazada y al ser que me dejó sola cuando más lo necesitaba.

Lo odio, no lo negaré. Pero si hay una posibilidad de que él quiera entrar a la vida de mi bebé y no dejaré que lo maten. No lo quiero cerca pero tampoco quiero negarle el derecho a mi hijo. Podré ser muy inmadura y rencorosa para muchas cosas pero no tengo por qué transmitirle todo mi odio a mi bebé.

Le daré la oportunidad a Dae-Hyun de ganarse el título como padre. Ser papá es algo más que poner el esperma y dar dinero.

— ¿Estás bien? —susurro separándome lentamente y trago grueso cuando su cara queda a milímetros de la mía en una posición bastante extraña.

No, por supuesto que no está bien. Hay mucha sangre saliendo de su nariz y tiene el labio inferior y la ceja partidos. Los chicos se pasaron con esto, entiendo su rencor pero si les dije que pararan tuvieron que hacerlo sin refutar.

—Sarah, aléjate de esa basura —Simón habla completamente serio y yo trago grueso aferrándome más al cuerpo de mi protegido.

No sé cuánto tiempo duramos así, con mis piernas a los lados de su cuerpo y mis brazos alrededor de su cuello, pero cuando me vengo a dar cuenta, dos figuras masculinas llegan captando la imagen rara y difícil de procesar.

Nunca me imaginé haciendo esto pero aquí estoy. Justo en la posición en la que creo hicimos a nuestro bebé.

...

Dae-Hyun.


Días antes.

—Las reglas fueron claras desde el primer momento y no quiero excusas a la hora de cumplirlas —la voz de mi padre rompe mis tímpanos pero me trago mis palabras sin intenciones de hacerlo molestar más —. No me importa lo que hayas hecho o lo que hiciste. Lo que me importa es lo que harás y eso será mantener tu relación con Bae Hae-Sun.

Sale de la habitación con un portazo y trago grueso observando las fotos de mi hijo. Varias lágrimas salen de mí y deslizo mi dedo por el teléfono acariciando mentalmente su cara. Es muy pequeño y es tan... Lindo.

¿Cómo se llamará? ¿Cuántos meses tendrá? ¿Qué estará haciendo justo ahora? ¿Estará bien?

Mis ojos recaen en la imagen de Sarah con él y suelto una exhalación sin poder aguantar más la culpa que me embarga.

Le fallé a ella, le fallé a mi hijo y le fallé a mis ideales.

Siempre me prometí ser mejor persona que mi padre y ahora soy una completa basura sin derecho a opinar en la vida de mi hijo. Mi hijo. El hijo que abandoné estando en el vientre. El hijo que abandoné como un vil cobarde.

No merezco siquiera conocerlo pero no aguanto las ganas de estrecharlo entre mis brazos. Quiera poder hablarle y decirle que yo siempre lo quise, que lo que más deseaba era quedarme con él pero no podía. No puedo ofrecerle nada bajo la dictadura del señor que se hace llamar padre y me ofende y controla por todo.

No puedo ser un buen padre si él tendrá mi misma vida reprimida. Yo no quiero que a él le prohíban tantas cosas como a mí. Yo no quiero que a él le prohíban vivir.

Desearía que con eso mis ganas de verlo se esfumaran de mi pecho pero no puedo. Lo único que deseo día y noche es tenerlo junto a mí y no podré aguantar por mucho tiempo. Necesito tenerlo conmigo, necesito conocerlo y necesito que sepa que no fue un error en mi vida. Él nunca fue rechazado por mí. Él solo fue abandonado con la idea de una vida diferente a la mía.

Mi papá no sabe que él existe. Mi familia y mi esposa no saben nada de él. No saben que existió Sarah tampoco, eso solo lo sabe mi padre y me hizo jurar nunca mencionar el tema. Para él, no fue algo tan grave. Para mí, fue el inicio de mi caos.

Sí quise a Sarah. La quiero, nunca fue menos de eso, pero ya mi vida estaba trazada y ni por ella ni por otra hubiera arruinado mis planes. Corrección: los planes de mi padre.

Sarah para mí fue un respiro en medio de una tormenta. Sarah para mí fue la persona que me hizo explorar el mundo desconocido y fue la primera mujer que me tocó sin tabúes y restricciones. Ella me enseñó y me hizo aprender cosas nuevas y ella... Me dio a mi primer hijo que abandoné como si él tuviera la culpa de mi estúpida irresponsabilidad.

Si pudiera retrasar el tiempo, le hubiera explicado a Sarah el por qué de mi huida y le hubiera explicado a todo lo que se expondría nuestro bebé si mi familia se enteraba de su existencia.

No tuve oportunidad de nada. Si no me iba mi padre vendría por mí y se daría cuenta de todo. Para mi familia, la sangre siempre será recogida y sé que si se hubiera enterado nos hubiera quitado el bebé apenas naciera. Si él se entera... Estoy seguro de que sería capaz de quitarle el bebé a Sarah sin mucho problema. Él hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere. Ni Sarah ni nadie podrían impedírselo y por eso siempre será imposible formar parte total en su vida.

Por eso la llamo y cuelgo sin fuerzas para exponerla. Por eso la busco y me escondo sin poder dar un paso en falso. Por eso decidí emprender un viaje a Estados Unidos para conocer a mi hijo y largarme para siempre.

Solo una vez. Con una vez que lo vea sé que será suficiente. Le dejaré la cantidad necesaria de dinero para que no le falte nada y me aseguraré de que Sarah lo tome y lo utilice. No me interpondré en su camino, no dañaré el estilo de vida que esté teniendo, no me beneficiaré de la sangre para alejarlo de ella. Sé que a su lado no le faltará nada y sé que conmigo se perderá de todo...

Solo lo quiero ver por primera y última vez.

...

—Lo siento, yo no quería que... —niego cuando Sarah comienza a llorar y hago una mueca porque me duele hasta el alma.

No me puedo quejar, es lo mínimo que merecía después de haberla dejado así, pero eso no evita que duela. El labio, la nariz y la ceja derecha me arden y mis costillas necesitarán exámenes para descartar posibles fracturas. Me siento muy débil.

—Está bien, es lo justo —hablo con dificultad. Tengo un pañuelo sobre la nariz que supuestamente me puse para parar la hemorragia indetenible.

Estoy sentado en la cama que pocas veces compartimos y me siento extraño porque ella ya no luce molesta ni con ganas de asesinarme. Se ve realmente muy preocupada y eso solo hace que la culpa incremente porque reafirmo que le hice daño a una de las personas más lindas de este mundo. Todo por imbécil y por miedoso. Todo por poco hombre.

— ¿Quieres que ponga más hielo ahí? Se está hinchando —ella presiona la compresa fría contra mi mandíbula y gimo porque en serio siento que me voy a morir de dolor.

Si mi padre me viera así estaría muy decepcionado, me pagó a los mejores entrenadores de defensa para nada.

— ¡Ma! —Seung llora desde su cuna y yo le lanzo una mirada analítica preguntándome cómo será en un par de años.

Por lo que he podido percibir, es muy apegado a su mamá y tiene una fuerte conexión con ella. También es muy curioso, dramático, explosivo, tiene mucho carácter y ama la atención. Es precioso, es mi copia y sinceramente me siento orgulloso de haber tenido un hijo con ella.

Sarah es una mujer preciosa en todos los sentidos.

—Ya voy, chiquito, dame un segundo —ella le habla como si el bebé la entendiera y sonrío cuando bufa y se deja caer en la cuna jugando con una sonadera amarilla.

Jadeo cuando limpia cuidadosamente mis heridas y creo perder el conocimiento cuando presiona las heridas de mi torso que se ven muy rojas pasando a un tono morado. Me duelen como el carajo y ella no hace más que disculparse y presionarlas con la compresa para verificar si hay o no fracturas.

—Solo son golpes, puedes irte con cuidado —termina de atenderme y se levanta observándome con seriedad y duda. Seguramente no sabe qué más decir.

—Gracias por todo, yo... —me levanto y trago saliva cuando quedamos frente a frente.

Sus ojos marrones inspeccionan mi rostro y los míos sus labios. Lo que más me gustó de Sarah siempre fueron sus labios en forma de arco. Rosados, gruesos y perfectos. Luego de eso, su cabello largo y después su piel de porcelana. Sus ojos brillantes, sus cejas perfectas, sus pestañas largas y sus mejillas sonrojadas. Toda una muñeca de carne y hueso, solo que sin seguir el estereotipo de una comportándose como la chica más explosiva e impredecible que haya pisado la tierra.

Es mi primera novia americana y mi primera vez en casi todo. Por eso nunca sacaré su imagen de mi cabeza.

—Dae-Hyun, no —ella se aparta cuando junto mis labios con los suyos y ladeo la cabeza sin saber qué fue lo que me pasó —. Estoy saliendo con alguien y no pretendo fallarle a mi relación. Estoy enamorada de él.

—Está bien, entiendo —parpadeo confundido. ¿En qué momento me acerqué tanto a su cara? —. Lo siento, Sarah, no sé qué me pasó —pongo una mano en mi costilla izquierda porque me duele moverme tan solo unos centímetros.

Ella respira hondo y se aparta por completo caminando hacia la cuna de nuestro bebé. Lo saca, lo mece y se gira hacia mí una vez que se calma y ríe por las cosquillas que ella le hace en el cuello. Son muy unidos, lo noto. Eso hace que la presión incremente porque no me permití ser parte de eso, no me lo permitieron.

Quisiera poder decirle todo pero eso solo la rompería más y temo que se descontrole como la última vez que nos vimos. Cuando me dijo que estaba embarazada y luego se puso a llorar arrinconándose a un lado de la pared como una niña.

No quiero que pase de nuevo y tampoco me veo afrontando una situación como esa. No soy capaz de ayudarla porque ni siquiera me sé ayudar a mí mismo.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo pero no lo contesto, solo salgo con ella y con nuestro bebé de la habitación ganándome varios miradas asesinas de los hombres que se encuentran en la sala.

Taylor, Simón y Álvaro (creo que así se llama). No parecen muy contentos con mi presencia y los únicos que parecen analizarme en silencio son el papá de Sarah y su prima.

Es muy incómodo y temo que en cualquier momento se lancen sobre mí y terminen con su intento de asesinato.

Cojeo en cada paso y fuerzo una sonrisa hacia Sarah cuando se pone frente a mí impidiendo que se acerquen más de la cuenta. Seung balbucea y se remueve en sus brazos y mis ojos pican cuando su mirada se conecta con la mía de manera instantánea.

— ¿Puedo cargarlo de nuevo? —aclaro mi garganta cuando mi voz se rompe y Sarah me observa confundida antes de asentir pasándome al bebé llorón.

Chilla, me golpea y patalea cuando toco su cabello pero eso no evita que lo apriete contra mí aspirando su aroma dulce característico de los bebés.

¿Cómo se puede amar tanto a alguien que apenas conoces? No lo sé, pero es lo que me pasa. Sus ojos, su carita, sus balbuceos, él. Quisiera tener más tiempo para disfrutarlo pero no lo tengo, esta será la última vez y siento que me están arrancando algo del pecho.

—Perdóname, por favor —susurro sin terminar el abrazo y me separo recibiendo una cachetada que me hace ver mil infiernos diferentes. Tiene fuerza. Dejo un beso en su coronilla y él lloriquea antes de bufar resignado —. Te amo, Seung.

Lo vuelvo a abrazar y se lo devuelvo a Sarah sintiendo un vacío irreparable en el pecho. No sabía que la despedida sería tan difícil. No pensé que dolería tanto.

Mi teléfono vuelve a vibrar en mi bolsillo y lo saco justo cuando Sarah abre la puerta de la entrada.

Mis ojos caen en la imagen inconfundible y palidezco cuando noto de quién viene el mensaje.


¿Crees que no lo sabía? Siempre lo supe. Siempre estuve al tanto de tus movimientos y me avergüenza que decidieras remover las aguas negras del pasado por un simple capricho. Ella ya no forma parte de tu vida y tendrás que tomar medidas con ese bastardo quieras o no.

Tú decides, o desaparece ella o desaparece él, no habrá punto intermedio. No interpondré negocios, alianzas y tu matrimonio por tu error con esa mujer.

No me fuerces a tomar medidas drásticas. Tú haz lo que tengas que hacer.


Aprieto el teléfono con fuerza y trago grueso observando fijamente la imagen. Es el frente de la casa de Sarah, por lo que supongo él mandó a alguien a espiarme.

Todo este tiempo lo supo y yo como un imbécil lo guié hacia Sarah. Los puse en peligro y ahora tengo que evitar que les haga daño. Tengo que evitar que arruine sus vidas y... Tengo que evitar que le ponga una mano encima a mi hijo.

...

¡Buenas nocheees! 

Siento la demora, tuve un bloqueo escritor que me hizo procrastinar hasta que dije ¡no más! Y me forcé a escribir este capítulo. Espero que les haya gustado porque viví un infierno escribiéndolo.

PREGUNTITAS:

¿Qué opinan de Babi?

¿Qué opina de Dae-Hyun?

¿Qué opinan del capítulo?

***

Anthony Soublette

Con mucho amor y un beso en la boca.

—Nepasavoir. 






















¡Las amo, chicas! Gracias por tanto apoyo<3







Puto el que lo lea. 

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