Capítulo 20 - Enfrentamiento

Capítulo dedicado a @Crissb28 <3

"A Sarah: trata de no sentirte tan culpable por no estar con tus amigos en su momento, tuviste razones para irte, a veces es necesario alejarse, no puedes reparar a otros mientras te destruyes tu, es necesario tomar tu espacio y reconstruirte, porque aunque quizás suene egoísta, primero debes de pensar lo que es mejor para ti (y bueno ahora también tienes que pensar en qué es lo mejor para el chinito hermoso que tienes como hijo). Y no sabías lo que estaba sucediendo y tampoco te imaginaste que algo así pudiese suceder, y se que igual te sentirás mal por no haber estado, pero nada de lo sucedido fue tu culpa, y no tenías ni idea de que las cosas estaban mal, y tú necesitabas tiempo, para sanar y reconstruirte.

A Anthony: me sigues cayendo mal, por idiota e impulsivo, pero en parte te entiendo, sé que sufriste, pero eso no te justifica, me encantó que Tayby te diera ese golpe porque te lo merecías (ese y varios más). Hacia ti siento algo así como un amor-odio en estos momentos, pero me pareció tierno como te comportaste con Seung. Pero en serio espero que tomes conciencia y que todo lo que ha sucedido te sirva de aprendizaje, espero que pienses más tus palabras antes de soltarla y que no te dejes llevar por el momento y el rencor, porque ya ves que le puedes hacer mucho daño a una persona con tus palabras, piensa esto una persona es como un billete, lo puedes estrujar o romper a la mitad, y seguirá valiendo lo mismo, porque lo puedes pegar o arreglar un poco, pero, nunca va a volver a ser igual.

A Simón: por qué demonios no tengo a un hombre como tú en mi vida, en serio, eres increíble, de verdad que eres único(o más bien un personaje único , pero se supone que lo digo como si estuviese hablando con ellos) mereces ser feliz, y lo bueno es que entiendes que no tienes que estar con otra persona para ser feliz, yo no creo en eso de que un clavo saca otro clavo, creo que el tiempo cura muchas heridas, y con el apoyo y la ayuda de nuestros seres queridos se curan las otras, hay amores que no se olvidan, pero tú decides lo que quieres recordar de esos amores, de esas personas, mira lo bueno y aprende de lo malo, no cometas los mismos errores, y cuando estés listo y quieras estar con una persona, procura que en su relación siempre haya mucha confianza. Por último como dice Daddy Yankee "Deja que vuele
Y se vaya lejos
Que si vuelve ese amor es tuyo
Y si no vuelve nunca fue tuyo
Y entonces sigue mi sabio consejo"

A Tiff: eres un personaje al que le he tomado mucho cariño, a pesar de la careta de de chica ruda y fría que pones, sé que eres buena y cariñosa con las personas a las que quieres, lo has demostrado estando con Simón en sus malos momentos, has sido su apoyo, quizás en su momento su relación no funcionó y lo más sano y sabio, fue que se separaran, porque se estaban haciendo mucho daño, deseo que puedas encontrar tú felicidad, aunque no sea junto a Simón, te mereces muchas cosas buenas y al igual que como se lo dije a Simón, te lo digo a ti, recuerda lo bueno y aprende de lo malo, si de verdad te sientes lista para tener otra relación, entonces formala a base de confianza y amor."


Sarah.


Me gusta la naturaleza. Me gusta sentarme en la grama y respirar aire puro con un montón de árboles a mí alrededor. Me gusta ver el cielo azul grande e imponente sobre mí, aunque también me gusta de cualquier color en el que se manifieste.

Me gusta el verde natural, el césped, las flores, los árboles, los arbustos. Eso me tranquiliza y me inspira a dibujar mejor lo que pasa por mi mente. Eso es lo que estoy haciendo en este momento.

Sentada en la grama del parque junto a mi bebé, estoy dibujando a mi lindo hijo que no deja de moverse encantado con la sonadera que le regaló mi papá. Estoy dibujándolo lo mejor que puedo mientras el sonido de las personas y los animales invaden nuestra audición. El momento es perfecto.

— ¿Te podrías quedar quieto cinco minutos? —levanto la mirada de mi blog y suspiro cuando mi bebé deja caer su sonadera haciendo un puchero de desilusión —. Ten, se dice gracias —se la paso y sonrío cuando él chilla jugado distraídamente con el objeto. Es una preciosura.

Recojo los lápices y guardo todas mis cosas una vez terminado el dibujo. Son las cinco de la tarde y el frío intenso está comenzando a pegar en los huesos. No, mi bebé no está pasando por mi dolor. Él está cubierto por tres suéteres, un gorrito, guantes, tres pares de medias y sus botitas de invierno. Soy muy cuidadosa con él, yo puedo morir de frío, pero él no.

Yo no tengo ni una bufanda.

Respiro hondo y acelero mi paso metiendo todas las cosas en el auto. Sí, apenas me entregaron mis nuevas tarjetas de crédito, compré mi propio auto que uso en muy pocas ocasiones. No me gusta conducir, soy buena (mucho), pero me fastidia y por eso siempre preferí viajar en taxi.

Lo que pasa es que después del asalto, me prometí jamás pasar por lo mismo. Si quiero ir a algún lugar, debo tener la seguridad de poseer un vehículo o a alguien que me lleve de inmediato. No soportaría que mi hijo pasara por lo mismo de nuevo, me moriría.

Mi nuevo bebé es un Chevrolet Impala 1996 color negro. Dudé mucho en comprarlo teniendo en cuenta de que con él iría incluido el portabebés, pero Lauren me convenció y logré conseguirlo a un precio bastante ajustado a mi bolsillo. No soy millonaria, pero vivo lo suficientemente bien para darme mis lujos y sé que esta fue una inversión que en un futuro tal vez me brinde mejores frutos.

Acomodo a Anthony en su portabebés y él hace un puchero cuando me alejo sentándome en el asiento de copiloto. Así es siempre, odia el portabebés pero lo que más odia es tenerme lejos. No soporta estar encerrado y no soporta estar tan lejos de mí, es un chicle.

Mi teléfono repica en el asiento de copiloto y lo tomo cuando el semáforo me impide continuar con mi ruta.

— ¿Hola?

— ¿Qué harás la próxima semana? —la voz de Dania interrumpe el silencio y yo pongo el altavoz para poder conducir cómodamente.

—Creo que nada, ¿por? —cruzo en la esquina y muerdo mi labio inferior tarareando una canción en mi mente. Al menos mi bebé no está armando un espectáculo.

—Mañana es el cumple de Miley y todos queremos viajar a Torrance para pasar unos cuántos días allá... —la línea queda en silencio y yo respiro repetidas veces sin saber qué decir —. ¿Qué dices?

No vayas. Es el primer pensamiento que invade mi mente. El pánico surge de inmediato y trago saliva poniendo una mano en mi revuelto estómago. No puedo.

Sé que mi comportamiento es cobarde e incluso infantil en cierto modo, pero no puedo. Tengo miedo de volverlo a ver y sé que él estará presente en ese viaje. Tengo miedo de verlo y no porque me vaya a hacer un daño físico porque aunque en su momento de molestia la situación se volvió muy tensa e incluso violenta, él jamás me levantó la mano. Tengo miedo de una forma mental, emocional. Tengo miedo de que me haga daño, de que me diga otra cosa hiriente, de que me demuestre otra vez que sus sentimientos hacia mí son perversos, oscuros e incorregibles. Tengo miedo de que de nuevo elija a alguien más por encima de mí para demostrarme que ya me superó y no me tiene en su corazón.

No quiero, no puedo y no soportaría verlo. Es demasiado dolor para mí.

— ¿Él va? —me atrevo a preguntar con un hilo de voz. Dania se queda en silencio sin saber qué decir y luego aclara su garganta como incómoda por la respuesta que tiene que dar.

—Es mi mejor amigo, Sarah...

—No puedo, lo siento —la interrumpo y aprieto el volante entre mis manos intentando ocultar lo temblorosas que están.

¿Me estoy comportando como una tonta? No lo sé ni me interesa. Por mi estabilidad mental y por el bienestar de mi bebé, no dejaré que Anthony me vuelva a tratar como se le dé la gana. Él por su lado y yo por el mío. Si me odia tanto, que se aleje de mí así como yo lo haré de ahora en delante de él.

No quiero que la imagen que mi bebé perciba de mí sea la de una mujer humillada por un hombre. No quiero que mi bebé perciba mi inestabilidad mental. No quiero que él perciba lo que con tanto esfuerzo estoy intentando sanar.

Sí, quiero ser una buena madre, pero también quiero sentirme orgullosa de la mujer que soy (o pretendo ser).

—Sarah, escucha —suspira y luego de varios segundos vuelve a hablar —. No irá él solo. También estará tu hermano, Tiffany, Taylor, Lauren, Sarahí... Todos ellos. No puedes frenar tu vida solo porque en el círculo social de tus amigos está alguien que no te agrada. Estaremos nosotros, tu familia, no puedes dejar de compartir con nosotros solo por una persona. Te prometo que no se repetirá lo del restaurante, tenlo por seguro...

¿Sarahí también? Carajos, sí que es salida.

—Lo pensaré, ¿vale? No prometo nada —ella chilla y luego me da algunos detalles más antes de colgar diciendo que tiene que avisarle a alguien más.

Estaciono frente a la casa y me bajo cargando a mi dormido bebé con una expresión dudosa. No por él, si no por mi conversación con Dania.

Taylor me había avisado que le estaba preparando algo a Miley, pero no me dijo qué. Ahora lo sé y estoy asustada porque es la primera vez después de mi crisis que estaremos cara a cara. Él con su Babi y yo con mi hijo. No sé si estoy lista para afrontarlo.

Han pasado muchas cosas desde ese día. He continuado con mis clases de yoga, he ido un par de veces con mi terapeuta, he establecido la relación con mis viejos clientes y tengo varios proyectos en marcha... Estoy continuando con mi vida, pero mi mente no deja de procesar mi pasado.

Taylor me sugirió escuchar a Anthony pero yo no quise. Me negué y le dije que no estaba lista y él lo aceptó. No volvimos a hablar de ese tema pero la pregunta del ¿por qué fue a mi casa esa noche? No deja de aparecer en mi mente. ¿Quería decirme algo más que "te odio"? No lo creo. No creo que él tenga algo más que agregar a su largo repertorio.

—Buenas —hablo bajo para no despertar a mi bebé y sonrío cuando me encuentro con la linda escena de la familia feliz. Tiffany está observando a su bebé jugar con Simón y no tiene ni la más mínima intención de despegar su mirada de ellos, se ve enamorada.

—Buenas noches —Sarahí sale de su habitación y me guiña un ojo como diciendo "yo tampoco supero la escena".

Decido no interrumpir el momento y camino rápidamente a mi habitación tomando una manzana para apaciguar el hambre.

¿Dónde estará mi papá? Él ha estado saliendo constantemente a lugares que desconozco y aunque no lo quiera admitir porque sé que la ilusión me hace ver muy infantil: Amaría que volviera a conquistar a mi mamá.

Ella se ha mostrado realmente muy en desacuerdo con su presencia pero no nos ha querido decir nada. Está confundida por la estrecha relación que tenemos con mi padre, pero no es capaz de opinar nada sobre el asunto. Le alegra de cierto modo que tengamos de nuevo a nuestro padre en nuestras vidas, pero no sabe las razones por las cuales lo perdonamos. Ella no quiso escuchar nada que tuviera que ver con él cuando intenté explicarle.

No la juzgo, mi papá confirmó que sí le había sido infiel años atrás y eso a ella se le quedó grabado en la mente. Ella lo asimiló, lo aceptó y lo enfrentó. Fue culpa de mi padre no haberle contado la verdadera historia, ella solo le creyó a su ex –esposo.

Acuesto a mi bebé en su cuna y me quito los zapatos lanzándome con flojera en la cama. ¿Qué puede pasar en ese viaje? Solo serán un par de días. Además, si no voy, pasaré navidad sola ya que Dania confirmó que se quedarían hasta el veinticinco de diciembre allá.

¿Debería ir? Pasar navidad a solas con mi mamá no es tan malo. Estoy segura de que papá también se quedará en casa así que también podría quedarme con él. No es tan malo, todo lo que necesito está aquí y eso es a mi bebé.

No es tan malo quedarme... Aunque me encantaría compartir con todos mis amigos también. ¿Qué sería lo peor que podría pasar, encontrarme con Anthony? Me lo encontraré cualquier otro día, no puedo sacrificar mi felicidad solo para que él esté en paz. Le moleste o no, compartimos el mismo círculo de amigos y nos encontraremos muchas veces. No quiero pertenecer a su vida y me alejaré lo más posible de él, pero tampoco me perderé de buenos momentos para hacerlo feliz.

Que se jodan Anthony Soublette y el babuino. Iré a ese jodido viaje.

...

Anthony.


— ¡Lista! —Babi sonríe cerrando el maletero y yo la sigo cuando sube con rapidez sentándose de copiloto.

No la invité, ella se auto-invitó.

Ayer estaba muy ocupado planeando todo con Dania cuando Babi se detuvo detrás de mí y escuchó nuestra conversación. Estábamos en el restaurante puliendo los últimos detalles de nuestros planes y Babi me vio con sus ojitos de huevo frito y me preguntó si lo hacía por Sarah. Le respondí que sí, ¿para qué mentir? A lo que ella lloró durante largas horas y luego alistó sus maletas prometiendo que haría todo lo posible para hacerme regresar con Sarah. Me negué, intenté sutilmente decirle que el viaje era exclusivo para la familia pero ella no captó las señales y siguió con su entusiasmo.

Y aunque parezca que no, tengo un corazón muy sensible en el fondo que no me permitiría hacerla llorar más. No soy tan mierda para eso y es lo mínimo que puedo hacer después de haberla utilizado como un objeto. Con utilizarla me refiero a tener sexo por despecho con ella.

Y ahora lo estoy dudando porque sé que Sarah no tendrá ninguna intención de siquiera dirigirme la mirada y me siento como un imbécil porque solo acepté venir para poder hablarle.

Quiero disculparme por todo lo que hice, le dije y demostré. Me siento como un maldito imbécil porque estuve tratándola como una mierda cuando ella se alejó pensando en lo mejor para mí... Pensando que yo la dejaría.

¿Por qué actué como un maldito crío impulsivo? Estuve tanto tiempo cegado por el orgullo, odio y rencor que no le di la oportunidad de explicar sus razones. No le di la oportunidad de confesarme que su miedo iba más allá del egoísmo, que ella no hizo nada con mala intención.

Sarah fue abandonada con un hijo. El maldito chino de mierda la dejó sola y ella no supo qué hacer, se sentía perdida y es comprensible. ¿Qué podía hacer? Todos la juzgaban por todo y aunque en ningún momento lo hice, sé que tuvo miedo de que mi reacción no fuera diferente. Sarah estaba aterrada, embarazada y sola, porque no se apoyó en nadie que le dijera, "todo estará bien".

Estoy extremadamente arrepentido por todo y quiero emendar mi error. Quiero pedirle disculpas y quiero decirle que yo jamás la hubiera juzgado. Yo no lo hubiera hecho... Yo la amé y la amo mucho como para haberlo hecho.

— ¿En qué piensas? —la voz de Babi me saca de mis pensamientos y yo alzo la mirada notando su expresión irritada. No entiendo qué la hizo cambiar de ánimos, cuando entró estaba bastante feliz.

—Cosas —cosas que en realidad no tienen nada que ver con objetos. Cosas como una chica y un bebé que tiene mi nombre. Cosas como la necesidad que siento de verlos de nuevo.

— ¿Qué cosas? —frunce el ceño y yo niego sin intenciones de comenzar una discusión. Ahora tiene la manía de darle la vuelta a cualquier asunto sin importancia —. Anthony, ¿acaso no notas algo diferente? —se cruza de brazos y yo suspiro detallándola por primera vez en el día.

Se pintó el cabello de negro. Abro mucho los ojos y asiento intentando asimilar su nueva imagen. No lo había notado pero la verdad es que es muy difícil no darse cuenta. Su cabello pasó de un opaco gris a un negro azabache. Se ve muy bien, realmente, pero es raro verla así.

— ¿Te gusta? —sonríe como una niña y yo asiento despegando la mirada de su rostro.

—Te queda bien.

Proceso su nueva imagen y bloqueo los pensamientos negativos que invaden mi cabeza al instante. Obviamente no lo hizo por esa razón, ¿por qué carajos pienso en eso? Babi no es así.

Estaciono frente a la casa de David y bajo saludando con la sonrisa más falsa a los chicos. Sinceramente no tengo ganas de sonreír porque los nervios no me dejan concentrarme. Sarah no ha llegado, pero el saber que la veré de nuevo me tiene bastante angustiado y preocupado por su reacción. ¿Y si le vuelve a dar otra crisis? No lo soportaría. La culpa que sentí la última vez no me dejó dormir por semanas.

—Para los cumpleaños de Miley siempre hacemos lo mejor —Daniel deja un beso en la mejilla de la rubia y ella ríe murmurando un "lo sé".

—Feliz cumple, hermosa —la abrazo entregándole su regalo, (una pulsera de diamantes), y ella me agradece completamente encantada por el detalle.

Me detengo frente al estanque observando los peces y suspiro recordando las palabras de Sarah. ¿Seguirá queriéndose hacer el mismo tatuaje? No lo creo, pero ese es el tema que tengo planeado para hablarle de nuevo. Lo usaré como excusa para acercarme y cuando menos se dé cuenta, ya estaremos hablando de cualquier cosa que nos pase por la mente. Quiero que me escuche, que escuche mis disculpas. Quiero volver a tenerla porque la extraño. Quiero limpiar mi imagen ante sus ojos porque estoy seguro de que me veo como un cabrón desde su perspectiva.

— ¿Quién es esa chica? —la voz de Babi interrumpe mis pensamientos y yo alzo la mirada notando que está señalando disimuladamente a Miley.

—La novia del mejor amigo de Sarah —trago saliva al pronunciar su nombre y sé que Babi lo nota porque me observa fijamente antes de asentir procesando la información.

Las risas de unos bebés llaman mi atención y observo hacia la entrada notando que tienen una guardería vigilada por Maya.

—Di "carajos" —Maya ríe cuando Alisa balbucea la palabra y deja de reír al encontrarse con la mirada amenazante de David.

— ¿Dónde están mis lentes de sol? —Thomas sale de la casa con una expresión confundida y yo niego divertido al ver que los tiene sobre su cabeza.

— ¿Qué tal si me prestas los que tienes aquí? —Alex rueda los ojos y se los quita caminando lejos de su gemelo.

—Kendall Steven Wells, primera y última vez que te metes a la piscina sin permiso —el regaño de Venus llama la atención de todos y no puedo evitar observar al bebé que se encuentra cubierto por una toalla. Está empapado de pies a cabeza y por su sonrisa sé que no se arrepiente de su travesura.

Supongo que sabe nadar al igual que Dael. Mi ahijado ya es profesional haciéndolo y soy yo el que lo lleva personalmente a todas las clases de natación.

La saludo cuando llega hasta mí y no puedo evitar observar su vientre impresionado por lo grande que está. La última vez que la vi fue en el cumpleaños de Taylor y todavía no estaba así. ¿De esta manera se vio Sarah?

—Venus, ¿cuántos meses tienes? ¿Trece? —ella ríe y niega acariciando su vientre con delicadeza.

—El doctor espera que dé a luz a finales de este mes —toma mi mano sorprendiéndome y yo abro mucho los ojos cuando al tocar un exacto lugar de su vientre, una personita patea con fuerza desde adentro —. Será futbolista.

Sonrío y alejo mi mano sintiendo una extraña sensación de curiosidad. ¿Anthony pateó de la misma forma cuando estaba en el vientre? ¿Sarah lo sintió moviéndose? ¿Cómo fue su proceso durante la gestación?

—Quieres reunir a un equipo completo, ¿eh? —río. No puedo creer que a su edad ya tenga tres hijos y me impresiona que lo afronte con tanta tranquilidad y madurez. Yo me volvería loco con un hijo y con tres no puedo ni imaginarlo.

—Es la idea —responde divertida antes de girarse para saludar a los recién llegados.

Dejo de pensar, respirar y me concentro en la única razón por la que deseo estar en este viaje.

Sarah baja de un auto que nunca le había visto y luego sonríe hacia todos saludando con la alegría que la caracteriza. Luego, se vuelve hacia su auto y saca de este a su bebé que se encuentra con los ojos llenos de lágrimas y una sonadera en su manito. Ambos se ven perfectos y lo que no puedo evitar sentir es la necesidad de estar con ellos.

¿Por qué me tuve que comportar como un imbécil?

—Hey —Simón me saluda y yo me acerco a él detallando con atención a su mocoso. Sean es la cagada de Simón y lo peor es no poder negar que es lindo. Tiffany y él tuvieron una buena combinación.

— ¿Qué me miras? —alzo una ceja en dirección a Sean y sonrío cuando el bebé parpadea sin entender lo que le estoy diciendo.

—Está evaluando si eres un buen candidato para ser su tío —Simón ríe alejándose y yo frunzo el ceño pensando sus palabras. Lo dijo en broma, ¿no?

Camino nerviosamente hacia donde está Sarah y me detengo de golpe cuando ella se aleja del lugar demostrándome que esa será su actitud de ahora en adelante. ¿Me duele? Sí. ¿La culpo? No. ¿Qué haré al respecto? No lo sé, pero si tengo algo seguro es que ambos volveremos de este viaje con la relación más estrecha del mundo.

...

Sarah.


Está con el maldito babuino. La trajo. Trajo a Babi después de todo lo que pasó. ¿Qué hago? ¿Cómo actúo? ¿Por qué vine? No debí venir, estoy arrepentida y ahora solo quiero irme a casa.

Entierro mis dedos en mi cabello y camino de un lado a otro completamente frustrada. La mirada de mi bebé me sigue de la misma forma y no puedo evitar soltar palabrotas no aptas para su presencia por no poder contener el poder de mi rabia.

Ya es tarde, ya estamos en la habitación de hotel y ya no podemos devolvernos. ¿Por qué me dejé convencer por Lauren? No debí jamás haber aceptado esto. Solo debí entregarle el regalo de cumpleaños a Miley y desaparecer.

¿Ahora cómo bajo y finjo que estoy extremadamente contenta? ¿Cómo finjo que la presencia de Babi no me fastidia? ¿Cómo finjo que la presencia de Anthony no me afecta? Esto es inhumano.

¿Y si Babi me vuelve a provocar y Anthony me grita? ¿Y si se repite el show del restaurante? ¿Y si...? Estoy aterrada.

No quiero más problemas, solo quiero paz.

—Ma —el balbuceo de mi bebé me saca de mis pensamientos y me acuesto a su lado en la cama soltado un pesado suspiro.

—Tu mamá tiene ganas de que se la trague la tierra —le hablo y froto mi nariz con la suya observando su preciosa carita —. Tu mamá tiene mucho miedo.

Acaricio su cabello y sonrío cuando pone sus manitos en mi cara observándome con sus grandes y hermosos ojos negros.

No me puedo dejar caer. No puedo darles ese gusto a ellos... No puedo demostrarles lo mucho que me duele su presencia. Tengo un hijo y me prometí darle la mejor navidad de su vida y eso haré. No quiero que me vea triste o afectada por ningún motivo y tampoco quiero pasar estos días tan deprimida.

Saldré de esta habitación y le patearé el culo a cualquiera que quiera hacerme sentir inferior.

Eso es en todo lo que pienso mientras bajo en el ascensor bailando la canción que se escucha a todo volumen en mis audífonos. Mi bebé ríe por mis movimientos improvisados y yo río dejando varios besos en su hermosa y chiquita cara.

Le canto Boy With Luv con toda el alma y él solo ríe porque ama cuando su madre tiene pequeños momentos de locura. Desde que nació declaré esa canción nuestra canción y ahora que se la canto casi todos los días no puedo evitar pensar que nada me había gustado tanto como pasar estos momentos junto a él. Él es todo lo que me hace feliz y todo por lo que quiero ser feliz. Debo encontrar un equilibrio, eso lo sé... Pero mi bebé se volvió mi razón para vivir desde el momento en el que lo tuve por primera vez entre mis brazos.

— ¿Terminaste? —una voz me saca de mi momento de ensoñación y dejo de cantar cuando la mirada de Babi se encuentra con la mía.

No sé qué es lo que más me impresiona. ¿Su color de cabello o su contagioso mal humor? No lo sé, pero ambas cosas me dejan sin palabras.

La ignoro saliendo del ascensor y pongo otra canción para no escuchar lo que dice. No me interesa nada que tenga que ver con ella y no me interesa ella como persona. Que se vaya a la mierda.

Saludo a las chicas cuando llego hasta ellas y no puedo evitar soltar un gemido de ternura cuando veo la linda escena de mi mejor amigo y su hija. Gianna está dando sus primeros pasitos en la arena y Taylor y Miley se encuentran animándola y grabándola con una sonrisa emocionada.

Mi chiquita da tres pasos más antes de caer y reír terminando su recorrido gateando. Todos la felicitan y no dudo en aplaudir observando con la misma emoción a mi bebé. Creo que lloraré como una magdalena el día que de su primer paso.

—De aquí a las olimpiadas —Taylor la carga y todos reímos acostumbrados a sus cosas.

—Alisa ya es toda una atleta —observo a la bebé de mi mejor amiga. Camina torpemente y realmente está más en el suelo que en otro lado, pero ya camina.

—Mi niña será una bailarina —Lauren la carga y ríe dejando varios besos en su cara.

Hablamos, reímos, cantamos y bailamos durante horas y no puedo evitar desviar mi mirada una y otra vez porque por supuesto, no somos las únicas en compartir un buen rato.

Anthony está jugando voleibol con Dania, Daniel, Sthepen, Abel, Sofía, Axel, Rebecca, Sarahí, Tiffany, Simón y todo ellos... Y yo desde hace rato estoy observándolos como una idiota.

No lo puedo evitar. Mis ojos tienen vida propia y cada vez que Lauren se descuida recorren con descaro todo el cuerpo de Anthony. Solo tiene un short playero y tengo a la vista los tatuajes que tanto me gustan. No puedo dejar de verlo, luce tan precioso como siempre.

Distancia, Sarah. Recuerda mantener la distancia.

Comienzo a amamantar a Anthony cuando lloriquea por el hambre y suspiro acomodando los mechones de su cabello con mis uñas. Se supone que debería estar durmiendo pero no ha querido cerrar sus ojos y tampoco quiero forzarlo a conciliar el sueño. Así es mejor porque en la noche dormirá sin despertarse a cada rato.

—Ya vengo, tengo que llevar a esta criatura a su habitación —Lauren se levanta señalando a su bebé dormida y yo asiento sonriéndole a mi sobrina.

Tomo un trago de jugo de piña y me vuelvo a poner los audífonos perdiéndome en la música que tanto me gusta. Mar, arena, mi bebé y esto, ¿qué más puedo pedir?

Cierro los ojos y tarareo la canción perdiéndome en la melodía y en la letra. Entiendo un poco el coreano cuando lo escucho, pero al leerlo o pronunciarlo soy un asco.

Estoy bien, me siento bien y todo eso... Pero ahora tengo la pequeña duda sobre cómo están mis padres. Están solos en Los Ángeles y aunque Simón y yo les insistimos hasta más no poder que vivieran, ninguno de los dos aceptó. Pasarán navidad cada uno en distintas casas y estoy segura de que piensan seguir así hasta que mi papá se vaya.

Maldito orgullo y maldito rencor que no permite que las personas se puedan acercar. Y no podemos dejar de lado el miedo, creo que ese es el peor de todos.

Un frío pasa por la cima de mi pezón y noto entonces que desde hace rato Anthony estaba dormido. Me cubro enseguida y lo apoyo en mi hombro palmeando repetidas veces su espalda. Estoy cansada e iré a dormir porque no aguanto más tortura visual, es mucho para mí corazoncito.

Camino con flojera hasta el ascensor y me apoyo en una pared cerrando los ojos con cansancio. Tengo sueño y no tengo nada mejor que hacer que dormir. Así evitaré pensar en los dramas y así evitaré pensar en Anthony.

La música para cuando mi teléfono se descarga y yo suspiro fastidiada del mundo. Ya me quitó la música, ¿qué más quiere de mí?

—Dejaste tu jugo de piña —una voz masculina interrumpe mi momento de silencio y salto del susto porque es de la persona que menos esperaba tener cerca.

Observo a Anthony con terror y mi pecho se infla y desinfla cuando las puertas del ascensor cierran sin tiempo para que ninguno de los dos salga.

¿Ahora qué quiere? ¿Cómo salgo? Debo salir de aquí... Él me va a lastimar...

—Sarah, cálmate —intenta acercarse pero yo chillo aterrada por el momento. No quiero que me hable, ni que me toque, ni nada. No quiero tenerlo cerca, me duele su presencia y su existencia—. No te haré nada, en serio...

—Déjame en paz —logro decir con voz firme antes de romper en llanto. Por sus gritos, por él, porque defendió a Babi y la puso por encima de mí... Por todo. Lloro de una forma tan real e incontrolable que por varios minutos él no dice nada, solo me mira con una expresión de culpabilidad y arrepentimiento absoluta.

Jadeo cuando sus brazos me rodean y lloro sin fuerzas para empujarlo lejos de mí. En parte porque mi bebé está dormido entre mis brazos, en parte porque no sé por qué mierda no quiero que me suelte.

Duramos largos minutos así siendo conscientes de que el ascensor ya llegó a su destino y posiblemente alguien esté esperando para usarlo. No me importa y a él parece no importarle. No dice nada, no intenta nada y tampoco demuestra nada. Solo me abraza, acaricia lentamente mi espalda y respira una que otra vez cerca de mi cabello. Solo eso.

— ¿Estás mejor? —Pregunta pero no respondo, solo pienso que no es una buena idea tenerlo tan cerca —. Sarah, no me mires si no quieres, pero al menos intenta responder porque no te pienso dejar sola hasta que estés mejor —su voz seria me hace saber que no miente y logro estabilizar mi mente hasta el punto de separarlo por completo de mí.

—Estoy bien.

Ni siquiera le lanzo una última mirada, solo camino lejos de él sin un rumbo en específico. No sé a dónde ir, estoy perdida y tengo a mi bebé dormido entre mis brazos.

¿Por qué estoy temblando tanto? Tengo sed. ¿Dónde hay agua? Tengo que llegar a mi habitación. ¿Cómo hago para llegar a mi habitación? Tengo que llamar a alguien... Mi teléfono está descargado. ¿Qué hago? Tengo frío.

Mi mente deja de dar vueltas cuando alguien me sujeta con fuerza y balbuceo a la defensiva cuando Anthony me quita al bebé Anthony de los brazos sin preguntar. ¿Por qué lo hace? ¿Qué quiere ahora? No puedo dejar que maltrate a mi bebé. Una cosa soy yo y otra es mi hijo. Si le llega a levantar la voz le parto la cara.

—Escucha. Sé que no quieres hablarme, verme o escucharme, pero no te dejaré así y no puedo dejar así al bebé. Mira cómo estás, ¿en serio pretendes caminar así por todo el pasillo? Les pueden hacer algo a los dos y no me arriesgaré. No te haré daño, lo prometo... Solo necesito que confíes en mí una vez más, ¿puedes? —me tiende su mano y no sé por qué carajos se la tomo caminando con torpeza a su lado.

Su mano está caliente o la mía está muy fría, no lo sé, lo único que si puedo notar es que estoy sudando demasiado pero a la vez estoy temblando por un frío inexistente. Estoy extremadamente nerviosa y lo peor es que sé que él lo sabe. Él sabe la reacción física que tiene sobre mí.

Le paso la tarjeta de mi habitación y al minuto los tres entramos caminando en silencio hasta la gran y cómoda cama.

¿Cómo negarlo? Los recuerdos me invaden enseguida. Estamos en el mismo hotel que la primera vez y no puedo evitar pensar que esa vez ambos perdimos el control en una cama parecida. Hicimos muchas cosas que en este momento no quiero recordar y nos dijimos muchas cosas que en este momento no quiero ni imaginar. Qué vergüenza, espero no volver a repetir esa situación nunca.

Me acerco a él para quitarle a mi bebé pero me quedo en completo silencio cuando él me esquiva y lo acuesta con delicadeza en la cama observándolo con mucha atención. ¿Por qué lo mira tanto? No me gusta que esté tan interesado ahora, ¿qué es lo que quiere?

Aguanto la respiración cuando se gira encontrándose con mi mirada y entro con rapidez al baño encerrándome sin dudarlo en él.

"Voy a mantener la distancia"... Qué ilusa.

Mojo mi cara una y otra vez y paso una toalla por mi cara viéndome fijamente al espejo. ¿Por qué no puedo dejar de temblar? Parezco gelatina y no estoy jugando. Mis ojos están rojos e hinchados y mi cara está pálida y descompuesta. ¿Cómo hago para salir de este lío? Ahora quiero que la tierra me trague.

Vamos, Sarah. No puedes dejar a tu bebé tanto tiempo solo con ese chico. No puedes encerrarte por siempre en tu baño. No puedes escapar para siempre de las personas que te hicieron daño.

Salgo después de una larga charla motivacional y aparto la mirada cuando Anthony se gira enfocando sus ojos en mí. Luce serio, bastante tenso y muy dispuesto a algo que no sé todavía.

¿Tengo miedo? Sí. ¿Lo culpo? Sí. ¿Haré algo al respecto? Sí, sacarlo de mi habitación.

—Lo siento —su murmuro me deja estupefacta y dejo de pensar abriendo los ojos de par en par —. Siento haberte tratado tan mal, Sarah. Siento haberte hecho sentir que merecías esos tratos. Siento haberte hecho creer que de verdad sentía todas esas cosas por ti.

Oh, carajos, ¿cómo es que se respira?

»No te odio, nunca podría hacerlo. No estoy decepcionado de ti y tampoco siento deseos de alejarte. No siento nada malo por ti, solo quiero que sepas que nada de lo que dije molesto es verdad. Eres muy, muy importante para mí. Tú me importas lo suficiente para haber esperado tu regreso durante todo ese tiempo. Casi se me sale el corazón cuando te vi, te lo juro. Me dejé llevar por la impresión porque sentí que solo habías jugado conmigo al escribirme una carta, pensé que habías iniciado de nuevo una relación con Dae-Hyun. No sabía que el hijo que habías tenido había sido después de él, te juro que no sabía nada de eso... Yo...

»Nunca te hubiera dejado sola, Sarah. Nunca te hubiera abandonado porque me importas y me importas muchísimo. Jamás te hubiera hecho algo como eso porque tú vales demasiado y Anthony vale demasiado... Ustedes no merecían pasar por tantas mierdas... —retrocedo cuando termina de acercarse a mí y chillo cuando alza su mano tocando con delicadeza mi mejilla.

— ¿Cómo es que tú sabes...? —mi espalda choca con la pared y giro la cara hacia un lado cuando se termina de acercar pasando su mano izquierda por todo mi brazo derecho.

Me está tocando. Él está muy cerca de mí y me está tocando y me está viendo. ¿Qué hago? Estoy entrando en crisis. Bebé Anthony está durmiendo en la cama y el otro Anthony está a centímetros de mí observándome como si esperara algo que no sé. Voy a explotar.

—Lo siento muchísimo —toma mi cara entre sus manos y me obliga alzar la mirada conectando nuestros ojos al instante. Me quiero morir.

Sus labios rozan los míos pero yo niego separándolo con la poca fuerza de voluntad que me queda. Mátenme.

Respiro descontroladamente y pongo una mano en su pecho sintiendo el palpitar acelerado de su corazón. ¿Tiene miedo? ¿Está nervioso? No lo sé, porque aún así no se separa de mí en ningún momento y tampoco me deja de mirar. Esto es muy intenso.

Las sensaciones tan poderosas hacen que mi vientre cosquillee y dejo escapar un suspiro silencioso cuando volvemos a unir nuestras intensas y confundidas miradas. Solo es silencio, tensión y miedo. No sé si de su parte, pero mis piernas no han dejado de temblar desde que lo vi por primera vez en la casa de David.

Nuestras miradas viajan de nuestros ojos a nuestros labios y no puedo evitar pensar en todas la veces que unimos éstos como si fueran los únicos en el mundo. ¿Cómo pasamos de tenerlo casi todo a tener casi nada?

—Ma —el balbuceo de un bebé seguido de un llanto nos sacan del incómodo momento y no dudo en separarlo de mí intentando despegar el caluroso ambiente para nada adecuado a la ocasión.

—Estoy aquí, amor —lo cargo meciéndolo lentamente y él poco a poco deja de llorar concentrándose en todo su alrededor.

Anthony se sienta a nuestro lado en la cama y yo me sorprendo cuando mi bebé le sonríe tendiéndole sus bracitos con toda la confianza. No lo entiendo, ¿se conocen? Bebé Anthony no es muy confianzudo, él casi nunca es el primero en tratar a las personas a su alrededor.

—Hola, mocoso —Anthony lo carga y le devuelve la sonrisa sentándolo con una actitud relajada sobre sus piernas. ¿Ya lo había cargado antes? ¿Por qué luce tan relajado? ¿Por qué está cargando a mi hijo? —. ¿Por qué no le cortas el cabello? Ya está por taparle la vista —habla como si fuera lo más normal del mundo y me encojo de hombros aún asombrada por la química de ambos.

—Se lo mandé a cortar hace dos semanas, pero le crece muy rápido —suspiro y él asiente levantándose en busca de algo que no entiendo —. ¿Se te cayó algo?

— ¿Tienes unas tijeras? Yo se lo cortaré —se encoje de hombros y niego horrorizada con lo que le pueda hacer a mi bebé —. Oye, yo mismo me corto el cabello desde que tenía como seis años. Al principio lo hacía horrible, pero prometo que ya mejoré mi técnica.

Lo dudo mucho tiempo, lo admito, pero después de una hora él me logra convencer y no puedo evitar sentarme a su lado vigilando que no lo deje como un hongo porque odio ese maldito corte. Recuerdo que Simón lo tenía cuando era chiquito y se veía horrible.

—Quédate quieto —Anthony le habla a mi bebé como si éste lo entendiera y no puedo evitar cubrir mis ojos cuando el primero sonido de metal invade el silencio del baño —. Eres un chico valiente —quito las manos de mi cara y ruedo los ojos al encontrarme con la sonrisa de Soublette. Es obvio que lo dijo para confirmar que yo soy la cobarde.

Observo con temor los siguientes cortes y no puedo evitar sonreír cuando mi bebé ríe y se remueve sentado sobre el excusado. Anthony está muy concentrado en los mechones de cabello que caen como plumas de aves sobre el suelo y no puedo evitar darme cuenta de un gran, enorme e importantísimo detalle: mi bebé se está dejando tocar el cabello por alguien que no soy yo.

Bebé Anthony no parece molesto ni incómodo, luce bastante relajado y no hace nada más que jugar y reír encantando con los recortes que le está haciendo su peluquero personal. Es raro, cuando lo llevé para que le cortaran el cabello estuvo llorando desde que llegamos hasta que nos fuimos y no pude evitar sentirme culpable porque sé cuánto odia que toquen su cabello y prácticamente lo obligué. Tuve que sujetarlo para que el peluquero pudiera hacer su trabajo en paz y luego tuve que aguantarme su mal humor al sentirse de alguna manera traicionado por no haber obtenido mi ayuda.

— ¿Mejor? —Anthony lo carga y lo gira mostrándome su estupendo trabajo. Realmente estoy impresionada porque quedó perfecto. Incluso se ve mucho mejor que antes y eso parece imposible.

—Está perfecto, gracias —le quito a mi bebé de las manos y salgo del baño pensando en que debo limpiar todo antes de acostarme a dormir —. Bueno...

Me giro y lo observo sin saber qué decir. Él me observa de la misma forma y trago grueso cuando desliza sus dedos por mi mejilla acercándose lo suficiente para dejar un beso sobre mis labios. Pero no lo hace, él solo roza nuestras respiraciones y se aleja como si temiera recibir un golpe de mi parte.

—Te amo —su declaración corta mi respiración y no puedo evitar apretar a mi bebé entre mis brazos porque no estoy segura de si estoy soñando realmente —... Y me encanta que le hayas puesto mi nombre al mocoso —señala a mi bebé y parpadeo sorprendida por la confesión.

— ¿No te molesta? —me atrevo a preguntar porque hasta el momento, pensé que odiaba con todo su ser los nombres elegidos para mi hijo.

—No, me gusta —asiente y sonríe revolviendo el cabello del "mocoso" —. Me gusta tanto como tú y eso es mucho, Sarah — ¿mucho? ¿Todavía le gusto?

— ¿T-te gusto?

—Me encantas.

...

SORPRAI!!! (sorpresa para los que no saben inglés).

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Qué sobre  la relación de Sarah y Anthony?

¿Qué creen que pasará durante este viaje?

Con mucho amor y un beso en la boca.

—Nepasavoir.

























Puto el que lo lea.

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