Capítulo Veintinuno
Capítulo veintiuno.
Jeremy.
27 de octubre, 2014.
Podrán pasar mil años y yo nunca olvidaré la clase de yoga con Naomi.
Nunca.
Me enloqueció e hizo perder el control, teniendo un orgasmo de manera pública; mientras otros estaban concentrados y conectados con su yo interior, yo estaba muy conectado con la idea de frotarme contra Naomi y conseguir algún tipo de alivio y final feliz.
Doug siempre tuvo razón, el yoga es lo mejor que le ha podido pasar a mi vida con Naomi y tuve una pequeña muestra de ello. Desde entonces fui a Google y madre mía, amé cada imagen confusa y no confusa sobre las cosas interesantes que obtienes cuando tienes a una diosa del yoga.
Es difícil concentrarme en el trabajo cuando todo en lo que puedo pensar es en Naomi. Lo físico está más que bien, digo, ella es preciosa y está más que buena con todo ese cuerpo tonificado, pero su interior es tan o aún más hermoso como el exterior. Su dulzura, su timidez, su diversión, incluso este nuevo lada coqueto y seguro de sí misma que me muestra. Estoy enamorado totalmente de ella y no hay vuelta atrás.
Y no creo que quiera esperar a que ella se esfuerce más, en estos casi dos meses me ha demostrado tanto a su manera y deseo tanto solo estar con ella finalmente, incluso recuperar mi anillo de casado. Estoy entusiasmado con la idea de nosotros en una vida de casados. Estoy entusiasmado de simplemente estar con ella. Aunque estoy pensando seriamente cómo voy a decirle esto a mamá, la hermosa madre con la que estoy siendo evasivo porque siento que simplemente en cualquier momento escupiré toda la verdad y terminaré con un fuerte jalón de orejas.
—Amanda, no estoy escuchando nada de lo que dices—la corto, incluso con lo poco profesional que eso me hace—. Mi cabeza está en otro lugar.
—Es decir que yo solo hablaba y hablaba.
—Básicamente—me pongo de pie y tomo el saco—. Quedé de almorzar con mamá, así que te parece si hablamos esto... ¿Mañana?
—Claro, dale mis saludos a Emma.
—Con gusto.
La invito a salir de mi oficina, dejo recados con Louis y me apresuro a salir del lugar. La verdad es que no sabía que vería a mamá hoy, pero está bien. Nunca está demás ver a la reina, pero debido a que ella anda en una nube de apellido Ferguson y quiero evitarme cualquiera escena vergonzosa, decido llamarla antes de poner en marcha el auto.
—Hola, mi hermosa madre.
—Mi bebé mayor.
—Ese mismo soy yo, te doy un premio por saber identificar a tus hijos.
—Oh, es que Doug justo acaba de llamar—bromea y yo río.
—Dime que tienes un rico almuerzo preparándose y que esperarás a comer con tu primogénito, el niño que le dio luz a tu vida.
—Por supuesto, cariño. Justo ahora Alana viene en camino, nuestra mala horneadora Alana Wood.
— ¿Sigo horneando horrible la dulce Alana?
—Terrible, Andrew está fingiendo estar lleno cada vez que ella hace un nuevo intento ¡Imagina que tan malo es para que ese ángel mienta!
—Claro, porque Andrew es un absoluto ángel—un ángel bastante desviado.
—No seas un celoso, ahora, date prisa y ven a comer con mamá. Solo te advierto que si Alana trae galletas por cortesía debes probarlas.
—Ese es un sacrificio enorme, mamá. Pero está bien. Estoy ahí en quince o veinte minutos.
—Te amo, conduce con cuidado.
Finalizo la llamada y entonces decido que por primera vez en mucho tiempo desde que viajamos, seré quien llame. Marco el número de Naomi y no tarda mucho en responder.
— ¿Estoy leyendo mal la pantalla de mi celular o Jeremy McQueen ha vuelto a llamarme?
—No dejes que la emoción te impida respirar—sonrío cuando la escucho reír—. Así que, me preguntaba...
— ¿Si?
— ¿Cómo te va en el trabajo?
—En este momento me han asignado solo dieciocho horas de clases a la semana, y tengo cursos muy pequeños de primaria. Los niños de primer grado prefieren comerse la pintura a pintar, pero son tan lindos. Me encanta hasta el momento.
—Se nota, suenas muy feliz—activo el altavoz y dejo el celular en el portavasos comenzando a poner en marcha el auto—. Apuesto a que esos niños ya te aman.
—No sé, pero yo ya los amo.
—Ah, mira que fácil lo tienen ellos.
—Son niños—se ríe de manera extraña lo que me confirma que totalmente entendió mi declaración.
—Entonces, dime algo.
— ¿Qué cosa?
— ¿No vas a invitarme a ninguna otra clase de yoga?
—Si eres un terrible acompañante...Bueno, no siempre—susurra lo último y mi sonrisa es automática.
Permanecemos en silencio y luego ella ríe.
»Estamos actuando como vergonzosos adolescentes luego del primer beso.
—Excepto que este es algo más como el primer...Espera, en Brasil y Dinamarca hubo orgasmos, este no fue el primero.
—Jeremy...
— ¿Si?
—Ya van a cumplirse dos meses—aclara su garganta— ¿He logrado algún cambio de parecer de tu parte?
Lo has logrado todo, bonita.
—No ha estado mal—digo de manera evasiva, ella suspira y se mantiene en silencio durante largos segundos.
— ¿Estás disponible para cenar mañana en la noche? No en un restaurante porque quiero invitar y aún no estoy preparada financieramente para gastar dinero como loca. Pero puedo cocinar para nosotros.
—Hasta los momentos estoy disponible.
—Ah, pues anótame en tu agenda, señor ocupado.
—Está bien, cena mañana.
—Ahora voy a colgar, debo darme prisa para mi clase de baile.
—Que la pases estupendo, bonita.
—Igual tú.
Finaliza llamada y conduzco a casa de mamá con una amplia sonrisa. La mujer con la que acabo de hablar por teléfono finalmente entendió que es la mujer de mi vida, es mi esposa y siempre lo será.
***
28 de octubre, 2014.
Río viendo a mi sobrino debajo de la mesa mientras Doug, agachado, amablemente le pide que salga.
—Vamos, Rayito, un baño y ya, antes de que mami llegue y note que te mantuve con la misma ropa todo el día porque pasamos el rato viendo televisión. Ven con papá.
— ¡Douuuu!
—Jeff es tan tú que me da miedo—comento.
—Cállate, Jeremy—me sentencia y río.
Veo a mi hermano gatear debajo de la mesa para tomar a un divertido Jeff que grita gateando con rapidez para salir de la mesa, ponerse de pie y corretear lejos de él.
Ah, mira que orgullo. Mi sobrino de recientemente un año corre sin caerse.
—Corre, Jeff—lo aliento mientras Doug sale de la mesa y va detrás de él. Saco mi celular y comienzo a grabarlos.
Río por los gritos de mi sobrino mientras Doug claramente puede alcanzarlo, pero le da estos momentos de diversión.
—Voy a atraparte, Rayito.
Sin embargo correr tanto hace que Jeff tropiece y caiga. Aterriza sobre su estómago y Doug y yo nos paralizamos. Los ojos azules de mi sobrino se abren mucho al igual que su boca mientras jadea y permanece en el suelo.
Creo que hemos aprendido que cuando gritas automáticamente los niños lloran, por eso Doug aplaude y comienza a reírse, tomo su ejemplo riendo mientras Jeff parpadea continuamente.
Al final, mi sobrino también ríe y se pone de pie corriendo hacia Doug para que lo alce, cosa que mi hermano no duda en hacer mientras lo revisa.
—Sin ningún daño para este niño—besa su frente—. Ahora, amigo, vamos a bañarte antes de que mami llegue ¿De acuerdo?
—Galleta.
—Galleta después del baño.
— ¡Papi!
—Ah, esa manipulación, hijo.
Lo veo caminar hacia su habitación para llegar supongo que a su baño. Guardo el vídeo y se lo envío a Hilary, Doug me ha jodido muchas veces, que yo lo fastidie de vez en cuando no hace ningún daño.
Guardo mi celular y sigo al par de rubios desastrosos. Cuando llego al baño, Jeff ya se encuentra con el culo de bebé al aire a instantes de ser metido en la tina. Él hace una expresión súper graciosa cuando Doug lo sienta en la tina.
— ¡Ay! —se queja.
—El agua no está fría ni caliente—dice Doug comenzando a bañarlo—. Jeff, cántale a tío Jeremy.
—Lalala ahh ba...no lala bebé bahh...
—El mejor cantante—aplaudo haciéndolo reír.
—Cierra los ojos, Rayito, aquí viene el shampoo.
»Puedes hablar, Jeremy. Este no es un ritual sagrado, solo lo estoy bañando. Prosigue tu relato.
—Te estaba diciendo que hoy cenaré con Naomi.
—Compra condones.
—No seas idiota, ella no puede tener bebés.
—Mierda, lo siento, lo olvidé—permanece en silencio—. Igual los condones protegen de enfermedades.
—Mi vida sexual está muerta desde que la vi, dudo que mi mano me contagiara alguna enfermedad sexual.
—También lo dudo—se ríe—. Bueno, bien por ti que vas sin gorro a la fiesta. ¿Igual te das cuenta que no me has corregido al insinuar que tendrán sexo?
—No vamos a tener sexo.
—Ah, mi inocente, Jeremy. Si una chica te invita a cenar a su casa, a solas, luego de haber compartido un orgasmo y en terreno de alta tensión sexual. Habrá sexo. Es una ley en mi manual.
—Tú no tienes ningún manual, payaso.
—Eso crees tú.
Muerdo mi labio evaluando su hipótesis. El cielo sabe que yo deseo a Naomi de una manera que está enloqueciéndome, obtener cada parte de ella de a poco es algo que me mata lentamente, no presiono, no soy un idiota, pero la idea del sexo, sí, me afecta muchísimo. Me enciende.
—Naomi es más tranquila.
—Naomi es una mujer, un ser humano. ¿Sabes? Ella también necesita el sexo, si pruebas un orgasmo simplemente quieres más. Funciona para todos, tranquilos o intranquilos, todos queremos orgasmos y punto. Hasta la gente virgen quiere orgasmos.
—El mundo deseoso de orgasmos—bromeo—. Tal vez deberías proponer un programa donde te llamen doctor McQueen y hables todo esto del sexo con tu supuesto manual.
—Nah, soy exclusivo. Ahora, pásame la toalla.
Lo hago y salgo detrás de ellos hacia la habitación de Jeff que bien podría ser la habitación en exhibición de algún centro comercial. Juro que el niño tiene una habitación mejor que la mía.
—Papi...
— ¿Si?
—Papi.
—Dime.
—Papi...
—Ah, ya tú lo que estás siendo es un tonto.
— ¿Es válido que le digas tonto a tu hijo de un año?
—Uhm, no se lo digamos a Hilary.
—Creo que llevaré flores para Naomi. No tengo por qué torturarla más. Yo quiero estar con ella, no me quiero divorciar.
—Lo cual se sabía desde el principio, solo que te gustó el juego de soy un cabrón malvado.
—Solo quería saber que ella realmente está dispuesta a esto y que yo no era el único entregándose.
—Dime la verdad ¿Qué tan loco estás por ella?
—La amo.
—Aww—dice Jeff haciéndome reír, olvidaba que tan bien entrenado está mi sobrino sobre las palabras referentes al amor.
—Lo mismo que dijo Rayito, aw—Doug se incorpora dejando al bebé desnudo en la cama, para tomar mi rostro—. Eso es una maldita cosa grande, hermano mayor. Estoy feliz por ti, siempre he querido que seas feliz y me alegra que ese momento haya llegado. Ve por tu esposa.
—Eres un dolor de culo, pero gracias, pequeño llorón. Te amo.
—Aw.
—Yo también te amo.
—Aw. Me amo.
—Quiso decir que nos ama—aclara Doug, luego frunce el ceño girándose hacia Jeff—. O quizá solo pasó tiempo con Ethan...
—O Kae.
—Cierto. Incluso Halle—sacude su cabeza—. Como sea, solo avísame cuándo será la boda por la iglesia, así voy entrenando a Jeff.
—Bueno, primero debes entrenarlo a no correr desnudo.
— ¿Qué? —voltea para encontrar al niño desnudo, quien bajó de la cama, corriendo fuera de la habitación—Y aquí comienza la segunda parte de la persecución, estas cosas él no se las hace a Hilary.
—El niño sabe—es todo lo que digo sacando mi celular para que Hilary reciba otro bello vídeo.
***
Estoy en graves problemas.
Eso es lo primero que pienso cuando Naomi abre la puerta usando un corto vestido de algodón adherido a su cuerpo. Estoy en zona de peligro y mi falta de palabras es la prueba de ello.
—Hola, Jeremy—me sonríe y yo parpadeo continuamente.
Estiro mi mano y toco el dobladillo de su corto vestido, es suave y quiero quitárselo. Mal, ahora estoy pensando en sexo. En mucho sexo. Parece que la abstinencia me ha llevado a la etapa de la locura en la que quiero devorármela de pies a cabeza en cualquier posición o lugar. Adorar cada curva y trozo de piel que componen a esta hermosa mujer que tiene mi corazón enlazado con el suyo.
» ¿Hola? —pasa una mano frente a mis ojos.
Acorto la distancia y me detengo cuando las puntas de mis zapatos tocan las de sus sandalias. Llevo una mano a su mejilla, bajo mi rostro y le doy un suave beso en esos dulces labios. Cuando me retiro con mi pulgar acaricio el labio inferior mientras ella me observa sorprendida. Le sonrío.
—Hola...Esposa.
Casi quiero reír porque ahora su expresión de sorpresa resulta divertida. Pero luego Naomi tiene una reacción que me desarma por completo. Sus ojos se vuelven brillosos mientras se humedecen y despliega la más hermosa de las sonrisas.
En este momento, si ella ya no tuviera mi corazón, se lo hubiese entregado sin dudarlo ni un instante.
—Hola, esposo ¿Te rendiste?
—Te contaré un secreto—paso un brazo alrededor de su cintura para acercarla a mi cuerpo y llevo mi boca a su oreja para susurrar—. Nunca se trató de rendirse, se trataba de ver y comprobar que no estoy solo en esta aventura. Estoy babeando por ti desde el primer momento en que te vi y pensé «ella se parece mucho a la mujer de mi vida», bueno, no lo pensé así literal, pero lo sentí de esa forma.
—Algunas personas solo se dan cuenta primero y algunas luchamos contra ello.
—Pero ¿Estamos en la misma página?
— ¿Cuál es tu página?
—Adiós plazo, tú y yo. Con anillos y fotos desastrosas de una boda épica para la historia.
La veo tragar seco, aún nuestro estado de casados es algo para procesar, pero luego me da una sonrisa.
—Supongo que estamos en la misma página entonces, Jeremy.
—Ahora, permíteme besar a mi hermosa esposa.
Pero es ella quien lleva las manos a la parte baja de mi nuca y lleva mi boca a la suya. Creo que por primera vez, sin licor de por medio, Naomi y yo nos estamos besando libremente sin reservas o conflictos internos.
Ella sabe que quiero estar con ella y ahora yo sé que ella quiere estar conmigo.
Nos besamos sin inhibiciones, sus dedos se hunden en mi cabello, sus labios se abren para dar paso a mi lengua y mis manos presionan su cintura antes de bajar y ahuecar su trasero para acercarla mucho más a mí y sentirla contra mi cuerpo.
Hay un montón de sensaciones y emociones en nosotros. Hay sentimientos profundos así como una pasión y lujuria imposibles de ignorar. Mordisqueo su labio, aprieto mis manos en su culo, ella tira de mi cabello y luego está la cosa dulce de que sonríe cuando mis labios aún están sobre los de ella.
Abro lentamente mis ojos cuando roza sus labios contra los míos y la encuentro sonriéndome de una manera que resulta un tanto tímida. Entrelaza una de sus manos con la mía y me guía a entrar. Cierro la puerta detrás de mí.
—Aquí huele delicioso.
—Hice una cena que espero y te guste.
—Seguro que así será. Eres buena cocinando...
Ella asiente con la cabeza, pero no nos detenemos, tomados de la mano me sigue guiando por el pequeño pasillo, hasta llegar a su habitación y ya siento que podría comenzar a transpirar por algún tipo de ataque. Nos detenemos en el centro de una habitación de color verde claro con manchones de colores en ella. Es la primera vez que entró a la habitación de Naomi. Ella libera mi mano y todo lo que hago es observarla.
—Esto podría enviar un montón de señales, bonita.
—Creo que recibes algunas correctas.
—No es necesario...Bueno, mi cuerpo dice que sí es necesario, pero me refiero a que no tiene que ser ahora. Ya he esperado, puedo seguir, es decir, es bastante loco ver cuánta capacidad de abstinencia tengo, pero bien puedo romper un record si se trata de ti y esperarte.
—Pero...Yo quiero esto—sacude su cabeza—. Tengo malos recuerdos y experiencias, pero por primera vez en mucho tiempo yo lo estoy eligiendo, yo estoy diciendo que sí, yo siento deseo y ansias. No tengo que cerrar mis ojos y esperar que termine, solo desear que duré un poco más, que nunca termine.
Tomo lentas respiraciones por la boca mientras me da una tímida sonrisa y lleva las manos al dobladillo de tan tentador vestido. Y hace una cosa que también me mata: lo desliza revelando su piel, luego su ropa interior, viene su sujetador y luego Naomi deja el vestido caer al suelo.
—Creo que voy a desmayarme—susurro sin contenerme de ver toda la piel expuesta que se ha revelado.
Honestamente Naomi podría ser obesa, tener estrías o lo que fuera e igual yo la encontraría excitante y preciosa porque estoy enamorado; no voy a mentir y decir que no me encanta ver todo ese cuerpo tonificado que me enciende, pero en primer lugar, antes de ver su cuerpo yo me interesé en ver su alma.
De aquí a diez años ella puede subir un montón de peso, adquirir cambios en su cuerpo y no va a importarme, no mientras conserve ese bello interior que la hace ser ella. Pero la envoltura de ese delicioso chocolate cubierto en tan solo dos piezas de telas hace cosas locas en mí. Oficialmente admito que he llegado al nivel máximo de calentura.
—No puedes desmayarte—ríe—, no cuando yo estoy tan nerviosa.
—De acuerdo, no puedo desmayarme. Entendido.
—Pero puedes desvestirte.
—O tú puedes ayudarme a hacerlo—sonrío y ella muerde su labio, antes de caminar hasta mí—. De verdad me pones difícil lo de no desmayarme.
—No seas payaso—deja sus manos en mi pecho y parece pensar, no lo soporto más y llevo mis manos a su cintura ahora desnuda y toco sus costados. Ella se estremece—. Eso no se siente mal.
—Seguro que no—río—, estamos susurrando ¿Por qué?
—No lo sé—ríe y comienza a sacar mi chaqueta—. Vienes muy abrigado.
—Bueno, hace frío afuera, pero sabía que contigo estaría calentito—deslizo mis manos debajo de sus senos y ella suspira. Sonrío—. Supongo que eso tampoco se siente mal ¿verdad?
— ¿Qué pasa si digo que sí?
—Entonces me esfuerzo un poco más.
—Eso se siente malísimo—saca la chaqueta—. Alza los brazos.
—Con tanta amabilidad no dudo en hacerlo.
Ella saca mi camisa y disfruto de ver su concentración. Desliza sus dedos por mi pecho y me controlo para no saltar sobre ella cuando sus dedos hacen un viaje por mi abdomen hasta la cinturilla de mi pantalón. Alza la vista y comienza a deshacer el cinturón. Trago, esto parece un poco como irreal, como si mi calentura me estuviera dando otro de esos sueños calientes.
Me hace salir del pantalón y enarco una de mis cejas haciendo evidente el hecho de que ahora solo nuestra ropa interior nos separa. Tiro de su cuerpo contra el mío y comienzo a besarla. Sus dedos se presionan con fuerza en mis hombros mis manos aprietan su culo. Sus piernas van a mis caderas y siento cada parte de su cuerpo pegada al mío.
Deslizo una de mis manos por su espalada para deshacer el broche de su sujetador, y no mentiré, me lleva cuatro intentos lograr deshacerme de dicho broche. No dejamos de besarnos mientras ella misma es quien se encarga de quitar las copas y arrojar el sujetador lejos. Camino hasta la cama, hasta dejar su espalda contra las sabanas y darme el gusto de obtener un vistazo de los pechos de Naomi. No es la primera vez que logro verla desnuda, pero es la primera vez que lo haré con intención y sin necesidad de que ocurra por accidente como en anteriores oportunidades.
Mis manos acarician y ella se retuerce, me maravillo con la sensación de sentir el peso cálido en mis manos y la de mis dedos contra sus pezones. Fuera del hecho de que mi padrastro me usara para tener sexo con muchas mujeres, tuve buenas experiencias sexuales posteriores a ello, con chicas que quise, una que amé y otras que les tuve aprecio, pero hay una sensación eufórica de saber que estaré con alguien que tiene mi mundo de cabeza y a quién creí no lograría convencer de darnos una oportunidad.
Beso su cuello, lamo y muerdo a mi paso mientras mi propio cuerpo se estremece con las caricias de sus manos. Honestamente puedo decir que todo pasa muy rápido, pero a la vez muy lento. Es bastante fácil perder la noción del tiempo cuando todo lo que hay son besos, caricias y mucha pasión. Cuando beso los pechos desnudos de Naomi me siento increíble y cuando mi mano viaja lentamente por su abdomen para llegar dentro de sus bragas, el mundo parece un lugar mejor. Hay muchos gemidos de su parte, siento sus uñas clavarse en mi piel, pero una de las cosas que mejor se sienten es la confianza con la que recibe mis caricias y con la que se entrega. La manera en la que ciegamente está confiando en mí su cuerpo, todo.
En algún momento del torbellino que somos, cuando queda temblorosa y saco mi mano de su ropa interior, me encargo de dejarla totalmente desnuda. Sus ojos brillan y hay una mueca de timidez en ella. Retiro mechones de cabello de su rostro mientras siento como baja mi bóxer. Me estremezco cuando estoy entre sus piernas y siento la colisión de nuestros cuerpos.
— ¿Sigo? —susurro porque solo basta con un empujón para adentrarme en ella.
—Tengo miedo—susurra—, pero estaba más asustada antes.
— ¿Antes?
—Cuando creí que nunca volvería a sentir confianza en un hombre—sus dedos pasan por mi barbilla—. Confío en ti.
—Y en mis habilidades en el sexo—bromeo haciéndola sonreír.
—Sí, también estoy confiando en esa supuesta habilidad.
Atrae mi rostro al suyo y me besa de una manera que me hace perder cualquier noción del tiempo, que evita que pueda pensar en cualquier cosa que no sea ella o nosotros. Y solo basta con un empujón hacia adelante para poco a poco sumergirme en su cuerpo. En un principio su cuerpo protesta por la intrusión, incluso Naomi se queja y me pide lentitud para adaptarse a lo que su cuerpo desde hace tiempo desconoce.
Si soy sincero me hubiese encantado hacer toda la cosa de ser tierno, dulce, lento; pero con nosotros las cosas estaban tan acumuladas que es muy difícil contenerse cuando todo lo que quiero hacer es perderme en ella. Embisto en ella una y otra vez, sus uñas se clavan en cada porción de piel que encuentra, me muerde y susurra tantas cosas que algunas de ellas no logro entenderlas. Sudamos y la cama suena, pero no importa si es muy apasionado, si no es lento, si es duro y profundo, porque es la mejor maldita cosa que me ha pasado en mucho tiempo. Naomi es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
Su cuerpo sudado debajo del mío, sus propios movimientos, la manera en la que se aferra a mí, sus gemidos, solo me estimula a querer ir más profundo. El placer es increíble; luego ella está estremeciéndose y sus uñas se clavan con tanta fuerza en las mejillas de mi culo, que creo que luego podría reír cuando descubra arañazos ahí. Mi Columna cosquillea mientras el inicio de mi propio orgasmo comienza y me estremezco con fuerza susurrando cosas incoherentes porque acabo de perder totalmente mi cabeza.
He viajado sin necesidad de salir físicamente del apartamento. He viajado lejos y ha sido increíble. Me dejo caer contra su cuerpo, mi mejilla contra su almohada, jadeo en busca de aire y una sonrisa, que seguramente luce idiota, se forma en mi cara.
—Solo quiero decirte—susurro y ella gira su rostro encontrándose con mi mirada— que ya no podemos anular el matrimonio por falta de consumación.
Pasan unos cortos segundos de silencio y luego Naomi está riendo de mi declaración, pero se queja notando que aún estamos conectados a un nivel bastante íntimo y caliente. Salgo de su cuerpo y ruedo a mi lado para no incomodarla con mi peso. Nos observamos en silencio.
—Lamento si fui brusco, pero...
—Fue perfecto—murmura y sonríe—. Valió la pena esperar, valió la pena confiar.
—Eres preciosa.
—Así me ven tus ojos y honestamente, así me siento en este momento.
Mi estómago se queja y ambos reímos.
—Bueno, me prometiste comida, pero me sedujiste, ahora mi estómago protesta. Fui por el postre antes de la cena.
—Solo unos pocos minutos así, por favor. Solo un poco más—toma mi mano y cierra sus ojos sonriendo—. Solo quiero sostener este momento un poco más.
—Habrán muchos más, bonita. Lo prometo.
—Y tú no rompes tus promesas.
—Nunca.
»...Así que...
— ¿Qué? —abre sus ojos para encontrarse con los míos, sonrío una vez más.
— ¿Me devuelves mi anillo de bodas?
—Sí eso es lo que deseas.
—Eso es lo que quiero. No hay dudas.
¡Ufs! Cuando empecé a escribir este capítulo no tenía idea de que iba a resultar largo, quizá sea por eso por lo que tardé, puesto que escribía con toda mi calma y me iba a dar vueltas o salía, volvía y retomaba otro poquito. Como decía en mi ig, me lo tomé realmente con mucha calma y sin apuros, haciéndome oídos sordos y tomándolo a mi paso para obtener este capítulo con el que he quedado muy complacida.
Ya desde aquí si mi conteo no falla, restan tres o cuatro capítulos para este .5 que oficialmente se ha vuelto el más extenso.
Jeremy es una dulzura, yo escribo sobre él y sonrío. En realidad la pareja como tal, me parece de las más dulce que he tenido la oportunidad de crear.
Espero les guste.
Un beso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top