Mío
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ー¿Cómo te sientes?ー pregunta con voz ronca, subiendo y bajando sus manos a través de su descubierta erección mientras, jadeante, analiza su expresión. Quería grabarla en su memoria, por si esto no volvía a ocurrir.
Izuku tiene el rostro enrojecido y desvía la mirada. A pesar de ello, el joven de ojos rubíes puede ver sus ojos esmeralda brillar, está excitado aunque le cueste demostarlo.ー ¿Te gusta?ー pregunta, susurrando contra su oído, desesperado porque este le tocara.
ー Se siente extraño...ーresponde sin poder pensar con claridad en ese mar de sensaciones nuevas y placenterasー¡P-pero no me desagrada!ー agrega rápidamente, luego de superar el escalofrío que lo sacudió cuando los labios de Kacchan rozaron su oído.
Se sentía todo tan irreal.
ーEntonces tócame, no seas egoísta.
Las palabras de Kacchan parecen acariciarle y desatan sentimientos que no puede suprimir. Le abruman y confunden en un torbellino de preguntas sin respuesta.
ーO-ok...ー responde, intentando a tientas dar con la hebilla de su pantalón. No se atrevía a mirar y sus manos tiemblan al momento de bajarla.
ーAhg...ー el rubio emite un sonido ahogado cuando este libera su miembro, el que Izuku no sabe calificar como de dolor o placer.
ー¿Qué ocurre?ー pregunta asustado de haberle dañado. Apenas le había tocado y este parecía estar sufriendo.
ーAtiéndeme de una puta vez. No pares...ー ordena con voz tan ronca, que parecen gruñidos.
Algo inseguro, Izuku vuelve a intentar.
Nunca había tocado a alguien así, ni siquiera a sí mismo. A pesar de ello, sabe cómo proceder.
Las manos de Kacchan sobre su cuerpo eran cálidas y cada vez se movían con mayor brusquedad. Se sentía bien, incluso más que eso. Evocaban un sentimiento ignorado que ahora no podía detener.
Que crecía a pasos agigantados alojándose en su pecho, haciéndole sucumbir y realizar cosas que nunca creyó poder, menos desear.
Quería poder hacer sentir a Kacchan de la misma manera que él le regalaba.
Esto es lo que haces cuando quieres a alguien, ¿no?
Se pregunta, mientras con la palabra vergüenza quedándose corta, acaricia la erección de Kacchan. Es cálida y palpita entre sus dedos, los que se mueven suavemente contra esta, acelerando el ritmo cuando logra tomar confianza. La cual no sabe ni de dónde sale.
Perdido en ese nuevo juego placentero, analiza el rostro jadeante de su compañero.
Su cabello rubio cayendo sobre su frente, sus cejas rubias siempre fruncidas, su perfilado rostro...
Y entonces, un nudo se forma en su estómago, mientras una poderosa idea se aloja en su mente:
"Eres hermoso, te quiero"
Nunca pensó en alguien así, ni sintió su corazón latir de tal forma con tan solo una mirada.
No sabe en qué momento quedaron recostados, ni cuándo se quitaron los pantalones. Perdido en el calor de su cuerpo, sólo puede sentir los dedos de Kacchan deslizándose bajo su camiseta, palpando su vientre y sus costillas mientras sube el último trozo de tela que le cubre hasta lograr sacarlo por sobre su cabeza.
El sonido de su respiración jadeante sobre su cuello, sus labios sobre su pecho y las caricias que se deslizan entre sus muslos, entreabriéndolos...
No las detiene.
No puede y tampoco desea que este lo haga.
En este punto, ya no sabe ni quién es. Su cuerpo ha sido absorbido por su compañero, quien peleó con él por años, rechazando su amistad y ahora prácticamente lo devora con los labios, acariciándole con una devoción que lo aturde.
ー¡Ah!ーse queja al sentir algo duro chocar contra uno de sus muslos.
ーMaldición, no veo una mierda...ー se queja Katsuki, avergonzado de no poder hayar la entrada de este ー...No va a caber.
ー¿Caber qué?ーpregunta Izuku, entrando en realidad. Casi desmayándose cuando nota en lo que están.
Katsuki está sobre él totalmente desnudo y metido en su cama. Tiene el rostro acalorado y un brillo en los ojos que no sabe identificar.
ーYo pensaba...ー intenta explicar este, sin poder evitar ruborizarse ante el rostro impactado de Izukuー Que podríamos.., tu sabes, tener sexo.
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"Sexo. Kacchan"
Dos palabras que Izuku nunca pensó ver juntas, pero que en esos segundos extrañamente no parecen armar una frase tan descabellada.
ー¿Dolerá?ー pregunta temeroso, no pudiendo imaginar el gran bulto de carne que tuvo entre sus manos, entrando por su ano.
ーNo lo sé...ーresponde dándose por inculto en el tema. El ver algunos mangas no creía que fuera información muy fidedignaー¿No tienes crema, aceite o algo así?.
ーTengo cre-ma de manos e-en el veladorーtartamudea aún sin recordar cómo llegaron a este punto. Todo pasó tan rápido que ni lo notó.
ーOk, con eso estamosー anuncia, extendiendo un brazo hacia el velador. Sonriendo complacido cuando encuentra a tientas su objetivoーIré de a poco, si te duele, lo siento.ーse disculpa de antemano sabiendo que una vez iniciado, no va a poder parar.
De todas formas, con su quirk se lesiona todo el tiempo. Esto no debería ser tan terrible.
O eso espero.
Piensa mientras tantea su entrada, con las manos embetunadas en crema, que le permite ingresar un par de dedos, sin gran dificultadー¿estás bien?ー pregunta cuando siente su cuerpo retorcerse.
ーS-sí. Todo bienー dice aún con una punzada de dolor atormentándole. Dolía, más de lo que pensó.
ーEntreabre más las piernas, así no te dolerá tanto. Se sentirá bien luego, te lo prometoーdice esperando que los pasivos del manga no mintieran. Ellos parecían disfrutar.
ーTal vez si nos besamos mientras...ー sugiere tímidamente, recibiendo una sonrisa socarrona que le corta la respiración.
¿Cuánto sería el máximo de palpitaciones que podía tener un corazón por minuto?
Se pregunta mientras la idea de morirse de un ataque cardíaco a su joven edad le parecía un peligro cada vez más real.
Quiere protestar y decir que mejor no, pero es muy tarde. Katsuki no opuso resistencia alguna y le roba los labios en menos de un segundo, devorándolos con fiereza.
Sus dedos ingresan nuevamente pero esta vez, Izuku no siente dolor más que el que se aloja en su pecho.
¿Cómo se puede querer tanto a alguien que duela?
Se pregunta mientras sus labios le queman y sus manos arden sobre su piel, sacudiéndose en su interior y provocándole escalofríos que pronto, comienzan a volverse en otro sentimiento.
Se sienten bien.
Tan bien, que cuando nuevamente siente chocar su miembro contra el punto equivocado, él mismo lo toma. Sorprendiendo a Katsuki al dirigirlo sobre su propia entrada.
ー¿Quieres?ーpregunta sorprendido por la iniciativa Izuku, quien hasta el momento parecía simplemente entregado.
ーSíーresponde en un jadeo, esta vez sin vacilación alguna.
ーBien, ahí voy...ーanuncia, depositando un pequeño beso sobre su enrojecido cuello. El cual ya tenía varias marcas que esperaba no se borraran con facilidad.
Necesitaba algo que luego le dijera que esto fue real. No un sueño, ni una fantasía.
Ingresa lentamente, logrando entrar a medias mientras el cuerpo debajo suyo se tensaーNo aprietes... Ya está casiー pide volviendo a besarle la dulce boca. Acariciando sus pezones, jugeteando con ellos hasta que le logra relajar. Logrando finalmente entrar por completo.
Espera con extrema paciencia a que su interior deje de apretarle, entreteniédose en delinear su anatomía.
Izuku era fornido, mas a pesar ello, se veía delicado, extremadamente frágil entre sus brazos.
Se notaba que trabajaba mucho en su cuerpo, pero hay cosas que no puedes cambiar. Su contextura era menuda y sus hombros nunca serían tan anchos como los que deseaba lograr.
No sabe qué parte es la que precisamente le enamoró de él, ni porqué ha luchado tanto por tenerlo.
Puede ser su forma de sonreír con la mirada, los hoyuelos que se forman en sus mejillas al reír o la determinación con la que luego de caer, siempre da un paso hacia adelante.
Tal vez sea todo junto. Tal vez más.
Lo único que tiene claro es que le ama.
Le ama con locura.
Sin resistir más, comienza un suave movimiento, el cual, al no ver resistencia ni dolor en su expresión, acelera. Sumergiéndose en las profundidades de su deseo, el calor de su piel y la voz jadeante que emite palabras inconexas que no logra entender.
ーKacchan...ーlogra articular, jadeante. Abrazándose a su espalda y aferrándose a ella mientras su cuerpo se sacude con cada embestida, disfrutando de las nuevas sensaciones que le embargaban.
"Lo quiero. No, esto es más...
Le amo"
Logra concluir luego de no poder pensar en nada que no sea él. Sus manos tibias, sus labios exigentes, su cabello dorado revuelto acariciando en cosquilleos su frente y el sonido de su agitada respiración. La cual, se ahoga dejando escapar un gemido ronco mientras sus manos presionan con fuerza sobre sus caderas y hunde su rostro en el hueco de su cuello, entrando probablemente en ese mismo torbellino que azota su cuerpo.
Éxtasis.
El cual, desemboca en un fluido cálido que mancha sus sabanas, sus cuerpos e inunda su interior. Corriendo en un hilo por el interior de sus muslos cuando su compañero, agotado, se desploma a un lado suyo.
Ambos, recostados en la cama de plaza y media, respiran agitados. Inmersos aún en ese placer indescriptible que por primera vez, logran disfrutar.
...
ー¿Qué somos ahora?ー pregunta Izuku rompiendo el incómodo silencio, donde solo se escuchaba la respiración jadeante de los dos.
ーYa te dije, eres mío.ーinsiste, sin atreverse a decir algo más. Los pensamientos que le atacaban, empalagosos en su mayoría, no salían de su boca. No podrían quizás hacerlo, le era imposible.
ーEs decir que, ¿tú también eres mío?ーpregunta sin poder ocultar su emoción. Sus ojos brillantes por el reciente sexo, solo añaden un encanto al que el rubio no puede protestar.
ーSí, lo soy.ー responde avergonzado, luego sonriendo de medio lado y acercándose para comenzar a besarle nuevamente.
Entregando sus sentimientos de la única forma que sabe.
La cual no involucraba palabras, ni estrategia alguna.
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Fin.
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