Capítulo XV: Miserable

Los dichos y refranes saben condensar muy bien conceptos complejos y verdades casi universales en oraciones cortas y comprensibles para todos, y si hubiera una que se ajustara a la situación de Josh, un actor (casi) galardonado en una convención donde la mitad de los asistentes son gente que juega trivia de shows como "Blanco y Negro" y "¿Quién es el Jefe?" en los puestos de juegos de mesa.

Pero si Dante pudo escapar del purgatorio, Josh también lo haría. Y aguantaría lo que tuviera que pasar con la solidez y fuerza de un hombre de verdad en sus palabras y rudeza de espíritu.

—¿Al menos pediste mi agua purificada francesa? —preguntó el actor tras el evento de preguntas y respuestas, volviendo tras bambalinas.

—¿Me vas a hacer trabajar de verdad, Josh? —cuestionó Mel.

—Para algo te pago.

—Sobre eso: el último cheque no me pasó...

—¡Bien! ¡Iremos al cajero después del evento! ¡Pero necesito mi agua o me pongo irritable!

—Puedo notarlo —Mel contestó antes de retirarse para cumplir el capricho.

Mientras la joven paseaba por los pasillos de la convención, no pudo evadir una sensación de pena ajena: y es que aunque ella es de la idea que uno tiene el derecho de dedicar su tiempo de esparcimiento a todo aquello que le de la regalada gana, ver a hombres maduros intercambiando cromos de He-Man y de Webster lucía un tanto...

—Patético —La rubia notó—. ¿Qué clase de inmaduro deja que se le escape la vida en estas tonterías infanti...? ¡SANTO CIELO! ¡Muñecos de "My Little Pony"! —exclamó al notar un stand dedicado a esa franquicia.

Mel tenía un secreto algo vergonzoso: ella era, en casi todo aspecto, una mujer poco femenina y lo era desde que cuestionaba a su madre porque era mal visto que orinara de pie en las vacaciones familiares, pero por alguna razón, los gramos de femineidad que tenía su cuerpo se volcaron a un gusto por la franquicia de juguetes de los caballitos multi-colores, y si bien para muchas chicas de su edad no era inusual haber tenido esa afición, para alguien que ganó una plata en la XXII olimpiada de vencidas del sur de Michigan se veía fuera de lugar.

Conforme se acercó al stand, trató de mantener controlado su entusiasmo, después de todo, era una mujer adulta, pero esos juguetes no sólo le recordaron buenos momentos de su infancia, sino que de hecho, por unos instantes, mentalmente la regresaron a ella.

—¡La figura de Rainbow Dash con arco y flecha en conmemoración de las olimpiadas de Seúl 88! —exclamó con uno de los juguetes en manos —. ¡Nunca lo pude conseguir!

—No sabía que eras afín a esta serie —Russell comentó.

—¿Russ? N-no sabías que aún seguías aquí —Mel respondió poniendo de vuelta el caballo de juguete en la mesa del puesto.

—¿Vergüenza?

—¿P-por qué la tendría?

—No lo sé: no pensé que algo así te podría gustar.

—Bueno, todos fuimos niños alguna vez, y...teníamos todos los juguetes, pins, botones, muñecos, episodios en VHS y películas...¡Madre día! ¡Soy igual que estos idiotas!

—Todos somos fans de algo, no tienes porque tan sentirte mal.

—¿De verdad?

—"Tan" es la palabra clave, aquí, Mel.

—P-pudo ser peor —Melissa empezó la defensa de su caso —. Muchas chicas se drogaban, bebían, se escapaban de casa...bueno, yo también, ¡pero nada de embarazos no deseados!

—Cada vez que hablo contigo me convenzo más que si Josh no te conocía, te hubiera inventado.

Y mientras ellos seguían su conversación, con Russell revelando una obsesión similar por G.I. Joe en sus días de escolar para demostrar que de coleccionistas, poetas y cultos todos tenemos mucho, Josh recibió una visita en su camerino.

—¿Señor Horwitz? —Una mujer, de unos 30, quizá 35, lentes gruesos, cabello rizado y de un tono naranja que aunque lucía natural, bien podría verse en una botella si Bozo el Payaso hubiera lanzado una linea de tintes para el cabello, preguntó entre abriendo la puerta.

—¿Quién es? —Josh notó que esa mujer tenía una botella de agua purificada francesa y saltó a sus propias conclusiones —. ¡Finalmente! ¿Mel te envió no es así?

—S-sí.

—No me extraña: conociéndola, no querrá pasar un segundo más en el lugar.

Josh tomó la botella y con la paciencia de un niño en mañana de Navidad, dio el primer trago.

—¿Le gustó? —preguntó la mujer.

—Claro que sí. Disculpa, ¿cómo puedo llamarte?

—Me llamo Faith.

—¿Faith? Bueno, si puedes localizar por favor a mi asistente, Mel, ¿la conoces verdad?

—Por supuesto...

Y Josh hubiera seguido su explicación, de no ser porque notó una sensación curiosa primero en su lengua, luego por su garganta, y rápidamente extendiéndose a lo largo y ancho de su cuerpo.

—Esa agua...el agua francesa esa siempre me pone un poco borracho sin estar realmente borracho —Alcanzó a comentar—, pero esa botella, en particular, se siente un poco más...paralizante.

Y la descripción se volvería más legitima y valida al perder la fuerza en sus extremidades, y caer al piso en un desmayo.

Finalmente, tras varios minutos de fangirlismos y pena, tanto ajena como propia, Mel regresó como la botella de agua pedida por Josh, a su camerino.

—¿Josh? —preguntó, mirando alrededor al notar su ausencia.

Inicialmente, pensó que se trataba de un malentendido: Melissa regresó al escenario, esperando encontrarlo alistándose para otra sesión con los fans, pero no fue el caso; recorrió todo rincón posible de la convención, pero su búsqueda no rendía frutos. Envió mensajes de texto al celular de Josh, y trato de hablar con su número en varias ocasiones, pero él no respondía.

—¡Russ! —Mel exclamó al ver al músico curiosear en un puesto de discos viejos de one-hit wonders.

—¡Mira Mel! ¡"Information Society"! —Russell comentó con un disco de esa agrupación en mano —. ¡Estos sujetos eran geniales! Lastima que aquí no tuvieron más éxito, aunque creo que en Brasil si fueron enormes.

—No hay tiempo para eso Russ.

—¿Qué sucede? Te ves muy agitada.

—¡Es que lo estoy! ¿De casualidad no has visto a Josh?

—No. Creí que tú estabas con él.

—Entonces tenemos un problema...uno grande.

—Tranquila: podemos localizar a Josh, es sólo cuestión de saber movernos...y deja que negocié por este

Y es que, para los acostumbrados a la fama, y a la vida en la ciudad, alterarse, inclusive en una situación que de verdad lo ameritaría, no ayudaba; mas bien, sólo perjudicaba cualquier intento de acción. Entendiendo eso, Russell pidió hablar con los organizadores del evento, y a su vez, con los encargados de seguridad.

—Éste es el cuarto de cámaras —La jefa de seguridad indicó, acercándose junto a Mel y Russell a las pantallas —, según me dicen, por la hora en la que lo vieron por última vez, debería estar por...aquí.

En un monitor, se encontraba una imagen del exterior del camerino de Josh.

—¿Quién es esa mujer? —Mel preguntó.

—No tengo idea —replicó Russ—, pero no sabía que Bozo el payaso había lanzado una linea de tintes para el cabello.

Dejaron que la imagen corriera, y notaron que ingresó al camerino; después de unos minutos, salió con una figura cubierta con una sábana blanca a cuestas.

—¿Esa...cosa?—Russell preguntó—. ¿Qué tendrá oculta ahí?

—Tengo una idea más o menos clara de qué, o "quién" puede ser.

—Bueno, ya tenemos una idea de lo que pudo pasar, ¿qué hacemos ahora?

—Tendré que consultarlo con una autoridad superior...

Mel tomó su teléfono y marcó el número de Oliver.

—¡Más vale que sea importante, rubia! —El agente exclamó—. ¡Estoy en medio de una gran reunión y tuve que cortarla por esto!

—Calma Oliver: tus amigos del Halo disculparan tu breve ausencia.

—Bueno, habla, ¿qué sucede?

—Tenemos una pequeña situación aquí respecto a Josh

—No pasa nada, ¿no puede Josh decírmelo en persona? Vamos, pásamelo.

Y Mel enmudeció.

—¿Qué sucede? —Oliver reabrió el dialogo, con un tono de autoridad y seriedad mucho mayor a su inicial jugueteo casual.

—Josh fue...como que secuestrado.

—¿Secuestrado? ¿¡Por qué siempre me tocan estas cosas!? ¡Primero me habla la asistente de Amanda Bynes diciendo que está secuestrada en el Líbano y ahora esto! ¡Nunca son buenas noticias!

—Cierto, pero por otro lado, fuiste tú el que eligió trabajar con casos perdidos de Hollywood: sabían en que te estabas metiendo.

—¡Vale, calma! —Oliver, ahora con nervio en su expresión respondió—. Sé bien como actuar en casos así.

—¿Entonces qué? ¿Llamamos a la policía?

—¡No! ¡Claro que no! ¡Eso es riesgoso!

—¿Qué? ¿P-por qué?

—¡Tú conoces a Josh! ¡Aún si es inocente de algo, es posible que sea culpable de otra cosa de lo que ni estemos enterados!

—Eso...tiene sentido.

—Además, sé bien lo que sucede aquí: se lo llevaron en una convención, así que el secuestrador.

—Secuestradora —Mel corrigió.

—Vale. Dado que sucedió en un evento de fans, puedo casi asegurar que la secuestradora debe ser ella misma una fan. Después de todo, Josh no es un Downey Junior: no está precisamente nadando en dinero como para que fuera el móvil tal factor. Si es una fan, llamar a la policía puede ser muy riesgoso, ya que no se trata de un criminal de oficio, así que actuaría de manera espontanea e impredecible, y sentir la ley cerca de sus pasos la puede presionar.

—Em...claro —Mel dijo, anonadada por el nivel de profesionalismo con la que Oliver aparentaba dominar esta situación—. ¿Cómo sabes todo esto?

—Solía representar a la mitad de los actores en "La Ley y el Orden"; quieras o no, al igual que en una noche en Bangkok, quieras o no, se te pegan una cosa o dos.

—Nota mental: nunca viajar a Tailandia —Mel pensó—. Comprendo ahora lo que no debo hacer, pero, ¿qué sí debo hacer?

—Lo mejor será...será operar bajo el radar: Mel, iré contigo enseguida.

—Russ está conmigo.

—¿Russell? Mejor aún: iré por ustedes, tengo una idea...

A pesar de que Oliver no tardó muchos minutos, la desesperación de lo vivido dilató la sensación del tiempo: Mel caminaba de lado a lado a la entrada del centro de convenciones con sus brazos cruzados y su mirada caída con su cabellera cubriendo su rostro, culpándose del descuido que le costó a Josh su libertad.

—¿No estás algo preocupado al menos? —Ella cuestionó al notar un Russ apoyado en una pared, mucho más sereno que su persona.

—Claro que sí.

—¿Entonces?

—Se nota que eres nueva: Josh las ha visto peores qué esto.

—¿¡Cómo qué!?

—Por un lado, una cosa es ser secuestrado, y una diferente es ser el secuestrador...

—¿Josh? ¿Secuestrador? ¿De qué hablas?

—En sus peores días...que en realidad, no fueron hace tanto, con tal de que le renovaran el contrato para ser el conserje en "Sunday School Musical" en su segunda parte, se atrincheró con menores de edad y no salió hasta que le dieran el papel.

—¿Bromeas, verdad?

—Bromearía de no ser que yo tuve que poner para la fianza.

—Eso...pone en una luz un tanto bizarra que yo simpatice tanto con él...

Y ante tales comentarios, a pesar de las horribles implicaciones, Mel encontró un pequeño espacio para una sonrisa en medio de la gravedad de lo acontecido.

Pero tan pronto como Oliver arribó, ese espacio ya no era tal.

—Bien, ¿sigue sin contestar? —El agente preguntó marchando a la rubia.

—Nada. Ninguna respuesta. De hecho, su teléfono parece estar desconectado o algo.

—No importa, esto es lo que haremos...

Mel, Oliver y Russ se repartirían un terreno de búsqueda; el celular de Josh tiene GPS, así que podía ser localizado. Lamentablemente, Oliver no disponía del lugar exacto, así que tendrían que tantear un poco las calles de un rango.

Y mientras ellos se repartían la labor de localización, Josh sufría en solitario a manos de una mente criminal brillante con sangre fría en sus venas.

—¡No puedo creerlo! ¡El pequeño Timmy Tompkins! —exclamó como una abuela visitando a su nieto, con un Josh paralizado de cuerpo (pero atado de todas maneras a una cama, para no dejar...).

—Oh no...será uno de esos días —Josh expresó.

—¡Te adoro! ¡He visto los episodios de "La Familia Tompkins" al menos unas 156 veces cada uno!

—¿156?

—¡Pueden ser más! ¡Perdí la cuente después de ese número!

—¿Por qué siempre tengo fanáticas así? —Josh pensó—. ¿Por qué nunca es una super-modelo islandesa o una sensación pop del momento? ¡No! ¡Siempre me tocan los chiflados! ¡Como el tipo que se vestía como yo en Fresno! ¡O esa loca morena en Toronto!

Pero aunque no ser secuestrado por una mujer de buen ver era lamentable, Josh pronto lamentaría muchas cosas más...


N/A: ¡MIL MIL DISCULPAS! ¡LO SÉ! Me tardé una eternidad, fueron causas de fuerza mayor, sólo les diré eso.

Espero que hayan gustado del episodio, y ¡al menos comenten! ¡Ya saben, necesito motivación! XD

Nos vemos la siguiente entrega.





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top