Capítulo XI: Rhapsody In Glue
En la habitación de hotel, Josh conversaba por teléfono con Oliver, acerca de sus impresiones durante los primeros ensayos, y sobre el rumbo con el cual debería proseguir.
—Josh, créeme que no es que tenga algo tu contra—Oliver comentó algo molesto—, pero solo eres uno de mi cartera de clientes y sin embargo ocupas el 60 por ciento de mi tiempo. Tengo un gorila del Congo entrenado como un DJ; él necesita representación también.
—Lo sé, y perdón, pero quería saber si...
—Luego hablamos, ahora estoy en una reunión muy importante.
—Bueno...está bien...
—Ciao Josh—Oliver dijo colgando su celular y retomando su importantísima reunión—, disculpen muchachos —mencionó en su teamspeak mientras manipulaba un personaje de un videojuego en su computadora—, ahora sí, ¡contra el jefe!
Y mientras Oliver proseguía con su trascendental tarea, Josh observó la ciudad desde la vista de su cuarto de hotel; ciertamente, no había tenido mucho tiempo de salir a disfrutar de una de las grandes metrópolis mundiales, pero es común en el medio tomarlo como simple cuestión de trabajo.
—Disculpa... —comentó la voz tímida de Mel murmurando mientras ella entró a la habitación de Josh.
—¿Qué sucede Mel?
—Sólo quería saber si vas a seguir requiriendo de mi trabajo, es que, no sé, quiero pasear un momento por la ciudad.
— ¿En serio? ¿Algo en particular? —Continuó Josh cuestionando sin dejar de ver al horizonte.
—No, simplemente caminar, ver si encuentro algún buen bar o restaurante y...no sé, caminar...¡Estamos en Nueva York después de todo! Tal vez para ti sea común viajar pero yo le voy a sacar un poco de provecho.
—Comprendo bien—Josh le respondió de inmediato—no, creo que mejor me voy a dormir o algo; que tengas buena noche Mel.
—Está bien—Mel dijo y tras de sí cerró la puerta.
Josh estaba a punto de vestirse para dormir, cuando recapitulo la situación: Mel iría a disfrutar la velada en la ciudad más cosmopolita del mundo, mientras que el simplemente deseaba ir del estudio al hotel y viceversa; algunos de los productores del staff de la cadena le habían invitado a alguna fiesta, pero él no tenía la voluntad de ir.
Y sin embargo, cuando Mel mencionó aquel plan escueto de pasear y caminar, Josh perdió el sueño, y, preguntado si sería muy tarde para alcanzarla, salió corriendo hacia la entrada del hotel.
— ¿Josh? —Mel se preguntó al ver a alguien bajando las escaleras con pasos pesados y con ruidos de impactos entre las paredes hasta que, en efecto, vio a su jefe acercarse a ella.
—Hola Mel—Josh saludó torpemente con una mancha muy marcada en el lado izquierdo de su rostro, en parte a un buen golpe con un turista alemán que iba ascendiendo por las escaleras.
— ¿Qué sucede? ¿Pasó algo, eh?
—No, nada, es que me preguntaba si...bueno —Josh comentó, dudando, con los ojos recorriendo de derecha a izquierda y de regreso con nerviosismo en su mirar.
— ¿Sí...?— Mel cuestionó con expectativa.
—Nada, pero es que resulta que no me siento tan somnoliento como creí y...tú vas a salir, yo quería salir, y me preguntaba si podía...acompañarte.
—Ah, pues...—Mel quedó un tanto sorprendida, y el tono y las gesticulaciones de Josh, recordando un poco al de un adolescente atontado por sus emociones hicieron que ella se sonrojara un poco. — ¡Claro! Ven conmigo...si quieres...
Ambos salieron a las calles de Manhattan, y quedaron fascinados al ver la ciudad iluminada; el viento era algo frío, pero en general, el clima era más agradable de lo que uno esperaría en esa temporada del año; Josh se le ocurrió ofrecerle su chaqueta a Mel, pero en todo caso, el, como californiano, sentía mucho mas el frío que alguien de la zona de Michigan como su asistente.
—Así que...—Josh comentó—. ¿Qué quieres hacer?
—No lo sé realmente; mi plan no es muy...planeado...
Entonces, oyeron un estruendoso ruido proveniente de un sushi bar: "Hokkaido" se llamaba, y llevados por la curiosidad, se acercaron a dar un vistazo; vieron a varios comensales mientras otros interpretaban muy libremente una canción de Journey; aquello era un caos, no daba ni una sola nota y los coros estaba completamente descuadrados.
— ¿Piensas lo mismo que yo? —Josh preguntó.
— ¿Por qué no? Podemos intentarlo.
Ambos ingresaron, pidieron una mesa y disfrutaron de un ambiente techno japonés que daba la sensación de ser decorado por alguien que ama mucho a su i-Pod, con tonos blancos y azules eléctricos que son una pesadilla para la retina y para el estomago.
La lista de canciones era variada y muchas de ellas eran agradables, pero la interpretación dejaba mucho que desear: un grupo de mujeres en sus cuarenta usando ropa que quizás les quedaría mejor a sus hijas cantaron "All I Wanna Do (Is Have Some Fun)" de Sheryl Crowl que se ha convertido en el himno de las asaltacunas de costa a costa.
Un sujeto, con lentes de pasta gruesa, un saco negro sin camisa y con pantalones de cáñamo quiso verse muy intelectual, cantando "We Didn't Start The Fire" de Billy Joel, pero quizás por estar bajo la influencia del sake, mezclo nombres, películas y no pudo pasar de "Richard Nixon".
Entonces, una joven demasiado joven, que quizás haya entrado ahí robando la tarjeta de crédito de su padre, se alistaba a interpretar "Love Story" de Taylor Swift.
—¿Estás lista Mel? —preguntó Josh
—Desde ayer.
Cuando las primeras notas de la canción comenzaron a sonar, Josh y Mel se abalanzan por el micrófono de aquella joven; Josh lo obtuvo primero, y por lo tanto, a él le tocaría pronunciar esas palabras...
—Yo, amiga, te dejare terminar, pero primero quiero decir...¡El chico de los lentes hizo una de las mejores interpretaciones de karaoke de todos los tiempos!
Los abucheos por parte de la clientela no se hizo esperar; inclusive, un agente de seguridad se acercó con no precisamente las mejores intenciones.
— ¡¿Qué carajos están haciendo?! —Gritó el agente —. ¡Paren esta locura!
—Josh, no puedo creer que vaya hacer lo que voy a hacer—Mel pensó, para después de agarrar el valor suficiente, pronunciar las palabras convenidas—. ¿Locura? ¡Esto! ¡Es! ¡Esparta! —ella gritó aun más fuerte que el hombre de seguridad y lo pateó fuertemente en ciertas partes masculinas muy sensibles.
El agente cayó al suelo y se llevo sus manos a la zona herida, mientras Josh y Mel salieron corriendo como si hubieran escupido en un crucifijo de una catedral de pueblo pequeño, riéndose a carcajada suelta durante varias calles hasta perderse en las multitudes de las calles neoyorquinas.
— ¿Ya habías hecho esto antes? —Mel preguntó cuando ambos se detuvieron en frente de un hotel Hilton.
—Sí, con Russell, uno de mis amigos, al menos antes que se convirtiera al cristianismo y empezara a cantar "Jesús Rockea toda la noche"
— ¡Hey, conozco esa! "Jesús, roquea toda la noche conmigo, no te retires de aquí, te voy a hacer el amor hasta el fin..."
—Sí, en realidad originalmente fue una canción normal, pero...no tuvo tiempo de cambiarla cuando la hizo en algo religioso, lo cual explica la letra un poco...incomoda...
—Caramba, ya me preguntaba en que Evangelio dice que Jesús tiene el cuerpo de una supermodelo y la lengua de una...
— ¡Espera! ¿De dónde conoces esa canción? Nunca fue lanzada como sencillo —Josh cuestionó con sorpresa—. Curiosamente, "gracias a Dios".
—Na, no es nada en especial —La joven respondió, con cierta vergüenza brotando de sus ojos.
—¡Vamos Mel! Aquí entre nosotros.
—Bueno, mira...mientras traté de buscar un lugar donde vivir, me quedé en un albergue de monjas por un tiempo y, solo diré que las religiosas son más roqueras de lo que parecen...
Ambos continuaron conversando y caminando al puro estilo de una comedia de Aaron Sorkin, y sin darse cuenta, el Central Park se encontraba en frente de ellos; decidieron ir a pasear a aquel legendario lugar, un bosque en medio de la ciudad.
—Una vez hice una película en el Central Park —Josh comentó.
—¿En serio? ¿Cuál era?
—"Un Gnomo en el Central Park"...era de animación...
—Entonces no estuviste realmente aquí, ¿verdad?
—Pues...no.
—Bueno, no deberías decirme eso si no estuviste aquí ¿verdad?
—Cierto, pero tiende a pasar en el medio, digo: si he filmado en otros lugares, pero difícilmente salgo a hacer otra cosa aparte del trabajo, es como ir a Francia sin probar la comida, ir a Japón sin jugar videojuegos, o ir a Tailandia sin contratar una prostituta menor de edad...
—¿Qué cosa? ¿Qué fue eso último?
—Lo que trato de decir, Mel —Josh, percatándose que quizás dijo algo demasiado incomodo y personal, trató de dominar el hilo de la platica—, es que esta es una ciudad sencillamente mágica...
Y en el instante en que terminó su oración, un hombre en una gabardina los intercepto y procedió a mostrar lo que tenía debajo de su vestimenta, lo cual, debo aclarar, no es precisamente ropa.
—¡Dios! ¿Por qué nunca son las mujeres sensuales las que se quitan la ropa frente a uno? ¡No! ¡Siempre tienen que ser los fenómenos que no se bañan! —Josh se quejó.
—A mí lo que más me preocupa es que eso es una tercera "cosa" o este hombre debería pedir que le remuevan el tumor... —Mel agregó.
Ambos simplemente lo ignoraron y prosiguieron con su paseo, y Josh, inspirada, comenzó a hablar una vez más.
—En fin...como decía, creo que esta es la primera vez en uno de mis viajes, en los cuales realmente lo disfruto, y que mejor que en una ciudad tan mágica y... ¿Ése sujeto está asaltando a aquel otro tipo?
—No hagas contacto visual, continuemos nuestra ruta como si nada —Mel murmuró, sujetándose con fuerza del antebrazo de Josh.
Después de presenciar a un exhibicionista y a un asalto en vivo y a todo color y textura, decidieron mejor salir del parque y continuar donde más gente pudiera verlos.
—La noche no le sienta bien a este lugar...—Josh dijo—, mejor vayámonos...
Llegaron al otro lado de Manhattan, y vieron al Puente de Brooklyn, siendo iluminado al llegar una oscuridad mucho más evidente; Josh vio una banca y tomó a Mel de la mano para guiarla hacia ahí; ambos se sentaron y simplemente vieron a la gente pasar.
—Vi esto en una película de Woody Allen, y siempre quise hacerlo —Josh comentó—, es de mis favoritas
—Sí, yo también la vi, no está mal eh...
—¿En serio?
—Sí.
—Creo que eso es un detalle que nunca te he preguntado, y es curioso tomando en cuenta que estamos en el medio.
—¿Qué cosa Josh?
—¿Cuál es tu película favorita?
—¿Mi pelicula favorita? Es que...es de hecho una buena pregunta —Mel llevó su indice a su mentón mientras trataba de encontrar respuesta—. Déjame pensarlo un momento... ¡Ya sé!—exclamó haciendo un chasquido—. ¡"Un Experto en Diversiones"!
—Bueno, no es de mis preferidas, pero está bien.
— ¿En serio? Bueno, a mí me encanta.
—Sí, lo comprendo: es divertida y toda la cosa, pero nunca pude dejar pasar un detalle.
—¿Cuál?
—¿Cómo es posible que esos chicos puedan ir a tantos lugares de Chicago en tan poco tiempo, casi instantáneamente?
Tal pregunta de hecho resultó ser muy apropiada y dejó a Melissa meditando sobre la veracidad de algo así.
—OK...esa si te lo doy —ella finalmente respondió—. Es decir, si estuviera leyendo o viendo eso, pensaría que es muy poco realista...
Después de varios minutos más, los dos se levantaron y prosiguieron su caminata y vieron un bar; ambos acordaron que sus niveles de alcohol necesitaban ser subidos, e ingresaron al establecimiento, ahora ya bien entrada la noche, y los dos prosiguieron su plática mientras esperaban sus tragos en la barra.
—Josh...
— ¿Qué sucede?
— ¿Por qué quisiste venir conmigo?
—No quise dejar una dama sola en esta ciudad.
— ¿En serio?
—No...
—Je, claro, claro... ¿y entonces eh?
—La verdad, no lo sé.
—Ya veo...
—Y tu Mel, quisiera que me respondieras algo—Josh interrumpió—. ¿Qué hacías en Los Ángeles?
— ¿P-por qué lo dices?
—Sólo se me hace un poco extraño: es que queda muy lejos de tu hogar, y la gente no se aleja tanto a menos que tenga muy buena razón para ello.
Tras aquellas palabras, a ambos les llegan sus bebidas; un par de cócteles, un Martini para Josh y un Cosmopolitan para Mel; ambos toman un pequeño primer sorbo, y Mel contesta.
—Es un poco tonto...
— ¿Estas bromeando? Toda mi carrera se ha basado en cosas un poco tontas.
—Pues...bien—Mel suspiró—, quería ser escritora...
— ¿En serio?
—Sí; después de la Universidad, quise perseguir un tonto sueño y me mudé a California para buscar una oportunidad o algo así, pero supongo que no debo aclarar que las cosas no salieron como esperaba.
—No sabía que eras escritora.
—Sí, bueno, sólo yo y otros miles de desertores de la educación superior que quieren al menos una pasantía sin paga en Radio Monterey...
—¿No...no terminaste la universidad?
Mel, al escuchar por primera vez tal declaración en voz alta, y de la boca de otra persona, se percató de lo personal y hasta humillante que resultaba. ¿Cómo remediar su sentido de vergüenza?
Por lo pronto, la respuesta más obvio era dar un trago más a su bebida.
—¿Fue demasiado? —preguntó Josh,
—No, no —Mel respondió poniendo de lado su cóctel—. Pero hay algo triste y patético en el hecho que haces un enorme escándalo con tu familia para estudiar algo que según ellos hará que "te mueras de hambre" sólo para no terminar dicha carrera y de hecho ver que tenían algo de razón al final de cuentas.
—Mel...
—Lo siento...la bebida nunca se me sube tan rápido, es el cambio de ciudad.
—Descuida, además, si te hace sentir mejor en algo: sigues siendo más educada que yo.
—¿En serio?
—¡Yo hubiera querido no terminar la universidad! ¡Eso para mi hubiera sido un logro! Pero no: cuando mucho, tuve clases de bachillerato particulares para acabar mi educación básica.
—Oh, pero Josh, eso se puede entender: eras una gran estrella infantil. No es como si no hubieras querido, pero no tenías tiempo.
—Sí, sobre eso...recibí mi diploma hace dos años.
—¿Hace...te graduaste de bachillerato...a los 33?
—¿Te sientes educada o qué? —preguntó el actor, ahora siendo él quién da un trago a su bebida.
—Creo que...bueno, podría educarte, si quieres —Mel sugirió, sonriente, tratando de aguantar una carcajada que se empezaba a filtrar.
—Sí...sí, es gracioso, ¿no?
—Lo siento, no...no lo volveré a hacer.
—Pero encontré un detalle interesante sobre ti: ¿desde cuándo escribes?
—Desde que era niña, y siempre soñé en hacer algo en la televisión o el cine, al menos cuando no estaba ocupada jugando baloncesto o rompiéndole los dientes a mi hermano por robarme la pelota autografiada por Hank Aaron que mi padre me obsequií, pero aparte de eso, ya sabes: hallar la oportunidad pues, no es fácil.
—¿No seguiste intentándolo?
—Aún escribo de vez en cuando, pero tras años de intentar y fallar, no sé, no tuvo el valor para intentarlo, o siquiera para decirle a alguien.
—Pero me lo estás diciendo a mí.
—Sí
—¿Por qué?
Mel tomó otro trago de su bebida, se mordió el labio y contesto—. La verdad, no lo sé...
Mantuvieron los dos rostros con expresiones solemnes, pero después de un par de segundos, ambos se empezaron a reír fuertemente.
—¡Lo siento! —Mel decía—. ¡Se cómo sonó!
—Calma, tranquila: ahora sé que debes ser buena escritora.
—Gracias...creo...
Y ambos se quedaron ahí hasta la madrugada, hasta que finalmente decidieron volver a su hotel, muy bajo la influencia del licor, y la mañana siguiente, Josh despertó en su habitación, con la boca con una sensación a cenicero, despeinado y con una inesperada compañía a su lado: se encontraba a su lado, dándole la espalda y abrazada de varias cobijas.
—No...no...no, de todos los clichés de borracheras, ¡no esté! —Josh exclamó incrédulo y asustado.
Lentamente Josh acercó su mano a levantar la sabana para confirmar su mal presentimiento.
—Buenos días Josh...—escuchó el actor de la voz de Mel.
—¡Dios, es cierto! —gritó de terror.
—Calma Josh, estoy aquí...—Mel dijo desde la entrada del dormitorio, no desde debajo de esas sabanas.
— ¿Entonces, que paso? —Josh levantó las sabanas violentamente, solo para hallar un montón de almohadas con ropas de mujer sobrepuestas—. ¡Jajaja! ¡Muy graciosa Mel!
Un pequeño detalle juguetón que de algún modo unió mas a Mel y Josh, aunque no de la manera más obvia; pero a pesar de las bromas, muy en el fondo de ambos se sentían satisfechos que alguien más parecía comprender justo lo que el otro sentía: lo bueno, lo malo, y lo humillante.
N/A: Gracias por leer lectores y lectoras. Agradezco su paciencia, no puedo trabajar al ritmo que quisiera con esta historia, sólo pido un poco de comprensión y que al final del día, hayan disfrutado esto que les presento con mucho gusto con cada actualización.
No olviden comentar, votar y destrozar :D
Nos vemos la siguiente entrega.
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