Capitulo III: Mi Cena con Aaron
A pesar del susodicho desastre de la entrevista con el programa de Jason Lane, dónde Josh, en vez de ganar puntos con el director de moda de la ciudad los perdió de un modo miserable, no se puede decir que haya sido una perdida total, pues al menos el objetivo primario se consiguió: darle notoriedad al otrora olvidado actor que por cuestiones del destino, la suerte y las fuerzas del nepotismo en la industria del entretenimiento estaba de nueva cuenta bajo el reflector y la atención de los medios. Ahora, se volvía a hallar en boca de todos sin necesidad de usar protección contra las enfermedades venéreas.
El día siguiente, Josh fue con su amigo Russell a un café en East Hollywood, cerca de los estudios donde él estaba produciendo para una nueva banda de rock cristiano, donde sentados platicaban amenamente mientras esperaban sus ordenes
—Te fue muy bien Josh —le felicitó Russell con una indisimulable agrado.
—Gracias, pero luces como si fuera demasiado…
—No, no, pero es que, ya sabes, hace años que no sales en los medios, y temía que fuera como tu última aparición en televisión en vivo.
— ¡Ya te lo dije! ¡Esa chica me dijo que era menor de edad! Ya no puedes confiar en la Internet: un día tratas de salir con una joven que conoces en un foro de "Twilight" y de pronto ¡Pau! Chris Hansen te tilda de pedófilo.
—Increíble… es algo atemorizante —Russell comentó anonadado—. ¿Qué hacías en un foro de "Twilight"?
—¡Ya cambiemos de tema! —Josh exclama sintiéndose un poco arrinconado ¿Cómo sigue tu proyecto con los niños de tu Iglesia.
—Lo dices muy despectivamente…
—Lo siento, pero a veces me pregunto qué pasó con el Russell de antaño, ya sabes: el que cantaba "muerte a todos los fetos no nacidos y sangre acaramelada lloviendo sobre mis hombros"
—Josh, los tiempos del "grunge" fueron muy extraños, es todo lo que voy a decir…
—Lo siento, pero es difícil no burlarme…
—Oye, no son tan malos
—Ajá— Josh exclama con escepticismo— ¿Y cómo se llama su primer sencillo?
—Pues…"Jesus Rockea" —Russell murmuró avergonzado.
—En días así, agradezco ser judío…
—Seguro. ¿Y qué cenaste ayer?
—Pues…paré en un "Sonic" por una hamburguesa con tocino
—Josh, hasta yo sé que eso es tan anti-kosher
— ¡Dije que era judío, no un BUEN judío!
—Bueno, no es como si esperara que fueras un rabino...mmm...¿Rabino Horwitz? Suena chistoso…
En ese instante, una joven llega con sus órdenes: dos cafés expresos, algo a lo que Josh no se acostumbraba de todo, ya que para esas horas él solía probar bebidas con un mayor contenido etílico.
—¿Y qué te dijo tu agente? —Russell le preguntó a su compañero.
—Después de que me dejó de gritar porque aparentemente mi comentario al parecer provocó la furia de los bloggers escandinavos, me dijo que en realidad no íbamos tan mal, pero una vez más, dependerá del ruido que hagamos en los medios.
—¿Y crees que haya funcionado?
Antes que Josh pudiera contestar, la joven que les llevó la orden se acercó discretamente a su mesa, con la mirada fija en el actor, y una expresión de pena y vergüenza evidente.
—¿Puedo ayudarte? — Josh cuestionó a dicha joven.
—Si, es que… ¿usted es Josh Horwitz, el actor, no es así? —le responde.
—Si ¿Así que me conoce? — Josh respondió con un tonó que mostraba cierta inflación en su nivel de ego.
—Me preguntaba si puedo tomarme una fotografía con usted…
Josh quedó sorprendido, pero recibió el pedido con mucho agrado; se levanto de su asiento, posó junto a aquella joven mujer quien con su celular tomo un par de imágenes, listas para ser presumidas en su página de facebook, y con un "muchas gracias" y un abrazo, la fanática se alejó apenas pudiendo contener la alegría.
—Jamás creí ver el día en que Joshua Schmuel Horwitz volviera a tener admiradores —Russell comentó con cierto nivel de escepticismo e incredulidad por lo que acaba de ver.
— ¡Hey! ¡Yo siempre he tenido admiradoras! —Josh le respondía un poco insultado.
—Sí, pero es la primera que no es una mujer cuarentona con mucho tiempo libre o un secuestrador perturbado que quería que leyeras su guión.
—A pesar de todo, “Langostas Mutantes Zombie” no era tan mala idea...
Josh tuvo que reconocer eso, y aunque no lo hizo verbalmente, su mirada lo hacía notar; si él tenía que decir "allá vamos otra vez", frase que entró en el léxico popular americano de los ochenta y que estaba obligado a decir todos los episodios era algo que eventualmente lo enfermo, en especial por el hecho de tener que repetirla en presentaciones y convenciones, donde a menudo la gente no lo reconocía hasta que pronunciaba dichas palabras.
—¿Y cuál será el siguiente paso en tu camino, "superestrella"? —Russell preguntó tratando un poco de romper el silencio que se volvía mas incomodo con cada segundo.
—Oliver trata de obtener otra entrevista, no es que falten medios, pero él quiere el correcto, además, dice que tiene un plan de relaciones públicas entre manos.
—¿Relaciones públicas? ¿Qué hará, arreglara que salves a un bebé de un incendio?
—Espero que no; no funcionó con Charlie Sheen.
—Ahora el pobre necesita un pulmón artificial...
Después de dicha plática, ambos amigos siguieron con sus actividades por su cuenta: Russ de nuevo al estudio de grabación tras el receso para la oración matutina de "Santificado Records" y Josh, hacía la oficina de Oliver, donde tenía una vez más que soportar una nueva plática sobre la importancia de hacerse notar y ese estilo de patrañas; entró aquel histrión al lugar de trabajo de su agente sin saber que esperar.
—¡Josh, amigo! ¿Cómo estás? — Le saludó Oliver, en ese tonó de hipocresía que solo en Hollywood se puede escuchar.
—Ando bien, ando bien, no me quejó, pero quizás deberías empezar a llamarme a algún lugar más cercano: en el camino se me quedó el sándwich de Boloña en el bus.
—Recuerda que lo que hacemos es para un bien aun más grande
— ¿Un sándwich de salami?
— ¡Concéntrate Josh!
—Perdón, pero es que no me comido todavía.
—Bueno, guarda tu apetito, pues te he preparado una reservación para Santo Domingo's
—¿El cantante de ópera?
—No Josh, ese es Placido Domingo; habló de Santo Domingo's, el restaurante de moda de la ciudad.
— ¿Otra operación para dejarme ver?
—Básicamente, pero en realidad —Oliver se levanta de su asiento y da vueltas alrededor de Josh mientras se explica— después de una larga investigación, me di cuenta del principal problema de tu imagen.
—¿Es mi nariz? ¿Es mi nariz verdad? ¡Siempre ha sido mi nariz! ¡Me jodió en la pubertad y ahora me jode el regreso!
— ¿Me dejas terminar? —Oliver dijo autoritariamente, detenido en su paso.
—Lo siento, continua…
—En fin— Oliver retoma su pensamiento y su caminar—. Tú principal problema, amigo, es que la gente te ve como este sujeto desastroso e indisciplinado incapaz de mantenerte cerca del mundo civilizado y en ocasiones, del mundo incivilizado: hoy en día, los grandes roles son para gente de compromisos
— ¡¿Qué? ¿Bromeas verdad? ¿Qué hay de Andy Dick y Lindsay Lohan? Ellos son un caos y parece irles bien.
—Sí, seguro… te reto a que me digas cuatro películas de Lohan.
—Bueno, esta "Un viernes de locos"…la que hizo con el bochito…y…bueno…es que…esa otra donde…— Josh trató de responder pero no tardo en percatarse del punto de Oliver.
— ¿Ves a que me refiero?
— ¿Y qué hay de todas esas estrellas pop de hoy? Sus vicios parecen ser sus amuletos de la suerte
—Esa es otra industría Josh, es la música; para ellos es diferente, no te confundas: la gente estaría decepcionada si no saliera a grabar o a la arena cayéndose de borrachos.
—¡Bien, bien! Entiendo tu punto ¿Qué tiene que ver conmigo?
¿No lo ves? No estarás solo en esa reservación: tendrás una candente cita junto a ti
—¿Es en serio? —con un tono de mayor interés tras escuchar el adjetivo “candente”, Josh cuestionó.
—Claro: podrás fingir una pequeña relación frente a las cámaras y demostraras que tienes disciplina y que no temes a los compromisos, lo cual no solo es útil para el cortejo de pareja, sino para convencer a los directores y productores que puedes mantener un trabajo.
—Sí...sí, creo que en eso tienes razón.
—¡Entonces está decidido! A las 9, trae un traje bonito, la reservación es para Horwitz y Katz
—¿Una cita judía? En verdad pensaste en todo esta vez…
—Y otra cosa: toma mi tarjeta y llévale algo ¿OK?
—No estoy muerto de hambre, ¿lo sabes? Sólo...acepto tu tarjeta porque ningún banco quiere tener algo que ver conmigo— Josh mencionó tomando la tarjeta de Oliver.
—¿Me preguntó por qué será?
—¡Jodete Oli!
Josh tenía sus reservas, pues la última vez que había hecho algo remotamente romántico, terminó en Japón, y no es un muy grato recuerdo de todas formas (baños muy pequeños y una acusación pendiente por acosar a una menor de edad, donde Josh terminó defendiendose con el débil y algo racista argumento que “todas sus mujeres lucen de la misma edad”) , pero como bien siempre le dijo su padre: en el amor y las relaciones de trabajo, todo se vale; aquella tarde la reservó para comprarse un buen traje italiano, desparasitarse y pasar a un Subway por un sándwich de Boloña, y en cuanto menos lo espero, la hora de la cita ya había llegado.
—Oh Hashem, no puedo dejar de sudar —Josh exclamó en el móvil a su amigo, Russ, justo antes de entrar a Santo Domingo's
—Tú relájate, todo saldrá bien.
—No, no, ya verás: todo parecerá bonito y en su lugar, pero hacia al final de seguro habrá un desastre, y al igual que en ese puesto de tacos, "nada saldrá bien"…
—Josh, calma y escucha estas dos cosas: primero, sonríe y se tu mismo, y segundo: eso fue asqueroso. Trata de evitar analogías así en esto.
—Lo siento Russ, siempre hago comentarios y chistes sucios en el peor momento, supongo que es el nerviosismo.
—Sí, recuerdo bien eso; no estoy seguro que "los aristócratas" sea un buen chiste abridor para una cita con una mujer.
—Jejeje, si ¿recuerdas mi versión? Un hombre entra a una agencia de talentos y…
—¡Ahora no Josh! Sé que estas al borde del ataque, pero solo recuerda que es un ser humano igual que tu y si todo lo demás falla, al final, piensa que es solo trabajo
—Tienes razón, tienes razón: OK, respirare profundo, tratare de no hurgarme la nariz, no contar chistes pelados y si lo demás falla, bueno…"es sólo trabajo"
—¡Ese es el espíritu!…creo…
Josh colgó su teléfono, se registró en la entrada y fue guiado a su mesa; su pareja aun no había arribado, y con cada segundo de espera, la expectativa se iba incrementando mas y mas, hasta que, después de unos quince minutos, escuchó una voz detrás de él.
—Perdón la tardanza…
—No te preocupes, solo fueron… ¡¿Qué?! —Josh exclamó sorprendido al ver su cita
—Oliver me hablo mucho de ti: mucho gusto, Aaron Katz —Le dijo su "compañero" por la velada extendiéndole la mano, gesto el cual Josh no tuvo otra opción más que corresponder; la "candente" cita de Josh era con un hombre.
—Así que tu eres el gran y único Josh Horwitz; he oído mucho de tu en los últimos dos días —mencionaba Aaron, ya acomodado en su asiento, tratando de romper un poco el hielo.
—Sí, bueno, mira: no es por ser grosero ni nada por el estilo, y puedo decir que eres muy, pues…atractivo, pero yo no soy gay
—¿Estás seguro?
—Mucho, digo, soy demasiado sucio para ser homosexual de todas formas…
—¿Ni siquiera bisexual?
—No es por insultar, pero los bisexuales se me hacen los agnósticos de la sexualidad ¿o era que los agnósticos se me hacían los bisexuales de la teología? —Josh respondió y divagó un poco.
—Oh, bueno—Aarón contesto un poco decepcionado— pero ¿No quieres siquiera esperar a cenar? Digo, al menos podemos cenar como dos amigos, ya sabes
—Pues…supongo…—Josh contestó nerviosamente, influenciado mas por el hecho que ya tenía hambre otra vez.
Durante la cena, Josh y Aaron poco a poco fueron rompiendo las formalidades y se conocían mejor: Aarón Katz era un abogado de un importante despacho legal de la zona de Sacramento, y se encontraba en la ciudad para reunirse con un cliente; él conocía Oliver desde sus años en la Universidad de California y dado que aun le debía un pequeño favor, accedió a tener esta cita con uno de sus representados.
—Así que, Aarón, no quiero ofender ni nada, pero tú eres un sujeto que parece "normal"… ¿Cómo es que resultaste ser…así?
—¿Cómo que “así”?
—Ya sabes...em...Dios, cuando trato de sonar políticamente correcto sólo sueno peor.
—¿Acaso esperabas que viniera algo más “florar” y “festivo”?
—Pues...
—Josh, Josh; no todos los homosexuales son como nos pintan en los medios: la mayoría no somos esas "reinas" que salen a cantar canciones de Cher; es tan ridículo como creer que todos los judíos son actores, abogados o escritores de comedia…
—¡Si, eso sí que sería ridículo! —Josh asintió sin poder disimular la risa de aquel comentario— pero…y tratare de ser lo más delicado y correcto con esta pregunta: ¿nunca…?
—¿Qué si nunca se me ha parado por una mujer?
—Bueno…si, esa es mi pregunta.
—De hecho si, una vez, pero esa mujer era Jodie Foster, así que no creo que cuente…
—Claro…
Y a pesar de las dudas iniciales, la verdad es que Josh no tuvo una mala noche, y en cierto sentido, necesitaba algo así: simplemente salir con un amigo diferente, y no es que Russell tuviera algo de malo, pero harta un poco el oír sobre las virtudes de Cristo El Salvador cada quince minutos; claro está, eso no impidió que la mañana siguiente Josh saliera en búsqueda de su agente por tal brillante idea.
— ¡Josh, amigo! ¿Qué tal tu cita de anoche? ¿Tuviste algo de acción? —Oliver le preguntó al ver a su cliente entrar de manera súbita a su oficina.
—Pues no la pase mal: comimos, charlamos, bebimos, fue divertido, pero creo que olvidaste decirme un pequeñísimo e ínfimo detalle sobre mi cita: ¡El era un tipo!
—¿Y?
—¿Cómo que "y"? ¡No soy gay!
—¿En serio?
— ¡Por supuesto! ¿Qué te hizo creer lo contrario?
—Sólo lo supuse, es decir: tienes 35, no te he conocido ninguna novia, vives solo y solo te juntas con ese tipo Russell: fue la conclusión lógica.
—¡Oh no puedo creer lo que escucho! —Josh exclamó muy indignado—. ¿Tendré que decirte lo mismo que a mis padres? ¡No soy homosexual, sólo soy asqueroso fodongo!
—Lo tendré en mente para futuras referencias…—Oliver comentó mientras hacía una anotación en un cuaderno de taquigrafía.
—Más te vale, y dile a tu amigo Aaron que esto fue un error y que no debió haber pasado en primer lugar.
—¿Seguro Josh? Porque él me habló más temprano y parece que le gustaste mucho
— ¿Perdón, cómo dices?
—Dijo que le pareciste muy agradable y que ojala consideraras salir con el otra vez...
—Tienes que estar bromeando.
—Josh, Josh, si no te gusta la banana y prefieres el durazno, está bien: no tengo nada en contra de las relaciones heterosexuales, pero si quieres, velo como lo que es: un negocio ¿Qué dices?
—¿Qué digo? ¡Que tú estás loco! ¡Eso es lo que digo!
El plan fue...menos exitoso de lo que se había contemplado; pero ni Josh ni Oliver iban a abandonar sus esfuerzos, sólo a replantearlos un poco (con la nota “no hombres” en la lista de detalles del agente de ahora en adelante), pero el circo apenas comienza, ¿y qué acaso en un circo las payasadas no son algo serio?
N/A: Gracias a las dos personas que leen esta historia, gracias iLovereadx3, gracias Nayilo y a los anonimos que se pasearon por ahí sin saber. Espero que disfruten de esta serie, y no importa si no tiene los grandes ratings como otras del sitio, sino mantener tu integridad artística (además, “Hopewell” compensa la falta de atención aquí XD)
Shalom lectores.
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