-102-
—Tina, hoy se queda aquí —le dijo Shawn enfrentándose a Nathen. Mordí mi labio inferior nerviosa.
—Mar, te amo —dijo él.
—Nathen, hablemos afuera —asintió y me siguió hasta el patio delantero de la casa de los Mendes—. ¿Acabas de ver el papelón que has hecho? —dije.
—Sí, y me disculpé con Karen y Camila. Lo lamento, es que estoy muy estresado —bufó—. Mar, no quiero que por esta estúpida pelea no quieras casarte —me observó.
—Deberías haberlo pensado antes —desvié la mirada.
—¿Qué? —me miró dolido—. Mar, cariño mío, por favor, no me hagas esto —sus lágrimas se hicieron notorias, poniéndome vulnerable—. Te amo demasiado. Perdón si fui egoísta o muy arrogante, no me controlé, lo lamento ¿sí? Fueron los jodidos celos, los celos de perderte —mordí mi labio inferior—. Estoy celoso, ¿okey? Celoso de Shawn, porque él lo tiene todo. Tiene a millones de fans que lo apoyan, tiene a su familia, su novia, hasta a ti... él lo tiene todo —agachó la cabeza—. Eres su mejor amiga y pasas mucho más tiempo con él que conmigo, que soy tu novio —resopló—. Y tengo miedo a que me robe lo único que tengo valioso.
Sin pensarlo, lo abracé —No me perderás, ¿sí? Nos vamos a casar, y estaremos juntos por muchísimos años —sonreí—. Te amo, Nathen. Te amo demasiado, como la primera vez que te conocí —nos besamos, nuestros labios empañados por nuestras propias lágrimas, sabían salados, pero no nos importó, seguimos besándonos.
—Te amo mucho —dijo él, observándome.
—Y yo a ti —sonreí—. Ven mañana —asintió— y te vas a disculpar con Shawn.
—No me escuchará —dijo él.
—Hablaré con él, y si no te escucha por las buenas, lo hará por las malas —él sonrió—. No hagas eso, amo tu sonrisa.
—¿Ah sí? —dijo él pícaro.
—Tina —se oyó a Shawn. Lo observé.
—Ahí voy —miré a Nathen—. Piensa bien tu disculpa, porque Shawn es muy orgulloso.
Él asintió.
Nos besamos por última vez y se marchó. Subió a su carro y lo perdí de vista con la mirada.
—Ven, mamá, te preparo un té —asentí y me adentré a la casa.
Camz se sentó a mi lado en la cocina, y ambas nos abrazamos.
—Lo lamento, Camz, por lo sucedido —ella negó.
—No te preocupes, Mar, son cosas que pasan —dijo ella.
—Te quiero demasiado —y una lágrima cayó, una lágrima de dolor y enojo. Estaba enojada conmigo misma.
—Te amo, hermana —dijo ella, y cerré los ojos. Estoy dolida.
Karen me dio una taza de té con un plato de donas y besó mi mejilla.
Me quedé con Camz hablando y le dije que sí, que iría a la ceremonia del lanzamiento de la película.
Horas más tarde cenamos y fuimos a dormir. Aaliyah me prestó ropa para poder dormir cómoda.
Pero no podía dormir. En la madrugada, me di una ducha para despejar mi mente, pero el insomnio no me dejaba dormir.
Benito 🤭: ¿estás despierta?
al parecer, a Shawn le pasa exactamente lo mismo.
si.
No contestó, así que coloqué el móvil a un lado, cerré los ojos y traté de dormir.
Se oyó la puerta abrirse y cerrarse enseguida. Me levanté y traté de ver en la oscuridad, pero no vi nada. Agarré el móvil y encendí la linterna. Shawn se tapó la cara por la luz de la linterna.
—¿Qué haces aquí? —hablé en susurro.
—Tengo insomnio —dijo él—. Tranquila, todos están dormidos —añadió—. ¿Me puedo acostar a tu lado? —dudé, pero al final accedí.
Se encontraba en calzoncillos. Se acomodó a mi lado y se tapó.
—¿Y tú qué haces despierta? —preguntó.
—Insomnio —contesté.
—Ah —dijo—. ¿Te vas a casar al final? —volvió a preguntar.
—Supongo que sí. No puedo decirle a Nathen que no. Me cuesta.
—Pero no puedes casarte con alguien a quien no amas.
—¿Quién te hace pensar que no lo amo? —lo observé.
—Entonces, ¿por qué dudas tanto en casarte?
—No lo sé —hice una mueca—. No sé qué me pasa —suspiré.
—Ven —dijo él, haciéndome una seña para que me acostara en su pecho—. Yo ya te he dicho, te mereces a alguien mejor, pero tú no me haces caso.
—Como si fuera tan sencillo —hablé.
—Lo es. Nada más que tú eres la masoquista aquí —dijo él—. Primero que nada, no debiste aceptar casarte con él. Llevan siete meses de novios, ¿quién se casa con alguien en tan poco tiempo? —se quedó pensando un momento y luego habló—. Olvídalo —dijo y me reí—. A lo que voy es que tenías que haber hablado con él y decirle que ahora no, que tal vez más adelante quisieras casarte. Tina, tienes veinticuatro años y todavía no has disfrutado lo suficiente de la vida. Te casarás, vivirán juntos, supongo que aquí en Canadá, dejando a tu padre solo en Argentina, dejando todo allá: tus amistades, tu futuro ahijado, tu vida. Te casarás y no podrás tener las salidas como antes; son muchas cosas. Y supongo que más adelante él querrá tener hijos y tú no querrás tenerlos. ¿Qué harás? —preguntó él—. ¿Los tendrás sin quererlo? Tina, piensa en ti y no en los demás. Te mereces ser feliz y no siempre darle gusto a los demás. No te dejes controlar.
Shawn tenía razón, en cierta parte la tenía. No lo había pensado de esa manera. Estoy aterrada.
—Tienes razón, Shawn. Gracias —sonreí.
Nos abrazamos y en cuestión de minutos quedamos profundamente dormidos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top