-008-
Sos lo único que me hace bien, cuando siento que esta todo mal.💚
________________________________________________
Mi móvil suena. Suspiro y me despierto para buscarlo. Estaba debajo de la cama. ¿Cómo llegó hasta ahí? Ni yo lo sé.
Lo agarro y contesto la llamada.
- Hola... - digo. No tengo voz. ¡No tengo voz! Solo sale un hilo ronco. Carraspeo y me toco la garganta.
- ¡Woooh amiga! - me dice Sofía. Se escucha mucho ruido. - ¿Dónde mierda estás?
- En mi casa. ¿Dónde más estaría? - carraspeo - Mi voz cada vez se hacía menos audible.
- Estamos en el hotel de Shawn. ¡Vení! Dale, que mañana es el último show. Y después ya no vuelve más - finge llorar. Me río.
- Okey, me alisto y salgo. - corto la llamada.
Miro la hora en mi móvil: 15:45 PM. Suspiro y me levanto de la cama, aunque fue una mala idea, ya que me caí.
¿Acaso anoche fui a un concierto o a una batalla?
Me levanté como pude, mis muslos dolían horrores. Fui hasta el baño y busqué mi canasta de medicamentos. Hice mis necesidades y me duché.
Busqué un outfit en mi placard, me maquillé y salí de mi casa con mis pertenencias.
Siguen en el hotel?
✓✓
Le mandé a Sofía.
Sofi: chi👀
Te vienes?
Sip
✓✓
Guardo mi móvil y me dirijo a una cafetería. Lo bueno de vivir en pleno centro.
A unos diez minutos caminando, encuentro un local. Entro y pido un café. La chica me sonríe y minutos después me lo entrega en un vaso para llevar. Pago y me retiro a un rincón para agregarle azúcar antes de dirigirme al hotel del muchacho Mendes.
Revuelvo mi café, le pongo la tapa y miro hacia la puerta. Está un poco fresco hoy y me arrepiento de no haber traído un abrigo o algo.
Salgo de la cafetería y unos chicos pasan riéndose a mi lado, luego se detienen en la esquina, esperando a que el semáforo cambie para poder cruzar. Me detengo y busco mis auriculares en mi bolso. Los conecto a mi móvil y levanto la vista. Me quedo sorprendida. ¿Qué debo hacer? ¿Lo llamo o no? Lo veo entretenido hablando. Suspiro. ¡Vamos, Martina!
- ¡Hey, Shawn! - Dije alzando una mano, pero me quedé en mi lugar. Él se da la vuelta y me observa. - Hola - dije tímidamente. Él sonríe y me hace una señal para que me acerque.
Comienzo a agarrar el café con ambas manos antes de que mis torpes manos lo derramen. Él se empieza a acercar y cuando doy mi primer paso, siento cómo alguien me jala desde atrás y me arrastra hacia un callejón.
- ¡Dame todo! - oigo.
Mi respiración comienza a dificultarse. ¿Les mencioné que sufro de ataques de pánico?
Esta persona me arroja al suelo y siento cómo se rompe un pedazo de mi crop top. Empiezo a forcejear con esta persona y quiero gritar, pero no tengo voz, estoy afónica. Comienzo a llorar desconsoladamente. Ya estoy viendo mi fin aquí mismo.
El hombre sigue forcejeando para quitarme el bolso, pero yo no se lo permito.
De repente, esta persona desconocida ya está en el suelo, con otro hombre encima suyo. No entiendo nada, estoy asustada y no puedo respirar bien. Otro hombre se me acerca y comienza a hacerme señas. Estoy aturdida.
- ¿Te encuentras bien? - me pregunta él. Es muy robusto, llevaba una remera negra ajustada. Yo lo reconozco.
Abro mis ojos asustada y recuerdo lo que acaba de pasar. Lo aparto bruscamente con mis manos e intento levantarme, pero mis piernas me fallan. Me tambaleo y justo antes de caer, alguien me abraza.
- Todo estará bien - dice, intentando tranquilizarme.
Mis piernas tiemblan y no tengo suficiente fuerza para mantenerme de pie, así que me siento en el suelo. La persona me imita y apoya su mentón en mi cabeza. Siento un dolor en el pecho y un nudo en la garganta. La respiración me cuesta trabajo, comienzo a desesperarme.
- ¡Traigan agua! - oigo a una mujer gritar.
Me siento tonta, aterrada. Siento que mi vida pasa en un segundo.
- Tranquila, cariño. Ya no te harán más daño - dice esa voz. Me suena familiar. Un chico me trae una botella de agua. Me asusto apenas se acerca - Yo se la doy - dice la persona que me abraza. Pero el chico no se mueve.
- Dale la botella a él - dice una señora. Y el chico se la da a la persona que me abraza.
Comienzo a toser. Siento que mi garganta duele.
- Inhala y exhala - me dice la persona, mientras comienza a acariciar mi cabello. Hago lo que me dijo, inhalo cerrando los ojos.
Un aroma entra en mis fosas nasales. Era el olor de una colonia, suave, y sentí como un déjà vu. Exhalo y abro mis ojos. Ya me siento más calmada. La persona me extiende la botella de agua y veo un tatuaje en su mano derecha. Rápidamente giro mi cabeza y lo veo, veo su carita. Algunos mechones de pelo estaban en su cara. Tenía un gesto de preocupación y mi corazón empezó a latir muy rápido.
- ¡Tranquila! No te haré daño - me dice él. Lo abrazo y escondo mi cara en su pecho. Él me aprieta y no puedo creerlo.
- Hay que llamar a su familia - dice un hombre. Lo reconozco, es Jake.
Levanto mi cabeza y lo miro.
- Por favor, no. No llamen a mi papá, le puede dar un ataque si se entera de que me pasó algo - hablo rápido, sin saber si me entiende. Jake mira a Shawn.
- Pero tenemos que avisarle a alguien que te venga a buscar - insiste él.
- Puedo irme sola - digo, intentando levantarme - Tomaré un taxi.
- No, es peligroso - responde la voz de Shawn, erizándome la piel. Se quedan en silencio por unos segundos. - Vamos al hotel - dice Shawn, y mi corazón comienza a latir a ochenta por segundo - hasta que te sientas mejor.
—No podemos hacer eso, Shawn, te estás arriesgando demasiado — responde su guardaespaldas.
—¿Acabas de ver lo que sufrió esta chica, Jake? No pienso abandonarla aquí — responde Mendes.
—Shawn, entiendo tu preocupación, pero no puedes llevarla al hotel. Te estás exponiendo demasiado, si le sucede algo allí, tú serás el responsable.
—¿Tienes una mejor idea? — contesta Shawn, con voz dura que me intimida — Jake, entiendo tu punto de vista y la importancia de mi seguridad, pero por favor, por esta vez, hazme caso. Acaba de pasar por algo grave, no quiero dejarla aquí.
Jake no duda y saca su móvil, llamando a alguien.
Shawn me ayuda a levantarme y me cubro con mis brazos, ya que mi top está roto y no queremos que se vea más.
Shawn saca su chaqueta de jean y me la coloca. Le agradezco y no dudo en abrazarlo.
Una camioneta negra se estaciona y me ayuda a subir.
- ¿ Cómo te llamas? - Me dijo Jake. Ya estábamos yendo a su hotel, creo.
- Martina - digo y carraspeo mi garganta.
- Estás afónica - dice Shawn.
- Sí, grité mucho en tu show - respondo y él sonríe. Bueno, el ambiente ya no es tan incómodo como antes.
- ¿Qué edad tienes? - me pregunta.
- Veintidós años - respondo, mordiéndome el labio inferior.
- ¿Te dedicas a algo? - me pregunta dulcemente.
- Estudio en la universidad - digo lo más alto que puedo.
Después de varias preguntas, nos dirigimos al hotel. La camioneta entra directo al estacionamiento. Shawn me ayuda a bajar.
Suspiro frustrada al darme cuenta de que no puedo mantenerme en pie.
- Tranquila, yo te ayudo - dice él. Le sonrío con culpa.
Vamos hasta el elevador y él aprieta un botón y este comienza a moverse.
- Lo siento - digo al borde de las lágrimas. Él me observa - Te pido mil disculpas. Arruiné la salida. Lo arruiné todo. Él está a unos centímetros de mí, parado y observándome. Yo estoy apoyada y agarrada en una de las varillas del elevador.
- No tienes que pedir disculpas - me dice dulcemente - Estabas en peligro y fui a ayudarte. No me lo perdonaría si una de mis fans está en peligro y yo no hago nada. - me sonríe.
Las puertas del elevador se abren y hay una mujer ahí.
- Shawn, recibí una llamada de Jake - dice preocupada.
- Judith, ella es Martina. ¿Puede quedarse en tu cuarto? Intentaron robarle, y quién sabe qué cosas más horribles podrían haber pasado - dice Shawn. - Martina, ella es Judith, mi masajista. Ella te cuidará bien, ¿de acuerdo?
Asiento un poco apenada.
- Está bien, linda. Te vas a recostar un rato y tomarás algo caliente - me dice Judith mientras me guía hasta su habitación.
En realidad, parece más un departamento que una habitación de hotel. Judith va a llamar a recepción, y yo me siento en el sofá, apoyando mis manos en mi cabeza que me está explotando.
- ¿Te duele algo? - me pregunta ella, y asiento.
- Tengo mucho frío - digo - y mi cuerpo se siente pesado - murmuro. Ella me mira preocupada, toca mi frente y hace un gesto extraño.
- De acuerdo, recuéstate y ahora te traigo una manta - asiento y me acuesto en el sofá, que por cierto, es bastante cómodo.
Me da una almohada y me tapa.
Y pronto caigo profundamente dormida.
_______________________________________________
Outfit de Martina.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top