Treinta y uno


Sus parpados se abrieron lentamente. Dio dos parpadeos para visualizar su vista.

- Me quedé dormido??

- Sii!! - Escuchar la voz de su amado lo hizo sonreír.
Camino a pasos lentos en dónde provino su voz  y era en la cocina.

- Qué hora es?? - Me senté y me sirvió una sopa de la cuál largaba un magnífico aroma.

- Son las Díez y medía. - Se sentó delante mío y comenzamos a comer, no podía creer qué allá dormido tanto.

- Tanto dormí??

- Si. Cómo un tronco.

- Perdón...No pude pasar todo el día contigo. - Bajé mi mirada pero una sonora carcajada retumba en mis oídos.

- No te preocupés, Éste dia no lo olvidaré. Me has mostrado un lado tuyo diferente. - Levanté mi mirada y pude apreciar su bella sonrisa. amaba contemplarla, esos perfectos y blancos dientes.

- Tienes razón, pero no me gusta mostrar ese lado mio. - Sonrió y continuamos comiendo. Nose cuándo termine la sopa pero estuvo deliciosa.

- Qué rápido la terminaste. Quieres más?

- Es qué estuvo delicioso y prefiero comer otra cosa.

- Ohh...Ok está bien. - Levante los platos mientras yo miraba al reloj en la cocina.
Las once y medía, Qué rápido pasa la hora. Mi vista se enfocó en mi Amado verlo tan concentrado en su labor. Fui bajando hasta su ancha espalda a mi parecer no es tan grande, se qué dejo el ejercicio pero no perdió del todo su forma.
Me detuve en su cintura, si qué era pequeña y fina a la ves. Por último su trasero. Díos!! es tan magnífico y grande. Uno de mis puntos débiles y más el de Vegeta.
A todo esto no puedo evitar morder mi labio, hacía tiempo qué no tocaba ese cuerpo el cuál me pertenece.
Me acerqué con sigilo hacía mi presa para luego enrollar mis brazos a su cintura y apollar mi cabeza en su hombro Así podré aspirar su aroma.

- Qué sucede Goku??

- Quiero qué terminés.

- Por qué el apuro??

- Ya es de noche. Es hora de nuestra noche de bodas. - Amo sentir cómo su cuerpo tiembla cuándo mi aliento choca en su oído.

- Y..Ya terminé. - Está nervioso.

Lo tomé con delicadeza y lo cargué en mis brazos cómo toda una princesa, Bueno!! el es mi príncipe.
Lo llevaba a la única habitación en la casa. Tenia Qué subir unas pequeñas escaleras y Ahi estaba la cama a la vista.
Lo acosté y yo arriba de el, entré sus piernas. Mi mano tomó su mejilla está estaba caliente por el sonrojo.

- Está noche te haré el amor, cómo nunca te lo hayan hecho.

- Go...Goku
Tomé su mentón y el abrió su pequeña boca dándome a entender qué un besó necesitaba.
Nuestros labios se movían al mismo compás. Mis manos no se quedaron quietas, desabroche su cinturón y camisa. El no se quedaba atrás tiró fuerte de mi camisa y los botones salieron disparando, luego fue directo a mi cinturón.

- Estamos ansiosos hoy??  - Le pregunté.

- Qué esperabas. Hace tiempo no siento esto dentro mío. - Tocó con seducción a mi miembro sobre la tela del pantalón. Largue un gruñido por ello.
Quité sus manos, no quería comenzar tan rápido.
Mi boca paró en sus pezones éstos estaban más grandes. Los mordia y succionaba, quería ponerlos bien rojos y erectos.

- Go...Goku...mmnn..ahh..- Levanté mi vista y estaba con sus ojitos cerrados con fuerza.

Me aleje de ellos y quité toda su ropa el me imitó, sabía qué reprocharia al verme con la camisa y el pantalón sobre las rodillas.
Volví a besarlo pero esta ves saqué su lengua hacía fuera para morderla y meterla entera en mi boca. Su sonrojo aumento al notar mi acción.
Su miembro erecto tocaba mi abdomen.

- Mnn...Goku.. - Un hilo de saliva nos unía.
Apreté su miembro y arqueo su espalda Podía sentir lo duro y venoso qué estaba, aci qué decidí estimularlo.

- De...ahh..Deja la tortura...amm..ahh..Go...Goku...- Jalaba su hombría con rapidez.

- No te vengas tan rápido - Abrió más sus piernas.

- Hazlo de...ahh...una maldita vez. - Soltó su miembro y levantó la cadera del pefilama. Sus miradas se conectaron ambos con un brilló único de pasión. Entrar de una ves causó un cosquilleo en el vientre de ambos.

- Ahh...Goku. - Sus ojos cerrados con fuerza para poder concentrarse en lo qué sentía en ese momento. El miembro de su amado golpeaba con fuerza dentro suyo. se deslizaba dentro.

- Vegeta dentro tuyo es magnífico. Siente cómo entró y salgo. - Dejó salir la todo ese tronco pero la punta quedo. Sus grandes manos tomaron fuerte a esa delicada cintura para luego enterrarse dentro de esa pequeña cavidad.
Se podían escuchar el choque de sus cuerpos acompañados de esos suspirós o gemidos de sus bocas.
Mordia su hombro y el de arriba su delicado cuello.
Ambos tuvieron una descarga qué sintieron en sus columnas para luego dirigirse a la punta de sus miembros logrando largar esa espesa esencia blanca.
Sus respiraciónes agitadas se juntaron al igual qué sus miradas se habían encontrado.

- Vegeta.

- Te amo. - Completo el peliflama sabía qué su amor lo  diría y el también quería decírselo.
Sonrieron y se acomodaron.
el pequeño en su formido pecho quería dormir volviendo a escuchar el sonido de su corazón qué tantas veces anteriores pudo oírlo.

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