12. Desayuno
Estaba sentada en mi cama pensando en ¿Cómo le diría a mi jefe que vivía en la casa Fiore? Por un momento me iba a negar a regresar, pero en primer lugar la abuela había sido muy amable conmigo y no merecía que fuera grosera con ella y en segundo dicen que al enemigo lo debes tener cerca.
Suspire pesado cuando alguien golpeó mi puerta al abrirla Hades estaba fuera.
—¡Hola estafadora! Te esperamos a desayunar. —sonreí y asentí con la cabeza.
Me mire al espejo una vez más y salí de mi habitación.
El pasillo era bastante amplio y en total tenía 9 habitaciones.
La mía estaba a mitad del pasillo y para mí mala suerte está justo frente a la de Eros, seguía la habitación de Hades y frente la de Angelo, luego estaban la de las niñas y la de Eris y la primer habitación era la de la abuela.
Lo que me causaba curiosidad era que junto a mi habitación había una que siempre permanencia con la puerta cerrada a diferencia de todas las demás.
Según Hades era una habitación que nadie podía tocar más que Angelo y era lo que más curiosidad me daba.
Casi llegando a las escaleras me tomaron del brazo y me hicieron voltear, al levantar la mirada me encontré con Angelo.
Jale mi brazo de su agarre y el puso sus brazos de manera que no pudiera escapar. Intente empujarlo, pero no pude.
—¡Qué te pasa idiota!— dije y Angelo no quitaba su mirada de la mía.
—¿Que estás tramando?—dijo y yo quise hablar, pero no salían palabras de mi boca.
—De todos los trabajo que hay en Roma ¿Porque con los Rizzo?
—Aplique antes de llegar a tu casa y jamás pensé que me iban hablar ¿Te acuerdas cuando me hechaste de tu casa a mitad de la noche?
Bueno, pues en ese momento revise mi correo y el viernes me habían mandado un mensaje de que había sido aceptada para hacer la prueba.
Y como no tenía trabajo, no lo dude.
Te lo estoy diciendo no porqué tenga que darte una explicación, te lo digo por respeto a la Abuela ahora déjame pasar. -dije y lo empuje, pensé que me había librado de él, pero nuevamente me detuvo.
—No sé a que estés jugando pero te adv. —soltó mi brazo y lo volví a empujar.
—No todas las personas somos como tú Angelo, no todos tenemos dobles intenciones. Así que deja de ser un idiota y hazme el favor de comportarte, no por mi, por la Abuela. -dicho eso seguí con mi camino.
Al llegar al final de las escaleras la Abuela estaba parada y al verme sonrió.
—Ven cariño, vamos a desayunar. —dijo y sonreí.
Al llegar al comedor todos estaban sentados a excepción de Angelo la abuela y yo.
Angelo paso junto a nosotros y se sentó en la esquina de la mesa junto a Eros al revisar el lugar el único lugar vacío era junto a Eros y Angelo, así que suspire hondo.
—Ahora que está toda la familia lo vuelvo a decir nuevamente.
—Di es nieta de una amiga mía muy querida, así que a partir de ahora será un miembro mas de la familia, quiero que la traten como si fuera su hermana o su prima.
—Por mí no hay problema. —dijo Hades.
—Que bueno que estás aquí, te extrañamos. —dijo Ate y yo sonreí.
Estar sentada con la familia Fiore se sentía muy extraño, todos estaban animados platicando de cosas diferentes.
Me sentía en familia y era algo que no podía permitirme ya que cuando se descubriera toda la verdad el cariño que estaba recibiendo por parte de ellos terminaría y no de una buena manera.
Suspire pesado y cuando me iba a levantar llegó el postre.
Tarta de fresas con chocolate. Voltee a ver a Eros y él hizo lo mismo y sonrió.
—Es tu favorita. -trague saliva y asentí. —jamás le había dicho que era mi postre favorito, pero si me la pasaba comiendo cada que podía incluso el día que habían ido por mi tenía una tarta de fresas en mi mesita de noche.
Eros era una persona muy observadora cosa que me estaba comenzando asustar. Arrime un trozo de tarta y le di un bocado.
—Oh mierda. —dije y Eros se acercó a susurrar a mí oído. -La prepare yo.
Voltee a verlo y sus ojos eran de un negro tan intenso que me daba miedo, miedo de perder el control y lanzarme a besarlo. Así que inmediatamente gire.
—¿Y ya compraste ropa para tu nuevo empleo? —me pregunto Eris y negué con la cabeza.
—Pensaba ir hoy. —asintió y se le dibujo una sonrisa en su rostro.
—Me alegro mucho porque de todas maneras debemos ir de compras para la subasta.
—La que.— dije y di un pequeño soltó al mirar bajo la mesa me encontre con la mano de Eros acariciando mi entre pierna. Trague saliva he intente moverla, pero al hacerlo bajo más casi tocaba mi parte intima.
Tome un sorbo de jugo y Eris siguió hablando.
—Cada año las empresas más ricas de Roma se unen en una subasta y se realiza el 10 de octubre sin importar que día caiga.
—Osea mañana. —dije y asintió
—La familia está invitada y también vas a ir. —mientras trataba de poner atención a Eris. Su gemelo estaba intentando llegar un poco mas lejos ya que cada vez subía más sus manos.
Cuando esté tocó la entrada de mi intimidad. Sentí una pequeña descarga eléctrica, sentí como un pequeño destello de calor extendida por todo mi cuerpo y entonces se me ocurrió una manera muy estúpida de pararlo.
Cerré mis piernas, dejando sin movimiento alguno su mano o al menos eso pensé antes de que su dedo pulgar compensará a sobar mi clítoris.
Primero eran unos roces suaves, pero después el ritmo era mucho más rápido.
Quería decirle que parara con la tortura, pero el se veía bastante entretenido con algo que Angelo le estaba contando.
Maldito, no entendía como le hacía para verse tan natural cuando yo estaba apunto de explotar.
—¿Entonces quieres ir conmigo?—dijo Eris y asentí.
—Me. —no pude terminar la frase porque no sé cómo lo hizo, pero logró hacer aún lado mi ropa interior y ahora su dedo se movía como el quería, sentía como mi humedad salía, quería detenerlo para que no fuéramos descubiertos, pero también quería que continuará, así que mi lado perra fue mucho más fuerte que mi cordura y me obligue abrir las piernas. Eros al sentir la libertad.
Bajo un poco más y comenzó a introducir otro de sus dedos dentro de mi.
Quería verme normal, quería que todos vieran lo tranquila que estaba, pero era inútil incluso un calambre amenazaba con formarse. Y cuando estaba a punto de llegar al mejor orgasmo que había tenido tan solo con unos dedos se detuvo.
—Bueno familia. Me voy a bañar. —dicho eso se levantó de la mesa y se marchó.
Me quedé paralizada. Quería decirle que era algo injusto que prendiera el boiler y no sé metiera a bañar y entonces mi celular sonó.
"Te espero para terminar lo que inicie"
Con el simple hecho de leer ese mensaje estaba comenzando a sentir calor. Suspire y termine mi desayuno.
—Muchas gracias por el desayuno.—dicho eso me retire de la mesa.
Quería subir y decirle que era un idiota que quien se creía que quera, pero entonces me detuvo al ver qué Angelo iba atrás de mi cambie me camino y me dirigí a la puerta.
—Olvidaste tu teléfono. —dijo y me entrego mi celular.
—Grac-no termine de hablar ya que vi que mi celular no estaba bloqueado y lo había dejado justo con el mensaje que me había mandado Eros. Angelo lo sabía finalmente.
Sabía que entre Eros y yo pasaba algo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top