Capítulo 6

-Hasta que abriste amor. - contestó Abrahan dandole un pico e ingresando al interior de la casa, dejando totalmente desconcertado a Gabriel. - Perdón que te haya despertado, me olvide las llaves en el auto y esta en el lavadero.-

Gabriel permanecía estático. Realmente lo habia tomado por sorpresa. Junto en ese momento venía a caerle sin avisarle.

-¿Qué pasa mi amor? - lo interrogó luego de varios segundos en los que Gabriel no habia reaccionado ante su presencia.

-Nada, me sorprende que hayas venido. No me avisaste nada - respondió finalmente, sonando lo más tranquilo que podía.

-Perdón. Ayer Franco estaba re mil dado vuelta y pinchó la juntada. Lo acompañé a la casa, me quedé con el y bueno ahora vine a verte porque te extrañaba. - le explicó.

-Me hubieses avisado. Yo estaba... - no sabía que excusa decirle, pero no podia decirle la verdad.

-Durmiendo. Ya lo se y te pido perdón nuevamente - se disculpo acercandose a su novio y besandolo dulcemente. Gabriel se alejó. - ¿Que pasa mi amor? Estas raro.

-Nada. Es que no me lave los dientes - soltó con una sonrisa fingida. - prepara el desayuno, que yo voy y me los lavo.

Gabriel corrió hacia su baño. Suspiró profundamente, la situación comenzaba a frustrarlo. Su novio le habia caido de sospresa, justo el dia en el que tenía a uno de sus alumnos durmiendo en su cama.

Debía lograr que Abrahan se vaya lo antes posible, permitir que este cuando Renato despierte, no era lo más conveniente. Pero tampoco puede echar a Renato asi como asi, hacer que se escape por la ventana, como en las peliculas.

Nada de lo que se le ocurría lo convencía. Hasta que lo que menos queria que pasara, sucedió.

-¿Quién sos vos? - escuchó la voz dubitativa de su pareja.

Rápidamente salió del baño, encontrandose con la escena más dramática de toda su vida. Un Renato atonito estaba siendo fulminado con la mirada por su pareja. Gabriel queria que en ese mismisimo momento, la tierra lo tragara.

-¿Gabriel me podes explicar quién carajo es este pendejo? - le habló con un elevado tono de voz, sacandolo del trance.

-Ehhh... Él es...- realmente no sabía que decir.

-Soy su sobrino - habló Renato por él. -
¿Y vos debes ser su pareja no? Gabriel me habló mucho de vos. - se acercó al joven, estrechandole la mano en un saludo, este lo aceptó no muy convencido.

-¿Por que no me dijiste que tenias visita? Además yo tengo entendido que tu hermano tiene una bebe, no un adolescente de 16 años.

-Tengo 18. Y soy hijo de Valeria, una prima segunda de él. - el mayor asentia a todo lo que el menor decía, no podía reaccionar todavía a lo que estaba pasando. - Bueno, me voy. - se limitó a decir al notar como el morocho de ojos claros lo fulminaba con la mirada. - Chau Ga. Le mando saludos a mama por vos.

Renato se le acercó y deposito un rápido beso en su mejilla, causando que estas comiencen a sonrojarse. El mismo Renato que le encantaba provocarlo, se habia atrevido a hacer eso, delante de su novio. Realmente no para de sorprenderse con cada cosa que descubría sobre él.

-No me dijiste que iba a venir el hijo de tu prima lejana, Gabriel. - habló su pareja una vez que el más chico dejó el lugar.

-No te avisé porque yo tampoco sabía. Anoche me llamó mi prima a decirme que venía porque tenía que ir a un lugar hoy y mi casa le quedaba más cerca. - mintió, sabiendo que era la peor excusa que existia.

-¿Y por qué tenía el uniforme del colegio? - esto comenzaba a ser un interrogatorio, del cual Gabriel quería escapar lo más rápido posible.

-Que se yo. Vive lejos, y no llegó a volver a la casa para cambiarse - agradecía en este momento que su novio no conociera el uniforme del colegio en el que trabaja. - ¿Alguna pregunta más que quieras agregar al interrogatorio?

Abrahan era una persona muy celosa, lo que traía miles de conflictos en la pareja por ese motivo. Gabriel sabía que verlo a  Renato lo hizo imaginar miles de cosas. No podía permitir que le haga un planteo por alguien que nada que ver, o por lo menos hasta lo que se animaba a admitir.

-No, no. Perdón, es que no es normal ver salir a un chabon del cuarto de tu novio. - se justificó mientras comenzaba a esparcir besos por todo su rostro.

Por alguna razón, que Gabriel desconocía, o simplemente ignoraba, ese gesto lo estaba incomodando. Después de cada pelea, ese tipo de demostración de su pareja lograba calmarlo, cosa que ahora no.

-Esta bien Ab. No te preocupes. Perdoname a mi, es que sabes que no me gustan este tipo de escenas. - trato de excusarse.

-Dejemoslo atrás ¿si? - Gabriel asintió - ¿Por qué mejor no desayunamos?

Y asi pasaron el resto de la mañana. Abrahan contandole a su novio  las " divertidas" anecdotas de su noche anterior, mientras que Gabriel no paraba de pensar en como había zafado.

No quería imaginarse la reaccion de su pareja al enterarse quien realmente era Renato, y que hacía en su casa.

Aunque tampoco podia parar pensar en él. En el pendejo que habia dejado entrar a su casa, al que le habia contado uno de sus más grandes secretos. Y por último, pero no menos importante, el cual  habia dejado dormir en su cama, y que tampoco pudo evitar acostarse con el.

~

Después de almorzar, para su alivio solo, su cabeza seguía atormentandolo. La imagen de su novio y Renato, frente a frente, le habia causado panico.

Sabía que su novio se había hecho la cabeza, pero no tenía sentido. "Renato es un nene, es tu alumno" "Si, un alumno que casi te chapas". Su inconsciente comenzó  un debate entre lo que podria haber pasado y lo que realmente pasó, confundiendolo más que nunca.

El dolor de cabeza, debido a todas estas preguntas, se apiado de el. La mejor forma de que se le vaya, y de dejar de pensar por un rato, que encontró, era dormir.

Se dirigió a paso lento a su habitación. Sin poder evitarlo, una sonrisa se escapó de sus labios al encontrar la mochila de él ahí.

Se acercó al visualizar que un rollo de papel, de tamaño medio, sobresalía sobre esta. Casi por inercia, lo agarró y desenrolló, encontrandose con un graffiti plasmado que decía "Volver a jugar".

Gabriel no tenia idea que significaba aquella frase, pero le pareció algo dulce, más sabiendo quién era su autor. Fue en busca uno de los cuadros que yacían en su mesita de luz, y reemplazo la foto que tenía de el y su novio, para colocar aquel dibujo.

Se recostó en la cama, lado izquierdo, en el que siempre dormía, a excepción de la noche anterior, que fue ocupado por otra persona.

El recuerdo de Renato durmiendo en su cama volvió a su mente, junto con el de él acostandose junto a el. La duda de por qué lo hizo seguía. Asumiendo que no se iría hasta volver a verlo.

Giró su cuerpo hacia la izquierda, para así apreciar aquel dibujo una vez más. La misma sensación de paz y tranquilidad que había sentido la noche anterior, volvio a invadirlo.

Desde que habia conocido a Renato, no podía explicar con palabras lo que sentía ante esas simples acciones. Desde esa apretada en el escritorio, hasta la cálida posición que tuvieron al dormir. Todo de él lograba hacerlo sentir distintos tipos de cosas, pero que simplemente no lograba explicarlas.

~

Un bocinazo causó que se sobresaltara, despertandolo de un profundo sueño en el que ni siquiera se habia dado cuenta que habia caido.

Se levantó desorientado. Nunca recibía visitas, a excepción de su pareja. "Este día esta siendo cada vez más raro" pensó.

Se acercó a la ventana delantera de su casa, para poder fijarse quién era. Al abrirla divisó un auto desconocido que parecía estar observandolo. Rápidamente este se marchó, dejandolo mucho más alarmado de lo que estaba.

Por instinto, abrió la puerta, encontrándose en el piso un sobre. Sobre que no tenía pinta de ser alguna factura de gas, ni del agua, ni de la luz. Tampoco una carta de algún familiar. Este sobre era negro, con ninguna señal de su emisor.

Lo abrió.

"¿Asique ahora te da por llevar alumnos a dormir a tu casa? ¿Que pasa si la escuela y tu novio se enteran de eso ?"

Todo el asunto de Renato y Abrahan, lo habia hecho olvidar por completo de aquello. Ya tenía muvho con esa persona amenzandolo con contar su secreto a la escuela, que ahora iba a amenazar con contarle a su novio sobre Renato.

Todo indicaba que debía volver a alejarse de Renato. Pero esta vez el no queria hacerlo.

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