Capítulo 28. Parte 1
El último dia de clases no estaba resultando de igual manera para todo el mundo. Todo el curso era pura euforia, gritos, desorden, disturbio, concentrados dentro de tan solo 4 paredes. Para Renato, todo se sentia tan ajeno. No podia disfrutrar nada de eso, no podria unirse a los canticos de sus compañeros, ni a nada de lo que tenian planeado. Simplemente no se sentia con las suficientes ganas para hacerlo.
Su mente solamente podia pensar en una cosa, o en una persona, para ser especifico. Aunque tenerlo a metros suyo, y no poder ni siquiera acercarse a hablarle, no le ayudaba en nada. Desde que cruzo la puerta horas antes, todo dentro de el se removió. Su lado esperanzador, pensaba que minimamente se iba a acercar y decirle algo. Pero obviamente eso no pasó.
Al ser el último dia, la clase era un descontrol, y tuvo que conformarse únicamente con una mirada rapida, antes de que Gabriel se sentara en su silla, y simulara revisar su celular durante el resto de las horas. Rompiendo su corazón en mil pedazos.
Lo único que quería, era ir y tirarsele encima, llenarlo de besos y después preguntarle porque le habia dado la espalda todo estos dias. Para luego volverlo a besar y decirle lo mucho que lo extrañaba, que si hizo algo mal, haría lo que fuera para cambiarlo, con tal de que no vuelva a dejarlo solo.
Todo ese plan lucía de maravills en su cabeza, pero lamentablente la realidad era otra. Y aunque se moria de ganas de hacerlo, no era ni el momento ni el lugar indicado.
El sonido del timbre dando finalizado el dia, revolucionó aun más a todos. Bueno, casi.
- ¡TATITO! - le grita Fausto, tirandosele encima, ya estando afuera del colegio.
-Para boludo, me vas a hacer mierda la espalda. - se toca el hombro, fingiendo estar adolorido.
-Uhh que humor manejamos hoy. ¿Que le anda pasando amigo? - pregubta tocandole el mismo hombro.
-¿En serio me estas preguntando chabon? ¿Vos viste como me ignoró Faus? Ni siquiera me vino a decir que le pasa. - explica bufando y bajando la cabeza.
Fausto se le pone adelante, para que detenga su paso.
-Hey, que no decaiga, che. Seguro lo hizo porque no era el lugar. Ahora sabes que esta acá. Asique mañana u hoy a la noche vas a su casa, le preguntas y ya. - lo alienta y Renato solo eleva sus hombros - Ahora, vamos a festejar con los chicos. - le señala la plaza donde todos sus compañeros están.
Renato estira el cuello y los mira. Se ven tan felices y emocionados. Se siente un tarado por no poder estar igual que ellos.
-Pero... - intenta justificarse.
-Pero nada. Me cambias esa carucha que estamos de festejo. ¡TERMINAMOS EL SECUNDARIO BOLUDO!. Al menos simula un poco de felicidad - le pide uniendo sus palmas en un gesto de suplica.
Renato suelta una leve sonrisa. Tenia razón. No podia estar asi, cuando se supone que tiene que estar feliz por terminar esta etapa de su vida.
Aunque le costara tenia que disfrutar, al menos por hoy. Ya mañana se fijaria que haria.
~
Pasadas las horas, la institituciones ya estaba vacia. Alumnos y maestros ya no estaban presentes lugar. Solo dos personas aún permanecian alli.
-Si, si Clarita. El director me pidió exclusivamente que te diga que ya te podias ir a tu casa - más de 10 minutos, y su insistencia para que la mujer abandonara el lugar, todavía no funcionaba.
-Pero Señorita, los de sexto dejaron un desastre y... - intenta hacerle entender.
-No te preocupes, yo ya revise e hiciste un gran trabajo por hoy. Podes ir yendote a tu casita - le dice con una sonrisa dulce.
"Clarita" como le decía amistosamente Stefi, la mira no del todo convencida. La rubia le sonrie más ampliamente, disimulando el nerviosismo que maneja por tener que mentirle. La acompaña a la salida, y una vez cerrada la puerta, agarra su celular para poder mandarle un mensaje al responsable de semejante acción que acaba de cometer.
Falso Closs
(18:00) Camino despejado. Ya podes venir.
Ni un minuto pasa, que ya escucha golpecitos en la puerta como señal de que ya estaba ahí. La abre y lo recibe con una cara de pocos amigos, que a Gabriel solo le causa gracia.
-Dios, si Clara o yo llegamos a tener problemas por esto, es toda tu responsabilidad. Acordate - lo apunta con un dedo mientras lo ve ingresar.
-No te preocupes, nadie se va a enterar. Sos la mejor - Gabriel se acerca a darle un beso sonoro en la mejilla y empieza a correr en dirección a las escaleras.
-¡Gabi, para!. - el rizado detiene su paso por los escalones - ¿Qué vas a hacer? - pregunta por curiosidad. No todos los días un profesor se escabulle por un colegio completamente vacío
Gabriel la mira y sonríe, recordando el porque estaba allí, y el porqur le habia pedido el favor a su amiga.
-Mañana te cuento - responde guiñandole el ojo y comenzando nuevamente a subir las escaleras.
Escucha la puerta principal cerrarse, señal de que por fin se encontraba solo. Los nervios comenzaban a hacer presencia en su cuerpo.
Era una locura lo que estaba por hacer. O tal vez no. Solo estaba seguro de que necesitaba hablar con Renato, necesitaba escucharlo, que le de explicaciones, pero lo que mas le importaba era volver a estar bien con él . Extrañaba sus besos, besar su sonrisa, sus hoyuelos, escuchar su voz mientras le contaba de su vida, y también cuando hacian el amor y soltaba algun gemido en su oido. Extrañaba todo de el, y ya no soportaba ni un minuto mas sin tener todo eso.
Volver a verlo fue un alivio y una tortura a la vez. Aunque todo el lugar era un quilombo, para él no existía nadie más que ellos dos en ese salón. Lo tenía a metros, y solo podía mirarlo, cuando lo unico que quería era correr hacia él y besarlo. Volver a sentir sus labios y decirle lo mucho, lo mucho que lo ama.
No fue hasta que hizo un par de cuadras, que la lamparita sobre su cabeza se encendió. Si quería volver a ser lo que eran, debía hacer algo.
¿Y que mejor lugar para hacerlo que el lugar donde se conocieron?
Aún su cabeza no podía olvidar lo que vio. Su mente reproducía la imagen de Renato besandose con Julian una y otra vez. Pero algo dentro de él le decía que no era lo que el parecía. Que había una explicación y solo Renato podría explicarsela.
Otra de las razones por las que se dio cuenta que lo mejor era hablar con Renato, fue su charla con Abrahan.
Irónico que su ex, sea quien le diga lo que su novio siente por él.
"Si supieras todo lo que me dijo para defenderte cuando descubrió que te engañaba, no tendrías ninguna duda si ese chico te quiere o no" fueron sus palabras textuales después de que le contara lo que pasó.
Liego de preparar todo. En realidad, era ordenar un poco el desorden que dejaron sus alumnos, y cambiarse con ropa más elegante; mete la mano en su bolsillo, en busca de su celular.
Encuentra el contacto de Renato y duda. Antes de entrar al colegio, lo visualizó aún festejando en la plaza, y se sentiría muy mal si le arruina el momento.
Abre WhatsApp, y vuelve a buscarlo. "Bebu💖", ni su orgullo le habia permitido modificar la forma en la que lo tenia agenado. No podria aunque quisiera.
Abrió el chat, y apretó el microfono antes de comenzar a hablar.
- Mi am... - se muerde el labio y cierra fuertemente los ojos para controlarse de no terminar la palabra. Ya se lo había dicho, pero no era lo mismo hacerlo por audio, que a la cara - Tato. Sé que debes estar pasandola de lo mejor con tus compañeros. No quiero cortarte el festejo, y seguramente esto te va a aparecer una locura, pero por favor cuando puedas, venite para el colegio. Esta la puerta abierta, asique no vas a tener problema en entrar. - respira profundamente antes de seguir - Hace días vi algo que hubiese preferido no ver nunca, y me comporte como un pendejo. Al final, el pendejo de la relacion no eras vos - suelta con tono divertido - Perdóname. No debi haberte ignorado, y seguramente hayas estado muy preocupado. Me hice la cabeza sin siquiera dejar que me explicaras. Pero un viejo conocido, me hizo dar cuenta de que jamás me harias una cosa asi. Asique eso, espero que estes disfrutando al maximo, pero necesito que vengas para que podamos hablar tranquilos. Estoy dispuesto a escucharte y que me aclares todo. Prefiero que me digas la verdad de frente, a que mi orgullo gane y perderte por un mal entendido. Porfa, cuando escuches esto, veni. Te amo pendejo - finaliza y corta el audio.
Decirlo por primera vez, a traves de un mensaje de audio, no era la manera más adecuada para hacerlo, pero le habia salido del alma.
Siente una humedad sobre su mejilla, y se da cuenta de que es una lagrima. No sabe en que momento comenzó a llorar, pero estaba claro que ese audio que le mando a Renato, lo habia movilizado mas de lo que esperaba. Pasa el puño de su camisa por su cara para secarsela y se rie. Renato provocaba este tipo de sensaciones, que se abra completamente a el, que sintiera miedo a perderlo. Nunca antes habia sentido nada de eso con otra persona.
Un extraño ruido, lo alarma. Se supone que él , y nadie mas que él se encuentra en el colegio. No iba a negarlo, sentia miedo.
El ruido se escucha del piso de abajo. Rápidamente se dirige a las escaleras y empieza a bajar de manera apresurada. Sigue escuchando el mismo sonido, y descubre que viene del último salón, bien en el fondo.
Llega al mismo, y más miedo le agarra al ver que no hay nadie. Solo un aparato, que deduce como una radio, yace sobre uno de los bancos. Entra despacio, y se sobresalta al escuchar el puertazo detras suyo.
Al girarse, abre sus ojos muy ampliamente, ya que se encuentra con Julian sonriendole con victoria.
-¿QUE HACES NENE? - le grita acercándose a la puerta, pero esta rápidamente se cierra en su nariz antes de que llegara a ella.
Gabriel agarra el picaporte y empieza a ejercer fuerza para abrirla, lo que es inútil ya que el chico fue más rápido y ya se encontraba con llave.
-Veamos si así aprende a no meterse con pendejos y mucho menos lastimarlos. - contesta elevando la voz lo suficiente para que Gabriel lo escuchara.
Gabriel se queda estático al escuchar eso. Julian le da una ultima mirada antes de sonreir y desaparecer del lugar.
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