Kiyomi se levantó a las 9:00 am, había dormido poco, igual, estaba bastante preocupada para quedarse dormida más tiempo.
Se arregló y salió a dar un paseo por la ciudad, y después llamó a su trabajo.
—Hoy no podré ir—, dijo y colgó.
Fue a una cafetería y pidió un café, lo tomaba mientras veía hacia la ventana. No veía nada en específico.
Se paró.
Fue hacia el lugar donde, “Toda la locura empezó”.
Vio sí había algo que hubiera dejado, solo había unas facturas. Las tomó y las tiró a la basura.
En las alcantarillas, Leo entrenaba, estaba solo, sus hermanos se levantan más tarde que él.
Su horario cambió después de la muerte de Super Destructor. Donde se pudo centrar en sus hermanos.
Empezó a meditar en el dojo, tomo un rollo de mantras.
—Sensei—, suspiro y abrió el rollo, cerro los ojos y empezó a meditar.
Después de repetir el mantra más de 10 veces, dejo caer los brazos y abrió los ojos.
—Esto es inútil, nunca podré ser un buen líder—.
Cuando empezó a anochecer,
Leo salió del dojo, se encontró a Rafa en la sala
—Rafa, dile a los chicos que hoy es día libre—.
—Si, como sea—, dijo Rafa preocupado.
Kiyomi se dirigió a un callejón para entrar a la alcantarilla. Cuando levantó la tapa oyó algo de ruido que venía del techo, así que, sin dudarlo, subió.
Y se encontró a Leo.
Llegó por su espalda y le tocó el hombro ligeramente, él se volteó.
—Vete por favor—, dijo débilmente.
—¿Estás bien?—.
—Si, solo vete—.
—Leo, sé que no lo estás—, dijo y le tocó el hombro.
—¿Me puedes dar un consejo?—
—Si claro, adelante—.
—¿Que haces cuando estás preocupado?—, dijo mientras se sentaba.
Leo doblo sus rodillas, puso sus brazos alrededor y puso su cabeza sobre ellas.
—Solo meditas—.
Salió una lágrima de sus ojos azul zafiro y se cayó a su mejilla.
—No necesitas un consejo de un pésimo líder—.
—Leo, eres un gran líder, tu salvaste al mundo—, dijo y puso su mano sobre su hombro, —Yo solo huyó de cuando se presentan problemas—.
Leo la volteó a ver.
—Leo, eres el mejor líder que haya visto—.
—¿Solo viniste para consolarme y pusiste de excusa el consejo?¿Como lo supiste?—.
—Vine para pedirte un consejo—
—Enserio, ¿Cual?—.
Dijo con una sonrisa.
—¿Entrarías al Clan del Pie, porque no es posible que vuelvas a dirigir el tuyo?—.
—Haz lo que te diga tu corazón—.
Leo recordó a Splinter y se sintió mejor.
—Wow, me ayudó mucho—, dijo, río ligeramente y lo empujó.
— Olvídalo lo que dije, me unire—.
Leo se rió también.
—¿Enserio lo harás?—.
—Ya lo he dicho; huyó cuando hay problemas—, dijo y puso sus manos sobre sus piernas.
— Es muy probable que no regresé a Japón—.
— Entonces no querrás decepcionar a Karai, ya casi se cumple el día—.
—En un momento me iré, pero de verdad, ¿Por que te sientes mal?—.
—No es nada, solo es que estoy estresado desde que Sensei se fue—.
—Realmente lamento tu pérdida, debe de ser duro tener que soportar una pérdida de quien tanto amas y al mismo tiempo saber que tus hermanos dependen de ti ahora—.
—Ya casi es hora—.
—No me iré hasta que te ayude—
—Es inútil, por más que lo intento es mucha carga, no sé si Sensei dijo la verdad—.
—Sensei hizo la decisión correcta—.
— Siento que me estás acechando—.
Ambos rieron ligeramente.
–Cualquier cosa solo háblame—,
dijo Kiyomi y lo abrazo ligeramente por unos segundos.
Leo se sonrojo un poco.
Kiyomi se paro e iba a bajar pero Leo la volvió a parar.
—¡Espera!—.
—¿Que?— dijo Kiyomi con una sonrisa en su cara.
—Yo también voy hacia allá —, dijo y se sonrojo.
—¿Tambien vas a ir a Central Park?—.
“Grandioso Leo, grandioso” era lo que se le pasaba por la mente.
—Umm.... Sí, ahí tengo un emm, umm—.
—Como sea— dijo y ella bajó.
Leo la siguió.
En el parque, ella se sentó en una banca y cerró los ojos, Leo se quedó mirando.
—Kiyomi, te veo con Karai—.
—Si—.
Leo llegó a las instalaciones del Pie y camino hacia Karai.
—Karai—, dijo y siguió hacia adelante.
— Sobre Kiyomi, siento que tal vez no sea buena idea, fue perseguida por Bebop y Rocksteady, tal vez sea un ex ninja de la otra facción del Pie—.
—Tonterías Leo, es solo una chica sin futuro, perfecta para unirse— dijo y cerró la mano.
—No lo sé Karai, me conocía mejor de lo creerías—.
En eso llego Kiyomi.
—Kiyomi, ¿Cual es tu elección?—
Dijo ansiosamente Karai.
—Me unire—.
Karai sonrío y abrió la boca para hablar, pero Kiyomi la interrumpio.
—Con la condición de que pueda salir de este Clan cuando quiera y me ayudes en un proyecto que tengo—.
Leo bajo la cabeza y cruzó los hombros.
—Si, pero discutiremos tu proyecto—.
—No te defraudaré—.
—Esto no es tan sencillo, tendrás que aceptar 3 distintas pruebas para unirte oficialmente. Mañana empiezan—.
—Lo entiendo, nos vemos mañana—. Ella fue a su departamento y se susurró;
—Tendré que afrontarlos—.
Continuará...
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