Ambos chicos reaccionaron cuando gritaron el nombre del pelinegro quien volteó al ser llamado, volvió su vista al castaño de inmediato pues era algo que no quería dejar de ver.

– ¿A-Adam? – Retrocedió Kai tembloroso pues ni siquiera estaba seguro de si ese era el nombre de aquel chico.

– ¿Kai? – Pregunto confundido tratando de acercarse pero él castaño en lugar de contestar salió corriendo de nuevo al comedor.

– ¡Vanessa! – Se fue asustado gritando en medio de la multitud y el pelinegro solo lo siguió con la mirada sorprendido.

Estaba apunto de ir tras él castaño pero fue detenido por sus compañeros quienes lo llevaron a rastras alejándolo del pasillo.

Adam solo miraba de vez en cuando a su alrededor esperando encontrar a ese castaño para entrevistarlo.

Sabían sus nombres a pesar de nunca haber hablado en persona, ni siquiera sabían que iban en la misma escuela.

Kai camino el resto del día al lado de su amiga casi gótica y Adam paso sus horas en clase o con sus amigos pues era extrañamente popular, ninguno de los dos volvió a juntar caminos.

...

A la mañana siguiente Adam se levantó más temprano de lo usual y llego a la escuela antes que sus amigos.

Reviso en todos los salones pero no encontró ni rastro del castaño lo que le indico que probablemente llegaba tarde, sus mejillas se sonrojaron al recordar lo vago que podía ser Kai; O al menos en sus sueños. También es inteligente, se dijo a sí mismo con una boba sonrisa.

— ¿Adam? — Dejó de sonreír y vio a la otra parte de su equipo. Mira, la chica que lo había besado sin su consentimiento.