-Asly, te dije que ese es mi vestido favorito.

-Pero Sasch es una ocasión súper importante- se defiende.

-No importa, hay más vestidos e incluso puedes irte de compras.

-¿Se te olvida que alguien por aquí está sin un centavo en su cuenta verdad?- pregunta poniendo los ojos en blancos.

-Podemos pedirle ideas a mamá- propongo.

-Pues es lo mejor que has dicho en lo que va de mañana.

Miro el reloj y me doy cuenta de que es muy tarde.

-Dioss, mira la hora!- exclamo.

-A mí no me interesa, hoy no voy a la universidad.

-Bueno, entonces nos vemos dentro de unas horas perris- me despido y corro hacia la puerta.

No tengo a nadie que me lleve así que decido irme caminando (prácticamente corriendo). La escuela no me queda muy lejos, pero bueno, ¿para que "tan", si con lejos basta?. Voy jugando a no pisar las rayas de la acera. Este juego siempre me pareció divertido, de hecho creo que nunca dejaré de jugarlo. Pienso enseñárselo a Ellie, necesito a una compañera de juegos. 

Doblo a mano derecha para cortar camino y que solo me quede una cuadra... de repente veo a Zack salir de una casa que no conozco, con una chica que no conozco. Siento que me voy tensando poco a poco. ¿Nunca han sentido que el corazón les late a millón cuándo están a punto de preguntar algo y no saben si la respuesta les gustará o les dolerá?, justo ahora mi corazón late a todo dar.

Zack va unos paso delante de mí y corro un poco para tomarlo del brazo.

-Zack- hablo con tono serio.

Él se gira lentamente y pone cara de asombro.

-Hola.

-¿Solo hola?- pregunto enojada.

-¿Hola amor?

-¿Quién es ella?- interroga curiosa la chica de cabello blanco.

-¿Quién eres tú?- contraataco.

-Calmaa- pide Zack.

-¿Me explicas ahora o me siento un rato?

-Sasch, ella es mi mejor amiga Sid, Sid ella es mi hermosa novia Sascha.

Los miro a ambos con enojo. Mejor amiga, ni mejor amiga.

-Ohh!, mucho gusto en conocerte- estira su mano para que la tome y le regalo mi sonrisa hipócrita y tomo su mano.

-Jum, el gusto es mío- digo apartando mi mano rápidamente.

-Qué linda eres!- me elogia.

-Gracias- me cruzo de brazos.

-Oye Sid.

-¿Sí?

-¿Puedes adelantarte?, ahora te alcanzo.

-Sí claro. Fue lindo conocerte Sascha.

-Lo mismo digo- respondo seria.

-Enana, ¿cómo estás?

-De maravilla.

-Se nota.

-Lo sé. Nos vemos luego Zack, tengo clases justo ahora.

-¿Te pasa algo?

-¿Debería de pasarme algo?- interrogo.

-A mi parecer no.

-Pues eso.

-Sasch, ¿estás celosa de Sid?- pregunta pasando una de sus manos por mi cabello.

-Para que nos vamos a mentir, sí, sí estoy celosa. Ella no me agrada.

-Claro que no te agrada, no la conoces. Enana no tienes porqué ponerte celosa, ni de ella, ni de nadie. Ya llevamos unas semanas siendo novios Sasch, eres mi personita especial, eres mi enana, eres mi chica y por eso nadie logrará ocupar el lugar que tienes tú en mi corazón, el lugar que te ganaste. Mientras tú estés viva, nadie podrá reemplazarte, ni reemplazar lo que siento por ti. Siempre tienes que tener claro lo que eres para mí y si no lo sabes, pues te lo digo yo: para mí lo eres todo Sasch. Y desde ya te voy diciendo que conmigo puedes ser todo.

Termina de hablar, lo tomo del cuello de la camisa y lo jalo hacia mí para juntar nuestras labios. Siento su corazón latir con fuerza, su respiración y la mía son una sola. Su boca se mueve al ritmo de la mía y si fuera por mí detuviera el tiempo justo en este momento. Me separo un poco de mi chico y lo miro con los ojos llorosos.

-Oye amor.

-¿Uhmm?

-Más nunca sentiré celos de otra chica.

-Te dije que no tienes motivos para sentirlos. Eres perfecta Sascha, puede que para otros no, pero para mí sí.

-No sé que decir.

-A veces es mejor no decir nada.

-Creo que sí.

Nos quedamos abrazados por un tiempo.

-Enana, creo que ya no tendrás que ir a la universidad- comenta.

-¿Qué?, ¿por qué?- miro la hora y desgraciadamente ya es la hora de salida.

-Mi padre se enojará.

-Sí lo hará- hago un puchero y me dan ganas de llorar.

-¿No me digas que vas a llorar enana?

-Claro que no tonto, solo quiero sentir algo salado y haré que salgan mis lágrimas para pasarles la lengua.

-Que concepto más original de "llorar".

-Soy muy original.

-Ya veo.

-Zack, tu padre me va a regañar. No me gusta sentirme regañada.

-Por Dios Sascha estás bien grande para esas bobadas.

-No son bobadas.

-Bueno tengo una solución.

-Soy toda oídos.

-¿Qué tal si te invito a cenar en casa con mi padre?

-¿Acaso estás loco?

-¿Acaso no te encanto por estarlo?

-Paciencia Sascha, no lo mates, tu lo quieres.

-¿Dijiste que me quieres?, oh mierda!, sí lo dijiste- brinca emocionado.

-¿Qué?, yo no dije eso. ¿Ya estás delirando?

-Sí lo dijiste, no te hagas.

-Yo no me di cuenta. O sea que no lo dije.

-A veces eres cruel enana.

-Mmm, quizás.

¿En serio vas a negar que lo dijiste?

-¿El qué?, no he dicho nada.

-Ok, como digas.

-Uwww amor, no llores.

-No estoy llorando.

-Pero parece que quieres.

-Tampoco quiero hacerlo ilusa.

-Ok.

-¿Te parece si cenamos mañana en la noche bella dama?

-Solo si me pasas a recoger.

-No habrá problema con eso señorita- toma mi mano y deposita un beso en ella.

-Entonces acepto- digo abanicándome la cara.

-¿A dónde irás ahora?- pregunta curioso.

-A ver a mi mejor amigo- miento.

-Nunca me comentaste que tenías mejor amigo- entrecierra los ojos.

-No había salido el tema.

-Es raro.

-¿Tanto cómo que tú tengas una supuesta mejor amiga?

-No.

-Pues no le veo lo raro.

-¿De verdad tienes un mejor amigo?

-No.

-¿No?

-¿Eres sordo?

-No.

-Pues me alegro.

-Sí.

-Voy a casa Zack. As está viviendo conmigo y tengo que cuidar a Ellie.

-Suena divertido. ¿Por qué As está viviendo contigo?

-Te encanta el chisme.

-Algo.

-Lo sé- río.

-No le digas a nadie.

-Incapaz. Por cierto, lo de Asly es por algunos problemas.

-Ok, no me meto.

-No deberías. ¿Nos vemos en la noche?

-Por supuesto.

Le doy un beso y me marcho.