La música estaba a un volumen muy alto, la casa estaba rodeada de mucha gente, algunos de ellos amigos y mi novio que estaba a mi lado tomando de un vaso lleno de alcohol. Él había tomado demasiado, y yo estaba en las mismas condiciones, me puse de pie con dificultad. Estos parecían desconocidos ante el resto de mi cuerpo porque tomaban vida propia haciéndome torpe al caminar.

—Vámonos, me quiero ir—,le dije a Thomas, él se levantó y me siguió hasta la salida, nuestros pasos eran torpes , cada vez el ruido de la gente borracha y la música se oía alejado, logramos subir al auto.

Thomas manejaba y aunque intentaba ser cuidadoso el alcohol aún lo controlaba. Llegamos a mi casa, le dije que se quedara porque estaba segura que por su estado no era conveniente dejarlo manejar más tiempo.

—La casa está sola—, le informo a Thomas.

—Entonces, podemos hacer ...— Propuso acercándose a mí para besarme, sus manos empezaron a recorrer todo mi cuerpo.

—Thomas ¿siempre estarás conmigo? — Le pregunté, él dejó de besar mi cuello y me miró fijamente.

—Siempre estaré contigo ,Ámbar, siempre estaré.