Me encontraba en el sótano vigilando los cuerpos congelados, sentí ruido en las escaleras y al voltear me topé con la mirada de Thomas, el insoportable novio de mi hija, siempre estaba arruinando mis planes, en ese momento la rabia me cegó y me fui en contra de él, subí las escaleras persiguiéndolo hasta llegar a la sala, sin querer había tocado el botón para descongelar los cuerpos, pero en ese momento mi único propósito era atrapar a ese chico.

Cuando nos tuvimos frente a frente comenzó una lucha, era demasiado alto y fuerte como para ser impactado por mis golpes, en un descuido me encontraba en el suelo.
¿Por qué lo hiciste?— Preguntó,—porque Ámbar era lo único que me quedaba, y tú me la estabas quitando, congelada solo estaría para mí, al igual que las otras chicas.
—El único interés que tenías era poder demostrar que podías realizar ese procedimiento, no te importaban ellas ni su compañía, —me dijo, y finalmente clavó una navaja en mi pecho.