C8: Pequeña Mentira.
Narrador Omnisciente
[...]
Gohan
El anochecer se veía espectacular, tan espectacular que incluso las nubes se habían dispersado por todo el lugar. Todo se veía magnífico, y era una noche realmente tranquila. Goten acababa de llegar a su casa hace unos minutos atrás y estaba tratando de entrar sin hacer tanto ruido, sin embargo, su madre lo habia descubierto.
—¿En dónde estuviste?—la pregunta directa de Milk hacia el último de los Son hizo que el pequeño sintiese una corriente de nerviosismo, era malísimo para mentir—Goten
—Jugando—aclaró el niño con una sonrisa inocente—En casa de Trunks, mamá.
Milk desde su lugar lo observó con serenidad y apunto de perder la tranquilidad pues no estaba para nada contenta con la respuesta. Y eso hacia que el pequeño pelinegro tuviera un poco de miedo mientras trataba de esconder la verdad.
—¡Goten!—Milk gritó su nombre tan fuerte, que sino fuera porque Gohan había aparecido para calmar a su madre, todos los animales del bosque hubieran despertado asustados en esa noche tranquila.
—Mamá—comenzó a decir Gohan levantando las manos y tratando de hacer que su madre guardase silencio—Calmate.
—Trunks acaba de llamar preguntándonos por ti, dijo que nunca llegaste a su casa—informaba Milk observando a Goten—Creo que mereces un castigo antes de que te vuelvas tan rebelde como tú padre.
Gohan soltó una risita ingenua al ver a su madre enojada mientras ponía de ejemplo a su padre. Podía verse que estaba nerviosa por el pronto reencuentro con Goku al día siguiente, y de echo era cierto, la mujer estaba nerviosisima por verlo después de tanto tiempo.
—Creo que mereces un buen castigo—volvia a decir Milk acercandose hacia su pequeño hijo—Tienes prohibido ir al torneo.
—¿Qué?—chilló Goten con una mirada suplicante—Mamá, por favor.
El pequeño niño solo observó a su hermano pidiendo ayuda, quizás no le vendría mal un castigo, pero había ido para ayudar a Dalem, la chica necesitaba soltar su frustración con alguien. Goten la apreciaba mucho ya que era muy cercana a su hermano, y cada vez que la veía, no podía evitar jugar con ella.
—Goten—volvió a llamar Milk serenamente y apresurada—¿Quieres eso o prefieres decirme la verdad?
Goten soltó un suspiro sin saber que hacer, por una parte el Torneo era totalmente importante para él, sería su primero Torneo de Artes Marciales. Y por otro lado, la confianza que Dalem había depositado en él era importante, muy imprescindible.
¿Qué debía hacer?
—Espera mamá, creo que estás exagerando—soltó Gohan con una sonrisa nerviosa, podía ver el rostro confundido de su pequeño hermano y sabia que de algún modo dejarlo sin el torneo era una muy mala opción—Estoy seguro de qué Goten fue a jugar con el pequeño dinosaurio de las montañas, quizás no te lo quiere decir porqué sabe qué te pones así de histérica y además...
—¡¿Qué?!—había gritado la madre sin creer lo que su hijo mayor le decía, gracias a eso, había dejado de estar molesta con Goten y ahora también estaba enojada con Gohan—¡¿Histerica?!
Gohan rascó su nuca cuando supo que habia soltado algo despistadamente, tragó saliva temiendo por la reacción de su madre ante tal palabra y todo su cuerpo se erizó lleno de miedo, mostrando una risita ingenua.
—¡¿Saben qué?!—volvió a decir Milk observandolos exasperada—Los dos se quedarán sin ir al Torneo y punto.
Goten volvió a observar a su hermano mayor, en un intento de hacerlo mejor y ayudarlo todo había empeorado aún más. Ahora ambos, al parecer, no podrían ir al torneo de las Artes Marciales. Se notaba a leguas que eran hijo de Goku. Por otro lado, Gohan sabía perfectamente que su madre no lo decía en serio, sabía que solo era de momento, porqué de todos modos debían ir allí para reencontrarse con su padre.
—Oye mamá—llamó Gohan fingiendo curiosidad y levantando las cejas—¿Sabes que ponerte mañana para ver a papá?—a la mujer se le erizó la piel, con todo el nerviosismo que tenía ni siquiera se había tomado el tiempo de ordenar o buscar un atuendo adecuado para el dichoso reencuentro, después de casí siete años, eso le atormentaba y la traía con los nervios de punta—Mamá.
La mujer salió lo más pronto posible del lugar solo para buscar alguna ropa presentable mientras Goten y Gohan se quedaban allí, ambos reían enormemente viendo como su madre se había puesto nerviosa por aquel motivo.
—Entonces...—comenzó a decir Gohan dejando de reir por un instante y observó a su pequeño hermano—¿a dónde fuiste?—preguntó, al instante el niño dejó de reír—Bueno sé que fuiste muy lejos. Pude sentir tu ki en la ciudad, despúes del entrenamiento con Videl, fui a salvar a una señora de un posible tiroteo.
El niño lo observó sin hacer nada y después de un par de segundos solo suspiró. Llevaba la confianza de Dalem sobre sus hombros y no quería decepcionarla.
—Yo...—había tartamudeado el pequeño con lentitud—Hermano...—Gohan solo lo observó confundido—No puedo decirlo.
—¿Por qué?
—Bueno...—El pequeño Goten vió a su hermano con tanta tranquilidad que no pudo evitar pensar en si realmente Gohan se preocupaba por Dalem, pues en ese instante se veía tan normal y despreocupado—Hay alguien que confía en mi.
—Vamos Goten—replicó el mayor de los Son con un suspiro—¿por qué me ocultas las cosas a mi?
El pequeño solo comenzó a caminar situándose en una mesa y cogiendo sus libros, tenía miedo de perder aquella confianza que Dalem había depositado en él, pero era solo un pequeño e inocente niño. Goten no podía ocultar las cosas que había visto y el rostro expectante de su hermano solo hacía que tuviera muchos más nervios que antes.
—Goten—había llamado Gohan con preocupación al ver a su hermano tan confundido—Puedes decirme lo que sucede, puedo ayudarte.
—¿Prefieres a Videl antes que a Dalem?—soltó rápido el pequeño, tensionado por todo. No era capaz de mentirle a su propio hermano—Quiero saberlo.
Desde su posición, Gohan lo observó con una confusión total, sin embargo, no dijo nada, había sido realmente extraño para él haber escuchado a su hermano menor hablar con tanta preocupación y serenidad, con lo despistado e inmaduro que era, porqué obviamente era solo un niño, era casi increíble haberlo oído hablar de ese modo.
—¿Quieres decir que...—empezó a decir el muchacho con curiosidad y preocupación—¿Viste a Dalem?
El hijo mayor de Goku pensó que no atinaría a la primera, habia querido hacer una pequeña broma, pero ahora que lo veía de ese modo, quizás esa era la razón por la que Goten no quería revelar en dónde había estado.
—¿Viste a Dalem?—volvió a preguntar confundido, su rostro ya no era uno alegre y Goten se había sentido un poco culpable.
—La encontré en un callejón en la Ciudad Satán, ella me dijo...
—¿Ella estaba bien?—interrumpía Gohan, el pequeño negó con un movimiento de cabeza rápido.
—Ella dijo que no debía decirle nada a nadie, pero...—observó a su hermano mayor tan preocupado que no pudo evitar tener las ganas de decírselo, rompería su pequeña promesa con Dalem, eso estaba claro. De todos modos era muy malo mintiendo y quizás Dalem no volvería a confiar en él nunca más—Dijo que...
—¿Ella estaba bien?—volvió a preguntar con más seguridad el mayor de los Son cuándo el niño hizo silencio. Necesitaba saberlo—Dime Goten.
—No, no lo estaba—el pequeño tragó saliva dispuesto a contarle cómo la había encontrado—Tenía sangre en la nariz y en la boca, estaba sangrando porqué había dejado que los de la Patrulla Roja la golpearan solo para fingir que no tenía fuerza, o ninguna otra habilidad porqué ellos habían podido reconocerla el día en que te salvó, por eso hizo lo que hizo—Gohan solo apretó sus puños con fuerzas temiendo por su amiga—También dijo que trataba de salvar a un señor y a su restaurante junto a sus comensales.
—Bien—había dicho serenamente Gohan a punto de exigir saber más—Dimé en dónde está.
—No lo sé—respondia el pequeño juntando las manos con lentitud y observando hacia el suelo—Yo...yo solo volé lo más rápido posible cuando sentí su ki—su hermano mayor solo soltó un suspiro—Al final, dijo que realmente le frustraba tener que esconder lo que era para encajar en esta realidad, dijo que de verdad le frustraba tener que recordar su pasado.
Gohan sintió una corriente de preocupación correr por su cuerpo, se limitó solo a apretar sus puños tratando de recordar la zona por dónde había sentido el ki de su hermano menor. Debía verla, necesitaba saber si su amiga se encontraba bien. Desde su lugar, y sin hacer demasiado ruido, se dispuso a liberar su energía con la única finalidad de salir volando hasta la ciudad pero Goten tomó con fuerza su mano, deteniendolo.
—Hermano—llamó con preocupación el pequeño—No se si esto te sea útil pero al final dijo que no sabía si debía poseer las habilidades que tiene, o si debería dejar que simplemente se esfumaran.
Gohan solo asintió serenamente observando a su hermanito, el pequeño también tenía el rostro preocupado y, al parecer, tenía mucho miedo de que algo más le hubiese pasado a la chica después. El mayor de los Son salió volando lo más rápido que pudo hasta la ciudad, cualquier cosa que su amiga pudiera tener en mente, definitivamente era algo peligroso.
¿Quién rayos tendría el poder de hacer que sus poderes, o su fuerza se extinguieran?
El último día que la vió había sido en aquel problema, cuándo terminaron discutiendo por primera vez en sus vidas. Gohan sabía que quizás había sido muy duro con ella, pero realmente pensaba mucho en su amiga y el resto también. Encontrarla con Jason felizmente cerca al cine Satán solo había aumentado su enojo porqué mientras ella parecía divertirse, el resto estaba preocupado.
Por otro lado, en su cabeza corrían las imágenes de cómo Goten había descrito la escena, podía ver a su amiga sangrando y se enojaba aún más. Si tan solo esa vez verla con Jason no le hubiera causado tanta impresión quizás no hubiera dejado que uno de los tipos de la dichosa Patrulla lo golpeara, y obviamente, después de eso no habría existido la necesidad de que Dalem se expusiera a salvarlo y dejarlo en casa.
Dejó los pensamientos fuera y se detuvo justo en el lugar en el que había sentido el ki de su hermano, allí mismo no había nada, solo era un callejón oscuro, sin nada alrededor.
No había nada, así que dejo de volar, pisó el suelo y soltó un suspiro solo para detenerse en el oscuro pasaje mientras uno de los mejores recuerdos pasaba por su mente. El pelinegro podía recordarlo perfectamente, el día que había conocido a Dalem era un día que nunca iba a olvidar. Jamás en su vida.
—¡Gohaaaaaaaan!—el grito de Krilin hizo que él comenzase a prestar atención hacia Kamehouse, y allí estaba Krilin, saludandolo animadamente con un movimiento de mano. El niño hizo que la nube voladora se detuviera y aterrizó en el lugar de tan solo un salto—Hola, Gohan.
—Hola Krilin—saludaba con entusiasmo Gohan—Mi mamá me ha mandado a traer un poco de comida para ustedes. Hoy pescamos junto a mi padre despúes de entrenar—comentó, se adentró a Kamehouse mientras sonreía esperando ver al maestro Roshi y Ulong adentro.
Por la rapidez con la que se disponía a entrar a Kamehouse y, mientras la puerta también se abría desde adentro, no pudo detenerse cuando vió a una niña frente a él, asi que ambos chocaron con tanta fuerza que cayeron al suelo sintiendo un gran dolor.
—¡Oye!—se quejó la niña observandolo, ambos habían puesto sus manos en sus cabezas para amortiguar y tratar se cesar el dolor—¿Estás ciego o algo así?
Gohan la observó por un instante, la niña llevaba un pantalón morado y un polo corto del mismo color, y en sus manos tenía un pequeño tazón envuelto con una tela que tenía el estampado de la Corporación Capsula. Justo en ese momento, la pequeña se levantó haciendo una pose de pelea extraña.
Krilin, quién había estado en una esquina tratando de no entrometerse, se situó en medio de ambos con una sonrisa burlona y con una mirada curiosa.
—Lo si-siento—soltó avergonzado Gohan con amabilidad—Disculpa...—volvió a decir con vergüenza observando a la niña—¿de casualidad eres algún familiar de Bulma?
—¿Yo?—la pequeña se señaló a sí misma con serenidad—Bueno...—se detuvo a observarlo detenidamente—no, no soy nada de ella.
La risa de Krilin los desconcentró a ambos, el muchacho hizo que ambos se acercaran aún más empujandolos por la espalda esbozando una sonrisa divertida y dispuesto a contarle a Gohan quién era la pequeña.
—El día en que conocimos a esta pequeña niña tu estuviste estudiando en tu casa, así que no tuviste la oportunidad de conocerla—había informado Krilin observando al hijo de Goku, el pequeño niño pelinegro solo observó al chico con confusión—Ella llegó aquí hace una semana atrás y está viviendo en casa de Bulma—informó—Dalem, él es Gohan—señaló sonriente observando a la niña—Y Gohan, ella es Dalem.
Dalem solo sonrió dispuesta a presentarse antes aquel niño, y justo en ese instante, Goku apareció en medio de todos haciendo que todos allí prácticamente se asustaran y pegaran un salto, incluso Gohan.
—¿Papá?
—¡Ah!—Goku comenzó a caminar observando el lugar con mucha alegria y se acercó a su hijo con una sonrisa—Dalem, ¡Hola!—saludó al verla, la niña se reincorporó y lo saludó con un gesto amable—¿qué estas haciendo aquí?—preguntó con curiosidad despeinando el cabello de la niña.
—Bueno...emmm, yo...—la pequeña no sabia que decir—Realmente solo estaba pasando por aquí y decidí venir a saludar al Mestro Roshi y a Krilin.
—¿Viniste con alguna máquina de Bulma, cierto?—volvió a preguntar examinando todo el lugar una vez más.
Krilin se adelantó y negó con sus manos esbozando una sonrisa de superioridad, se situó frente a Goku y solo sonrió una vez más.
—Ella vino volando–habia soltado Krilin, la niña lo observó riendo.
Gohan solo se había limitado a observar a la niña mientras todos hablaban, se veía muy pequeña y delgada, y además de eso se le hacía muy extraño ver a alguien que parecía ser de su edad aquí.
—¡¿Viniste volando?!—soltó Goku abriendo la boca sin creer lo sucedido. Era totalmente increíble para él que la niña hubiera aprendido a volar en tan corto tiempo.
—Es cierto—apoyaba Krilin otra vez y Goku observaba a la pequeña impresionado—dominó la técnica en muy poco tiempo.
—Vaya, ¿Quién te lo enseñó?—preguntó el papá de Gohan con interés—¿Acaso fue Vegeta?
—No—aclaraba la niña—Fue el Señor Picoro.
Krilin soltó una risita, el muchacho estaba enterado de todo, así que amaba darle las sorpresas a Goku. Por otro lado, el hombre de pelo alborotado sentia que había tenido muchas sorpresas por hoy en tan solo unos minutos.
—Oye Goku—llamaba Krilin observandolo—¿sabías que Dalem ha estado practicando con Picoro todo este tiempo?
—¿Con el señor Picoro?—había soltado Gohan con impresión. Quizás esa era la razón por la que el pequeño ya no veía a Picoro desde hace días, y además de que la niña vestía como él en ese instante.
—Ah, es por eso que llevas esa ropa de entrenamiento—susurró Goku comprendiendo a la perfección todo, el adulto solo le sonrió y volvió a despeinar su cabello—¡Eso es genial, pequeña Dalem!
Claramente todos se encontraban entrenando para la llegada de los Androides y cuando Dalem se había enterado del tema, lo único que se le había venido a la mente había sido entrenar también.
—Tengo por seguro que te está enseñando buenas técnicas, ya que haber ido a tomar esas raras clases para aprender a manejar lo dejaron muy aburrido y sin nada que hacer—el papá de Gohan soltó una risita recordando ese día mientras todos lo observaban con confusión—Oye hijo, ¿ya conociste a Dalem?—Goku dirigió su mirada hacia su hijo Gohan, quién ahora permanecía escondido detrás de él con un cierto rubor en sus mejillas—Oye, Gohan.
—S-si, papá—soltó Gohan sintiendo el rubor acoplarse en su rostro con más fuerza, la niña observó al pequeño pelinegro por un corto instante y sonrió.
—De echo si—aclaró la niña con rapidez, soltando una risita inocente—Acabamos de chocar mientras yo salía de Kamehouse y Krilin nos presentó–soltó una sonrisa y todos allí rieron. Incluyendo al pequeño Gohan—Hola Gohan—la pequeña Dalem se acercó al niño y extendió la mano. No era muy buena haciendo amigos, pero podía intentarlo—Soy Dalem.
Gohan sonrió sintiendo confianza, extendió su mano con una sonrisa plasmada en su rostro y tomó la mano mano de la niña con entusiasmo.
—Ho‐Hola, Dalem."
Los ruidos de los autos alrededor del lugar le hicieron despertar y cerró los ojos tratando de buscar el ki de su amiga, al menos una pequeña muestra de fuerza, algo minúsculo, pero nada, no había nada. Cada vez sentía la preocupación que invadía su cuerpo con más tensión. Había perdido la noción de cuánto la habia extrañado en estos días.
—Dalem...—susurró el nombre, con cierta nostalgia, observando el lugar con un poco de recelo.
El pelinegro quería hacer muchas cosas en ese instante; esperaba realmente un dia de estos poder volver a encontrarla en su camino. Quería verla y de eso no habia duda alguna.
Quería reconfortarla.
Quería ayudarla.
Quería abrazarla.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top