C4: Teatro Satán.
[...]
Dalem
La chica que se encontraba frente a mi me examinaba con tanta curiosidad y tenía un rostro de emoción, sus ojos morados estaban fijos en mi mientras yo hablaba de algo que me emocionaba muchísimo. Desde mi sitio pude recalcar que la pelirroja era realmente muy bonita y me caía súper bien, debía admitir que durante mi tiempo de estudio en Orange School, aquella chica siempre había sido muy amable conmigo.
—¡Espera!—soltó con confusión y hice que guardara un poco más de silencio—¡¿Qué Jason dijo qué?!
—Guarda silencio—había susurrado yo sin perder ni un segundo—¡Si tu padre me oye, va a matarme!
Sin embargo, Angella sonreía ilusionada.
Cabe mencionar, que la chica pelirroja, había tratado de ayudarme pues según ella no soportaba verme dormir en aquel restaurante. Había echo posible que me quedase a dormir en su casa, con ayuda de su madre. Y podría decirse, que el único que odiaba mi estadía allí era el papá de Angella.
—Eso es lo que dijo—recalqué sonriendo nerviosa—Jason dijo que quería invitarme a una cita en el Teatro Satán está tarde—informé.
Estaba más que claro que nunca había asistido a una cita, nunca en toda mi vida, y el hecho de que alguien me hubiese invitado me parecía sumamente genial. Me sentía normal, me sentía como el resto.
Por otro lado Jason era un grado mayor que yo y estaba en el equipo de béisbol del colegio, apenas habiamos conversado un par de veces antes, era un chico muy bueno, pero yo nunca había entablado una conversación seria con él, por lo cuál, ahora gracias al trabajo en el restaurante, compartíamos mucho más tiempo que antes.
Claramente había dicho que si, habia aceptado la oferta de Jason, despúes de todo no era un tipo malo y había guardado mi pequeño secreto, sabia perfectamente que yo no quería volver al dichoso colegio, simplemente porqué no queria que Gohan supiese de mi.
—¡Si!—chilló Angella pero su rostro cambió al instante—¿Y qué sucede con el colegio?, ¿planeas dejarlo?—ahora me observaba con un rostro triste.
Mis ánimos regresaron a los suelos cuando recordé que llevaba sin asistir casi tres semanas, prácticamente llevaba ocultándome de la Corporación Capsula y los Guerreros Z casi el mismo tiempo. Había tenido la facilidad de esconder mi ki, para que al menos con eso nadie pudiera hallarme.
—Dalem—llamó con lentitud, observándome y negando, yo solté un suspiro—No creo que dejar de estudiar sea buena idea.
—Angella, tú lo sabes—susurré—si voy al colegio Gohan se enterará, y luego Trunks, y del mismo modo Bulma y no quiero estar con ellos, no de nuevo.
Debía agradecerle mucho a la chica, pues había sabido cómo guardar mi secreto en todo este tiempo a pesar de que se encontraba con Gohan, Videl y el resto de chicos de nuestro salón cada día. La fidelidad y la confianza que Angella se había ganado de mi parte desde que la había conocido siempre estaría allí, intacta.
—Quizás podamos encontrar la forma, pero no olvides que estamos por dar exámenes finales y debes ir—soltó la pelirroja con seguridad y autoridad—Puedo ayudarte en cualquier cosa si gustas, no lo olvides.
No me molestaba en nada la actitud autoritaria que tenía ella conmigo porque de echo la soportaba, su voz era muy bonita y además de eso ella era una buena amiga, no podría decir lo mismo de la consentida de Videl.
—¡Te veo esta noche aquí mismo!—gritó, pude ver que la chica estaba apunto de retirarse, pero se acercó hacia mi y susurró algo guiñandome el ojo derecho—Suerte en tu cita—había dicho—¡Adiós, Dalem!
Angella se retiró del cuarto dando pequeños saltitos, se veía muy animada y yo solo sonreí, verla de ese modo me hizo recordar el dia en que Gohan había salido en una cita con ella, yo jamás olvidaria aquel divertido momento, lo recordaba a la perfección.
" Cúando ellos tuvieron su cita, yo había ido con la esposa de Krilin a la ciudad para hacer algunas compras para su pequeña hija Maron, sin embargo, era una excusa más porqué quería buscar motivos para reír con sus ocurrencias.
Apesar de que quería divertirme siguiendolos, descarté la idea al instante al oír a la gente totalmente alarmada porqué un edificio se estaba incendiando, sin perder ni un segundo y avisandole a 18, tuve que salir corriendo hasta ese lugar solo para asegurarme de que nadie estuviese dañado gravemente.
Al llegar, el Gran Saiyaman ya estaba salvando el lugar, y también había salvado a Videl. La hija de Satán era un poco molesta pero poseía una valentía genial. Cúando todo finalizó pude ver el momento exacto en que Gohan trataba de escapar y, en su intento fallido, Videl logró verlo, aunque el pelinegro ya había ocultado el traje en la cápsula antes de eso..
Unos segundos después Angella los observó juntos y soltó unos cuántos lloriqueos frente a ellos diciendo que ambos eran pareja. Desde mi escondite no pude evitar reírme ya que por la forma exagerada en la que la chica movía sus manos me habia echo sentir una pizca de ternura.
—Está bien, te diré el secreto de Gohan—al instante dejé de reír. Claramente esto había pasado mucho antes de que Videl se diera cuenta de la realidad que escondía mi torpe amigo—Gohan usa...—se detuvo y Videl se acercó hacia ella esperando escuchar más—Gohan usa...
Justo en ese momento, Gohan habia comenzado a gritar dándole un toque de diversión a la situación. Estaba ubicado en medio de las dos chicas y tenía ambos brazos retraídos y pegados a su cuerpo mientras abría enormemente la boca, pude reconocer que estaba tratando de hacer ruido para evitar que Angella comentara su secreto.
—¡Gohan usa calzoncillos de ositos!—soltó Angella, dejándo a Gohan con un rostro de confusión, incluso yo lo estaba.
Videl parecía sorprendida mientras Angella le daba una explicación, y Gohan solo parecía querer escapar de aquella situación lo más rápido posible. Esta vez no pude dejar de reír, no fue hasta que sentí que alguien estaba detrás de mi que me detuve.
—¿Todo bien?—la voz relajada de 18 me había echo parar—¿Qué estás haciendo aquí escondida?
—Bueno...—sonreí inocentemente y señalé hacia afuera discretamente hacia Gohan y el par de chicas, supe que ella me había comprendido pues observaba la escena con curiosidad—Acaban de revelar el más oscuro secreto de Gohan.
—Tía Dalem—la suave y delicada voz de la pequeña Maron me hizo prestarle atención, la niña jaló de mi pantalón y me observó con curiosidad, yo solo me agaché a su altura para poder oírla—¿Puedes cargarme?
—Claro—respondí esbozando una sonrisa, tomé a la niña entre mis brazos y luego la coloqué en mi espalda, ella solo sonrió—Ayudaremos a Gohan a salir de ese incómodo momento—le informé a la niña con entusiasmo—¿qué dices?
—¡De acuerdo!—Maron levantó sus manos y luego se aferró a mi cuello con suavidad—¡Vamos!
Cúando regresé mi concentración y la enfoqué solo en Gohan, vi el rostro avergonzado que mi amigo poseía, así que comencé a reír saliendo de mi escondite mientras me acercaba a ellos junto a la pequeña niña.
—Esperen—dije interrumpiendo la conversación que todos estaban teniendo allí, Videl me observó con confusión y luego vio a la niña que estaba en mi espalda, Maron solo se ocultó de ella con rapidez—¿Qué Gohan usa qué?
Planeaba decir algo más para aligerar el ambiente, sin embargo, Angella parecía un poco triste y ya se estaba retirando. Videl aún observaba a Gohan de manera expectante. Estaba claro que yo debía admitir que, para ser un chico que recién estaba integrándose a una escuela de ciudad, si que tenía muchos problemas con mujeres.
—Dalem—el chico comenzó a reír y me observó con el típico rostro de pidiendo ayuda. Pude sentir cómo al oír la voz de Gohan, Maron dejó de esconderse en mi espalda solo para lanzarse hacia él.
—¡Tío Gohan!—el pelinegro tomó a la niña entre sus brazos con rapidez y soltó una sonrisita leve—Papá dice que algún día de estos deberías venir a visitarnos.
—Gohan debemos irnos—había dicho yo prestándole más atención a Angella, quién por cierto, ya había cruzado hasta la otra calle y seguia alejándose del lugar con sus manos puestas en su rostro—Estoy con 18 en la ciudad—comenté queriendo sacarlo del lugar—Oh, Hola Videl—observé a la chica con una sonrisa—y adiós—solté otra sonrisa y ella pareció enojarse, realmente me gustaba molestarla—Vamos, ahora puedes irte.
Gohan y yo avanzamos lo más rápido posible hasta llegar con 18, una vez que estuvimos con ella, la acompañamos hasta su casa para luego volver a volar dirigiendonos hacia la Corporación Cápsula.
—¿Y qué tal tu primera cita?—le había preguntado yo.
—¿Cómo crees que me fue?—soltó avergonzado.
—Nada bien—respondí, me limité a suspirar—De echo creo que necesitas pedirle disculpas a Angella, se veía muy triste.
—¿Tú crees?
—Sip—asentí moviendo la cabeza, éste soltó un suspiro cansado—y sin contar que por poco pienso que iba a revelar que eres el gran Sayaman, Creí que ella lo sabía.
—¿Estabas escuchando todo eso?—su rostro se puso rojo y se veía avergonzado.
—Tenia un escondite genial, vine para ayudar en el edificio pero tu ya te habías encargado de eso—informé.
—Cuando tengas una cita haré lo mismo—habia soltado observandome. Yo solo le había sacado la lengua con la finalidad de molestarlo—Me esconderé y luego apareceré en el momento menos indicado—dejó de volar y me observó—pensándolo bien, eso no estaría nada mal, de ese modo interrumpiría todo.
Solo me detuve a reír desde mi lugar, reconociendo que para aspirar a ser un futuro investigador, sabia perfectamente que Gohan a veces se comportaba muy infantil, y apesar de eso me agradaba bastante su actitud.
—Si llegas a hacer algo así, te asesinaré—este solo alzó los hombros con una sonrisa, bajamos hacia el suelo cúando ya habíamos llegado a la Corporación y volví a observarlo con confusión—por cierto, ¿recuerdas que Angella nos vió aterrizar ese día en la terraza del colegio justo cúando tu guardabas tu traje en la cápsula?, ¿cómo es qué no se dió cuenta que eras el Gran Saiyaman?
—Bueno, pensé lo mismo en un principio—respondió—Al parecer ese día ella no tenía puestos sus lentes de contacto, eso es lo que dijo.
—De todos modos, para ser tu primera cita no fue tan patética—había soltado yo—Animo Gohan, habrán mejores días y mejores citas.
—Estoy decidido—decia el riendo—Definitivamente cúando tengas alguna cita haré lo mismo que tú hiciste.
—Claro Gohan—murmuré entrando a la Corporación—¡Suerte con eso!
Cúando supe que él había emprendido el vuelo hacia su casa, ambos nos despedimos moviendo la mano. Ese dia había sido muy divertido, quizás si todo eso no hubiera pasado, jámas hubiera conocido las intrigantes y divertidas actitudes de Angella."
El pequeño reloj que llevaba en mi mano sonó quince minutos antes regresandome a la realidad, yo solo me limité a respirar tres veces, había logrado calmarme. Dentro de casi media hora tendría que ir al dichoso Teatro Satán para ver a Jason y ya estaba totalmente lista.
Salí de la casa dándole gracias a la madre de Angella y llegué caminando normalmente, cómo cualquier chica común, sin correr rápidamente y claramente sin volar. Jason estaba allí, vestía un saco normal de color crema que nunca había visto en él, le quedaba muy bien.
Por un momento pensé en Gohan, realmente deseaba que el pelinegro estuviese perfectamente bien. Había estado escuchando noticias sobre el Gran Sayaman, gracias a la TV de Angella, ella cada vez se alegraba y chillaba por él, yo pretendía no saber quien era.
Confiaba en Angella, eso estaba claro, pero nunca le había dicho que yo también tenía súper fuerza, nunca le había dicho que podía volar, ni mucho menos que podía lanzar energía. No quería que me tachara cómo un fenómeno, era la única persona que tenía por el momento en la que verdaderamente podía confiar y no quería arruinar aquello.
—Hey, ¿te he dicho que siempre te ves hermosa, Dalem?—su voz sonaba tan delicada, no era para nada áspera, sabia que estaba diciéndolo de una buena forma.
—Hola—saludé con una sonrisa de forma gentil.
Quizás todo iba a funcionar, realmente parecía que todo me estaba yendo de maravilla.
Jason y yo entramos hacia la sala del cine Satán, sentandonos en una pequeña tienda de ropas y zapatillas, la gente transitaba frente a nosotros mientras veía las clases de cosas que habían allí, algunos se detenían a preguntarle el costo a los vendedores mientras otros tan solo soltaban suspiros de emoción, al parecer, por la nueva ropa de marca importada que había llegado de Japón.
—Entonces...¿Dijiste que el jefe de la tienda era tu padre?—pregunté, éste asintió—Vaya, no sé porqué no lo descubrí desde antes, en realidad se parecen mucho.
—Sip, es mi padre, es por eso que nos dejó este día libre—murmuró sonriendo—Tengo mis métodos para convencerlo—estiró la mano y me mostró un ticket para el juego de béisbol, que justamente era este día—Él ama el béisbol tanto como yo.
—¿Compraste a tu padre con un ticket para el partido de Béisbol de hoy?—pregunté casi fingiendo estar alarmada, aquel acto me había tomado por sorpresa así que tuve que reír oyendo cómo él reaccionaba igual—Vaya...
—Ah, y además...—ambos dejamos de hablar y justo casi dentro de la tienda que hace unos minutos yo observaba, aparecieron cuatro hombres haciendo ruido y atemorizando a la gente mostrando sus pistolas. Uno de ellos tenía un arma gigantesca, me levanté confundida mientras veía que estos disparaban hacia cualquier lado buscando dañar a todos—¡Cuidado!—gritó Jason, con un movimiento rápido el castaño había logrado ponerme detrás de él, sin embargo, la preocupación por su bienestar me hizo colocarme casi frente a él estando alerta ante todo—Escondamonos allí.
Nos escabullimos detrás de unos floreros del lugar y apreté mis puños en el instante en que, uno de esos bravucones, apuntaba directamente hacia la cabeza de un niño.
—¡Ese tipo...!—bramó enojado Jason observando la escena también—Está apuntando al niño, que idiota e insensible es.
Me enfoqué en observar al pequeño niño, parecía que estaba apunto de llorar y no lo culpo, aquella situación atemorizaría a cualquiera, sin embargo, luego de unos segundos mi concentración se dirigió hacia aquel bravucón, ¿con qué derecho le apuntaba a un pequeño niño?
—Hey, Hey, ¿Qué haces?—pude escuchar la voz apresurada de Jason, yo solo suspiré y me levanté—Dalem, espera, es muy peligroso.
Casi con lentitud salí de mi escondite con mis manos en alto sin obedecer las llamadas apresuradas de Jason, sabía que era peligroso, sabía que quizás alguna de esas balas podrían dañarme pues no era tan fuerte cómo Goku, ni tampoco era de su raza saiyajin. La voz irritante de los ladrones exigiendo dinero me estaba llegando a colmar la poca paciencia que poseía.
—Pero mira quién está aquí—soltó uno de ellos. Yo había logrado reconocerlo perfectamente, era el mismo tipo que había robado al bebé dinosaurio para ponerlo en su estúpido circo, ¿no se suponía que debía de estar en la cárcel?—¿Qué es lo que quieres tú ahora?
—Deja de apuntar al niño—ordené, él soltó al pequeño frente a mi, prácticamente lo había tirado con fuerza hacia el suelo, y volvió a apuntarlo con su arma.
Estaba claro que la situación me enojaba demasiado, no me quedaría de brazos cruzados. Pude oír las sirenas y observé al instante cómo los carros de los policías se aglomedaron en el lugar y me limité a suspirar tapando mi rostro para evitar que me descubrieran a mi, pero me era casi imposible, mi rostro estaba casi por ser descubierto.
—Deja que vaya junto a su madre—solté—O si no...
—¿O si no qué?—preguntó el mismo tipo—¿Qué vas a hacerme?—me acerqué rápido y cogí al pequeño del suelo. Cuando por fin el niño estuvo lejos de los bravucones corrió lo más rápido que pudo junto a una mujer que parecía totalmente asustada, quizás era su madre—¿vas a matarme?—éste comenzó a reir—Oigan chicos, miren—llamó a sus amigos mientras aún reía— Ella va a intentar matarme.
Justo en ese instante un chico con un disfraz apareció detrás de mi, lo había visto en el reflejo del espejo de la pequeña tienda, había sentido su ki, sabía perfectamente quién era. Vestía su típico traje negro con una capa verde y un casco rojo muy divertido.
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