C3: Dalem

Narrador omniciente

[...]

Gohan

El libro se encontraba frente a él, completamente abierto en la página correcta, sin embargo, su mente estaba en otra parte, el chico no tenía ni la menor idea de porqué no podía concentrarse. La clase que la profesora estaba explicando le parecía interesante, pero tenía los nervios de punta y la preocupación lo carcomia cada vez más.

—Gohan, ¿es cierto eso?—preguntó con rapidez Videl, el muchacho no dijo nada, estaban todos en el salón de clase, frente a la profesora de idiomas y ni siquiera estaban prestandole atención—¡Gohan!—chilló una vez más al ver que el chico no le prestaba atención—¡Gohan!

—Deja de martirisarlo Videl—soltó Shamna, el rubio—Quizás está pensando en su noviecita Dalem—cuando escuchó el nombre de su amiga su vista se despegó del libro y observó al rubio—¿No es así?

—Es cierto—murmuró desanimada Ireza, la chica rubia—Ya van tres días en los que Dalem no viene a la preparatoria—comentó—¿Creen que le haya sucedido algo?—preguntó soltando un suspiro de aburrimiento—Me preocupa mucho.

Gohan otra vez sintió un pequeño nerviosismo recorrer todo su cuerpo, un sentimiento de culpa se apoderó de él por la pequeña discusión que ambos habían tenido y sintió mucha preocupación por su amiga. Claramente había sido muy raro no verla por tres días, justamente ayer había ido a la Corporación para visitarla pero nadie había estado allí.

—Si Gohan—apremió Shamna mirandolo—¿Qué le hiciste a tu noviecita?—preguntó—¿acaso pelearon?—siseó—Vamos, ya dinos.

—Guarda silencio, Shamna—había interrumpido Videl—A Gohan no le gustan las chicas que son cómo Dalem.

—¿A qué te refieres con "chicas cómo Dalem"?—preguntó Shamna con una sonrisa altanera observando a Videl—¿Temerarias, exigentes, molestas, honestas y hermosas?—el rubio solo rascó su nuca ahora observando a Gohan—Debo admitir que a mi si me agradan las chicas así, me gustaría estar con Dalem. ¿Qué dices, eh?

Gohan se limitó a no hacerle caso para nada y sin despegar su concentración de su libro, solo bufó. Shamna le caía demasiado mal, no a tal punto de odiarlo, pero la mayor parte del tiempo el rubio era muy irritante con él.

—Dalem es patética—había soltado uno de sus compañeros justo detrás de Ireza, Gohan lo observó con molestia pues ni siquera conocía su nombre—Perdóname si te lo digo así Shamna, pero prefiero quedarme con Videl. Además, es hija del gran míster Satán.

El hijo de Goku apretó sus puños debajo de su pupitre realmente muy enojado por tal comparación pero pudo observar desde su sitio, qué desde la esquina del salón, Angella lo observaba con curiosidad. Desde el intento fallido de la cita que había tenido con la pelirroja ambos no se hablaban, al instante, el pelinegro supo que la chica estaba observando sus manos y tuvo que calmarse. No debia mostrar su fuerza frente a sus compañeros de clase, al menos no frente a todos ya que Videl era la única que lo sabía. Debía ser más cuidadoso, cómo Dalem le había dicho

—Callate ya, Toneri—soltaba el rubio con molestia—Lo único que me preocupa es no haberla visto estos tres días.

—Me gustaría visitarla, pero nunca nos dijo dónde es su casa—murmuró Videl esta vez—No conocemos casi nada de ella.

—Quizás si le pasó algo—soltó Shamna una vez más, pasando su mano por su cabello—Quizás tuvo algún accidente o quizás sucedió algo con su familia.

Gohan no pudo aguantar más, se levantó y salió del salón mientras escuchaba las órdenes tenues de la profesora y las llamadas de sus amigos. No le importaba nada, quizás inventaría una simple excusa para mañana por su repentina salida pues por ahora solo quería saber cómo se encontraba su amiga. Dalem siempre habia estado apoyándolo, sin embargo, él nunca había mostrado algo parecido porqué parecía que la chica no necesitaba ayuda ya que siempre sabía cómo afrontar correctamente todo.

El pelinegro se escondió detrás de un edificio y voló hasta la Corporación Cápsula lo más rápido posible, sabía que su madre le gritaría por haber abandonado el colegio y sus prestigiosas clases, pero eso era lo de menos, ahora mismo solo le importaba saber cómo estaba su amiga.

Con velocidad, el chico descendió hasta llegar al suelo cuidando de que nadie lo hubiese visto volar por los aires, rápidamente se detuvo frente a la puerta de entrada del edificio de la Corporación y soltó un suspiro.

—¡Bulma!—llamó, pero parecía que seguia sin haber nadie allí dentro—Voy a entrar—declaró decidido, y justo en ese instante, la puerta se abrió automáticamente dejándolo pasar—¡Bulma!

Unos pasos frente a él se encontraba Trunks, parecía triste y sintió un gran miedo al presentir que algo malo había sucedido. Bulma no parecía estar por el lugar pues no le había respondido, así que se acercó al pequeño niño con rapidez.

—¿Qué te sucede, Trunks?—preguntó tratando de camuflar su verdadera pregunta, tan solo le importaba saber el paradero de su amiga, pero al ver el rostro triste de Trunks le causaba una gran sensación de intriga—¿Está todo bien?

—Dalem se fue—soltó rápido el niño, sus pequeñas manos aún apretaban el radar del dragón y observaba hacia el suelo con tristeza—Ella se ha ido.

Gohan sintió una enorme sensación de preocupación al escuchar eso, sintió que parte de lo sucedido había sido su culpa y tragó saliva con temor, el chico deseaba internamente que nada le hubiese pasado a su amiga, dónde sea que estuviera Dalem ahora, realmente deseaba que ella se encontrara bien.

—¿Qué?

—Dijo que se iba a ir y hace tres días que no aparece, no sé nada de ella Gohan—murmuró el niño soltando una risita de nerviosismo—Ni siquera he podido sentir su ki.

Gohan simplemente observaba Trunks, definitivamente ese hecho traia al pequeño triste pues la mayoría de veces en las que Gohan venia a visitarlo era para jugar, pues Trunks poseía una alegría y energía única, justo cómo la de Goten. En estos momentos se veía apagado y triste.

—pero..., ¿a dónde?—preguntó el pelinegro, casi con autoridad, nunca en su vida había pensado en usar ese tono, ni mucho menos frente a Trunks—¿Por qué se fue?

—No lo sé, nadie lo sabe—contestó Trunks con rapidez observandolo—Supongo que se fue por culpa de mis padres—añadió el pequeño intranquilo, parecía que quería echarse a llorar allí mismo, tenía unas cuántas lágrimas en su rostro—Qué tal si ella está mal, que tal si le ha pasado algo malo, que tal si no la volvemos a ver jamás.

—Esta bien Trunks, está bien—Gohan se arrodilló y le sonrió levemente también sintiendo aquella preocupación—Tranquilo, voy a encontrarla y le diré que vuelva, no te preocupes—el niño esbozó una sonrisa de tranquilidad y abrazó a Gohan lo más fuerte que pudo—Lo prometo.

Gohan salió de la Corporación Cápsula lo más rápido que pudo y observó a su alrededor, un par de personas se encontraban conversando por allí, pero estaban demasiado distraídas cómo para tomarle atención a él, asi que solo suspiró y cúando supo que no había nadie viéndolo, avanzó más.

—Necesito transformarme—soltó para si mismo en un susurro.

Gohan se transformó en un saiyajin y gracias a eso su velocidad aumentó considerablemente, el muchacho se alejó lo más rápido posible volando, tratando de encontrar a su amiga, sabia perfectamente en dónde estaba.

—¡Icarus!—soltó al aire—Quizás está con él.

Gohan sabía que aquel animal era muy importante para Dalem, pues para él también lo era. Antes ambos chicos solían estar junto al gran dragón en las colinas, se relajaban junto a él, tenían tiempo para pensar. Cabe recalcar que desde el inicio de las clases, todo el tiempo que habían pasado con el animal había sido muy corto.

Cuando llegó, descendió con mucha velocidad y se acercó con paso seguro hacia el lugar, no había nadie, solamente estaba su amigo el gran dragón junto a su familia. El lugar se veía más que desolado y no había nadie allí, solo puros árboles.

—¿Dónde estás, Dalem?—soltó el chico con preocupación.

Se detuvo un segundo cúando un recuerdo fugaz había pasado por su mente. El día en que su padre se había sacrificado por acabar con Cell, recordaba perfectamente que durante todo ese día, él se sentía totalmente culpable y pasar el tiempo con Dalem era lo único que le ayudaba a recomponerse.

" —Gohan, estarás bien, todo estará bien desde ahora—había dicho Dalem, después de la sorpresiva muerte de Goku a manos de Cell, después de que Goku hubiese sacrificado su vida por toda la tierra—Estamos contigo—decía con una sonrisa inocente—Jamás te dejaremos.

La pequeña Dalem le ayudó a levantarse, le ofreció su mano, y lo ayudó mientras todos volaban de regreso a la torre de kamisama. Ese día Gohan había logrado entender algo en el brillo de los ojos de la chica, ella le ofrecía apoyo, un brazo en el cuál podia llorar por la pérdida, un brazo en el que reconfortarse.

—Gracias—había soltado él sonriendo."

—Icarus, ¿Viste a Dalem por aquí?—preguntó pero el gran dragón estaba sumido en un gran sueño, y el pelinegro no quería despertarlo—Rayos.

Era curioso ver que el animal estaba cansado pues antes era una mina de energía y solía jugar con él y Dalem. El gran dragón le traía demasiados buenos recuerdos, sin embargo, uno se destacó entre todos;

"Luego de que Sheng-Long apareciera, y despúes de que Krilin terminase intercediendo por el bienestar de los Androides 17 y 18, y gracias a que Dende les hizo recuperar la energía a cada uno, todos se dirigieron por distintos caminos aunque Dalem acompañó a Gohan hasta su casa para saludar a Milk y al Señor Oxatán.

—Señora Milk—Dalem había saltado hacia sus brazos y Milk la había recibido con una gran sonrisa, Gohan se mantenía a un lado, sonriendo. En aquel momento Dalem tenía 10 años y Gohan acababa de cumplir los 11, ambos tuvieron la dura tarea de decirle la verdad sobre el paradero del señor Goku. Milk no lo había tomado bien, había comenzado a gritarles, pero luego de unos segundos pareció aceptarlo con un rostro de tristeza total.

Después de eso, ambos niños se fueron hacia el bosque para jugar con Icarus, habían estado ocupados casi todo el tiempo practicando y dominando sus técnicas para la llegada de Cell que llevaban un buen tiempo sin ver al animal.

—¡Gran dragón!—llamaba Dalem, no hubo respuesta alguna—¡Gran dragooooooon!—un fuerte viento hizo a los dos niños encrisparse de miedo, pero cuando vieron quién era corrieron a saludarlo—¡Icarus!

—Gran dragón, ha pasado mucho tiempo—saludaba Gohan de manera amable abrazando al animal. Icarus cómo si fuese un pequeño cachorro dejó que ambos lo acariciaran—me alegra mucho verte bien.

[...]

El atardecer no tardó en llegar, ambos niños se encontraban tirados en el frío pasto, mirando hacia el cielo, hasta que Gohan sintió la falta que su padre le hacía, en especial sus divertidas ocurrencias.

—Gohan—llamó Dalem observándolo, el niño solo soltó un suspiro enfocándose en ver las hermosas nubes—¿Extrañas a tu padre, cierto?—el pelinegro asintió—Yo también lo extraño.

—Mi papá se ha sacrificado hace unas horas y sé que lo extrañaré demasiado.

—Si incluso nosotros lo extrañamos...—comentó la niña con rapidez—imagínate cuánto lo extrañará tu madre—se detuvo a observarlo y sonrió—¿Sabes algo?—Dalem se reincorporó, puso una de sus manos encima de su rodilla apoyando su rostro. Gohan hizo lo mismo y la observó con interés—Me gustaría poder averiguar porqué mis padres me abandonaron, pero una gran parte de mi dice que es mejor estar así.

—¿No recuerdas nada de ellos?

—Bueno, prácticamente lo único que recuerdo es que estuvieron completamente confundidos cúando me vieron traer un simple pescado y luego me abandonaron en la colina, cerca a la montaña Paoz—comentó—Fue hace mucho, ya no recuerdo tanto—observó a su amigo un instante más—Me encantaba ir al río a pescar desde que tengo memoria, es una de las razones por la que ahora odio el rio—Dalem suspiró—...y bueno, el resto de la historia ya la conoces. El señor Picoro me encontró cúando vagaba sola por allí y me llevó con ustedes hacia kamehouse.

—Vaya—Gohan soltó un suspiro y Dalem volvió a tirarse en el pasto—No entiendo cómo tus padres pudieron hacer algo así, yo simplemente pienso que eres grandi-grandiosa—se enrojeció un poco y la niña solo sonrió—Tienes fuerza, aprendes rápido y le caes bien a todos. Me alegra demasiado haberte conocido, Dalem.

El color rojo se acopló en el rostro del chico pero a pesar de eso sonrió, Dalem también sonrió gentilmente y cerró los ojos, el niño imitó su última acción solo para volver a sentir la tranquilidad del paisaje.

—A mi también me alegra haberte conocido, Gohan."

El fuerte viento a su alrededor lo sacó de sus recuerdos, las nubes se juntaban y el cielo se oscureció un poco, pronto llegaría la lluvia, de eso estaba seguro. Qué el clima hubiese cambiado tan pronto le parecía demasiado extraño.

—Espero que estés bien, Dalem.

Desde su lugar, soltó un suspiro y negó, se sentía confundido debido a la chica y sus pensamientos negativos. Era curioso decir que en ese momento solo quería tratar de relajarse, quería paz, pero no podía encontrar aquello que tanto anhelaba si no sabía si su amiga estaba bien.

El muchacho respiró y cerró los ojos tratando de encontrar algún ki que coincidiera con el de su amiga, algo que al menos le diera indicios de ella, pero había algo en lo que Dalem era muy buena, podía ocultar su ki de una manera espectacular y Gohan lo sabía. Quizás estaba gastando su tiempo, pero decidió intentarlo una vez más, quería verla y ayudarla, preguntarle porqué se había ido. Quería estar allí para ella.

Pero nada.

No sentía nada.

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Oigan, quizás ustedes aún no estén enteradas sobre la muerte de Luis Mendoza, la voz que le daba vida a Gohan adulto.

Prácticamente yo crecí viendo Dragon Ball y el personaje que tenía más buenas voces era Gohan, aparte de que era el que más me gustaba.

Siento que todo lo que le pasó a él y a su familia no fue justo.

Que descanse en paz, Luis Alfonso Mendoza. 🍃

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