16.
La luz del sol entraba suavemente por la ventana, iluminando la habitación donde Inosuke y Zenitsu se encontraban. Ambos ya se habían calmado, y el ambiente entre ellos era ahora mucho más relajado, casi natural.
Inosuke miró a Zenitsu con una pequeña sonrisa, algo más confiado que antes.
-Bueno, ¿quieres desayunar? -preguntó Zenitsu con una sonrisa brillante, extendiendo la mano hacia él.
Inosuke asintió, algo avergonzado, pero con una sonrisa genuina que reflejaba su cambio de actitud.
-Sí, vamos. -respondió, tomando su mano por un momento antes de levantarse juntos de la cama.
Ambos salieron de la habitación, y al hacerlo, Inosuke sintió una extraña calma. Tal vez, solo tal vez, todo lo que había sucedido la noche anterior no era tan aterrador como pensaba. Podía ser él mismo, podía estar con Zenitsu sin esconder nada.
Mientras caminaban hacia la cocina, la puerta estaba abierta, y desde allí, Shinobu los observó, sentada en la mesa con una taza de té en las manos. Su mirada fue rápida, pero lo suficiente para notar la cercanía entre los dos.
-ara, ara~... -dijo Shinobu con una sonrisa juguetona al verlos acercarse. -Parece que la noche fue reveladora, ¿no?
Inosuke se detuvo por un segundo, sintiendo que la vergüenza regresaba, pero esta vez no pudo apartar la mirada de Zenitsu, quien, al igual que él, parecía un poco más relajado.
-¡T-Tch! ¡No es lo que piensas! -exclamó Inosuke, volviendo a ponerse nervioso ante la mirada de Shinobu.
Zenitsu, sin poder contener la risa, se acercó a Shinobu con una sonrisa divertida.
-No tienes que hacer que Inosuke se ponga así. -dijo, sentándose en la mesa junto a ella. -Solo estábamos hablando... ya sabes, de cosas importantes.
Shinobu los observó con una ceja levantada, claramente disfrutando de la situación.
-¿Cosas importantes, eh? -preguntó, con una sonrisa traviesa. -¿Y qué tipo de cosas eran esas?
Inosuke cruzó los brazos, mirando a Shinobu con incomodidad, pero no pudo evitar sonreír un poco.
-No es nada, solo... ¡es solo que no es de tu asunto! -respondió, mirando a Zenitsu, que ahora también se sonrojaba ligeramente.
Shinobu se rió suavemente, mirando la escena con calma.
-Vaya, parece que las cosas han cambiado entre ustedes. -comentó, antes de tomar un sorbo de su té. -Me alegra verlos tan... cómodos.
Zenitsu sonrió a Inosuke, dándole un leve toque en el brazo.
-Ya verás, Inosuke. A veces es bueno no esconderse. -dijo con una sonrisa cálida, mientras Shinobu los observaba.
Ambos se sentaron a la mesa, y aunque Inosuke aún se sentía algo incómodo, no podía negar que había algo diferente en la forma en que se sentaba junto a Zenitsu. Había una paz, una confianza en sus palabras que no había tenido antes.
A pesar de la mirada curiosa de Shinobu, Inosuke no se apartó. Por primera vez, podía estar a su lado sin miedo, sin vergüenza, y eso era más que suficiente para él.
El desayuno transcurrió en un ambiente ligero, con Zenitsu y Inosuke compartiendo un momento más relajado que antes, aunque la tensión de la noche anterior seguía flotando en el aire, pero de una manera más tranquila. Ambos comían y charlaban, mientras Shinobu los observaba con una ligera sonrisa.
Justo cuando Zenitsu estaba a punto de decir algo más, un cuervo entró volando por la ventana abierta, posándose sobre el alféizar.
-¡chu! -el gorrión graznó, haciendo que Zenitsu se levantara de un salto, un tanto sorprendido.
-¡Oh, vamos! ¿Qué pasa ahora? -Zenitsu resopló, mirando al gorrión que insistía en llamar su atención.
Inosuke observó la escena, con algo de confusión, mientras Zenitsu se alejó para atender al cuervo.
En ese momento, Inosuke se quedó en silencio, su mirada fijándose en Shinobu, que no parecía tan sorprendida por la interrupción.
Inosuke, con una pequeña incomodidad, aprovechó la calma para, tímidamente, acercarse un poco a Shinobu.
-Oye, mariposa... -dijo, su voz más baja de lo usual. -Yo... quería agradecerte.
Shinobu lo miró con interés, sin decir nada, esperando que continuara.
-Lo que dijiste, sobre los sentimientos, sobre cómo debía aprender a sentir... -Inosuke no podía mirarla directamente, pero sus palabras eran sinceras. -Me abriste los ojos. No lo entendía antes, pero ahora...
Shinobu observó a Inosuke por un momento, sin prisa, como si estuviera esperando a que él terminara.
Inosuke, aunque avergonzado, siguió hablando.
-Ahora... lo entiendo un poco más. Gracias. -susurró, con una leve sonrisa. -Por ayudarme a ver que no todo es fuerza, que está bien no ser siempre el hombre fuerte.
Shinobu sonrió con suavidad, viendo cómo Inosuke, a pesar de su habitual rudeza, mostraba una vulnerabilidad que antes nunca había mostrado.
-No tienes que agradecerme, Inosuke. Solo tienes que ser tú mismo. Y me alegra ver que finalmente lo estás entendiendo. -dijo Shinobu con ternura, pero también con una sabiduría que lo calmó aún más.
Inosuke asintió, con una sonrisa tímida.
-Gracias, mariposa... de verdad.
En ese momento, Zenitsu regresó a la mesa, sonriendo y sacudiendo la cabeza.
-chuntaro trajo un mensaje, pero regreso en un rato.
Inosuke levantó la vista y miró a Zenitsu. Aunque su rostro aún mostraba algo de vergüenza, había un cambio en su actitud, algo más relajado.
-Está bien... -dijo, con una ligera sonrisa. -Te espero aquí.
Zenitsu sonrió y asintió, sabiendo que algo había cambiado entre ellos. Se despidió con una última mirada a Inosuke antes de salir, dejando a ambos en la habitación con una sensación diferente.
Shinobu, observando la escena, sonrió levemente.
-Ya lo has hecho bien, Inosuke. -murmuró para sí misma, mientras continuaba bebiendo su té, sabiendo que el cazador de jabalí comenzaba a comprender lo que significaba realmente conectar con otro ser humano.
Pasó un rato después de que Zenitsu se fuera, dejando a Inosuke y Shinobu en la mesa, tranquilos. Inosuke seguía procesando todo lo que había hablado con Shinobu, mientras Shinobu, como siempre, mantenía su calma y una leve sonrisa.
Sin embargo, Zenitsu no tardó mucho en regresar, visiblemente molesto. Apenas entró a la habitación, soltó un suspiro frustrado.
-¡Esto no es justo! -se quejaba Zenitsu, tirando su chaqueta sobre una silla con desdén-. El cuervo, bueno, en este caso, el gorrión, me dijo que me asignaron una misión... ¡pero está muy lejos!
Inosuke levantó una ceja, mirando a Zenitsu con algo de curiosidad.
-¿Y eso qué? -preguntó, sin mucho interés.
Zenitsu se dejó caer en una silla, mirando al suelo como si fuera el fin del mundo.
-¡Que me manden a un lugar tan lejos! ¿Por qué yo? No puedo simplemente quedarme aquí y descansar como todos los demás, ¿verdad? -se quejó, cruzando los brazos. -El cuervo... quiero decir, el gorrión, dijo que es una misión importante y que debo ir de inmediato.
Inosuke, al principio, no sabía si reírse o simplemente ignorarlo. Pero, al ver lo molesto que estaba Zenitsu, no pudo evitar sonreír ligeramente.
-Vaya, parece que no te gustan las misiones largas. -dijo Inosuke, con una leve sonrisa burlona.
Zenitsu lo miró con los ojos entrecerrados, aún quejándose.
-¡Ni lo menciones! ¡Quiero estar aquí! ¡Quiero descansar y estar con todos! ¿Por qué siempre me tocan a mí esas misiones tan lejanas?
Shinobu, con su típica calma, observó a Zenitsu mientras tomaba otro sorbo de su té.
-Lo siento, Zenitsu. Pero si te asignaron esa misión, deberías ir, ¿no? -dijo, suavemente. -A veces los deberes son más importantes que nuestros deseos.
Zenitsu suspiró profundamente, mirando al techo como si intentara evitar la realidad.
-Sí, lo sé... Pero, ¿por qué tan lejos? ¡Esto no es justo!
Inosuke, sin poder resistir la tentación, se acercó un poco más a Zenitsu.
-Eh, bueno, si no te gusta tanto... puedes irte ahora. -dijo Inosuke, sonriendo de manera juguetona. -Nosotros nos quedaremos aquí, tranquilos.
Zenitsu miró a Inosuke y luego a Shinobu, con una mezcla de molestia y resignación.
-Tienes razón... -dijo finalmente, con una sonrisa algo forzada. -Solo tengo que ir, ¿verdad?
Shinobu le dio una sonrisa tranquila.
-Haz lo mejor que puedas, Zenitsu. Sé que lo harás bien.
Zenitsu se levantó lentamente, preparándose para salir, pero antes de irse, se giró hacia Inosuke con una mirada más suave.
-Oye, Inosuke... gracias por estar aquí. -dijo, con un tono más suave que el habitual. -De verdad.
Inosuke lo miró, confundido por un momento, pero al final solo asintió.
-No hay problema. -respondió, sin mucha expresión. -Que te vaya bien.
Zenitsu asintió, aunque aún parecía molesto por la misión. Sin embargo, antes de salir, miró a Shinobu y Inosuke, con una pequeña sonrisa, y se dirigió a cumplir su misión.
Zenitsu, con una sonrisa juguetona y una mirada decidida, se acercó rápidamente a Inosuke, quien estaba mirando distraídamente hacia otro lado.
-Oye, Inosuke... -dijo Zenitsu, con un tono travieso.
Antes de que Inosuke pudiera reaccionar, Zenitsu le quitó la máscara con rapidez y, sin previo aviso, lo besó.
El beso fue breve, pero tan largo que Inosuke no pudo procesarlo completamente. Fue un beso que le provocó una mezcla de confusión, sorpresa y algo más que no entendía.
Inosuke no sabía cómo reaccionar, quedándose completamente estático.
Cuando Zenitsu se separó de él, sonrió ampliamente, satisfecho.
-Eso... me servirá de ánimo para la misión. -dijo con una sonrisa de triunfo.
Inosuke, aún sin procesar completamente lo que acababa de suceder, se quedó mirando a Zenitsu con los ojos muy abiertos.
-¿Q-Qué fue eso? -murmuró, completamente atónito.
Zenitsu rió suavemente, disfrutando del efecto que había tenido sobre él. Pero, antes de que pudiera decir algo más, un grupo de cazadores irrumpió en la habitación, claramente sabían lo que estaba pasando.
-¡Zenitsu! -gritaron, jalándolo hacia la puerta con urgencia. -¡Vamos, no tienes tiempo! Ya sabemos que no querías ir, pero la misión te está esperando.
Zenitsu miró a Inosuke una última vez, guiñándole un ojo con una sonrisa cómplice.
-Nos vemos pronto, Inosuke. No olvides que te debo una. -y, antes de que Inosuke pudiera responder, fue arrastrado por los otros cazadores.
Inosuke se quedó ahí, mirando la puerta por donde Zenitsu había salido, todavía confundido por lo que acababa de suceder.
No entendía qué había sentido, no entendía por qué su corazón latía más rápido.
Pero una cosa era segura: Zenitsu había dejado una huella en él, una huella que ya no podía ignorar.
Después de que Zenitsu se fue, Inosuke se quedó en la misma posición, mirando la puerta por donde había salido. La confusión seguía en su mente, pero algo más lo invadió: una sensación extraña de alegría.
Dejando de pensar tanto en lo que acababa de ocurrir, Inosuke suspiró profundamente, dejando escapar una sonrisa embobada, como si algo en su interior finalmente se hubiera relajado.
-Tch... -murmuró para sí mismo, sonriendo sin poder evitarlo. -¿Por qué... me siento así?
Mientras trataba de procesarlo, se dio cuenta de que no tenía mucho sentido. Solo sabía que el beso de Zenitsu le había dejado un extraño calor en el pecho.
Con una ligera sonrisa aún en su rostro, se giró para regresar a la habitación y continuar su día.
Pero al dar la vuelta, casi se choca con alguien.
Shinobu estaba allí, mirándolo con una sonrisa juguetona, claramente sabiendo más de lo que Inosuke deseaba.
-¿Vas a entrar? -preguntó Shinobu, cruzando los brazos y observando la sonrisa de Inosuke con un brillo divertido en los ojos.
Inosuke, un tanto avergonzado pero sin perder su aire desafiante, la miró de reojo.
-¿Te divertiste mirando la escena? -dijo, sonriendo de manera juguetona.
Shinobu no intentó ocultar su sonrisa traviesa.
-Solo me pregunto qué tan nuevo es todo esto para ti, Inosuke. -dijo con calma, manteniendo la misma actitud. -Pareces más... relajado.
Inosuke, sin poder evitarlo, soltó una risa nerviosa, cruzando los brazos.
-No sé de qué hablas. -respondió con una sonrisa torcida, tratando de ocultar lo obvio.
Shinobu lo observó con una mezcla de diversión y sabiduría.
-No te preocupes, Inosuke. Todo está bien. -dijo con tono tranquilo. -Al final, todos tenemos nuestros propios momentos, ¿verdad?
Inosuke la miró por un momento, notando lo perspicaz que podía ser Shinobu. No podía decir mucho, pero sabía que ella lo había entendido.
Con una sonrisa algo más relajada, respondió:
-Sí, supongo que sí.
Shinobu se dio media vuelta, sonriendo ligeramente.
-No te preocupes, Inosuke. Ahora, ve a descansar. Te lo mereces.
Inosuke la observó marcharse, sintiendo una ligera paz en su interior.
Tal vez, solo tal vez, todo lo que había pasado era solo el principio de algo diferente para él. Algo que, por primera vez, no le daba miedo.
---------------------------------------
Shinobu es alta fan del ship
Y con esto arancamos el segundo arco de la historia
Sinceramente cada arco de la historia abarca un sentir diferente por parte de Inosuke, emociones nuevas para el y diferentes avances al apego o interacciones entre estos,
Le estoy metiendo mjchas ganas a esta historia ay me esta gustando como va quedando, agradeceria si al leerla les gusto den voto, o comenten, bromeen, corrijan faltas de ortigrafia, me gusta leer a mis lectores
Bai~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top