11. Celestial (Parte 1)

Link: ¡Alto, ladrón! -grité con fuerzas-

Empecé una persecución contra aquél malhechor que comenzó en el lado Sur y que continuaría hasta el lado Oeste, corriendo cuesta arriba. Mis reflejos nunca han decaído con los años, es por eso que pude esquivar a las personas u obstáculos en mi camino sin perder velocidad ni perderlo de vista. Cálculo que la distancia entre ambos pueden ser unos tres metros.

El ladrón iba vestido con una túnica oscura que le cubría de pies a cabeza. Un detalle el cuál me tomo por sorpresa, es que era increíblemente ágil en sus movimientos; mientras yo pasaba entre la gente, él o ella uso como impulso esas columnas de maderas que le daba techo a está calle. Ambos dimos un derrape cuando llegamos al final del camino, pues el ladrón fijo su dirección a la salida oeste.

Durante ese cortisimo lapso de tiempo, extendi mi mano tanto como me fuese posible y le alcancé esa túnica que le colgaba. De ahí la jale, pero al hacerlo, sentí un peso nulo, hasta que me di cuenta que se la quito. Seguro lo hizo apenas sintió el tirón. Sin embargo, seguí corriendo al evitar tropezar. Casi pude distinguir quién era, sólo logré captar su piel morena.

Guardia: ¡Alto! ¡Está prohibido co...!

Justo ahí, el guardia que protegía el portón, y por ende la salida, fue silenciado con un fuerte empujón propinado por el ladrón que lo dejo tirado, dandole paso al exterior. Conmigo como su perseguidor, eche la túnica a un lado.

Las luces y colores del carnaval fueron apagadas abruptamente en el instante que salimos. Sentí el oscuro frío de la noche casi al instante, pero eso no era lo que me preocupo; lo que me preocupo es que ya no estaba por ningún lado... Desapareció.

¿Adónde fue? ¿Cuando lo hizo? ¿Cómo lo hizo? ¿En qué momento? Era preguntas las cuáles me rompían la cabeza. Meto las manos en el fuego al afirmar é siguiente: desapareció apenas di un parpadeo. Sí, en esas décimas de segundos en los cuáles técnicamente uno podía seguir viendo, hizo algo que le permitió escapar.

En completo estupor, le di vueltas y vueltas mi cabeza para volver a verlo... pero nada.

Link: ¿Por dónde se...? ¡¡AAHHHH!! -grité en absoluto dolor-

¡¿Q-qué ha pasado?! De repente sentí un fuerte golpe por detrás que me tiro al suelo. Ya veo... parece que de alguna forma logró esconderse en un punto ciego y así me tomó por sorpresa. Intenté levantarme rápidamente para confrontar al agresor, pero tan pronto como puse mi rodilla sobre césped del exterior, unos pies dejaron caer todo su peso sobre mi espalda, contra el Escudo Espejo, obligándome a caer nuevamente.

Solté un fuerte quejido mientras intentaba levantarme usando todas mis fuerzas, pero otra vez fuí interrumpido por una inesperada sorpresa: No fue uno, ni dos, sino tres pares de pies los cuáles empezaron a patearme por los costados y la espalda que a duras penas cubría mi escudo. Eran más de una persona.

Link: ¡Ugh! ¡Aghh!

El dolor fue horrible, no por las patadas en si, sino que los zapatos que usan son puntiagudas. Dichas puntas se enterraban como pequeños cuchillos sobre mis costillas, pero con la fuerza de una patada. No sólo eso, también sentía la falta de oxígeno por las continúas patas en esa zona, lo cuál apenas me dejaba pensar.

M-maldición... Creí que mis reflejos nunca decayeron, pero entonces recordé como un simple juego de niños me había tomado por sorpresa está mañana. Pensé siempre estar alerta del peligro, pero al final del día veo que ya no soy la sombra del héroe que solía ser antes...

No...

Yo no puedo acabar así. ¿Qué clase de héroe cae rendido ante una emboscada tan simple? Yo no soy así, yo no me doy por vencido tan fácilmente. Incluso en los peores momentos en los cuáles parezco estar acorralado por incontables enemigos, sé que todos, sin darse cuenta, terminan en una coordinación de ataques en el cuál todos lanzan un golpe o proyectil después de otro. En otras palabras: un patrón de ataque. Está no era la excepción. Sólo necesito saber como y cuando contraatacar, estrategia que me ha sacado de apuros incontables veces.

El primer sujeto golpeó mi espalda. El segundo me dio al lado del estómago.

Escupi saliva y aire, pero no importó, no arruinó la concentración.

El tercero le dio al hombro izquierdo. Ya tengo la posición de cada uno. El primero, se encuentra del lado izquierdo junto al tercero y el segundo a mi derecha.

Otra vez esperé a propósito a que me dieran otra ronda de golpes. Debo estar seguro, si esto sale mal, todo habrá acabado para mi.

Espalda, estómago, hombro. Otra vez. Espalda, estómago, hombro. ¡Ya lo tengo! Entonces el que sigue es... Espalda, estómago... ¡Hombro!.

Extendi la mano tan rápido como me era posible.

Link: Te tengo... -sonreí triunfante-

Le atrape la pierna, una pierna delgada y dura. La jale hacía mi, haciéndole perder el equilibrio y el suelo tembló por su caída. Apenas deje de sentir las patadas, un subidón de adrenalina me dio las fuerzas para levantarme inmediatamente. Di un impulso hacía al frente y me di media vuelta al mismo tiempo que desenfunde mi espada y escudo listo para luchar.

Ahí supe quienes eran mis atacantes y el ladrón: son Gerudos. Sabía que, como tribu guerrera, saben usar armas y representan una sería amenaza. Sólo debo vencerlas y recuperar esos objetos que robaron.

El trío se mostraron hostiles ante mi. Fue entonces que cada una sacaron sus armas; todas equipadas con lanzas. Me puse alerta por tales armas, pues una lanza le lleva la ventaja a una espada en cuestión de alcancé, en este caso son tres, esa es mi única desventaja.

Siempre analizo las ventajas y desventajas que pueda tener en combate, me ayudan a conocer varios detalles los cuáles pueden meterme en problemas si no se toman en cuenta. Además, conocer las debilidades, fortalezas y otros factores tanto las mías como las de mis oponentes pueden ser aprovechados de varias maneras.

Teniendo esto en cuenta, me puse a la defensiva mientras las veía desafiante.

Las tres vinieron a mi de frente con la intención de atacar todas a la vez. Logré detener a una con el escudo y retrocedi por la fuerza del impacto, las otras dos intentaron atacarme por los laterales e inmediatamente di un salto hacía atrás para evadirlas con éxito.

Durante mi viaje para salvar a Termina, en la Gran Bahía ayude a la gran hada a recolectar todas sus hadas y como recompensa me ha bendecido al regalarme una mayor resistencia al dolor. Sin embargo, dicha resistencia se ha debilitado y ahora sólo es una sombra de lo que solía ser. Incluso así, lo poco que quedó fue de gran ayuda en este momento, pues a estás alturas logré recuperarme del daño recibido anteriormente.

Toqué el suelo e inmediatamente di un ataque en salto contra una. La hoja descendió a gran velocidad, cortando el aire y aterrizando en mi objetivo quién reaccionó usando su lanza para detenerme, lo cuál terminó en su arma partida en dos y un corte vertical sobre su torso. La deje fuera de combate y cayó malherida.

El ataque en salto es una técnica básica del combate a espada. Posee un gran poder de ataque, pero...

Sus otras compañeras aparecieron y lograron provocarle leves heridas en el hombro y el abdomen mientras me apresure a levantarme. Resulte herido, pero por fortuna no eran heridas tan graves.

...No es efectivo contra varios enemigos.

Quedan dos. Una cargo a toda velocidad contra mi, pero con tan solo dar un salto lateral bastó para esquivarlo. Ahí, logré aplicar una de mis tres técnicas con la espada; tras el salto, rodé su alrededor de tal forma que ahora me encontraba por detras y acabe en un tajo hacía arriba que la mando volando.

Tras tantos años, por fín pude darle nombre a está técnica: Tajo Trasero. Qué conveniente.

Ahora queda una. Apareció casi inmediatamente y lanzó una serie de ataques frontales apresurados, pude esquivarla con cierta dificultad, hasta que terminó al barrer el aire lanzando un ataque horizontal. Incluso si saltase hacía atrás, ese movimiento sería imposible de esquivar por su gran alcance. Sin embargo, tengo una solución para estos casos: el Golpe con Escudo.

Justo cuando la lanza iba a impactar contra mi costado izquierdo, tome el Escudo Espejo con eso, lancé un golpe hacía al frente que al impactar contra su lanza, está salió expulsada de sus manos, dejandola expuesta e indefensa.

No ataque, en vez, le apunté con la espada y en respuesta la Gerudo restante levanto las manos en señal de rendición en total temor. Mirándola con detenimiento, pude reconocerla como la ladrona que estaba persiguiendo en un inició y quién me metió en este lío.

Link: Tus amigas estarán bien. Entrega los objetos que robaron y las dejaré ir. -le dije firmé y preparado para atacar-

Yo estaba dispuesto en cumplir mi palabra, todo lo que tenían que hacer era devolver eras joyas y nada más.

Gerudo: L-lo comprendo. Ya no queremos más problemas, por favor. -me suplicó aterrada-

Entonces procedió a sacar una bolsa mediana, el sonido que hizo al ser levantada eran similares a pequeños metales chocando, lo cuál concluí que esa debía ser la bolsa con las joyas y piedras preciosas. Me lanzo la bolsa y la atrape.

Oí a alguien correr hacía por atrás. Apenas escuche sus pisadas salté a mi izquierda para esquivarlo. Levante la mirada sólo para darme cuenta que la Gerudo que ataque con mi Tajo Trasero volvió, la ladrona fue rápidamente por su lanza tirada. No sólo eso, giré a mi derecha y la primera a quién derrote agarro lo que quedaba de su lanza para seguir peleando, acción que ciertamente me resultó admirable, pues sin duda todas tenían un gran espíritu al seguir luchando pese haber sido derrotadas.

No obstante, no pude evitar sentirme decepcionado al haberles dado la oportunidad de rendirse para luego ser atacado por la espalda Suspire y volví a prepararme.

El trío optó por una posición triangular mientras yo me hallaba en el centro del mismo, una formación dónde uno puede ser atacado por cualquier ángulo sin posibilidad de escapar. Buena estrategia.

Link: Nunca debieron levantarse... El siguiente ataque acabará con ustedes. -les advertí molesto-

Extendi la espada hasta atrás y el escudo en dirección opuesta, con el pie izquierdo al frente y el contrario por detrás. Cerré los ojos. Me concentre y el poder mágico que recorre mi cuerpo fue al mismo punto: la espada. Está soltó un resplandor azul.

Las Gerudos dieron un grito de guerra y todas corrieron para acabar conmigo.

Unos segundos más tarde, está se volvió en un peligroso color rojizo rodeado por aros blancos. Y ahí... deje escapar toda esa energía en mi técnica con la espada más poderosa: El Ataque Espiral.

Link: ¡TYEAAHH!

Giré sobre mi mismo y gracias al poder mágico, la hoja cubrió una extensa area que cortó todo aquéllo que alcanzase en el camino. Se acabó. Una vez todo se calmó, vi a las Gerudos desperdigadas por el suelo gravemente heridas e inconscientes. Si sobreviven, entonces aprenderán una lección o dos. Lo pensarán dos veces si vuelven a cometer otro crimen.

Ya con las joyas en manos, fuí a regresar estás cosas a quién le perteneciera. Pero... verlas en un estado tan lamentable me detuvo e intenté buscarle una razón por la cuál ellas se vieron obligadas a cometer un robo. Quizá ningúna tiene dinero o les falta comida. Fue imposible para mi no acercarme a cada una y darles una Rupia Plateada a cada una; las Rupia Plateadas tiene un valor de cien. Si necesitaban dinero, al menos les regaló un poco. Si hubiera tenido comida, sin dudar se las habría dado.


△ ▲

Mientras regresaba a casa, algo me resultó intrigante y ciertamente daba miedo: las lanzas que tenían esas Gerudos, era la misma que me atacó una noche antes del carnaval... Está revelación resultaba espeluznante. ¿Fueron Gerudos? ¿Por qué entraron al rancho? ¿Para qué o conque propósito lo hicieron? ¿Desde cuándo hacen esto? No tengo ni la menor idea, y esa es la peor parte.

Al llegar al Rancho Romani y entrar, mi destino no era el establo dónde está Epona ni mucho menos nuestra casa para ir a dormir, fuí al bosque que está a mano izquierda de la entrada.

Me detuve en seco frente la arboleda, junto al mismo arbusto dónde aquella lanza apareció y atreveso mi abdomen. Apenas era distinguible ver su interior ni la luz de la Luna logró penetrar su oscuridad.

Por un momento consideré entrar para explorar y hallar un camino por dónde quizá lograron entrar la vez pasada. Sin embargo, ya era muy noche y me preocupaba que, mientras estuviese explorando, alguien entre y haga de las suyas. ¿Quién sabe? En un absurdo escenario, yo entré y de la nada un grupo de Gerudos salga igual que una colmena protegiendo su nido.

Di media vuelta y ahora mi destino era ver a mi bella Epona, seguro la pobre se ha sentido sola todo el día.

Apenas entré al establo fuí recibido por absoluto silencio al ver todas las vacas del rancho durmiendo. Al oirme entrar algunas vacas se despertaron y mugieron ante mi presencia. Eche un vistazo general para asegurarme que todas estuviesen bien y que posición tienen algunas al dormir; saber la posición que adopta una vaca acostada dice mucho sobre su salud y bienestar. Por fortuna, ningúna muestra algún malestar.

Y ahí, al final de está estructura, su crin en un blanco absoluto y brillante se asomó por encima del rebaño.

Link: ¡Epona!. -la llamé contento por verla-

Al oír mi voz, Epona se despertó e inmediatamente corrió hacía mi. Yo la recibí con los brazos abiertos y le abrace la cabeza.

Link: ¡Hey! -eche una carcajada- Yo también te extrañe mucho. ¿Cómo estás, hermosa?. -la recibí sonriendo-

En respuesta, Epona soltó un relincho e incluso me lamio la mejilla. Yo no pude evitar reírme y disfrutar su cariño, sólo conmigo demuestra tanto amor. También le di el mío hasta que al poco rato empezó a darme sueño.

Link: Bueno, Epona... -solté un bostezo- ... ya tengo que irme a dormir... Mañana saldremos a pasear, ¿sí?.

Justo cuando me di la vuelta para irme del establo, Epona se adelantó y me bloqueó la salida. En un inició me confundí por tal acción, pero de pronto supe lo que quería decir.

Link: Ay, Epona... no me he ido ni un día. ¿Tanto me extrañaste, linda? -le dije ya cansado y también cariñoso por su actitud-

Epona se limitó a darme un relincho débil y agudo, el cuál logré entender que la ponía triste verme ir otra vez.

Link: Bien, bien, tú ganas. -le dije riendo un poco-

Caminé hasta el centro del establo, para luego observar a Epona venir y acostarse sobre el suelo. Yo me acosté sobre su barriga, su pelaje anaranjado era muy suave y cálido. Rodee mis brazos sobre su cuello, mientras sentía como en una mecedora por la respiración de mi yegua.

Link: Buenas noches, Epona... -fuí dulce, dándole un beso en la frente para darle las buenas noches-

Mientras intentaba conciliar el sueño, vino una frase... Una frase que representa nuestra amistad, pues yo no veía a Epona como una simple yegua o una montura. No, ella es una gran compañera y jamás me cansaré de pensar bien de ella ni admirarla por el cariño que le tengo. Simplemente es imposible no hacerlo, puedo hacerlo todo el día sin cansarme.

Link: Juntos a través del tiempo, ¿eh, Epona?. -se lo dije con orgullo y dedicándole una enorme sonrisa-

Epona relincho fuerte, lo que me bastó para saber que le alegró oirme decir eso. Así pues, cerré los ojos mientras disfrutaba su cómodo pelaje decidido a dormir como es debido, con mi mejor amiga.


△ ▲

Las pesadillas se han ido... hoy dormí muy bien, desperté sin estrés ni fatiga, con la mente despejada como un bebé. Hace mucho que no amanezco así.

Por fin desperté temprano está vez. La última vez que vi la hora fue hace pocos minutos de haber desayunado y eran las 6:24 Am. Deduzco que han pasado cinco minutos.

El aire a estás horas es fresco y limpio, la cálida brisa era acogedor y te hacía sentir vivo mientras el césped era acariciado. El alba y los rayos del sol daban hermosas sombras a los árboles y el pastizal se mesia acorde al viento.

Me hallé a mi mismo aún acostado sobre Epona, pero ya no dentro del establo, sino que fuera del mismo, al aire libre bajo la copa de un árbol. Como era costumbre, luego del Carnaval del Tiempo, ganábamos el suficiente dinero y la ciudad era abastecida con nuestros productos que disfrutábamos de unas pequeñas vacaciones.

Desde aquí podía ver a Cremia poner la ropa que lavo sobre un tendedero y a Romani jugar con su perro. Ambas vestían igual que ayer. Es una mañana agradable. Respire hondo para disfrutar del aire limpio. Este ambiente tan vivaz me da una paz la cuál me hizo sonreír y cerrar los ojos.

Así nos quedamos Epona y yo, relajados y sin ningúna preocupación. Ella ya se volvió a dormir. Quizá hasta le haga compañía y me eché una siesta. Simplemente este momento era glorioso.

"¡Link, Link, Link!".

Oí derrepente. Abrí los ojos y levanté la mirada para darme cuenta que era Romani, corriendo a toda velocidad.

Link: Ah, Romani. ¿Qué sucede?. -Le pregunté interesado en lo que me fuera a contar-

En vez de responder, se agachó para agarrarme la mano e intento levantarme a tirones.

Link: ¡O-oye!. -me resisti un poco, pero cedi y me alce yo mismo-

Romani sólo se reía y caminó hacía al frente, guiando mis pisadas a dónde ella quisiera hasta llegar al frente de la casa.

Link: Oye, agradecería si por lo menos dices adónde me llevas. -le reproche-

No estaba del todo molesto, simplemente era algo que no me gustaba que hiciese. No era la primera vez... ¡Es cierto, no es la primera vez!. Ya sé adónde va la cosa.

Link: Oh, ya sé... Cremia te dijo que me llamaras, ¿verdad? -le dije ya riendo-

Romani: ¡Tin, tin, tin! ¡El saltamontes por fín lo adivino! -volvió a reírse y por fín soltó mi mano-

Link: ¡Oh, ven aquí pequeña traviesa! -fingiendo regañarla, fuí tras ella y procedí a cargarla tan alto como me era posible-

Romani: ¡No Link, para! -exclamó echándose a reír más fuerte. Se divertía y eso me gustaba-

Link: ¡Arruinaste mi descanso! ¡Ahora pagarás las consecuencias!

Uno de nuestros juegos más habituales era hacer que ambos girasemos agarrados del otro y el primero en marearse perdía. Nunca me ha ganado y está vez no será diferente.

Link: ¡Listos o no, aquí voy! -grité entusiasmado-

Vi a Romani decidida, parecía que estaba dispuesta a intentar ganarme. Veamos si lo logra. Di un impulso y empecé a girar lento, después un poco más rápido y más, y giré, giré y giré muy rápido, así como cuando uso el Ataque Espiral, pero en vez de una espada, tenía a Romani con ambas manos.

Romani: ¡AAHHHHHH! -la oí gritar totalmente emocionada-

Y así me mantuve unos segundos más, hasta que en poco tiempo sentí los mareos. Sin embargo, no iba a permitir que ganase.

Link: ¡¿Te rindes ya?! -logré decir-

Romani: ¡Ahhh! ¡S-sí! ¡Romani ya se rinde!

Apenas la oí decir eso, deje de girar. Al mareo me atacó al instante y perdí el equilibrio, mas logré hacer que Romani me cayera encima para que no se lastimara cuando tocamos el pasto. Todo me daba vueltas, pero al menos ambos nos divertimos mucho.

Romani: Jajaja Eres un tonto. ¡Si Romani vomita, será sobre ti! -amenazó, incapaz de ponerse en pie-

Su sonrisa y sus carcajadas son contagiosas. Entonces vi una sombra aproximarse.

Cremia: No tardaron mucho tiempo en meterse en problemas, ¿verdad? -apareció ella hablando sarcástica mirándonos en el suelo-

Rápido y obediente, me puse en pie y ayude a Romani a levantarse, también en mantenerla en equilibrio y no hacerla caer. Admito que aún era gracioso como se balanceadade un lado a otro intentando mantener el equilibrio.

Link: Ah, hola Cremia. ¿Necesitas algo?

Cremia: Sí, Link. Necesito que hagas algo importante para mi, ¿tienes tiempo? -pregunto serena-

Link: ¡Claro! No tengo nada mejor que hacer -me ofrecí gustoso en ayudar- ¿Qué puedo hacer por ti?

Cremia: Como ya sabes, el Carnaval del Tiempo fue todo un éxito para nosotros y gracias a ello, hemos recaudado suficiente dinero y también la ciudad fue suministrada con productos suficientes como para darnos un descanso -explicó alto y claro- Eso sí, aun es prioridad mantener a nuestros animales bien alimentados y en una salud óptima. Por ello, necesito que compres suministros en Ciudad Reloj para nuestras vacas, cucos, perros y nuestros equinos. Y para nosotros sus cuidadores, claro. ¿Podrías hacer eso por mi?.

Sabía que era una gran responsabilidad y de suma importancia para el Rancho Romani, así que acepté sin problema alguno.

Link: Dalo por hecho, Cremia. Lo haré en un santiamén -acepté confiado-

Romani: Ay... ¿No se te complica oír tanta cháchara...? -me preguntó en voz baja-

Cremia: Siempre puedo confiar en ti... -me dijo con gran alivio y sonriendome- Aquí tienes, con esto bastará. Vas a tener que llevarte la carreta.

Sacó de sus bolsillos una Rupia Dorada, estás valen doscientos. Casi me da un vuelco en el corazón al ver mi rostro reflejada sobre su superficie amarilla. Debo admitir que me gusta mucho el dinero, pero no tengo problemas en darse a quién lo necesite.

Cremia: Por cierto, puedes llevarte a Romani si quieres. Cuidense ahí fuera y vuelvan pronto -se despidió antes de marcharse y volver para la casa-

Por un momento se me ocurrió disculparme por lo ocurrido durante el carnaval. Sin embargo, por la actitud tan natural que tuvo Cremia está mañana, parece que lo escrito en esa carta ya dejo claro ese asunto. Así pues, lo dejé pasar y seguí tranquilo.

Romani: ¡¿En serio?! ¡Síiiiiii! -gritó muy contenta, incluso se puso a saltar por la emoción- ¡¿Oiste, Link?! ¡Romani irá contigo hoy! A Romani le gusta visitar Ciudad Reloj.

Link: Espera, Cremia dijo que sólo irías si yo quería... -la detuve mirándola con seriedad-

Romani: -Su expresión cambió a una llena de tristeza- Pero... Romani quería ir contigo...

Link: ¡Pues claro que sí puedes venir conmigo, boba!. - le sonreí casi riendo y camine al que sería nuestro transporte-

Romani: ¡Ay, tú eres un bobo, Link!. -se enojó e incluso me saco la lengua, pero luego entendió que era una broma, volviendo sonreír-

Corrió y llegó primero, escalando con cierta dificultad. Antes de subir a la carreta y ponerme en marcha, Epona se me apareció. Así como ayer en la noche, cubrió el paso para no volver a dejarla sola.


Romani: Aww, qué linda es tu yegua, Link. Creo que quiere venir también -Dio una observación que yo ya había dado por hecho-

Otra vez sentí mucha ternura por esas acciones. Bueno... un trato es un trato.

  △
 △  ▲

La solución que le hallé para venir con Epona, fue que le puse unas bridas extras conectadas a la carreta junto a la mula de Cremia. Esto resultó en una mayor eficiencia a la hora de mover la carreta gracias al trabajo en equipo entre ambos equinos. Además, Epona se ve muy entusiasmada, hace tiempo que no salía del rancho y era lindo verla disfrutar del aire libre.

Romani: ¡Qué buena idea has tenido, Link! Volveremos a casa en un abrir y cerrar de ojos -me felicitó sentada al frente como copiloto-

Link: Gracias. Aunque la idea no es del todo nueva; aveces Cremia me pide a Epona para hacer sus encargos. -le dije escogido de hombros-

Tomo poco llegar a Ciudad Reloj. Ayude a Romani bajar de la carreta y ambos entramos a la ciudad por el lado Sur. Tardamos un buen rato buscando todo el alimento para los animales y para nosotros, incluido algunos productos que necesitábamos ya sea para nosotros como agua, ingredientes de cocina, especias, telas. O para los animales; cepillos para darles un baño, heno, semillas, y como no, zanahorias para Epona.

Ya había notado hace días que Cremia por fín le está dando obligaciones a Romani, contribui un poco en su aprendizaje al enseñarle que frutas y verduras seguían frescas para ser usadas en la cocina o para alimentar al ganado. Incluso le enseñe que comen y  cuáles son sus dietas, usando breves explicaciones para no darle una jaqueca con tanta palabrería.

No obstante... aun me dan mala espina esos hombres de mediana edad que parecían estar siguiendo nuestros pasos. Su aspecto tan hostil resultó familiar. Ocasionalmente echaba un vistazo atrás y los encontraba murmullando y fingian irse para después volver. Conté pornlo menos cuatro. Dirigí a Romani lejos, haciendo todo lo posible para que no se diera cuenta... Debo sacarla de aquí ahora cuanto antes. Entramos en el Puesto de Intercambio.

Romani: ¡Hey, Saltamontes! ¿Me puedes comprar algo?.

Yo no le respondí, veía de reojo la entrada del lugar mientras hacíamos las últimas compras.

Romani: ¿Link?. -me llamó extrañada-

Link: Ah... Sí, agarra cualquiera. -le dije, aunque no pude evitar dar un tono angustiado-

Algunos comerciantes se ofrecieron en ayudar a subir varias cajas sobre la carreta dónde compramos todo lo necesario. Toda ayuda fue bien recibida e incluso les pague con dinero mío por tal generoso acto. Eso logró darme un respiro por lo acontecido anteriormente.

Link: ¡Muchas gracias a todos! - les agradeci complacido- Qué tengan un buen día.

Romani: Una es una broma. Dos dile adiós. Tres mejor después. Cuatro es un teatro... ¡Cinco vete al circo! -estaba contando las cajas- ¡Llevamos cinco cajas, Saltamontes!.

Link: Ja, eres muy buena contando. - le dije entre elogio y burla-

Cerré la parte trasera de la carreta para que ninguna caja cayera durante el camino. Luego subí yo primero al volante y le estire la mano a Romani para ayudarla a subir. Una vez ambos nos sentamos al frente, Romani sacó un caramelo que le compré; una paleta. Sólo valía una Rupia.

Otra vez sentí un mal presentimiento y un frío recorrer mi espalda. Con el ceño fruncido, observe nuestro entorno para comprobar si nadie nos estuviese vigilando. Hay demasiado silencio. Por otro lado, Romani apenas se daba cuenta de que sucedía, estaba más ocupada en saborear su dulce. Su ignorancia me reconforto un poco.

Puse en marcha el vehículo y, en mi paranoia, no fuí directo al Camino Lácteo, sino que tome rumbo en dirección por Ikana. Volteo a ver a Romani creyendo que se extrañaría o si preguntase porqué no estamos yendo a casa, pero su reacción fue totalmente lo opuesto; sólo me devolvió una mirada curiosa y sin mostrar preocupación alguna, todavía consumiendo su paleta sin tomarle importancia a nada en absoluto. Este detalle me dejo estupefacto.

Romani: ¿Qué?.

¡¿Que qué?! Esa no era la pregunta que yo esperaba salir de su boca. Le preocupa más comerse su dulce que cualquier otra cosa. Aveces me pregunto que ocurre por su cabeza.

Link: Nada... -le dije para ahorrarme las molestias-

Ahí lo escuché... el eco de unas pezuñas. No era ni de Epona ni la mula, estás nuevas pezuñas suenan por detrás, siguiendo nuestros pasos. Intente no voltear, pero intuía que deben ser ellos, simplemente lo sabía.

Acelere ligeramente, apenas estamos entre las extrañas estructuras, similares a hongos, fuera del Pico Nevado. Mis ojos se movieron hasta el rabillo para intentar verlos. No obstante...

Romani: Mira Link, hay alguien detrás de nosotros. ¡Hola, señores. -dijo felíz, incluso se volteó para saludar al tipo con la mano-

Link: ¡Romani!

Supongo que se acabaron las sutilezas... giré y pude ver que, efectivamente, esos hombres nos están siguiendo, son un dúo.

Link: Oh, no... ¡Maldita sea! -maldije en frustración-

Romani: ¿Huh? ¿Qué paso? -preguntó confundida, ya mostrando cierto temor-

Eche otro vistazo y noté como aumentaron la velocidad de su trote. Antes estaban a diecisiete metros, ahora son diez. Fue ahí que cuando vi al frente y detuve la carreta. Nos rodearon. El otro par se interpuso en nuestro camino. A estas alturas nos encontramos en el mismo lugar, pero con la Gran Bahía a plena vista.

Apreté el volante al ver a un hombre equipado con un arco. Sea quiénes sean estos hombres, pagarán caro por haberse puesto en nuestro camino.

Romani: ¿Q-qué esta pasando? ¿Los conoces?. -Ya comprendiendo un poco mejor la situación, se acercó asustada buscando mi protección-

El volante que Cremia creó tiene simples funciones; cuando es movido hacía adelante, dependiendo de que tan arriba sea, acelera. Moverlo hacía abajo provoca el efecto contrario. Está función básica le da la orden a los animales de que tan rápido o despacio van a ir. Con esto en mente, tenía un peligroso plan

Link: Romani, ¿confías en mi?. -la sostuve con todas mis fuerzas-

Romani: ¿Eh? ¿Por qué...?

Link: ¿Confías en mi?. -la interrumpi repitiendo con más firmeza-

Romani: ¡S-sí! ¡Romani confía en ti!

Link: ¡Entonces agárrate!

Moví el volante hasta el fondo y los equinos corrieron a toda prisa contra ellos... contra esos sucios bandidos. Oí a Romani chillar, pero sentí como se agarro a con todas sus fuerzas.

Mientras ellos intentaron apartarse, solté el volante hasta acercarme al borde del asiento y en una maniobra, gracias a mi destreza, junto a una rápida reacción, logré arrebatarles entre sus manos un arco y un carcaj de flechas.

Así empezamos una persecución sobre todo el Campo de Termina. No los veía, pero sé muy bien que vienen por nosotros. Confiando en la inteligencia de Epona y la mula para evitar estamparse contra algo, deje el volante sin conductor y encare a Romani.

Romani: ¡L-link! ¿Quiénes son esos hombres?. -exclamó asustada-

Link: Son bandidos. Nos han estado siguiendo mientras hacíamos nuestras compras. No sé realmente lo que buscan, pero está claro que traman algo muy malo...

Sentí cierta impotencia por verla involucrada por algo que jamás debió ocurrir. Sin embargo, no hay tiempo para lamentarse, es momento de actuar ya.

Link: Romani... Jamás debiste estar envuelta en algo como esto, pero ahora es cuando más te necesito... te necesito más que nunca para vencer a estos tipos y volver a casa a salvo. Sí los dejamos ir serán un problema no sólo para nosotros, sino para nuestro hogar y los habitantes de Termina. -le dije con la intención de inspirarla y vencer su miedo- ¿Puedo contar contigo?. ¿Puedo contar con tu ayuda?.

Su preocupación fue reemplazada cuando sus ojos deslumbró coraje.

Romani: Si los hombres malos atacan a Link y Romani, entonces... ¡También atacaran nuestro rancho! Romani no lo permitirá, ella protegerá su hogar. ¡Puedes contar con Romani! -expresó su valentía y determinación agarrando el arco que robe hace un momento-

Admire dicha valentía, ese coraje que hacía tiempo que no salía, en especial cuando agarro el arco y la cargo lista para disparar sin siquiera pedírselo. Le sonreí totalmente orgulloso y volví las manos al volante para evitar chocar, listo para doblegar el mal.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top