10. Alguien Para Ti

El sol se ocultaba sobre el horizonte con cielos oscuros reemplazando lentamente los pocos rayos del sol anaranjados que advierten el final del carnaval, dando paso a la llegada de una luna menos aterradora y reiniciando una cuenta regresiva invisible para el siguiente en los años venideros.

Romani: ¡Romani lo logró!

Link: Nada mal. Lo hiciste muy bien.

No había notado lo mucho que Romani creció; el año pasado me llegaba al pecho y ahora hasta la barbilla. Ha dado todo un estirón. Me pregunto si llegara a alcanzarme o incluso superarme en altura igual a Cremia quién me supera por dos pulgadas.

Romani: ¡Oh, Link! -me llamó- Romani quiere irse a casa. Está aburrida de tanto jugar.

Link: ¿Segura? ¿No prefieres quedarte hasta la víspera del carnaval? -le pregunté con cierta sorpresa-

Romani: Hmm... -giró hacía la Torre del Reloj antes de volverse- No. Romani quiere volver a casa ¡Ha estás horas se pone oscuro, le da miedo!

A decir verdad preferiría quedarme para conocer por primera vez la víspera del carnaval en lo alto de la torre. Si acompañar a casa a ambas para que estén a salvo significa perderme la víspera, entonces no me importaría hacerlo.

Link: Primero busquemos a tu hermana para ver si esta de acuerdo. No podemos irnos sin ella. -le dije señalando la posada, pues ahí la vimos por última vez-

Una vez dicho eso fuímos hasta allí. Fue una caminata muy corta, apenas unos segundos. Mas fuímos tomados por sopresa cuando la puerta se abrió derrepente por nadie más que Cremia. Esto hubiese sido algo normal, de no ser por su expresión; parecía estar con el ceño fruncido. Yo conocía esa mirada. Seguro se topo con la madre de Anju o Madame Aroma.

Cremia: ¿Qué hacen ustedes dos aqui? -pregunto, confirmando mis sospechas por su tono de voz molesta-

Link: ¿Está todo bien, Cremia? -le dije calmado, quizá para aliviar un poco su enfado-

Respiró hondo para hacerlo.

Cremia: Lo siento... Sólo estoy cansada. Eso es todo. --Su tono anteriormente molesta ahora parecía triste-

Romani: ¿Qué sucede, hermana? -claramente estaba preocupada, incluso se acercó para hacerle compañía-

No sé que habrá sucedido ahí adentro. Lamento no haber estado a su lado para ayudarla, saber que puede contar conmigo.

Cremia: Todo está bien, hermana. No hay porqué preocuparse. -le dijo procediendo a abrazarla-

Noté a Cremia volverse a mi y sonreirme, gesto el cuál devolví. Romani se dio cuenta y no se quedo atrás, enseñando los dientes.

Cremia: Oye, Link -me llamó- ¿Quieres acompañarme al Bar Lácteo?

Link: Suena bien -acepte

Romani: ¡¿Romani puede ir también?! -exclamó emocionada-

Cremia: ¡No Romani! Tienes totalmente prohibido siquiera acercarte ahí. Te lo he dicho tantas veces... -la regaño-

Romani: Aww... ¡Pero le dijiste a Romani que ya es una adulta! -empezó un berrinche inflando sus mejillas, provocando un puchero-.

Intente aguantar un poco la risa ante sus gestos, resultaba hilarante ver a Cremia regañarla igual a una madre mientras Romani actúa así.

Cremia: Pues con esa actitud no lo pareces. -dijo por fín cruzando los brazos-

Romani: ¡Malvada! ¿Y qué hará Romani entonces? ¡No la dejes sola! -le dijo en voz alta muy disgustada-

Fue entonces que Cremia, seguramente esperando una solución más sencilla, volvió en mi para decirme:

Cremia: Link, ¿y tus amigos?.

Link: Se fueron a comprar un pastel al sur de la ciudad. -le respondí-

Cremia: Ve con ellos, anda. Volveremos por ti después. Procura ir con cuidado.

Nos dio la espalda disgustada, sin mediar palabra, y apresurada fue a la entrada del lado sur que se ubicaba a un lado de la posada. Tampoco dije nada, tan solo me límite a seguir a Cremia al Bar Lácteo mientras esquivaba a la muchedumbre.

Pese a estar de acuerdo en prohibirle la entrada a un bar en general a Romani, jamás sería tan duro con ella.

Hmm... quizá Cremia le está dando simple disciplina y sea yo quién no sabe como educar a un menor. Definitivamente no me haré el experto diciéndole como criarla, no desde la última vez... jamás pensé que se lo tomaría tan personal.

Nos detuvimos en la entrada y me precipite hacía adelante para abrirla, ofreciéndole a mi acompañante entrar primero.

Cremia: Muchas gracias, Link. -me agradeció junto a una sonrisa-

Le devolví el gesto y cerré la puerta detrás de mi.

Incluso estando afuera, el local se encontraba a tope de gente este día; con dos o más personas sentadas en una misma mesa o sobre la barra. Aparentemente todos esperaban algo en el escenario, pues la gente tenían sus miradas atentas a dicho lugar mientras platicaban entre ellos y, cómo era de esperarse, bebiendo Reserva Romani.

Bajamos las largas escaleras y mientras más bajaba, más cosas lograba ver: encontré dichoso al Señor Barten por la clientela que le pedían más bebidas en sus botellas vacías sin gota alguna que beber, las meseras eran todas mujeres quiénes usaban la Careta Romani e iban y venían de una mesa a la otra no sólo para darles bebidas sino que también comida. Hombres y mujeres adultos parecían pasarla bien, llegué a ver que una mesera acepto sentarse junto a un hombre mientras esté la rodeaba con su brazo. No sabía que eso estaba permitido. Después de todo, sólo vengo aquí a entregar leche y beber muy contadas veces.

Cremia: ¡Link! -la escuché llamarme, desviando mi curiosidad- Vamos a sentarnos aquí.

Me indicó una mesa vacía, la cuál me parecía extraño que lo estuviese teniendo en cuenta a la gente y también que habían otras de pie esperando a que otros se levantaran y tomasen sus lugares por ellos. Seguro la reservo previó a venir o fue mera suerte.

Link: ¡Ya voy! -hablé en voz alta para hacerme notar entre el ruido-

Tome asiento después de ella mientras descubría mi rostro, mirándola por si tenía algo que contarme, la cuál fue una idea acertada.

Cremia: ¿Qué te parece ver el bar tan lleno, Link? El Bar Lácteo siempre está así durante el carnaval, las ganancias se elevan por las nubes como en ningún otro día y eso significa que tanto el bar como nosotros salimos ganando un montón de rupias y manteniendo la popularidad del rancho. -me explicó dibujando su gran sonrisa en un tono orgulloso-

Link: Ya veo, eso explica porqué el Señor Barten y tú parecen tan felices. Parece que todo el esfuerzo de un año entero por fín rinde sus frutos gracias a todos.

Cremia: ¡Exacto! -asintió satisfecha con mi comentario- Por eso hay que dar siempre lo mejor y esforzarse al máximo, pues la recompensa a un trabajo duro es mayor. Sin embargo, cada uno de nosotros debe dar su parte del trato o sino el fracaso de uno será el fracaso de todos. Afortunadamente algo así jamás ha sucedido y sé que no lo hará el año entrante.

Era sorprendente e interesante escuchar a Cremia hablar así; por esta y otras razones actuaba como una verdadera dueña de un rancho. Diré algo para no dejarme comentarios para mi mismo:

Link: Supongo que si Romani aprende a trabajar y usando igual de bien ese arco, seguramente se volvería una gran dueña igual que hermana mayor.

Las elogie a ambas, en especial a Cremia, para hacerla sentir más orgullosa. No obstante, pese a que aún mantenía una sonrisa no tan extendida como la anterior, sus ojos parecían caídos y se mantuvo callada por un rato.

Oh, Diosas, espero no haber dicho algo malo.

Link: Uhm... ¿Cremia? ¿Dije algo malo?. -expresé mi preocupación-

Cremia: ¡Oh! -reaccionó y volvió a verme- Lo siento, es solo que... -hubo otro silencio- Ay, Romani... a su edad nuestro padre paso a mejor vida por una grave enfermedad y tuve que hacerme cargo del rancho, cuidarla y criar a mi hermana al mismo yo sola. A duras penas lograba que el rancho cumpliera con la expectativas... -pese a estar melancólica, mantuvo su sonrisa y no aparentaba estar lo suficientemente triste como para borrarla-

Ahí supe que ahora podría apoyarla como debí haberlo hecho hace unos minutos atrás. Ahora no estaba sola.

Link: Cremia... Sabes que puedes contar siempre conmigo y Romani, jamás has estado sola, mucho menos ahora. -intenté simpatizar mirándola a los ojos-

Aún así parecía que no era necesario tal acto de compasión, pues se volvió a mi sin mostrar pesar, ni una pizca de ello.

Cremia: Tranquilo, Link, no fue tu culpa. Tuve tiempo de sobra para soportarlo y ahora lo he superado. No te perjudiques por eso algo que no has hecho, estoy bien. -dijo aclarando la situación tranquilamente-

Aveces me parecía admirable, en general, ver a alguien hablar sobre un tema tan delicado como ese, me hacía pensar que tienen la suficiente madurez o fuerza mental para afrontar algo tan fácilmente y seguir adelante sin problemas. Ojalá pudiera ser igual.

Mesera: ¡Cremia!.

Yo levante la mirada y ella se dio la vuelta; resultaba ser una de las tantas meseras del bar. Concluí que ambas ya se conocen.

Cremia: ¡Hola, Mirene! ¿Cómo te va está noche?. -la saludo, revelando su nombre en el proceso-

Mirene: ¡Genial! He estado esperando esté día desde que fuí contratada -expresó su alegría. Entonces, su mirada se fijo en mi- ¿Y quién es el afortunado?.

Yo la saludé con la mano sin decir nada para no interferir en su conversión. Aunque me confundí cuando ella dijo "afortunado".

Cremia: Su nombre es Link, es un amigo y trabajador del rancho -me presento- Puedo decir con seguridad que es alguien muy confiable, incluso mi mejor trabajador.

Me sorprendí al oír sus elogios, hacían que mis ánimos subiesen y ciertamente sentía vergüenza. Cremia... prometo no decepcionarte nunca.

Mirene: Oh, parece que esté puede ser tu primer cliente, Cremia. ¡Y encima es un chico jóven y muy guapo! Qué envidia deben sentir las demás.

Link: ¿Eh?.

Cremia: ¡¿Cómo te atreves a decir tal barbaridad?! -le levanto la voz enfadada- He dicho cientos de veces que no estoy interesada hacer eso... Así que te pido dejar ese tema en esté instante.

Yo volví a estar muy confundido y no entendía de que hablaban. Eso si, me gusto como se refirió a mi Identifiqué ese tono similar a cuando nos regaña a Romani y a mi. Algo que me provoco cierta gracia.

Mirene: Vaya, lo siento -intento disculparse dando un paso atrás- Disculpa por haberlos molestarlos. Sólo había venido a darles esto por parte del Señor Barten. Con permiso.

Se apresuro en dejar sobre la mesa dos botellas de Reserva Romani, retirándose a toda prisa.

Link: ¡Gracias! -le agradecí antes de irse- ¿De qué estaban hablando?. -pregunté para aclarar mis dudas-

Cremia: Oh, no es nada... Habló sobre cierto servicio del cuál no tengo pensado hablar. -me dijo ya más calmada-

Nuestra plática sobre cualquier tema que se nos viniese a la mente continuó con normalidad. Todavía no estoy acostumbrado ha estar con tanta gente en un solo lugar, era una sensación extraña. Por fortuna, contaba con alguien cercano para encajar.

Las luces del local se apagaron para darle paso a una serie de aplausos y silbidos dedicados para aquél escenario con el telón abajo, sus farolas son la única fuente de luz presente. Allí entendí que el espectáculo está por comenzar. Los clientes rugieron exaltados e impacientes por el espectáculo que tanto han añorado. Las expectativas parecían altas, después de todos, han esperado un año entero por este entretenimiento, lo normal seria comportarse acorde la situación.

No obstante, Cremia parecía pensativa más que expectante, seguro supervisando la obra. Al notar esto, hizo una seña para indicar que todo está bien y apuntó al escenario para que mi atención estuviese allá.

Se abrió el telón, revelando los autores de la obra: Era la antigua banda del legendario guitarrista Mikau el Zora, los Indigo-Go's conformados por Evan el líder de la banda, Japas el bajista, Tijo el baterista, Lulú la cantante y también fue la amante del guitarrista. Sin embargo, había un quinto y nuevo integrante en la banda: un niño Zora quién hacía el reemplazo de Mikau.

Justo ahí, viéndolo con detenimiento, me sobre salté del asiento al ver la viva imagen de su predecesor y su madre. ¿Será posible? ¿Es posible que ese niño Zora sea la descendencia de Lulú y Mikau? Cuando cumplí la promesa de salvar esos huevos en nombre del guitarrista, jamás supe que sucedio con los pequeños. Ahora que lo pienso, jamás supe que fue de los Indigo-Go's tras salvar Termina, ni tampoco consideré como habrán sido las cosas para ellos sin el miembro más importante de su banda.

Inclusive cuando la banda tocaba la canción "La Balada del Pez del Viento", estuve pensando también en la vida de Darmani, el héroe Goron y Bootle, el niño Deku. Todos me concedieron su poder y sus formas físicas. Al tocar la Canción de la Curación para darles la paz eterna que sus almas en pena merecían, confiaron sus vidas y depositaron sus esperanzas en mi, pero con ello abandonaron sus vidas, famílias, amigos y estatus en sus respectivas sociedades.

Excepto el pequeño Bootle... Lamento con pesar su ida a este mundo; un niño perdido que terminó siendo asesinado injustamente en lo profundo de un bosque oscuro y hostil. Siento miedo, desesperación y dolor al usar su máscara, pues eso sintió aquél pobre niño previó al conocer su muerte. Majora... ojalá hayas sido quemado hasta las cenizas.

Salí de mi melancólico trance para escuchar a Lulú cantando al son de la música que apenas iba a terminar.

-

"Oh sueño, por favor no me dejes despertar
Así lo deseas, y sin embargo
Un sueño tiene que terminar algún día
Tal es el destino del tiempo

Incluso si todo desaparece como el viento
Nadaré en el cielo de tus recuerdos
Incluso después de que te hayas despertado
El sueño siempre estará en tu corazón."

-

Las luces se encendieron y el público felicitó a la banda lanzando un fuerte rugido. Incluso ciertas personas eufóricas se levantaron de sus asientos para aplaudir con desmedida, locura y pasión. Basado en lo poco que escuché, aquel niño Zora no decepcionó para nada; el talento de su fallecido padre fue heredado en él, lo que confirmaba aún más mis sospechosas sobre sus posibles padres. Hasta ahora noté el estilo propio que tenía su guitarra, teniendo usando algas como si fuesen cuerdas, entre otras cosas.

En cuánto a Lulú... Diosas... Esa voz tan celestial que te calma el alma me llego al corazón y que esa letra haya sido cantada por ella con esa voz tan entrenada y los tonos que alcanzaba con está lo hacían único. En cierto modo, siento mucha nostalgia al recordar en Malon; nadie supera su bello cantar. Incluso Epona lo sabe. Daría hasta lo imposible por oírla cantar otra vez.

Cremia: ¿Qué te pareció, Link? Los Indigo-Go's volvieron para estrenar a su nuevo integrante -rompió el silencio entre nosotros- Para ser honesta, me preocupaba que algo malo sucedería. Por fortuna, al final no fue para tanto.

Link: Bueno, Cremia... -comencé a decir- Sé que para ti es una prioridad que todo vaya bien en este negocio, pero tal vez deberías relajarte un poco -le dije siendo sincero- Estamos en el Carnaval del Tiempo, ¿por qué no te tomas un respiro?.

Ha Cremia se le cambió la cara al expresar mi opinión, ahora parecía estar sorprendida.

Cremia: Oh... ¿Crees que me estoy tomando este negocio demasiado en serio?. -me preguntó preocupada-

Link: ¡No! Está bien que lo hagas, pero también tomate un descanso, tampoco te exigas demasiado. -le dije intentando aclarar mi punto-

Cremia: Ay, Link... Qué considerado de tu parte -dijo aparentemente tratando de relajarse- ¿Sabes qué? Tienes razón -Agarró la Reserva Romani que nos dejo la mesera hace rato- ¿Qué tal un brindis?.

Link: ¿Un... brindis?. -le pregunté confundido. No conocía esa palabra-

Cremia: ¿No sabes lo que significa? Es el momento de una celebración, en el que los invitados levantan y entrechocan las copas, generalmente se dan una expresión de buenos deseos o felicitaciones. -me dio una breve explicación la cual pude entender-

Link: ¡Oh! ¡Ya veo!. -me expresé fascinado-

Resultaba excitante conocer cosas nuevas. Era la primera vez que hacía un "Brindis", así que me limite en imitar las acciones de Cremia. Con esto en mente, tome mi botella y esperaba a que me enseñase como hacerlo.

Link: ¿Y porque vamos ha brindiear?. -ni siquiera sabía si ese termino existía, pero lo dije igual-

Cremia: -soltó una carcajada al oirme- Se dice "brindar" Link -aclaro entre pequeñas risas- ¡Por un año más próspero!.

Link: ¡Por un año más próspero. -repetí-

Procedió a levantar su botella al aire y lo acercó un poco para indicarme lo que hay que hacer. Levanté el mío y ambos chocamos con delicadeza nuestras botellas. Ahí no termino la cosa, pues Cremia acabo por destapar su botella y no dudo en beberlo, acto que, por supuesto, yo imite.

Ese sabor era inconfundible... Claramente era leche, pero había algo... un ingrediente extra el cuál le daba un toque fuerte, amortiguado por la susodicha leche que ofrecía una probada más dulce. Al terminar, solte un gran suspiro para respirar. Justo ahí lo sentí...

Cremia: ¿Te ha gustado, Link?.

Link: ¡Sí! -le respondí contento- Pocas veces me atrevo a beber Reserva Romani y acabo olvidando lo bueno que está.

¡La Reserva Romani me hizo sentir como nuevo al restaurar mi Poder Mágico! No sólo eso, sino que también lo sobrecargo y la sensación era extravagante. ¡Es como si estuviese parado toda mi vida y acabase de sentarme!.

Entonces, nuestra pequeña paz fue interrumpida cuando un hombre de aspecto hostil y ropas andrajosas apareció.

Cliente: Buenas noches, preciosa -le habló a Cremia- Te he estado observando desde hace rato, ¿y si mejor me acompaña a beber un trago solo tú y yo?.

Ese hombre se puso entre yo y Cremia para separarnos y encima me dio la espalda. Vi claras sus intenciones, no pude evitar enfadarme por tal acto tan descarado; seducir ha mi acompañante como si nada.

No obstante, asomándose entre la silueta del sujeto, su expresión era de total indiferencia. Es más, ni siquiera lo miraba, su vista estaba en otra dirección para demostrarle su poco interés en él. La reacción del hombre fue algo predecible:

Cliente: ¡Te estoy hablando, mujer! ¡¿Cómo se te ocurre ignorar una invitación tan educada?!.

Inmediatamente me levanté del asiento para confrontarlo. Además, ¿esa es su idea de una invitación? Qué incivilizado.

Link: ¡Oye, tú! -le grité tomandolo del hombro para que me la cara- Si no quiere problemas mejor lárgate de aquí, nadie tiene puede hablarle así a mi señora. -dije refiriéndome a Cremia y listo por si ocurria una pelea-

Cliente: -Él me devolvió su agarre; poniéndose de frente y sujetando mi camiseta por el cuello- Escuchame mocoso, largate tú primero si no quieres que te rompa esa carota tuya. ¿Acaso sabes quién soy yo? ¿Sabes el problema en el que te puedes meter?.

Link: No.

Ningún momento mostré temor mientras lo veía directo a sus ojos encendidos en furia en conjunto con sus amenazas, amenazas que ignoraba y aparentemente lo enfadó aun más.

La seriedad que yo presumía se esfumó para dar paso a la confusión, pues súbitamente Cremia se levantó del asiento para aproximarse. Él se dio cuenta y no tardó en regalarme una sonrisa arrogante.

Cliente: ¡Ja! Parece que tu chica prefiere estar con un hombre de verdad. -me dijo con un aire presuntuoso-

Lentamente una mano, a simple vista delicada, fue alzada mientras formaba una firme palma que superaba al hombre. En mi incredulidad supe que, sin ser yo la víctima, iba a doler.

Cliente: ¿Eh? ¿Qué estás...?

Un estruendoso "Clap" fue hecho por Cremia... resulta ser que le dio una bofetada, seguido por los gritos de dolor que soltó su víctima, llenaron el bar entero. Incluso algunos, por no decir todos, en el bar se giraron para ver lo que sucedía.

Cliente: ¡¡AHHHHH!! ¡M-mi cara...! ¡Me arde! -gritó mientras su cuerpo tocaba el piso y se retorcia en absoluto dolor-

Era imposible no verlo: la bofetada le dejo marcado una mano roja que le recorría desde la parte inferior de su mejilla hasta la sien. Ahora me doy cuenta que llamarlo bofetada era quedarse corto, ¡fue un manotazo!.

Yo era un espectador más mientras veía boquiabierto, totalmente atónito ante la situación y sin saber que hacer. Cremia, otra vez usando esa expresión indiferente, fue para pinzarle la oreja, hubo un agarre firme, preciso e incluso, sin darle crédito a esto último, elegante.

Cliente: ¡S-sueltame maldita loca! -sus palabras eran súplicas más que amenazas-

Su respuesta fue un paso hacía adelante y luego otro, terminando por tropezar junto a las escaleras y subir por el escalón de aquella larga escalera que fácilmente superaba los diez o quince escalones. Rebotaba en cada paso, asegurando una terrible humillación. Ahora comprendí que estaba siendo echado del bar a la manera de Cremia.

En todo ese trayecto confió únicamente en su dedo índice y el pulgar, en ningún momento su agarre fue interrumpido ni tampoco necesitó más dedos para subirlo hasta la cima. Abrió la puerta del bar usando el brazo que se mantuvo libre hasta el final, y terminó por fín con ese problemático cliente al lanzarlo fuera, cerrando la puerta tras de inmediato.

No sabía en que pensar, creí que yo mantendría el orden y nos libraria de él, pero estaba equivocado; esa mujer paciente, amable y educada que velo siempre en su seguridad no le dio más vueltas al asunto y se deshizo del problema inmediatamente sin ayuda.

Apenas me di cuenta que ya la tenía en frente. Fue ahí cuando por fín cambió su expresión a la que portaba previó al sujeto; una sonrisa agradable y un aura tranquila. Quizá eso fue lo más aterrador para mi. Sabía que Cremia podía enojarse, pero esto ya es otro nivel.

Juro sentir cierto sudor frío bajando por mi frente. Recordaré hablar con Romani sobre esto para reír o temer.

Cremia: Qué incivilizado, ¿no lo crees, Link? -dijo sin más, sentándose para darle un trago a su botella-

Link: ¡Ah! -por fín reaccione- Yo... había pensado justo lo mismo hace rato -le comenté con cierta inseguridad-

Cremia: Oh, vamos, no te pongas así por eso. Ven a sentarte -habló suave, seguro para tranquilizarme-

Hice caso y me senté otra vez a su lado. El ambiente era extraño, pues no sabía como reaccionar luego de lo acontecido. En serio, estaba entre agarrar la botella para beber Reserva Romani, platicar con Cremia, seguir observando el entorno o que mi cerebro sea atacado por la melancolía... no sé, simplemente no lo sabía.

Me incomodaba mucho la manera en como ella trato al tipo, ni siquiera yo llegaría a tanto. Simplemente no parecía ser lo correcto.

Cremia: ¿Pasa algo, Link?

Link: No, no es nada. Estoy bien -le dije sintiendo una rara sensación en el interior-

Yo también agarre mi botella y la bebí, quería sentir ese éxtasis, volver a sentirme bien. No fue suficiente con esa botella, necesitaba más, así que le pedí a una mesera otra. Bebí hasta dejarla vacía también y... nada... No me sentía bien, tampoco mal, ¿pero por qué?.

Ugh, ¿acaso...? ¿Estoy empezando ha el doble? Por un momento creí ver dos señores Barten. Tampoco lograba... concentrarme del todo en un mismo objeto o persona; causaba fatiga hasta cansarme los ojos. Y por si no fuera poco, también tenía sueño... mucho sueño. Acosté la cabeza apoyado sobre la mesa, utilizando mis brazos igual ha una almohada, para descansar y tener más energías.

Mas el pequeño descanso fue interrumpido al sentir un empujón sobre el hombro, volviéndome aún fatigado.

Cremia: ¿Estás bien? Podemos irnos a casa si quieres. -me dijo mostrando su preocupación-

Link: ¿Eh...? No... Sólo estoy algo cansado... -apenas pude decir-

Cremia: Oh, Link... Te bebiste las dos Reservas Romani completas, ¿verdad?.

La vergüenza no me permitió pronunciar palabra alguna, simplemente emiti un penoso gemido, el cuál dejaba en claro ese sentimiento.

Una suave mano acarició mi espalda. Ese toqueteo logró darme el alivió que la bebida no ofrecio. Una... "paz cálida" estimulante que ya no recibía tanto de su parte desde que volví a ser un adulto.

Me volví para verla torpemente.

Link: Te preocupas demasiado por nosotros como una madre, a pesar de que Romani es tu hermana y yo un simple trabajador. -le dije asomando la mirada entre mis brazos-

Cremia: ¡Claro que me preocupo! -exclamó- Y no te hagas de menos, tu compañía aquí es agradable. Te parecerá extraño, pero haces que todos se sientan seguros al estar junto a ti

Otra vez palabras que motivaron mi alma. Mi cabeza es un revoltijo de imágenes, ideas, preguntas, palabras y cosas que no pude expresar en su momento y quedaron grabadas por siempre, dejándome con la duda de "¿Qué tal si... hubiera hecho ESTO en aquél momento?" Ahora puedo liberar esa pesada carga un poco. Si no se lo digo ahora, no tendré otra oportunidad más nunca.

Link: ¿Puedo decirte algo? Es importante -le dije mirándola a los ojos y seguro de mis palabras, pues tenía claro mis intenciones-

Cremia: Puedes decirme cualquier cosa, aquí estoy

Link: ¿Recuerdas cuándo nos conocimos hace cinco años? -seguí con normalidad, mirándola- Yo las ayude ha ustedes mientras conocía estás nuevas tierras lejos de casa. Para hacerla corta; al ayudarte con mis apenas doce años me diste algo que contadas veces me dieron otros: afecto, me abrazaste. Puede sonar ridículo pero... -por poco pedí la compostura- en aquél entonces necesitaba que incluso un extraño me regalase su bondad como agradecimiento.

Al terminar de hablar, Cremia parecía conmocionada por lo dicho. Yo casi inmediatamente sentí como mi mente parecía estar más despejada, como si me quitase un gran peso de encima. Entonces volvió en si e hizo algo inesperado: se levanto del asiento y extendió los brazos.

Cremia: Ven aquí.

Ahora me tocó a mi estar estupefacto ante su nueva invitación. ¿En serio... quiere abrazarme? ¿Acaso ella concluyó que eso necesitaba en este momento? La idea era tentadora, imposible de rechazar.

Cremia: Ven aquí, Link. No hagas esperar a una dama.

Su voz tan maternal endulzaron mis oídos y estos le dijeron a mi cerebro, a mi mente, a todo mi ser que todo está bien. Así lo hice. Fuí sin prisa ha dejarme caer sobre sus brazos. Nuestros cuerpos chocaron y entonces sus brazos, con especial cuidado con mis armas y un sincero cariño me rodearon.

El usual palpiteo rápido en mi corazón, el cuál me obligaba siempre a estar alerta por algún ataque enemigo resultado por los innumerables peligros a los que fuí expuesto bebé, ha sido calmado.

Su agarre firme, suave, resultó reconfortante. Dejé reposar la cabeza sobre su hombro izquierdo, acurrucado que movía involuntariamente por su respiración. Mis brazos respondieron al poco rato para devolverle el abrazo que en su momento no pude dar la primera vez.

Cremia: ¿Ya te sientes mejor, Link?. -pregunto su arrulladora voz mientras una mano frotaba mi espalda-

Link: Sí... mucho... mejor...

•△
△ ▲

Link: Hmm... ¿Dónde estoy...? -dije somnoliento-

Desperté extrañamente relajado, sin preocupaciones y con la mente despejada. ¿Pero qué es este lugar?.

Tome asiento sobre una... una cama. ¡Espera! ¡Reconozco este lugar! Estoy en una habitación, pero no es mi casa, estoy en una habitación de la Posada del Puchero, pude reconocerlo gracias ha que dormí aquí antes. Yo estaba en la cama junto a la puerta.

Tome asiento en el borde por... ¡Por lo estúpido que soy! Lo último que recuerdo es haberme dormido sobre Cremia después de abrazarme. Y por lo que veo, me trajo hasta acá. Me di una palmada en la cabeza, las palabras no pueden describir la torpeza que siento justo ahora.

Levante la cabeza impotente y ahí, en la mesita de noche, logré ver algo; me acerqué para examinar y no tarde en darme cuenta que resultó ser una nota con algo escrito, como si me invitase a leerlo.

Extendi mi brazo hacía adelante y tome la nota. Decía lo siguiente:

--

"Link

Te agradezco por cuidar a Romani durante mi ausencia, dijo que fue el mejor Carnaval del Tiempo gracias a ti y tus amigos, en serio gracias, por siempre cuidarla no solo hoy, sino todos estos años. Eres su mayor inspiración, ¿lo sabes? Admito que te envidio en ese aspecto.

Seguro te estarás preguntando que sucedio. Al parecer la Reserva Romani te afecto tanto que te dejo fatigado y caiste en sueños, tuve que llevarte cargando, eres más ligero de lo que aparentas. Bromas aparte. Ha sido una velada encantadora beber y hablar contigo, deberíamos repetirlo algún día.

Sinceramente,
Cremia.

Pd: Para cuando leas esto, seguramente yo y Romani habremos vuelto a casa. De verdad lamento no esperar por ti, espero que nos perdones."

--

Ya veo... Ahora recuerdo que Romani tenía ganas de irse desde hace rato, seguro por eso se fueron. Aun así hubiese preferido acompañarles para verlas llegar al rancho seguras. Por lo menos estoy más tranquilo.

Baje de la cama y fuí por mi equipamiento que hallé en la otra cama. Vaya... incluso se tomó la molestia de organizarlo todo, con la espada lista para ser empuñada y el Escudo Espejo dispuesto a parar cualquier ataque, e incluso presumian en limpieza. Qué considerada. Espero no se haya cortado con la hoja de mi espada.

Salí un tanto apresurado hasta bajar por las escaleras de la posada. Noté que Anju no estaba en la recepción, mas no le tome mucha importancia a algo que no me incumbe.

Una vez fuera del lugar, soy recibido otra vez por una multitud enmascarada no tan numerosa como antes. Probablemente el carnaval llegará pronto a su clímax. Saqué entre mi bolsillo la Máscara de la Verdad para usarla.

Entonces ahí mismo recordé ha Skull Kid y sus hadas, pensamiento que me hizo sentir más animado y entusiasmado, dando paso en ir a buscarlos.

Así lo hice, primero fuí al lado Sur, pero no los encontré por ahí. Después tome rumbo al lado Oeste, dónde tampoco los encontré. Aquél entusiasmo que sentí hace pocos minutos cuando no vi a ninguno por ningún lado, incluso los volví a buscar en lugares en dónde ya estaba antes, mas sólo era recibido por miradas ajenas que me veían extraño por ir de un lugar a otro. Terminé en medio del lado Norte, por dónde concurrian en su mayoría niños por los juegos y atracciones infantiles distribuidos en tan reducido espacio.

Acabé tirando la toalla y suspire decepcionado... Esto fue una perdida de tiempo, seguro también se fueron sin esperarme.

Espera, ¿acaso esa es...? ¡Sí, allí está! En la entrada al lado Este de encuentra mi antigua compañera, Tatl. Fuí corriendo, volviendo a emocionarme con tan solo verla otra vez.

Link: ¡Tatl! -la llamé hasta que llegué al frente suyo-

Tatl: ¿Link? Cielos amigo, pensé que te marchaste luego de irnos con Skull Kid... o algo así dijo esa niña que siempre va contigo... -dijo incrédula por mi repentina aparición-

Link: Estaba por irme, pero quería...

Tatl: Lo siento, Link -me interrumpió con una voz apresurada- pero nosotros tenemos un carnaval que festejar. ¿Por qué no vuelves con tus propios asuntos?.

Entonces... se fue.

Aquí de pie, mientras veía a Tatl perderse entre la multitud hasta perderla. Extendi la mano en un intento por alcanzarla.

¿Por qué verla marcharse sin un "adiós" es tan familiar?.

Link: No te vayas... -apenas pude pronunciar-

Allí lo sentí... ese hueco en el corazón que se hacía más grande... dolía. Duele mucho, me hacía sentir frágil y afligido. Pude oír mi propia respiración agitarse, y con la máscara puesta, era el doble.

Siempre he sabido que Romani tiene a Cremia y Cremia a Romani. Skull Kid tiene a sus hadas y ellos se tienen el uno al otro. Pero yo soy diferente. Incluso aquí, girando para ver a la muchedumbre, puedo notar que ninguno viene solo, siempre van acompañados por alguien; amigos, amantes, famílias.

Pero yo soy diferente. Soy especial.

He llegado a preguntarme si tendré alguien que me den ganas de volver a encontrar, que me alegré el día con tan sólo pensar en él o ella, pues no tengo a nadie para mi, siendo ya deporsi más egoista.

Aun con los ojos humedos... sonrío. Sonrío, pues pese a no ser recordado nuevamente como un héroe, siempre presencio el amanecer de un nuevo día acompañado por una tierra agradecida, lleno de vida y dicha. Las personas que cambiaron por recibir su segunda oportunidad, personas más unidas y crecer junto a gente con quién pude conectar ya era suficiente. Aveces pienso que mis amigos son amigos compartidos por otros, pero al menos tienen alguien importante para ellos que los hacen felices.

Si no sonrío hoy, no sabre si mañana podre hacerlo de nuevo...

En fin, en general yo también disfrute el Carnaval del Tiempo. Quizá el próximo año vuelva junto ha mis amigos y mi família. Supongo que aquí ya nadie me necesita, volveré a casa.

"¡Ayuda! ¡Por favor, ayudenme!."

Todos mis instintos gritaron en alerta y casi involuntariamente mi cabeza giro por el origen, viendo lo que sucedía: un puesto con premios, aparentemente valiosos por el montón de minerales y joyas preciosas tendidos sobre el pavimento. Me di cuenta que era un robo; una silueta se había echado a correr en dirección contraria al puesto y, asomándose en su mano, varias joyas.

Sin dudarlo ni por un segundo fuí corriendo por ese malhechor para atraparlo. Es hora de ser héroe.

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