Capítulo 6

sus manos recorrían todo mi cuerpo yo soltaba gemidos de placer al sentir sus toques, si era como estar en el cielo, es lo que sentía al ser tocado por esas manos, cuando sus manos estaban a punto de bajarme lo bóxer siento como aquellas manos de aleja

Despertó sudando, sus ojos miraban a todos lados, volteó palmando el lado de su cama, sí, estaba vacía. No es malo tener esa clase de sueño, lo malo es tenerlo 3 veces en una sola noche. Pues sí, ya había tenido ese sueño 3 veces, le estaba dando flojera tener que ir al baño para calmar esas sensaciones; por otro si seguía así podría contraer un resfriado y eso era lo que menos quería, pero no quedaba de otra, así que se levanto de su cama se dirigió al baño, cuando iba abrir la puerta del baño vio como en medio aparecía un portal, con sus reflejos de cazador tomo su arco y apunto su flecha al portal, pero tuvo que bajar su arma al ver esos ojos que tanto amaba; tanto fue el desconcierto que se olvidó que estaba en ropa interior, solo lo noto al darse cuenta como es que el brujo lo miraba.

— ¡Magnus! —exclamo Alec.

—Dime garbancito —dijo el brujo en forma coqueta.

Alec miró fijamente al brujo, sentía que todavía seguía soñando, al pasar los segundos se dio cuenta que no era un sueño, decidió entonces perderse en aquellos ojos ajenos, cuanto había extrañado aquellos ojos. El cazador pasaba su mirada a todas partes del cuerpo de su novio, fue ese pensamiento que le llevó a la realidad, Magnus ya no era su novio y no era correcto que lo llame asiera a Magnus a quien extrañaba, su novio, todavía podría llamarlo así. Un golpe fuerte sintió justo donde se hallaba el corazón; ya no le importaba estar semidesnudo, la vergüenza se perdió, el brujo al ver el dolor en esos ojos azules se  acercó a el, colocó su mano sobre la mejilla del joven.

—Magnus...y...yo —No podía pronunciar palabra alguna—. Perdón —termino diciendo.

—No amor, perdóname tu a mi, te deje solo en ese hotel ... lo siento. —hablo magnus tomando las manos del Alec.

Ambos esbozaron una pequeña sonrisa fue cuando el brujo señaló con su vista la cama.

—¿Crees que un lo siento bastará y terminaré acostándome contigo? —dijo Alec arqueando una ceja.

—Pues garbancito —hablo Magnus apegandose al cuerpo del cazador —. Tu amiguito dice otra cosa.— El ojiazul ante esa mención se puso rojo, cosa que causo que Magnus soltara unas carcajadas.

Alec hizo el primer paso y beso al brujo  con fuerza y mucha pasión. Magnus amaba eso de su chico, el sabia lo tímido que Alec era, pero cuando agarraba confianza era increíble las sensaciones que despertaba dentro de el. La falta de aire les obligó a separase; fue en ese instante que ambos podían ver en sus ojos amor y deseos.

Volvieron a unir sus labios, pero esta ves el brujo empujaba al cazador hacia atrás Alec cayo sobre la cama. Las manos Magnus recorrían el cuerpo del cazador que con cada toque soltaba un gemido.

Al cazador le gustaba que su novio tomara el control, pero en ocasiones a el le encantaba hacerlo también y esa ocasión era hoy. Sin previo aviso giro a ponerse encima de Magnus quien solo sonrió ante el hecho.

—Me parece injusto que yo no tenga ropa y tu si.

—¿Qué esperas, Alexander? Tu puedes hacer que desaparezca.

Y eso hizo, el ojiazul comenzó a sacar la ropa del cuerpo de su novio. Al terminar de hacer ese trabajo empezó a besar el pecho de su amado, amaba escuchar los sonidos que salían de la boca de Magnus.

—Alex...Alexan...der

—Lo se...

El cazador se quitó su ropa interior, se ubicó en la entrada de su novio y entró en el de manera delicada; bajo la luna llena de esa noche los dos amantes se demostraron una vez más el amor que se tenían.

—Eso fue...

—Maravilloso —completo Alexander.

—Exacto.—Ambos se besaron y juntaron sus manos.

Ya más calmados comenzaron hablar y el primero en hacerlo fue el cazador

—Por cierto, ¿cómo supiste que estaba aquí?

—Tu padre me dijo dónde estabas.

Alec abrió la boca del asombro.

—¡Mi padre! —grito por el asombro.

—Si garbancito, el hizo eso —Magnus le miró a los ojos—. Alexander tu padre te ama y quiere lo mejor para ti.

—Lo se, solo quisiera que me lo dijera.

—El amor mi querido Alexander, se demuestra de diferentes maneras y no solo con palabras.

Alec tomo el mentón de Magnus para besarlo.

—Ahora si tengo ganas de... dormir —bostezo.

—Entonces hazlo, yo velare tus sueños.

Alec coloco su cabeza sobre el pecho desnudo de su novio y poco a poco cerró los ojos, entregándose así a los brazos de morfeo.

*******

New York

Robert Ligthwood con su típica personalidad seria esbozo una pequeña sonrisa al ver el rostro de la enviada de la clave; quien tenía una mirada de enojo dirigida al mayor.

—Esto no se quedará así señor Ligthwood—dijo la rubia golpeando la puerta del despacho del cazador.

Cuando la puerta se cerró las risas no pudieron faltar dentro de despacho. Esas risas provenían de los cazadores.

—Nunca me voy a olvidar de esa expresión —dijo Jace.

—Parecía que iba explotar —comento Izzy.

Robert ante tanto escándalo lanzó una mirada severa al grupo, quienes pararon de reír.

Izzy se acercó a su padre y lo abrazo.

—Gracias —le dijo y acto seguido le dio un beso en la mejilla.

En si todo el grupo estaba agradecido con el cazador mayor, pues nunca imaginaron que este ayudara al brujo.

—Como parabatai de Alec, también te doy las gracias —hablo el rubio.

—Es mi hijo, no deberían agradecer eso. Ahora solo debemos esperar que ese brujo consiga las pruebas que demuestren su inocencia.

—Eso va estar algo difícil, ya que Klaus lo acusa directamente —dijo Clary.

—Esto se parece a una película policíaca—todos miraron de manera extraña a Simón —.Se que es extraño, pero lo digo enserio, en esa película el protagonista era involucrado en un crimen.

—Espera.. ¿estás queriendo decir que le pusieron una trampa?

—Sí, eso mismo —contesto Simón.

—Pero Alec no tiene enemigos, de Magnus puedo creer eso, pero Alec, no el no.

Todos se quedaron pensando, hasta que Clary habló.

—Se de alguien que odia con todas sus fuerzas a Alec y quiere verlo lejos de  Magnus —dijo mirando a todos fijamente .

—¿Quién? —pregunto Jace.

—Asmodeos —dijo la peliroja.

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