Capítulo 4
Edom, día en que despertó Klaus.
— Señor, he cumplido con lo que me ha mandado - dijo de rodillas ante su amo.
— No esperaba menos de ti, Draco — dijo dejando su copa de vino a un lado.
El tal Draco era un demonio y sirviente de Asmodeos, quien era padre de Magnus.
— Usted sabe que estoy para servirle, amo.
— Lo se, pero lo que deseo saber es si ha funcionado mi plan.
— No lo sé ,mi señor . Pero mi informante me ha dicho que la clave está detrás de su hijo.
— La clave no me interesa, lo que me importa a mi es saber si sus amigos, lo creen culpable.
— Bueno señor, los hijos de ángel no son para nada tontos, pero hemos sembrado la semilla de la duda en ellos, es solo cuestión de tiempo de que le pierdan la confianza, señor.
— Tienes mucha razón, pero no me gusta esperar pero no puedo hacer más, podrían sospechar y todo se arruinaría.
— En eso está en lo correcto señor, ¿algo más que se le ofrezca?
— No, por ahora nada. Puedes irte — y tal como mando el padre de Magnus, su sirviente le dejó solo.
******
El día del ataque.
Magnus se encontraba preparándose para salir, su destino el lejano tokyo; iba ir aquella ciudad porque se acercaba su fecha de aniversario y quería hacerle una linda sorpresa a su cazador favorito; pero cuando se disponía abrir el portal sintió como la atmósfera cambió, el ambiente se puso tenso, frío; fue cuando escuchó aquella voz, esa voz que le dejaba sin habla.
— Pa - Padre — dijo con voz temblorosa.
— Magnus, hijo mío. Me alegra verte y por lo visto no esta el niño angel contigo.
— No, pero me alegro que no esté presente y a todo esto, ¿qué es lo que buscas? — trato de no demostrar miedo.
— No recuerdo haberte educado así, Magnus.
— Te recuerdo que no me enseñaste modales, padre — hablo con enojo.
— Al parecer no te agrada mi visita.
— Digamos padre, que no estás en mi lista de personas favoritas — había mucho sarcasmo en la forma de hablar del brujo.
— Bueno si no estás feliz de ver a tu padre, espero que para mi si lo estés — Draco apareció en escena.
— ¿Tu? Pero pensé que habías...
— ¿Muerto?, pues déjame decirte que no querido, estoy vivo — lo dijo mostrando una amplia sonrisa maléfica.
Magnus sabía que estos dos tramaban algo, pero no sabia que ¿qué? Pero lo que si sabia que no era nada bueno. Así que comenzó a retroceder lentamente, claro esta sin dejar de mirar a sus "visitas".
Cuando sintió que no podía retroceder más llevo sus ambas manos hacia su espalda, de las cuales comenzó a formarse bolas de energía, pero su padre no era tonto y antes que Magnus diese su golpe el lo hizo o mejor dicho Draco. Sin capacidad de reacción nuestro brujo se encontraba en el suelo inconsciente; eso ayudó a Draco para llevarlo hasta la cama, una vez puesto ahí coloco su mano en la frente del brujo y como si se tratara de magia Draco tomo la apariencia de Magnus.
— ¡Excelente! — exclamó Asmodeos.
— Le dije señor que todo saldría bien — lo dijo mientras se miraba al espejo.
En realidad el sirviente del demonio mayor odiaba a Magnus, le causaba repulsión; asco es lo que sentía al verse en el espejo, pero debía fingir para no terminar en el vacío.
— Ahora solo debes hacer un gran espectáculo.
— No hace falta que lo diga. Les daré a esos cazadores un show digno de ver, si me permite señor tengo una función que presentar — el demonio mayor asintió y Draco desapareció.
Asmodeos para asegurarse que su plan saliera como el esperaba le borró los recuerdos de los últimos instantes, acabando de hacer eso se fue.
Draco que era un ser que le gustaba llamar la atencion decidió que para llevar a cabo su obra maestra, como el llamaba el encargo de su amo; así que escogió como sede una fabrica abandonada de la ciudad. Como todo obra de teatro requiere sus personajes, claro que a ellos debía invocarlos para eso dibujo un pentagrama; invoco a Look, un demonio para nada débil cuyo veneno era más potente que el de los otros demonios.
Después de veinte minutos de espera llegaron sus protagonistas de su historia, tres nefelim, dos varones y una mujer que a simple vista se veían muy jóvenes.
— Pobre, no saben lo que les espera — hablo el demonio con una sonrisa siniestra.
Vio que los cazadores se separaron los dos hombres se quedaron en la planta baja la mujer subió las escaleras, ya tenía a su primera víctima; su plan era enfrentarse con ella cara a cara pero al final decidió que Look se enfrentaria a ella.
Mary subió a la segunda planta para ella está era su tercera misión en grupo, tenía poco de haber salido de la academia su edad diecisiete años; como lo habia aprendido en la escuela ando por los pasillos con sumo cuidado. El demonio Look apareció frente a ella que no espero nada para irse en contra del demonio; despues de varios minutos la cazadora logró su objectivo, mató al demonio ahora se disponía avisar a sus compañeros cuando de pronto un viento fuerte la hizo golpearse contra la pared de manera rápida se puso de pie pero una fuerza invisible no la dejaba moverse pero no acabo ahí pues un ser salió de las sombras, ese era Draco quien tenía la apariencia del brujo.
— ¡¿Tu?! —dijo muy sorprendida — ¿qué haces aquí? — pregunto pero no tuvo respuesta alguna, siguió con su interrogatorio pues no sabía que hacía el gran brujo de Brooklyn en aquella fabrica pero lo asocio con el director seguro fue el señor Alec quien envió a su novio —.¿El te mando? — pero seguía sin recibir respuesta a sus preguntas.
Todo empeoró cuando sintio ambas manos del brujo sobre su cuello, quien apretaba fuerte su agarre. La cazadora cayó en cuenta que fue el brujo quien invocó al demonio aún teniendo las manos del supuestamente Magnus Bane pudo preguntar por última vez.
— Fuistes tu el que invoco al demonio, ¿cierto?.
Pero al igual de sus otras preguntas no recibió respuesta; lo que sí recibió fue un puñal en el estómago que le hizo gritar de dolor. Ella atraves de los audífonos que conectaban al intercomunicador escucho la voz de Jace quien ordenaba a sus compañeros a ir por su rescate, rescate que nunca llegó pues recibió varios puñales en el estómago con una espada cubierta de veneno que la termino matando.
A los pocos segundos llegaron los otros cazadores con quienes decidió divertirse un rato; de los tres nefelim que habían llegado sólo quedaba uno y ese era Klaus. El joven nefelim tenía su cuerpo cubierto de cortes se encontraba en suelo, sin arma en mano; Draco quien fingía ser Magnus lo levantó del cuello, el cazador esperaba el ataque final de su atacante pero nunca llegó en cambio le dijo.
— No te mataré, al contrario te dejaré vivir para mueras en vida por el hecho de no haber salvado a tu querido parabatai — diciendo esto golpeo la cabeza del cazador contra la pared y lo dejo caer.
Para culpar aún más al brujo de la manga de su casaca saco un botón de color dorado y lo puso en la mano de Klaus. Draco sin remordimiento dejo los cuerpos; para aparecer en la casa del brujo que seguía inconsciente, se acercó a el y con un tronar de dedos hizo un cambio de ropa con Magnus su tarea ya estaba realizada, solo faltaba que creyeran el truco.
Sin más desapareció del loft del subterráneo quien despertó unos minutos después sin entender como se había quedado dormido, miró la hora y al ver que su novio no llegaba decidió ir al instituto iniciando su marcha.
******
En Rusia.
La feliz pareja se encontraba todavía en el hostel disfrutando de su último encuentro íntimo, se preparaban para iniciar otra sesión cuando, sonó el celular del cazador que gruñó de enojo, así que con mala gana contesto su celular no sin antes ver el identificador.
— Jace, solo espero que se importante tu llamada — dijo Alec en tono molesto.
— Si con importante te refieres que no teje tener sexo con tu brujo me alegra saber eso, querido parabatai — hablo en tono despectivo.
— ¿Algo sucede, cierto? — pregunta el ojiazul.
— Si, pero no son buenas noticias. Klaus ha despertado y ha declarado que Magnus fue su atacante.
— ¡¿Qué?! — grito fuertemente cosa que hizo que Magnus se sentara en la cama —. Eso no puede ser, estas mintiendo.
— No solo eso, Alec — Jace miro en todas direcciones y continuó hablando —. La clave quiere cortar cabeza; ¿sabes lo que eso significa?.
— Si, que una vez que pise el instituto me mandan a la ciudad de hueso y a Magnus al Gard — el brujo también se sorprendió ante lo que decía su novio.
— Exacto...— el rubio vio caminar algunos cazadores por su el pasillo y por algunos segundos —. Siento si me quede callado, hay muchos buitres a la vista.
— Entiendo, por favor continua.
— No tengo más que decirte solo que tengas mucho cuidado, hermano y si desean venir aquí — refiriéndose al instituto — debe ser con pruebas, eso es todo de mi parte, debo volver a escena, te quiero.
— Yo igual y Jace muchas gracias — la llamada termino.
Al finalizar la llamada el cazador de ojos azules se quedó callado cosa que llenó de mucha preocupación a Magnus quien colocó su mano sobre la de su novio que inmediatamente fue removida por Alec, que le miró a los ojos fijamente.
— Magnus, por favor dime la verdad yo te voy apoyar — el brujo le miraba perplejo no podía creer lo que escuchaba —. Seguro esos chicos hicieron algo que te obligo...
— ¡¡Alexander!! — exclamo el brujo quien se levantó de la cama —. Piensas que fui yo, ¿cierto?.
Alec también hizo lo mismo.
— Lo siento, pero te puedo ayudar tal vez podamos conseguir un abogado — lagrimas empezaron a correr por las mejillas del brujo cosa que hizo que el cazador correr a su lado pero fue apartado.
Lo último de vio el ojiazul fue eso las lágrimas del que era su novio, Magnus se había ido.
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