Capítulo 2
Siento la demora de verdad, pero aquí les traigo el capítulo.
Había pasado tres días desde el incidente de la fábrica, donde murieron dos jóvenes cazadores y Alec estaba muy preocupado además desesperado, uno porque su querido parabatai estaba como loco queriendo encontrar al culpable del horrendo ataque; se sabía que el atacante era alguien conocido, por lo que se pudo escuchar ese día por el intercomunicador y segundo era que la clave también se había metido en el asunto para eso mandaron a Lydia Branwell, quien iba en representación de la clave y tercero no menos importante no ha podido ver a Magnus en estos días, todo porque la tal Lydia dispuso restricciones en todos los cazadores.
Lo que la cazadora dijo :
Por órdenes de la clave, ningún subterráneo podrá estar en el instituto si no es llamado o si sea necesario su servicio.
Para reforzar que no haya contacto con los subterráneos, ninguno de los cazadores que viven en el instituto podrán salir si no tienen una autorización.
Esa era la razón por la que el ojiazul no ha podido ver a su novio durante estos tres días los cuales se estaban volviendo un calvario.
Ahora el cazador se encontraba en su cuarto cuando escuchó que tocaban la puerta; el no quería abrir pero la mujer detrás de la puerta no se iba a rendir.
— ¿Puedo pasar? — pregunto Izzy
— Pero si ya estás dentro, hermanita — dijo Alec que tenía los brazos cruzados .
— Alec, por favor no te enojes conmigo, que no puedas ver a tu sexy brujo no significa que estés de amargado — hablo Izzy haciendo un puchero.
— ¿Quién está amargado? — pregunto Jace entrando a la habitación de su parabatai.
— Alec — dijo la pelinegra .
—¿Por qué? — volvió a preguntar el rubio.
— Todo es porque no puede ver a su sexy brujo.. — Yzzy iba continuar pero el grito de su hermano mayor le hizo quedarse callada.
— ¡¡Ya basta!! — grito el cazador —. No estoy enojado por eso.
La pelinegra lo miró con las manos en la cintura y el rubio lo miro alzando una ceja y cruzando de brazos.
— Esta bien, puede ser que sea por eso — dijo Alec
Sus hermanos le miraron otra vez.
— Alec — dijeron juntos.
— Ok, si es por eso ¿contentos? — admitió el ojiazul.
Isabella río por el triunfo, ya que era difícil que su hermano admitiera sus emociones con ella. Pero esa pequeña sonrisa se borro cuando el rubio de su hermano hablo.
— No puedo creer que la clave sospeche de todos los subterráneos —dijo Jace —. Sobre todo poner esas tontas restricciones.
— A ustedes dos no les afecta eso, en cambio a mi si — Alec se sentó rendido en su cama.
Izzy vio la tristeza que reflejaba el rostro de su hermano así que no dudo en acercarse a él, la cazadora se sentó a su lado y le tomó de la mano.
— Alec — el mencionado miro a su hermana y se puso más triste al ver esos ojos que reflejaban dolor.
— Isabella, no debes ponerte así ni tu Jace a ustedes no les afecta nada, solo a mi, más bien deberían estar con sus parejas y no conmigo.
Claro que eso era verdad tanto como Jace y Izzy sus respectivas parejas eran shadowhunters, si Simón ya se había graduado como cazador hace un par de meses y Clary era su parabatai .
— No te sientas mal Alec, ya pronto se solucionará todo y será como antes — dijo la cazadora que pasaba su mano por el cabello de su hermano.
— Si, tienes razón — comento Alec, quien forzó una sonrisa.
— Perdón que arruine el momento, pero Alec recuerda que tenemos que ir a ese lugar.
—Si, vamos hermano — el ojiazul se levantó de su cama.
— ¿A donde? — pregunto Izzy.
— Al hospital — contestó el rubio.
— Pero Alec está..
— No te preocupes hermana, yo estaré bien además es mi deber como director del Instituto.
Diciendo esto los dos parabatai salieron de la habitación.
*******
Había pasado tres días y el joven Klaus quien fue el unico sobreviviente del brutal ataque no había despertado; los hermanos silenciosos no podían hacer nada, dijeron que estaba en estado de coma, solo se debía esperar que despierte por si solo .
El par de parabatais habían llegaron a la enfermería y vieron que nada había cambiado, Klaus seguía en el mismo estado cosa que ponía triste a los dos cazadores sobre todo al rubio quien no dejaba de ver al joven cazador, el ojiazul se dio cuenta de ello.
— ¿Qué pasa, Jace? — pregunto Alec.
— Crees que se recupere, se que es joven y fuerte, pero perdió a su parabatai y cuando despierte y no lo vea va ser duro.
— Si, se que es difícil pero estoy seguro que saldrá adelante — lo dijo dando golpes suaves en la espalda del rubio, ambos sonrieron.
En eso la puerta de la enfermería se abrió y de ella apareció, Lydia.
— Hasta que por le encuentro, señor Ligthwood — dijo la cazadora.
— Se puede saber para que —dijo Alec en un tono no tan feliz .
— Debería estar feliz señor Ligthwood, la clave ha decidido que necesitamos la ayuda de un brujo para ver a ese cazador — señaló a klaus — pensaba que podría ser tu novio, pero claro con algunas condiciones.
Alec le sorprendió lo mencionado por la enviada de la clave, pero no dudo en preguntar.
—¿Cuáles condiciones? — pregunto Alec.
— Pues mientras que su novio esté en el instituto usted no estará presente.
Alec la miró con cara de pocos amigos.
— Eso es muy cruel. Ustedes no saben lo que mi hermano sufre por no poder ver a su novio y ustedes salen con eso — hablo Jace molesto.
— Pero todavía no he terminado de hablar señores — Lydia se paro frente al ojiazul y con una sonrisa continuo hablando —. Lo que iba a decir es que usted no va estar presente cuando su novio esté porque estará conmigo en el departamento de comparten, tengo órdenes de inspeccionar su casa.
Jace y Alec compartieron miradas para luego mirar a la rubia.
— ¿Qué? No, no puede ser verdad.
— No miento señor Ligthwood, yo solo cumplo las órdenes, usted puede ver si no me cree — le tendió su mano en la cual sostenía un par de hojas, Alec no dudo en tomarlas.
El cazador de ojos azules comenzó a leer y si la mujer decía la verdad, la clave había dado las órdenes.
— Esto es increíble, todos sabemos Magnus no estaría involucrado en todo esto.
— Eso no sabe aún por eso estamos investigando, además usted mismo vio el pentagrama en el suelo de la fabrica, señor Herondale.
Jace le lanzo una mirada de desprecio.
— Bueno, la clave pierde el tiempo, no voy hacer lo que me pide
— Si no lo hace señor Ligthwood, iremos por las malas es mejor que acepte o es ¿qué tiene miedo?.
— Claro que no — dijo muy seguro el cazador.
— Entonces entonces que estamos esperando, tome el teléfono y llame a su novio el brujo.
Alec saco su celular y marco a su novio.
— Alo, Magnus; si, soy yo tengo algo que decirte...
*********
Alec se encontraba en la habitación que compartía con su novio pero no como el quería, pero estando ahí se había dado cuenta de como había extrañado cada rincón de la alcoba; si fuera por el se quedaría oliendo las almohadas de la cama, eso es lo que desearía ser si no fuera porque dos hombres se encontraban revisando las cosas de su novio, cosa que le molestaba mucho.
En eso entró Lydia a la habitación, uno de aquellos uniformados le dijo al verla.
— Señorita Branwell no hemos encontrado nada que lo vincule con el ataque.
Tampoco lo van a encontrar, pensó Alec.
La cazadora al ver que sus subyugados no pidieron encontrar nada, pregunto si ya habían revisado toda la habitación y la respuesta que recibió fue que solo faltaba el clóset; entonces camino hasta posicionarse frente la puerta pero antes de abrir la puerta miro a Alexander como pidiendo permiso, este hizo un gesto de afirmación, como diciendo adelante; la cazadora no perdió tiempo y comenzó la revisión. Lo que molesto al cazador fue que dejara todo en el suelo, pero lo que no entendía es como en un ropero tan pequeño cavia tantas cosas.
Meter todo eso será muy pesado, se dijo así mismo.
Pero con cada prenda que veía no podía evitar recordar como muchas veces sus manos ayudaba a desaparecer esas mismas prendas del cuerpo de su novio, sabia por si mismo que ahora estaba rojo de la vergüenza por tales recuerdos, pero todo termino cuando escucho la voz de la tal Lydia.
— Lo sabia, lo sabia —repetía la mujer
— ¿Qué? — pregunto Alec
— Observa esta casaca, señor Ligthwood — le dijo mostrando la prenda de color guinda y detalles dorados. La mujer no perdió el tiempo y se la dio al cazador que no entendía el porqué de todo eso.
— Se está preguntando que tiene de especial esa casaca que sostiene ¿por qué no mira mejor esta imagen? ¿qué puede ver esa imagen?
Alec tomo el papel y efectivamente era un imagen de un botón dorado, pero seguía sin entender.
— Ahora observe con detalle los adornos que tiene al casaca — Alec hizo caso comenzó a mirar la prenda cuando observo los detalles del brazo se dio cuenta que los botones que tenia de adorno era igual a la de la imagen de había visto.
— Como se ha dado cuenta señor Ligthwood la prenda con el botón coinciden entre si.
— Si, pero esto ¿que tiene que ver con el ataque?
— Esa es una respuesta muy fácil de contestar señor, ese botón fue encontrado por su parabatai, Jace Herondale en la mano del cazador de sombras de nombre Klaus, ese día del ataque.
Alec quedó boquiabierto sin decir una sola palabra, miraba la imagen y la chaqueta, no había dudas, eran lo mismo.
— No estarás queriendo decir que Magnus es el culpable ¿cierto?.
— Eso mismo señor Ligthwood, todo esto fue una trampa para poder registrar la casa de este brujo.
Alec estaba furioso pues le había sido engañado.
— Es una...
— Con cuidado señor Alexander, no olvide que soy enviada de la clave y eso significa tenerme respeto.
Lo siguiente que hizo la mujer fue sacar su teléfono y marcar todo eso a la vista del cazador, quien no sabía que hacer al respeto.
—George tramita una orden de aprensión encontra de Magnus Bane, el gran brujo de Brooklyn — lo dijo mirando al ojiazul que estaba en shock.
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