Capítulo 12
“Si quieres que no le pase nada a su amigo es mejor que vengan a la celda"
Cuando Dean escuchó estas palabras, su cuerpo tembló por completo, pero
como de costumbre, trató de ocultar el miedo que estaba sintiendo. Sam,
que estaba a su lado, se dio cuenta; él sabía que el carácter de su hermano
era así, además se había percatado de los sentimientos que este tenía con respecto al ángel.
Sam:
“Mi hermano piensa que no me he dado cuenta que le pasa algo; si estando
en estas circunstancias no es capaz de confiarme eso a pesar de haber
pasado por tanto… Por el momento estamos caminando hacia las celdas
como dijo Lucifer; ese maldito parece que nunca nos dejará en paz. Primero
intenta poseerme y ahora secuestra a Cas, no sé lo que pueda estar
planeando, pero sí, sé que es algo grave y mi querido hermano ha ayudado,
claro, movido por los celos; aunque me haya dicho que no, yo sé que eran
celos. Me contó que Lucifer lo citó y que le mostró esas imágenes; eso de que
sintiera celos no me escandaliza; lo que si me pareció muy malo es que le
diera el hechizo de posesión angelical; ese hechizo permite a cualquier
demonio poseer a una criatura celestial o sea, a un ángel. La cuestión aquí es
para qué necesita un cuerpo angelical; por eso me molesté con él, ahora
ayuda que no estemos solos aquí, sino junto con esos brujos y la hermana de
Alec; este último tenía razón, este camino está lleno de demonios y no es tan
fácil llegar allí; es un camino con muchos peligros y debemos estar atentos,
solo espero que podamos salir vivos de aquí todos".
Dean.
“No es de esperarse que mi "hermanito" esté molesto conmigo, si le conté lo
que pasó con Lucifer y cómo le di el hechizo de posesión angelical. Sé que no
fue una gran idea; pero estaba celoso, voy a admitirlo, estaba muy celoso; celoso de ver a mi Cas besarse con otro fue muy difícil para mí. Si, ya sé que no justifica lo que hice, puede ser que haya metido la pata en eso y ahora Castiel esté en peligro; es por eso que estoy aquí, ahora lo que me importa en este momento es que mi hermano me vuelva hablar, ahora está ignorándome y hasta habla con ese vampiro y la hermana de Alec, que es por cierto hermosa, y esos disque brujos; solo acepto porque ellos ya han estado aquí.
Casa principal de Asmodeos:
─Veo que ya están aquí queridos cazadores ─se dirigió a ellos en tono
sarcástico el demonio mayor.
─Dejemos los rodeos para después, ¿qué quieres para soltar a Magnus, maldito? ─le preguntó el ojiazul.
─Alec, no creo que sea la manera de hablar con tu suegro ─dijo Simón.
─Mi hermano le puede hablar a cualquiera de esa manera, niño ─le
respondió Jace a Simón.
─Tú...Te recuerdo muchacho ─El papá del brujo miro fijamente a Simón. ─Tú te sacrificaste por esos dos—Refiriéndose a la vez anterior, cuando Simón perdió sus recuerdos.
─Es un honor o eso creo, que me recuerde ─dijo Simón quien miraba cómo Alec y Jace le lanzaban una mirada no muy agradable.
─Bueno, dejemos toda esta tontería y dime demonio ¿qué deseas? ─le volvió
a preguntar Alec al demonio mayor.
─Veo que no tienes buenos modales muchacho; si es así, yo te enseñaré
algunos ─diciendo eso, Asmodeos los levantó y expulsó con fuerza lanzado por los aires a los tres cazadores. Alec se golpeó la espalda al chocar con una
pared, Simón cayó al suelo, Jace también cayó junto a Simón, los tres se pusieron de pie, se miraron y empezaron a atacar rodearon al demonio. Alec fue quien atacó primero; no logró hacerle ningún daño a este, después fue el turno de Simón, pero no funcionó, y ahora Jace se lanzó al ataque, pero el demonio lo cogió de su pierna y lo lanzó por los aires.
Al ver eso, Alec utilizó su velocidad y atrapó a Jace y evitar que se golpeara
con el piso; Simón no se quedó atrás, de nuevo atacó al demonio quien esta vez pudo incrustarle su daga. Al ver que fue herido, Asmodeos soltó un grito que asustó a los tres mientras Simón se alejaba de él; este le miró con furia,
Simón retrocedió y chocó con la pared, pensó que estaba perdido, cerró sus ojos y la imagen de una sexy mujer de pelo negro con hermosos ojos pasó por su mente, sin querer sonrió. El demonio al ver eso dijo:
─¿A ver cuánto te dura la risa?—comento el príncipe.
Cuando estaba a punto de agarrar a Simón, sintió algo incrustarse en su
espalda, volteó y vio Alec sujetando su arco y supo que era una flecha; eso
solo aumentó su ira, dejó a Simón y se lanzó ahora hacia el cazador.
─ ¡¡¡Ahora no te tendré piedad maldito!!! ─le dijo con furia el demonio al
Alec; este solo tragó saliva y empezó a retroceder.
En las celdas.
Magnus y Cas escucharon los ruidos que hacían los demonios que custodiaban las celdas, eso significaba que Lucifer tenía razón, sus amigos estaban aquí; eso lleno de alegría a ambos que no dudaron en abrazarse por la felicidad que sentían en ese momento. Además, Cas estaba más que feliz que nunca, ya que sabía que sus
Dean junto a su hermano estaban ahí también. Cuando sintieron la puerta abrirse se separaron pero sin soltarse, mirando fijamente en dirección a la puerta. Cuando los ojos azules de Cas se encontraron con esos ojos que tanto
extrañó sonrió:
─ ¡Dean, viniste! ─dijo muy feliz.
─ ¡Si Cas, he venido! ─dijo no muy contento por encontrar al ángel con esa
persona que supuso era el novio de Alec. Dean miraba fijamente a Magnus y
este lo notó y se alejó por completo del ángel.
Mientras tanto, Sam se ría ante los celos muy obvios de su hermano. Magnus
por su parte, se acercó a los brujos que reconoció, eran sus amigos, se conocían desde hacía 300 años; se abrazaron y una voz que él conocía bien interrumpió el abrazo, se trataba de Izzy quien le estiró los brazos.
─ ¡Cuñado!, ¡te he extrañado mucho!, no sabes lo preocupado que estaba Alec.
─Y hablando de mi garbancito ─dijo Magnus mirando a todos lados ─¿Dónde está el?
─Bueno Magnus... ehhh Alec... está ─decía Izzy nerviosa.
Magnus notó esto y no le gustó.
—Solo dime que no fue solo a pelear con mi padre ─dijo poniendo sus manos
en la cintura.
─ ¿Magnus, verdad?—Se acercó el rubio al brujo ─tu novio exactamente está en este momento con tu padre y ahora si mejor nos vamos podremos ayudarlo.
Magnus al escuchar eso no dudo en salir corriendo. Izzy lanzó una mirada de enojó a Dean y salió tras el brujo; los dos brujos también lo hicieron. Mientras eso
ocurría, Dean pudo sentir que alguien lo miraba lleno de furia, así que volteó
y vio al ojiazul mirándolo fijamente, volteó en dirección a su hermano y este le miraba igual que Cas; tanto Sam como Cas salieron dejando a Dean solo en la celda.
─ ¿Y ahora qué fue lo que hice? ─se cuestionó el mismo.
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