Capítulo 6
La jornada escolar que tuve que sobrevivir hasta que llegó la hora del almuerzo, tenía el mismo patrón en cada clase: Chris me dejaba en mi salón, así la gente no me acosaba con preguntas en los pasillos, pero eso no evitaba que lo hicieran en clase, yo a todos les decía más o menos lo mismo y luego, cuando la lección se terminaba y el timbre sonaba, Chris aparecía nuevamente para llevarme a mi siguiente clase.
—No iré al comedor, estaré en la biblioteca — le hice saber a mi vigía cuando apareció con su grandiosa idea de que comiéramos juntos, me dijo que sus amigos sobrevivirían a un almuerzo sin él, pero aun así yo tenía otros planes.
—Entonces te acompañaré ahí — dejó saber gustoso, como si la biblioteca fuese su lugar preferido.
—Haré tarea y no sé si eres capaz de pasar más de treinta minutos en silencio — expliqué —. Ni siquiera creo que seas capaz de pasar más de cinco — bromeé.
Chris se rio y luego me dio la razón.
—Entonces te buscaré antes de que finalice el almuerzo.
Le dije que estaba bien porque ya me había quedado claro que aun si me negaba, él igual lo haría.
Chris Riquelme me dejó sola en la biblioteca y yo me fui directa a recepción, donde pasé mi tarjeta de estudiante y pedí una computadora.
En la escuela, teníamos algo llamado Biografía estudiantil, una plataforma similar a Wikipedia pero limitada a los estudiantes. La Biografía no tenía mucha información personal y tampoco hablaba de historiales académicos, pero como era una sección a cargo de los alumnos pertenecientes al club de Periodismo, sí que estaba plagada de noticias y chismes relevantes para el cuerpo estudiantil, y a diferencia de Confiesalotodo, toda información que aparecía era previamente confirmada por el dueño de la Biografía, para que fuera verídico y cero intrusivo.
Había biografías como la mía, que no decían la gran cosa más allá de que era la dueña de Confiesalotodo y que en primer año gané un concurso de ciencias. Pero había otras, especialmente la de los alumnos polémicos y populares, que prácticamente narraban vidas completas y detalladas.
Esperaba que la Biografía de Missy Crawford dijera la gran cosa, porque necesitaba tener más información antes de empezar a hacer conjeturas.
Luego de hablar con Tim y luego de que tanto él como Chris me dijeran que no confiara en ellos respectivamente, tomé la decisión de que realmente tenían razón.
No podía confiar en ninguno de los dos.
Tim Stevens era el exnovio más reciente de Missy Crawford y eso lo sabía toda la escuela.
Chris Riquelme, por su parte, era alguien que tenía algo que ver con ella.
¿Qué cosa? Para eso necesitaba leer la Biografía de los tres, pero especialmente la de Missy, porque ella era partidaria de actualizar constantemente su Biografía estudiantil y siempre estaba con los chicos de Periodismo contándoles nuevas anécdotas y odiseas personales que la mantuvieran como la más buscada en la sección.
Además, con la pequeña escena matutina entre Tim y Chris, llegué a la conclusión de que el drama dominguero que se había desarrollado en Confiesalotodo, podía tener mucho de cierto. Y es que la noche antes de que todo esto comenzara, nueve usuarios distintos habían dejado confesiones en torno a esos tres, confesiones que giraban alrededor de un solo tema: Tim y Chris se pelearon en la cafetería del centro (la única cafetería de Redmund) luego de que Tim encontrara a Missy con Chris, comiendo amenamente.
Yo no podía confirmar ni negar nada y tampoco había sido tan valiente o metiche como para preguntarle a Chris al respecto, principalmente porque no iba por ahí preguntando a cada persona de la que se hablaba en mi sitio si los rumores sobre ella eran o no ciertos, aunque tampoco lo había hecho porque mi mente estaba más concentrada en un asesino y menos en un triángulo amoroso.
Pero ahora la perspectiva había cambiado, porque ¿qué tal que este triángulo amoroso era el motivo del asesinato?
Un escalofrío recorrió toda mi espalda y de pronto quise irme, pero ni siquiera había empezado a hacer lo que había venido a hacer y quería respuestas.
Abrí el sitio escolar y comencé con ello.
Búsqueda: Missy Crawford.
RESULTADO: 1.
Leí rápidamente todo lo que estaba escrito en el archivo de Missy.
No encontré nada relevante hasta que leí su último año.
Según la penúltima actualización, había tenido meses intensos de Septiembre a Enero. Un periodo que la había vuelto aún más mencionada por los pasillos y aún más buscada por el sitio escolar.
En Septiembre, a finales del mes, se le vinculó sentimentalmente con Charlie Becket, el amigo de Travis. Eso casi hizo que me fuera hacia atrás en mi silla. "¿Cómo Missy Crawford terminó involucrada con ese chico?" pensé. Missy no era clasista y tampoco despreciaba a las personas, de la misma manera Charlie no era feo; pero lo extraño de la situación radicaba en que ella solía salir únicamente con chicos exageradamente guapos, muy populares y excesivamente ricos, características con las que el amigo de los Fletcher no cumplía, pues él era más promedio.
En un cuaderno que llevaba conmigo, comencé a hacer un listado de cosas que debía hacer para desenmarañar todo el misterio que me rodeaba, empecé escribiendo que debía hablar con Charlie.
Seguí leyendo y descubrí que en Octubre, poco antes de Halloween, un novio universitario que Missy solía tener la agredió físicamente y eso generó una ruptura muy mencionada en el cuerpo estudiantil.
Ese suceso sí lo recordaba, porque un día Missy llegó con un gran moretón en el brazo y otro en la comisura de su boca, al principio, recuerdo que todos rumoraban que ella se había caído en la caminadora que tenía en su casa, pero para después del almuerzo, el rumor ya se trataba de una agresión física de su, en aquel entonces, novio. Y a pesar de que su novio no era parte de nuestra escuela, cuando rompieron, todo el mundo lo supo, porque Missy fue elegida para dar un gran discurso frente al alumnado sobre cómo las mujeres no podían ser violentadas, haciendo un gran énfasis en que si alguien sufría de abuso físico (o de cualquier tipo) debía dejar la relación y buscar ayuda.
Más adelante en su biografía, contaban también que en la cena de Acción de Gracias que daban sus padres, la cual era un enorme festín para sus más allegados del pueblo, ella jamás apareció. Pero no porque algo malo le hubiera pasado, sino porque ella y Tim aprovecharon que los padres de ambos estarían en la celebración para escabullirse juntos. Eso de escabullirse, a nadie le constaba (porque esto fue escrito en Confiesalotodo y no la Biografía estudiantil), pero era casi seguro que algo ocurrió entre ellos porque a la mañana siguiente, ellos ya eran una pareja. Lo anunciaron en todas las redes sociales y, consecuentemente, todos se enteraron.
Los siguientes meses, todo estuvo bien, hasta que a mediados de Enero se popularizó su ruptura, luego de que la anunciaran en Facebook y luego de que el mismo Tim escribiera en su Twitter que Missy Crawford era una fácil. Sin embargo, lo verdaderamente impresionante de este último hecho era que, extrañamente, la historia concluía con Chris Riquelme, pues Tim Stevens rompió todo vínculo de amistad con él, tanto en redes sociales como en la vida real.
Y además estaban los chismes sobre ellos tres en Confiesalotodo.
Anoté otra cosa por hacer en mi lista: averiguar si Chris era un daño colateral de todo lo que ocurría o si por el contrario era un sospechoso.
En otra hoja, comencé a numerar sospechosos, basándome en la información que estaba leyendo y en lo que ya sabía, y unas nauseas me inundaron cuando me di cuenta de que conocía a las personas que había numerado.
Charlie Becket, Tim Stevens y Chris Riquelme se veían ante mis ojos igual de sospechosos, pero el último me dolió más.
¿Y si él era culpable de algo y su actitud amigable era solo para despistarme?
Tomé todas mis cosas rápidamente cuando mi estómago amenazó con hacerme una mala jugada, corrí al baño de la biblioteca y mientras daba arcadas sin llegar a vomitar, escuché una voz femenina.
—La vi entrar aquí — dijo.
—Gracias, jovencita — habló una voz adulta y masculina.
Hubo un silencio minúsculo y luego otra arcada por mi parte.
—¿Está todo bien ahí dentro? — preguntó la voz de una mujer, una que no sonaba familiar.
Me esforcé por parar aquello y dije "mhmm", pero el sonido de sus pasos marchándose jamás llegó, por el contrario, el hombre tomó la palabra.
—¿Es usted Greta?
Al escucharlo llamándome por mi nombre, una alarma se activó en mi cabeza y eso hizo que mis arcadas se detuvieran, comencé a sudar y luego de tomar papel para limpiarme el rostro, me puse de pie, jurando que en menos de una hora tendría fiebre y necesitaría ir al doctor.
Abrí la puerta y los vi, un hombre rondando sus cuarenta con un traje que no parecía costoso y una mujer al menos diez años más joven, también en traje formal. Ambos tenían un arma a la altura de su cintura y ambos portaban placas policiacas.
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