Capítulo 4


Mi cerebro se debatía entre seguir pensando que aquello era una broma y aceptar finalmente la posibilidad de que alguien realmente había cometido un asesinato. Como si eso no fuera suficiente, también me decía una y otra vez:

Si alguien cometió un crimen realmente, ese alguien te conoce. Ese alguien podría ser tu amigo.

Un escalofrío me recorrió la espalda y me quedé parada pensando en cómo podía resolver aquello. Sabía que no tenía que hacer nada más que ignorar, pero ¿qué sucedería si me negaba a jugar el juego de chicosiniestro21? O peor aún, ¿qué pasaría si era alguien que en verdad me importaba?

Hice una lista mental de los nombres de mis amigos más cercanos, aquellos que no solo me conocían, sino que también me importaban lo suficiente como para considerar ayudarlos. Solo un nombre vino a mi mente.

Travis Fletcher.

Travis era mi mejor amigo desde que teníamos nueve años, que fue el momento en que su familia llegó a Redmund. Nuestra conexión fue inmediata y nos entendimos tan bien que formamos un lazo de confianza que evolucionó pronto a una amistad verdadera y desinteresada. Travis y yo teníamos muchas cosas en común, pero también muchos gustos opuestos. Y aun en nuestros mejores debates jamás habíamos discutido por nada, porque podíamos no pensar exactamente igual, pero definitivamente nos unía nuestra ideología y nuestros valores.

No, no podía ser él.

Si Travis era mi mejor amigo y yo lo conocía tan bien como creía, él sería todo excepto un asesino. Ni perdiendo todos sus estribos haría algo como eso.

Intenté reacomodar mis ideas, pensar en que estaba sospechando de mi mejor amigo me hizo sentir horrible, afortunadamente ya no tenía más que vomitar, porque de lo contrario, habría terminado junto al váter nuevamente.

De un segundo a otro, un cambio en la pantalla de la computadora me llamó la atención y entonces vi como otro mensaje aparecía en la conversación que tenía abierta.


"@chicosiniestro21:

Gracias por ignorarme. Puedo verte en línea y sé que has leído mi mensaje.

De verdad que no quería que fuera de este modo, pero si es la única solución para mi problema, que así sea.

Ahora si serás capaz de encontrar una solución. ¿No?"


Justo después del mensaje, había un enlace. Dudé algunos segundos antes de decidirme a abrirlo. Ahogué un grito.

El enlace llevaba a una cuenta de Instagram y en ésta había un vídeo. El vídeo era de mi madre durmiendo, estaba oscuro pero claramente se notaba que era ella.

No, definitivamente ese no podía ser mi mejor amigo. Travis era incapaz de jugar con algo tan importante como mi familia, especialmente no con mi madre. Entonces... ¿quién era?

El vídeo no tenía ninguna otra reproducción y tampoco tenía interacciones, el nombre de usuario era el mismo que el de Confiesalotodo y no había seguidores ni seguidos, tampoco foto de perfil o algún otro contenido.

Tenía que contestarle, sabía que tenía que hacerlo.

No quería ayudar a un cretino e involucrarme en su juego, especialmente no a uno que se atrevía a usar a mi madre como amenaza, pero tampoco quería poner a nadie en riesgo.

Así que luego de pensarlo, cuando me calmé y mi corazón dejó de galopar como caballo desbocado, decidí responder al mensaje de chicosiniestro21, todo con la firme intención de resolver las cosas por las buenas.


"@SoporteTecnicoGreta:

Bien, seas quien seas tienes mi atención. ¿Vale?

No estaba ignorándote.

Primero creí que sería la broma pesada de alguien y ahora que he visto que vas enserio, tienes mi completa atención."


Esperé al menos diez minutos, pero no hubo respuesta. Por un momento temí que quienquiera que estuviera del otro lado de todo el asunto ya me hubiera empezado a considerar el enemigo. Pero entonces se abrió una ventana de chat.


Chicosiniestro21: Entonces, ¿me ayudarás?

SoporteTecnicoGreta: Haré todo lo que esté a mi alcance.

Chicosiniestro21: ¿Lo juras?

SoporteTecnicoGreta: Lo juro.

Chicosiniestro21: Bien. Entonces, ¿cómo se supone que empiece? ¿Me deshago del cuerpo?

SoporteTecnicoGreta: Dijiste que fue un accidente, ¿cierto?

Chicosiniestro21: Cierto.

SoporteTecnicoGreta: Si eso es verdad, creo que deberías entregarte. Los homicidios culposos y en defensa propia generalmente fallan en inocencia, así que no tienes nada que temer, sobre todo si es tu primer crimen.


¿De verdad esta persona quería que yo le diera luz verde para deshacerse del cuerpo? ¿Y luego qué? ¿Quería que le dijera también el cómo?

Lo que yo le había sugerido, el entregarse, era mucho menos riesgoso y penado que ocultar evidencia o modificarla, también tenía menos cargos que ser cómplice de un crimen. Si yo le aconsejaba paso a paso cómo hacer para que nadie le descubriera, yo podía ir a la cárcel incluso más tiempo que él. Eso sin contar que si el homicidio no era premeditado y si había sido un accidente, como decía, entonces no tenía casi nada que temer.

Me dije que debía persuadirlo cuanto fuera posible o de lo contrario, aun con el miedo a flor de piel, tendría que ir a la policía y contarles lo que estaba ocurriendo. La policía podía proteger a mi familia de este lunático, ¿no?


Chicosiniestro21: ¿Y qué pasará si no me creen? ¡No quiero ir a la cárcel!

SoporteTecnicoGreta: Ellos van a creerte. Solo tienes que contarles lo que me contaste a mí, tienes que decirles que fue un accidente.

Chicosiniestro21: No sé si quiero hacer eso. Tengo miedo.

SoporteTecnicoGreta: Yo entiendo, pero, de verdad, lo mejor es entregarte.

Chicosiniestro21: No lo sé, Greta. Voy a pensarlo, porque yo realmente creo que lo mejor es deshacerme del cadáver, de la evidencia y ya. Además, tú, con tus conocimientos, podrías guiarme para no dejar rastros.

SoporteTecnicoGreta: Primero piensa lo que te he dicho.

Chicosiniestro21: Lo pensaré. Seguimos en contacto.

SoporteTecnicoGreta: Espera...

SoporteTecnicoGreta: Antes de que te vayas...

SoporteTecnicoGreta: ¿Puedo saber quién ha muerto?

Chicosiniestro21: No lo creo. Lo mejor es que sepas lo menos posible de todo esto. Por tu bien.

Chicosiniestro21 se ha desconectado.


Como una boba, me quedé mirando la pantalla, leyendo su último mensaje una y otra vez. En mi mente no lograba concebir que yo, Greta, hubiera mantenido conversación con un asesino, un asesino que decía no ser culpable pero que no quería entregarse y que en lugar de eso quería encubrir sus huellas. ¿Era lo suficientemente buena como para persuadirlo de hacer lo correcto? ¿Podía lograr que todo saliera bien? ¿Y si esa persona hacía mal las cosas y me llevaba entre sus pies? Ah sí, iría a la cárcel.

Pensé en que ni siquiera sabía a quién ayudaba o quién estaba muerto. No sabía mucho más de lo que sabía al inicio. La única diferencia entre la mañana y la actualidad, era la amenaza que había de por medio y la difusión que estaba teniendo el mensaje de mi perfil.

No quería llegar al día siguiente para tener que ir a la escuela, no quería enfrentar las preguntas de todos.

Me recosté sobre mi cama dejando salir un grito de frustración y entonces mi móvil comenzó a sonar. Casi lo tiro al otro lado de la habitación, pero entonces vi que era un mensaje de mi mejor amigo y me dispuse a leerlo.


"Travis:

¿Apuntarías los deberes de la mañana por mí? Estamos viajando a la casa de playa y no vuelvo hasta el miércoles."


Me sentí derrotada y con ganas de llorar, de un segundo a otro, los ojos comenzaron a escocerme y sentí mi rostro ponerse caliente. Me dije que debía obligarme a estar bien, pero una parte de mí creía que lo que ocurría era demasiado y que la única persona a quien quería contárselo estaba de viaje y no volvería dentro de dos días.

¿Era posible que aguantara dos días?

Porque era más que seguro que todo esto duraría más de dos días.

Aunque quería contarle por mensaje lo que sucedía, no me parecía correcto hacerlo mientras él vacacionaba improvisadamente con su familia, eso sin contar que no era un medio seguro y que, si él era tan inocente como yo lo pensaba, lo menos que quería era involucrarlo. Le respondí que sí a su petición sobre los deberes y apagué mi celular.

—Necesito que vayas a la tienda o cuides al pequeño demonio — dijo mi hermano, abriendo la puerta sin avisar e interrumpiendo mi burbuja personal.

—Iré a la tienda — contesté rápidamente, me negaba a la segunda opción.

Me puse de pie y tomé el billete que Bill tenía en mano, mientras bajaba las escaleras él me decía lo que necesitaba. Para cuando salí a la calle había memorizado la lista.

Caminé hasta el supermercado más cercano a nuestra casa, ya que la tienda se encontraba cerrada, tomé uno de sus carros de autoservicio y me adentré en el lugar en busca del encargo.

En mi cabeza los sucesos de las últimas horas estaban moviéndose con destreza, no podía simplemente ignorarlos porque aparecían y aparecían, cada vez con más fuerza. Me frustraba muchísimo no saber qué era lo que ocurría realmente con el asesinato y toda la situación me ponía muy incómoda, eso sin mencionar que la cuestión con el supuesto admirador secreto no dejaba de ser una pequeña espinita. Aun cuando no protagonizaba mis pensamientos tenía parte de ellos.

Mientras caminaba los pasillos, pensé que tenía que empezar a idear alguna especie de plan de acción que me llevara a obtener respuestas y soluciones. No quería limitarme a ver cómo las cosas sucedían, no quería dejarme atropellar por la bizarra situación que estaba viviendo.

Cuando me acerqué al pasillo de cereales pude ver al fondo, en el último pasillo a Charlie Becket, un amigo de Travis y Francia. Charlie y yo compartíamos dos clases, pero nuestra comunicación era mínima, así que me dije que mientras él no me viera o me saludara, yo tampoco lo haría.

Avancé lentamente para buscar algo más de mi lista y él caminó a prisa en dirección hacia las cajas de cobro. Charlie normalmente era relajado y sonriente, a la gente le caía bien, aun cuando no era tan guapo ni tan genial como Chris, sin embargo, no lucía para nada relajado ni sonriente y por el contrario parecía nervioso. Miraba a todas partes como si no quisiera ser visto y cuando entregó lo que llevaba en las manos, lo hizo con frenetismo. Visualicé lo que llevaba y alcancé a vislumbrarlo todo desde donde me encontraba, escondida detrás de un anaquel. Tenía un paquete de bolsas negras en la mano, un galón de cloro, tres cajas que parecían de fósforos y un paquete de guantes. Ni siquiera dejó que la chica le terminara de decir cuánto era, él simplemente le soltó el dinero, tomó sus cosas y se marchó, dejando a la chica con su cambio en mano.

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