Capítulo 12

Mi última clase antes de tener un receso fue de química y mientras salía del aula para dirigirme a la cafetería, noté que en los pasillos había muchísimos carteles de Missy Crawford, le habían hecho también algunos altares y algunas de sus amigas repartían folletos donde anunciaban que se haría una búsqueda conjunta el fin de semana.

El panfleto que me dieron a mí, me lo entregaron al salir del salón y me pidieron que las acompañara.

—También podemos enviártelo digital y así podrías compartirlo en tus redes sociales — dijo una chica que desconocía pero que sabía que se relacionaba con la desaparecida.

Asentí no muy segura de entender lo que me estaba diciendo, pues yo ni siquiera podía terminar de comprender el incremento de personas en mi Instagram y en Facebook. Sin embargo, si eso podía ser de ayuda para que Missy fuera encontrada, definitivamente quería hacerlo.

Cada hora que pasaba era una hora más en la que ella podía estar en riesgo, claro, sino estaba ya en el mayor de los riesgos: la muerte.

Caminé hasta la cafetería a solas y nadie me detuvo para cuestionarme, tampoco para saber si tenía actualizaciones sobre el caso y me sentí agradecida, en especial porque eso quería decir que ya podía andar sin Chris Riquelme.

Desafortunadamente, esa calma se interrumpió mientras esperaba en la fila para comprar un burrito.

—¿Tú crees que Missy esté realmente desaparecida? — preguntó una chica rubia de grandes ojos verdes, mirándome como si fuésemos intimas amigas de toda la vida.

—¿Tú crees que estaríamos atravesando todo este asunto si no fuera así? — inquirí yo de vuelta, sonando mucho menos empática de lo que pretendía.

—Quizás ella se ha ido a vacacionar por las Bahamas y nosotros estamos aquí de tontos pensando en que ella está en un grave peligro. A lo mejor hasta lo ha hecho a propósito, ¿sabes? Todo este teatro para ganar atención y popularidad. Sus redes sociales han crecido tanto como las tuyas — me explicó mientras se metía una paleta de caramelo a la boca.

—Bien, pero si fuera así, ¿por qué no avisar a sus padres? ¿O al menos a sus amigos?

—Ay por dios, Missy ha sido una dramática desde siempre. Incluso se escapó por dos días hace un par de años — hizo una pausa —. Yo solo digo que no sería la primera vez.

—¿Y me estás diciendo esto a mí porque? — el tono tras mis palabras era un poco sarcástico, pues su repentina conversación estaba desquiciándome y yo ni siquiera la conocía.

—Porque eres la única persona que puede parar toda esta locura, todos creen que tú tienes la respuesta y tal vez deberías dárselas.

—Escucha, no te conozco y tampoco conozco a la mayoría de las personas que se acercan a hacerme preguntas sobre esto, pero si tienes una teoría, llévala a la policía. Al final, son ellos quienes terminarán por descubrir la verdad, no yo. Yo no planeo hacer absolutamente nada.

Y dicho eso, me salí de la fila, perdiendo el total apetito.

Caminé frustrada hacia la salida y cuando estaba por abandonar la cafetería, me tomaron por el brazo. Era Chris y lucía preocupado.

—¿Qué te dijo? — preguntó refiriéndose a la chica de la fila, supuse que había observado la escena con atención.

—Nada, solo quiere información que yo claramente no tengo — contesté de muy mala gana.

—Greta, escucha...

—No, Chris, no quiero escuchar y tampoco quiero estar aquí.

—Bien, entonces vayamos a otro sitio.

—Quiero estar sola.

Me solté de su agarre pero eso no impidió que me siguiera. Caminó conmigo por los pasillos y mientras sentía sus pasos seguirme, me pregunté dónde rayos estaba Travis y por qué nunca aparecía cuando lo necesitaba.

Estaba desesperada y todo lo que quería era gritar, por supuesto, todavía no perdía mi cordura por completo y eso hizo que me contuviera.

Mi celular vibró y al verlo, me frené en seco.

Era chicosiniestro21 contactándome por un mensaje privado de Instagram.

"Perdón por la ausencia, Greta. Supe que la policía te quitó tu sitio y lo lamento. Por fortuna, aún podemos estar en contacto por acá.

Lo he pensado mucho y no quiero entregarme.

Así que tengo una misión para ti."

Había adjuntado una imagen y parecía una especie de anuncio. Tenía un título en el que se leía "la verdad" y debajo había una simulación de un mapa para encontrar un tesoro, con huellas marcando un camino y un punto donde se encontraba la equis. Hasta abajo, había una pregunta que decía "¿lista para descubrirla?".

Debajo de la imagen, el mensaje continuaba.

"Te doy tres días para averiguar qué es lo que está ocurriendo.

¡Buena suerte!"

Y luego de eso, un enlace a un video.

Abrirlo, hizo que ahí mismo, a medio pasillo, enfrente de Chris Riquelme quien me miraba sin decir nada, yo terminara por vomitar bilis.

El video era de mi hermano yendo a la tienda con Tom el día anterior, tomado a la distancia y con un claro mensaje detrás: estoy al pendiente de ti y los que te importan.

Chris atinó a llevarme a la enfermería y avisó a un conserje para que se encargara de mi desastre. Yo me dejé llevar por él porque estaba en shock, pensando en qué podía hacer para terminar con aquello de manera definitiva.

Era el tercer día desde que había recibido el primer mensaje y yo simplemente no podía terminar de verle los pies y la cabeza a todo el asunto.

¿Cómo rayos iba a averiguar lo que ocurría en tres días más? ¿Y qué pasaría si no era capaz de descubrirlo?

La enfermera me tomó la temperatura, me dio un vaso con agua y me auscultó.

—Creo que deberías comer algo y tómate esto — dijo mientras me extendía una pastilla, sin dudarlo, me la tragué.

—¿Puedo volver a clases?

El timbre había sonado y yo no quería que tuvieran que llamar a mi mamá para comentarle que me había sentido mal, especialmente porque la situación del día anterior era muy reciente.

—Pues no tienes fiebre y parece ser que lo que te ha pasado ha sido por estrés o quizá por mala alimentación. Así que te dejaré volver a clases, siempre que me prometas avisar a tus profesores si te sientes mal — sentenció.

Yo asentí y ella me entregó un pase, que justificaba mi llegada tarde a clases, también le dio uno a Chris antes de dejarnos marchar.

Al salir de la enfermería, en lugar de caminar hacia mi siguiente clase, me dirigí a mi casillero. Abrí la puerta, tomé mi mochila y metí los libros, así como los cuadernos que tenía ahí dentro y lo cerré con más fuerza de la que pretendía usar.

—¿Qué haces? — inquirió Riquelme confundido, aun siguiendo todos mis pasos como si se tratara de mi sombra.

—Me voy de aquí — respondí decidida y luego agregué —, sola.

Él me miró confundido y yo comencé a caminar hacia la salida.

No era difícil abandonar el edificio porque no había vigilancia y porque al ser una escuela pública, no contaba con protocolos que impidieran que el alumno se fuera sin la previa autorización de un padre o tutor. Y aunque había mentido para que no llamaran a mi madre, lo cierto es que no quería estar ahí ni un segundo más. Aquella escuela estaba por dejarme calva del estrés, literalmente.

Los pasos que avancé hasta que estuve fuera de la salida, estaban llenos de prisa, de urgencia y de decisión. Sin embargo, detrás de todo eso, había mucho nerviosismo y confusión. Mi mente viajaba en muchas direcciones, pensando en cómo tantas cosas podían ocurrir en el transcurso de un par de horas.

Mi día había empezado con una conversación con Chris, luego Travis apareció y después vino la extraña charla entre Charlie Becket y Francia. Por si eso no me diera suficiente para pensar y preocuparme, también había sido hostigada por una chica que me hizo perder el apetito y terminé en la enfermería, presa de mi pésimo día y de la reaparición de mi tormento anónimo virtual. Quizá para alguien más era cosa de nada, pero para mí, aquello era suficiente por un día.

Me largaba y nadie podía hacer nada para impedírmelo.

Cuando estaba a medio estacionamiento, dispuesta a abandonar aquel lugar a pie, con destino a la seguridad de mi habitación, una mano me tomó y me detuvo.

—Por favor, Greta, déjame llevarte — su voz sonaba suplicante pero no pude pensar en ello, en mi mente, que a cada segundo se esclarecía más, solo estaba una realidad en la que había caído tras unir un par de puntos.

—Escucha, Chris. Aprecio todo esto que haces de procurarme, pero realmente necesito estar sola.

Sus ojos grises me atravesaron pero el instante en que soltó su agarre de mí y asintió, me dejó en claro que, aunque no parecía estar de acuerdo con mi petición, me dejaría ir.

Y mientras más me alejaba de él, abandonándolo estático en el mismo sitio, más tuve la sensación de que las cosas tenían que seguir así por mi bien. Necesitábamos poner distancia, tanta como nuestro pequeño pueblo nos permitiera.

Tenía que alejarme de Chris Riquelme, porque, o él era chicosiniestro21 o lo estaba ayudando y de eso ya no me quedaba ni la menor duda.

No lo deduje inmediatamente, pero mientras los minutos transcurrían en la enfermería, mientras el shock se disminuía y mi compostura se recuperaba, supe que solo él sabía que mi sitio había sido confiscado por la policía y estaba siendo investigado. Y quizás él estaba frente a mí cuando recibí el mensaje de mi siniestro acosador, con las manos fuera de un móvil o una computadora, pero eso no quitaba el hecho de que podía tratarse de una situación que involucraba cómplices y también estaba la situación de que chicosiniestro21 me hubiera contactado a través de Instagram porque ahora sabía que no era seguro hacerlo a través de mi sitio, algo que solo Chris sabía.

El camino de la escuela a la casa era de aproximadamente quince minutos a pie, aun así, se me hicieron los minutos más eternos. A cada paso que daba, más quería desaparecer.

Descubrir que no existía manera de confiar en un chico que me gustaba y darme cuenta que estuve a un segundo de caer en sus redes de encanto como todas las demás chicas, solo me hizo tener ganas de llorar y maldecir. Sin embargo, no hice ninguna de esas cosas. En su lugar, me esforcé por llegar a casa y al hacerlo, no me tiré a lamentarme de mi miseria.

Cuando llegué a casa, me dispuse a atar cabos sueltos.

Iba a descubrir de qué se trataba aquello y no me quedaría de brazos cruzados.

Emocionalmente, los últimos tres días me habían abatido hasta casi dejarme fuera de combate, pero amenazarme con mi familia no era algo que yo me tomara a la ligera.

Y si chicosiniestro21 quería jugar, jugaríamos, pero bajo mis reglas. 

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