Capítulo 10
El resto de la conversación con Tim no trajo nada relevante, más allá de que seguía insistiendo en estar sumamente preocupado por Missy y estresado por no saber qué estaba ocurriendo con ella realmente. Sin embargo, volvió a insistir en que no confiara en Chris Riquelme.
—¿Por qué no debería confiar en él? — pregunté curiosa.
—Porque Chris tiene todo el encanto, pero también puede ser muy traicionero.
Me fui de la casa de Tim cuando ya había anochecido y a pesar de ello, cuando llegué a mi propio hogar, lo primero que hice fue ir en busca de Bill.
Toqué la puerta de su habitación y él tardó un poco en abrirla, pero cuando lo hizo, noté que tenía el torso desnudo y una cara adormilada.
—Perdón — fue lo primero que le dije —. ¿Te he despertado?
—Estaba comenzando a quedarme dormido, pero lo cierto es que ha sido bueno que tocaras, casi olvidaba quitarme los lentes de contacto — reconoció.
Abrió la puerta completamente y me invitó a pasar mientras se dirigía a su baño, listo para quitarse los lentes. Me senté en la silla que hacía juego con su escritorio y puse especial atención a una fotografía que tenía enmarcada a un lado de su computadora portátil.
En la foto estaba Bill, Ray y Charlie Becket. Los tres vestían ropa deportiva de la academia de artes marciales y Charlie sostenía una medalla con orgullo.
—Esa es del día que Beckie ganó en el sparring.
—¿Beckie? — inquirí confundida.
—Sí. Su nombre es Charles pero Ray y yo lo llamamos Beckie. De hecho, va en tu curso y es amigo de los Fletcher — explicó.
—Sí, lo conozco, es solo que no asociaba el nombre y tampoco creí que tú lo conocieras — comenté.
Durante mucho tiempo había oído a mi hermano hablar de Beckie, pero yo siempre asumía que era una chica y aunque no conocía a ninguna Beckie, lo cierto es que apenas y conocía a las personas con quienes Bill se relacionaba más allá de Ray, porque mi hermano era reacio a traer a sus amistades a la casa. Sin embargo, saber que Beckie y Charlie Becket eran la misma persona, era extraño, porque era como si Charlie fuese mucho más relevante y cercano de lo que yo pensaba.
Y hablando de relevante...
—Bill, ¿Ray tiene alguna especie de negocio? — hablé con curiosidad despreocupada, no quería despertar sospechas o dudas en mi hermano, quien me respondió sin miramientos.
—Es muy bueno entrando a los teléfonos y las computadoras de la gente, también con las contraseñas, recuperando archivos borrados o dañados y sabe eliminar cosas del internet. Ha ayudado a varias personas en el pueblo y les cobra por ello, no es nada legal o establecido, pero tampoco está mal cobrar por algo que se te da bien y a los demás no, ¿sabes?
—Oh — exclamé —. Yo no sabía eso de Ray. Pero suena bastante interesante.
—¿Y por qué lo preguntas?
—Hoy lo vi hablando con un chico sobre algún trabajo y simplemente me lo pregunté, hasta donde yo sabía él no tenía empleo.
—Y no lo tiene — explicó mi hermano —, lo de él es más un emprendimiento.
Asentí.
Volví la foto a su sitio y me quedé un poco más charlando con mi hermano sobre cómo había ido su día, me contó que se había negado a ir al gimnasio porque estaba terriblemente cansado y yo le conté que yo también había tenido un día difícil.
Cuando nuestra conversación terminó, bajé las escaleras en busca de Ben, quien me pidió que hiciera silencio, pues Tom por fin se había quedado profundamente dormido.
—Necesito tu ayuda — dije cuando estuve demasiado cerca, en apenas un susurro.
Ben se puso de pie, caminó hasta el patio trasero y yo lo seguí.
—¿Mi ayuda? ¿Para qué? — inquirió con el ceño ligeramente fruncido, aun hablábamos bajo pero ya no era un simple murmullo.
—Necesito descubrir lo que está pasando. — Me dio una mirada juguetona y una sonrisa de satisfacción, yo negué —. Sé que antes dije que no quería averiguar nada, pero solo han pasado dos días y yo ya he experimentado toda clase de emociones, me siento angustiada, estoy siendo acosada por redes sociales por personas chismosas y no me gusta la sensación que tengo de que no puedo confiar en nadie. No quiero enfrentar a la persona que me ha enviado los mensajes, pero quiero descubrir quién es.
—¿Y yo cómo te puedo ayudar? ¿Qué quieres que haga?
—En primer lugar, que me cuides y que si algún día notas que no he llegado o que nadie ha sabido nada de mí en las últimas horas, llames a la policía. Y en segundo lugar, necesito ojos frescos, es decir, que tu opinión me vendría bien para desenmarañar algunas cosas.
Ben no se negó e incluso me animó a volver a usar mi antiguo celular mientras la policía me devolvía el mío, para estar en comunicación constante y porque él tampoco quería volverse paranoico. Tras llevar a Tom a la habitación de invitados, me pidió que nos sentáramos en el área de comedor para discutir la información que tenía. Fui a mi habitación por mi computadora y una libreta.
—Tengo una hora antes de que se llegue mi momento de cenar, bañarme y dormir, veamos que tanto podemos hacer — explicó.
Y yo comencé a contarle como habían sido las cosas en Confiesalotodo desde el domingo, le conté de los rumores que giraban en torno a los tres chicos más populares de la escuela, le conté sobre las extrañas actitudes que había observado a mi alrededor e incluso, con temor y vergüenza, le conté del vídeo de Instagram de nuestra madre durmiendo.
—No le dije esto a la policía, pero quien quiera que esté detrás de chicosiniestro21 ha estado en nuestra casa y me conoce bien, porque también ha mencionado mi fascinación por la criminología.
—¡Jesús, Greta! ¿Cómo has podido guardar esto? ¿Un vídeo de mamá durmiendo? ¿Cómo método de amenaza? ¡Con eso no se juega! — exclamó.
—Lo sé, pero estaba aterrada, Ben.
Él no siguió reclamándome y comenzó a anotar nombres en una hoja, mismos que generaron otra lista, la lista de cosas que sabíamos con certeza y las cosas que no podíamos comprobar.
—¿Has puesto a Travis? — pregunté sorprendida al notar lo que había escrito —. No sé si lo sepas, pero él es mi mejor amigo y además está fuera de aquí.
—¿Y qué te asegura que ya estaba fuera cuando el crimen se cometió?
—Pero, ¿cómo podría haberme amenazado el día que iba por el pasillo si no estaba en el pueblo?
—Basta con tener a alguien que te siga, que siga tus pasos.
Sentí mi rostro contraerse en una mueca de confusión y desagrado.
—¿Crees que esto se trate de más de una persona?
El saber que chicosiniestro21 podía tener cómplices solo incrementó mis sentimientos negativos. ¿Estaría a salvo en algún lugar? Y además, esa idea solo me complicaba las cosas, porque debía buscar más de un sospechoso y no estaba segura de poder desconfiar de todos. Sin embargo, lo que más me abrumó, fue considerar la idea de Ben.
Mi mejor amigo volvía a la lista de sospechosos.
—Creo que no debemos descartar a nadie que haya pisado alguna vez esta casa. Y no digo que necesariamente las personas cercanas sean las más probables, solo digo que podrían estar relacionadas con esto, incluso si ni ellas mismas lo saben — se alzó de hombros y agregó también a Francia Fletcher, la hermana menor de Travis.
Una hora más tarde, teníamos una lista de sospechosos, seguida de justificaciones. Nos quedaba por delante averiguar los motivos y descartar personas.
—Voy a tener que observar muy bien a esta gente en los próximos días.
—Y trata de no ser muy obvia. Yo sigo creyendo fielmente que esto es solo un niñato aburrido con ganas de atención, pero de cualquier forma, debes tener cuidado y no ponerte en peligro.
Asentí.
Ben se dirigió a la cocina para hacerse su cena y alistar su lonche para el trabajo, yo me quedé en el comedor ordenando mis prioridades.
La lista de sospechosos tenía varios nombres y la lista de verdades versus datos inciertos también era extensa, aun así, solo me interesaba poder remover a mi mejor amigo y a...
No, solo a él.
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