활주 18 🍷

No, definitivamente no podía hacerlo.

Habían pasado aproximadamente tres semanas y media desde la última vez que lo vio, y no se sentía para nada bien.

Claro que las llamadas interminables de Jungkook lo tentaban, pero se deshizo de ellos con un mensaje de texto que decía "Estoy con lo de mi nombramiento a presidente, te escribiré después".

Odiaba con todo su ser a su padre en esos momentos, en esas tres semanas, tan solo 21 días, había tenido como 42 citas, dos diarias, para encontrar una esposa.

Y todas querían lo mismo, hijos y bla, bla, bla.

¿Y si le decía a su padre que quería hacer una maestría fuera del país?

Era una opción.

Pero aún seguía habiendo un problema fuera de la esposa y su padre.

Jungkook.

Ese hombre lo traía completamente mal.

Nunca se había sentido así con alguien, nunca había extrañado tanto a alguien de esa manera tan extraña como la que estaba teniendo.

No eran nada.

Solo era un contrato.

Lo de ellos era confidencial.

¿Por qué lo extrañaba?

Se rehusaba a tener sentimientos hacia Jungkook, pero era simplemente imposible evitarlo.

Era irónico, en un inicio era Jimin quien no quería saber nada de él.

A estas alturas, Jimin estaba dispuesto a arriesgar todo si tan solo supiera que Jungkook tiene el mínimo sentimiento similar ante él.

Lo haría.

Confrontarse a su padre no sería un problema y supira que Jungkook lo amaba como Jimin lo estaba empezando a hacer a pesar de la corta distancia.

Pero...

Jungkook era un todo hombre, seguramente él también tenía cosas que cumplir ante su familia, capaz y también buscaba una esposa, pues a su edad, y siendo todo un hombre de negocios proveniente de una familia tan adinerada, era rato que no tuviera esposa e hijos para continuar su legado familiar.

El reloj sonaba constantemente, emitiendo un pequeño sonidito cada que el segundero se movía, Jimin estaba sentado mirando un bolígrafo pensativo.

Estaba a una llamada de arruinarlo todo.

Pero el estaba dispuesto a arruinarse por aquel manjar.

-Una llamada.

Solo eso necesitaba para saber si Jungkook estaba dispuesto y Jimin continuar con su olan de salida del closet ante su familia.

Más ante su padre.

-No, Jimin, no.

Se decía a sí mismo y sus ojos se dirigieron al celular que yacía sobre la mesa.

-A la mierda.

Sus manos agarraron aquel celular y rápidamente buscaron el contacto de Jungkook para después pulsar el botón de llamar.

-No contestes, Jungkook.

Murmuró.

-Por mi bien, no lo hagas.

Susurró cerrando los ojos.

-¿Aló?¿Jimin?

Se acabó.

-Jungkook.

Dijo en seco, aún estaba procesando en su mente lo que iba a decir exactamente.

-Jungkook, ¿te gusto?

Silencio.

No estaba en su mente decírselo tan directamente, para nada; se golpeó internamente cerrando los ojos al percatarse del silencio incómodo que había generado.

-Jimin, ¿estás...?

-Solo responde, ¿yo...de alguna manera de atraigo? No sexualmente...o sea, ¿te...gusto?

Silencio nuevamente.

Estaba realmente empezando a arrepentirse, si le decía que no tendría que verlo en cada reunión de accionistas y eso sería incómodo para él.

-No, Jimin.

Jimin sintió una punzada en su pecho.

Iba a colgar, lo juraba, no quería pero estaba demasiado avergonzado, ni siquiera ebrio se hubiera portado de esta manera tan humillante.

-Esa palabra no es suficiente para las cosas que siento yo por tí.

Llamen a una ambulancia que me va a dar un paro ahora mismo.

-¿Qué...?

Fue lo único que salio de los rosas labios del rubio en ese momento.

-La palabra "gustar" se queda corta, yo hago más que eso, yo te amo.

No si, ya me morí, esto no puede ser de ninguna manera real.

-Pensé que no lo hacías.

Musitó Jimin, quien si no estuviera sentado en ese instante, seguramente estuviera en el suelo desmayado.

-Bueno, pensé que tú no lo hacías, me ignoraste durante todo un mes.

Jimin se frotó el rostro.

-Entonces...¿podremos seguir saliendo?

Jimin suspiró y negó con su cabeza varias veces.

-No, Jungkook, necesito presentarle a alguien a mi padre lo más pronto posible, no puedo seguir contigo...solo quería saber eso.

Silencio nuevamente.

-Jimin, presentame.

¿Qué?

-¿Qué?

¿Qué?

Si no había entendido mal, estaba ¿ofreciéndose?

No, no, si escuchó mal.

Muy, muy, muy mal.

Le afectó el no verlo, ya hasta alucinaba.

-Presentame ante tu padre como tu pareja, Jimin.

[♤♡]











Ta weno



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