Y ahí estaba de nuevo.

En aquel apartamento frío y oscuro de aquel hombre con el que jamás pensó repetir acostón.

Sobretodo por todo ese tema extraño de los contratos.

—Sabes Jimin...

Habló Jungkook mientras se desabotonaba la camisa y se acercaba lentamente a él.

—Tenías razón, no sabía nada sobre el sexo con hombres.

Jimin retrocedía lentamente conforme aquel alto hombre se acercaba cada vez más a él.

—Pero después de horas y horas de investigación...

Tiró su camisa al piso antes de atraer al rubio de la cintura.

—Se como puedes pasarla bien, cariño.

Lleva su mano derecha a su quijada, apoyando los dedos ligeramente sobre él.

Sus labios, entreabiertos, mostraban un ligero gesto de confusión. Con delicadeza, Jungkook da una leve presión con sus dedos, aplastando suavemente los labios regordetes de Jimin.

—No tienes que hacerlo.

Musitó levemente y Jungkook solto una leve sonrisa.

—¿Por qué no lo haría?

Con pasos decididos y una mirada llena de deseo, se acerca al pálido cuello del rubio.

Sus manos, con movimientos suaves y delicados, comienzan a acariciar la piel sensible de esa zona.

Con labios ardientes, Jungkook se inclina para depositar besos fogosos en el cuello del más joven.

Quería que a aquel rubio le quede bien claro que él no era ningún viejo, y que incluso podía llegar a darle un nivel de satisfacción que jamás ha experimentado hasta ahora.

En él.

[...]

Sus ojos se abrieron levemente al sentir una brisa fría en su espalda, se sentó y vio su cuerpo cubierto por una fina sábana negra.

—Oh...

Vio pequeñas marcas de mordidas en su pecho y sonrió recordando lo que había sucedido hace probablemente un par de horas.

Vio el reloj de pared que quedaba a un costado de la gran habitación, eran pasadas las tres de la mañana.

Su mirada vagó por la habitación hasta que se encontró con la puerta de cristal abierta y un Jungkook fumando en el balcón de la habitación.

Jimin se puso algo de ropa rápidamente antes de dirigirse a paso lento hacia el frío balcón.

Quería aire fresco.

Cruzó sus brazos al sentir de nuevo la fría brisa envolver su cuerpo mientras salía a aquel espacioso balcón.

—Despertaste.

Dijo aquel pelinegro antes de darle una calada a su cigarro y soltar el humo por su boca.

—Si...

Se acercó junto a Jungkook, quien estaba inclinado hacia adelante en la barandilla posando sus codos en el pasamanos, e imitó su acción.

La mirada del rubio se posó disimuladamente en el hombre, quien miraba el obscuro cielo mientras fumaba.

El olor a cigarrillo invadió sus fasas nasales y suspiró antes de dirigir su mirada a la luna.

—Sabes, por más que lo pienso...

Jungkook habló mientras soltaba humo por sus labios.

—No soy tan viejo, ¿me veo viejo?

Jimin le dirigió una mirada de confusión antes de soltar una leve carcajada.

—¿Sigues con eso?

Jungkook puso el cigarro en sus labios mientras rodaba los ojos.

—Muchos dicen que no aparento mi edad.

El humo que salió de su boca golpeó el rostro de Jimin, quien cerró sus ojos al sentir ese olor nuevamente.

Había decidido dejar de fumar, pero, ¿por qué ese olor lo tentaba de alguna manera?

—Pues es verdad.

Habló aquel rubio, porque realmente Jungkook aparentaba todo menos que literalmente le doblaba la edad.

—¿Entonces?¿Por qué me dijiste viejo?

—Ya suepera eso.

Jimin rió y Jungkook volvió a fruncir su ceño.

—Además, solo dije que eras viejo para mí, refiriéndome a la diferencia de...¿sabes qué?, olvidalo, no tiene caso hablar contigo.

Volvió a mirar hacia el frente, Jungkook era insoportable cuando se trataba de algo que le habían dicho, y Jimin se irritaba con todo fácilmente.

—Claro, claro...

Dijo irónicamente mientras se acercaba lentamente al rubio.

—¿Quieres uno?

Señaló su cigarro intentando cambiar de tema y Jimin negó.

—No fumo.

Jungkook arqueo una ceja y luego asintió mientras le daba otra calada a su cigarro.

—¿Nunca lo has hecho o...

—No, lo dejé hace ya algún tiempo.

Jungkook soltó el humo hacia arriba antes de apagar su cigarro en aquel cenicero que tenía cerca.

—Bueno, me iré a mi casa.

Musitó Jimin antes de darse la vuelta y adentrarse nuevamente a la habitación de Jungkook, quien enseguida lo siguió al escucharlo.

—¿Qué?¿Te vas?

Jimin asintió mientras tomaba su celular y buscaba su chaqueta.

—¿Por qué? Quiero decir, puedes quedarte a dormir, no hay muchos taxis por aquí.

Jimin lo miró sobre su hombro.

No debía, realmente estaba pasando más de lo debido entre ambos, y eso poco a poco se iba a descontrolar.

Jimin lo sabía, estaba tan conciente de eso.

Pero decidió tomar el riesgo.

—Ya que lo dices...

El rubio dejó sus cosas en un rincón de la mesa y lo miró con una leve sonrisa.

—Me quedaré entonces.

Jungkook sintió un leve alivio en su interior al escuchar esas palabras, sonrió y cerró aquella puerta corrediza del balcón y se acercó a la cama.

Era extraño dormir juntos sin ningún tipo de...¿razón?

Es decir, terminaban en la misma cama por una razón válida, no porque si.

Pero esos pensamientos extraños eran olvidados cuando se veían uno al otro, como si eso hiciera que cualquier duda tuviera menor relevancia.

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