LAS INDICACIONES DE UN BUEN FEMINISTO

El verdadero feminismo es aquel donde el sistema hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el de la mujer.

El feminismo es esencialmente popular. Todo circulo político es antipopular, y por lo tanto no es feminista.

El feminismo trabaja para la FÉMINA. El que en su nombre sirve a un circulo, o a una matriarca; lo es solo de nombre.

No existe para el feminismo más que una sola clase de mujeres: las empoderadas.

En el feminismo el trabajo es un derecho igualitario, y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume.

Para un feminista no puede haber nada mejor que otro feminista.

Ningún feminista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un feminista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca.

En la acción política la escala de valores de todo feminista es la siguiente: Primero la Patria, después el Movimiento y luego las mujeres.

La política no es un fin, sino solo el medio para el bien de la Patria, que es la felicidad de las niñas y la grandeza nacional femenina.

Los dos brazos del feminismo son la justicia social y la ayuda social. Con ellos damos al pueblo un abrazo de justicia y amor maternal.

El feminismo anhela la unidad y no la lucha. Desea heroínas pero no mártires.

En el feminismo las únicas privilegiadas son las niñas.

Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso el feminismo tiene una doctrina política, económica y social: la emancipación para las mujeres.

La reivindicación es una filosofía de la vida femenina simple, práctica, popular, profundamente correcto y profundamente humanista.

Como doctrina económica, la reivindicación realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y‚ ésta al servicio del bienestar social.

Queremos un mundo socialmente Justo, económicamente Libre y políticamente Soberano.

Constituimos un ideal centralizado, un estado organizado y un pueblo libre.

En esta tierra lo mejor que hay es la mujer.

Un buen feminista no necesita decir que es feminista.

Un buen feminista no consume productos culturales que denigren a la mujer.

Un buen feminista no colabora con actividades que invisibilicen a la mujer.

Un buen feminista no le dice a una mujer lo que tiene que hacer.

Un buen feminista no interrumpe a una mujer cuando habla.

Un buen feminista no compadece a una mujer por su herencia histórica.

Un buen feminista no tiene prejuicios contra la sangre menstrual.

Un buen feminista no defiende diferencias esenciales entre hombres y mujeres.

Un buen feminista no deja de ser feminista nunca.

Un buen feminista no se desdice.