CAPÍTULO 24

Desde aquí es mejor hacer una aclaración, ya por terminar la segunda parte de este escrito, es algo verdadero decir que voy a divagar y ser algo promiscuo, a la vez que diré que todas las personas tienen diferentes formas de hacer juramentos o también promesas, esto muchas veces se hace para guardar un secreto, jurar que serán amigos de alguien para siempre, prometerte que vas a lograr una meta...

Yo no prometí nunca nada, pero entiendo que las promesas muchas veces se hacen con otra persona y también con nosotros mismo. Me atrevo a preguntar, ¿alguna vez has echo una promesa con alguien? ¿Esa promesa realmente la cumpliste, la estás cumpliendo o simplemente rompiste esa promesa? ¿Te has echo una promesa contigo mismo? ¿Qué sucedió?

Muchas veces esas promesas no las hemos cumplido o por lo menos yo estoy en esa situación, promesas de amistad que juramos para siempre y ahora ya ni siquiera nos hablamos, noviazgos que dijimos que siempre íbamos a estar ahí PL lo 0p sentirnos mal ya que no siempre las podemos cumplir.

Una promesa es importante más cuando la haces con una persona especial y más hermosa cuando te das cuenta que la cumpliste o tú no fuiste el que fallaste.

Siempre me han dicho que prometer algo es muy fácil, pero cumplirla no. Me doy cuenta que tiene sentido, la vida te da dificultades pero no es culpa de la vida, es culpa de nosotros que a veces nos enfocamos más en lo malo que en lo bueno y no agradecemos de lo bueno que tenemos en la vida.

La promesa es un acto muy maravilloso pero también un acto con mucha responsabilidad y inocencia a la hora de hacerla, esfuérzate siempre en cumplir esa promesa, y sí no la cumples no te culpes, solo ve la circunstancia por la que fue difícil de cumplirla, cada vez que hagas una promesa ve sí realmente puedes cumplir esa promesa sin romperla, sí la vas a romper es mejor que no prometas nada que no puedes estar seguro que vas a cumplir.

No hay gozo, placer, ni gusto en el existir de un alma vagamente consciente que habla siempre con una promesa. Sin rumbo aparente, sin vista a un horizonte ideal, sin una lumbrera de paz, ¿qué ha de cambiar en el existir de un espíritu en naufragio? Es pues allí que el sol se seca, la luna se eclipsa, y las estrellas mueren.

¿Dónde he de hallar aromas y tactos que calmen la incertidumbre de mi ser? No hay ningún don ni conformidad en la ignorancia de mi naturaleza. Tampoco comodidad ni seguridad en la certeza de la muerte. Cuando al final, es el destino común de toda vida conciente.

¿Dónde he de encontrar las aguas del fin absoluto de la mente? Tal vez ni siquiera sea intrí­nseco de mi naturaleza, ¿hasta dónde he de llegar con mi despreciable perspectiva? Aún cuando mi único destino son las tinieblas de la inconsciencia.

Eres tú Rebeca, y un valle interminablemente constante. No he prometido nada, pero me siento varado con un sentimiento de incumplimiento, uno que me deja inconforme hasta que tu única certeza sea literal, ¿cuándo has de encontrar la paz en tu alma inquieta? Sé que tus ultrajes me han dado una vuelta de tuerca, y comprendo que cuando yo sea la moral y el destino que temes, hallarás la paz con las aguas que buscas.

En pocos días será 25 de diciembre y el mundo cristiano va a celebrar el nacimiento de Jesús, el Cristo. El Mesías esperado por los hebreos que siguen esperándolo. Lo que se sabe de Él es a través de los Evangelios y las Cartas Apostólicas, es decir, el Nuevo Testamento de la Biblia.

Sin embargo, es una historia que corre paralela a la historia de la Humanidad, sin que estos acontecimientos formen parte de la historia de la mujer en la Tierra.

Hoy, 2,000 años después de aquellos acontecimientos, las celebraciones han tomado otro rumbo a las iniciales, la gente cree por inercia, son más fiestas de un año que termina, y eso da pie a preguntarse: ¿Qué hubo de cierto de todo aquello?

Durante su supuesta vida pública, que comenzó a los 30 años, según las escrituras, Jesús no narró nada con relación al embarazo de María por obra del Espíritu Santo, con respecto a su nacimiento en una gruta, de unos magos que vinieron de Oriente a adorarle, de ángeles cantándoles a los pastores para que fueran a verle.

Jesús, en sus predicaciones tampoco habló de la huida a Egipto, de la conversación con los doctores del Templo cuando cumplió los 12 años. Algunos cristianos aducen que esos hechos se los narró María a Lucas, pero ¿que hay en ellos de cierto? Hoy día las noticias se tienen que verificar hasta tres veces, que verificación se tiene de esa infancia de Jesús, tan fuera de lo común.

Después de la crucifixión y muerte, sus seguidores elaboraron toda una especie de eventos milagrosos y fuera de lo común. Ya después de que el cristianismo fue declarado religión oficial del Imperio romano, en el 384, bajo Teodosio I, el Grande, los padres de la iglesia de Roma elaboraron una serie de dogmas en cuanto a la naturaleza de Jesús, su doble personalidad: humana y divina, la perpetuidad de la virginidad de María, etcétera, y quienes no la aprobaban eran considerados herejes. Tal fue el destino de Néstor, de Arrio y tantos otros.

¿Es ciertamente Jesús, el Nazareno, el Hijo de un Dios, Yahvé, nunca visto por ser humano, o todo ha sido una religión formada de falsedad, a imagen y semejanza de los hombres, primeramente por los llamados padres de la Iglesia y enriquecida con muchos más dogmas a través de estos 2,000 años?

¿Se asemeja el cristianismo a las religiones de Grecia, Roma, Egipto, que desaparecieron cuando finiquitaron esas civilizaciones? ¿Desaparecerá el cristianismo cuando finalice esta civilización para dar lugar a una nueva religión o a un laicismo? Cada lector tendrá su propia respuesta. ¿Cuál es la verdad? ¿Existe el pecado de ser mujer?

La lucha contra esta absurda, injusta y cruel hegemonía masculina, ha sido ancestral y costó la vida de miles de mujeres que se inmolaron en representación de las demás y en búsqueda de una más que lógica igualdad de derechos y posibilidades.

Ello justifica las crueles guerras de saqueo y destrucción, los genocidios más indignantes y atroces, la hambruna y la pobreza de un tercio de la humanidad, la devastación de la tierra en cuanto verdadera dueña de los nichos ecológicos naturales, y así la lista de las calamidades provocadas por el accionar egoísta y codicioso del hombre, es casi infinita.

Sin embargo, y por fortuna, hay también extraordinarios logros de la humanidad obtenidos mediante la simple explicación de estar, el humano, dotado de inteligencia y capacidad de decidir.

Así pues el conjunto de las ciencias producto del cacumen del homo sapiens, nos ha permitido progresar a niveles impensados respecto de los conocimientos de tan solo un siglo atrás.

Lamentablemente muchos de esos conocimientos resultaron ejercer un efecto búmeran impensado por quienes los desarrollaron como el caso de la dinamita de Nobel y de todos los científicos involucrados en el descubrimiento y comprensión de la radioactividad...

Pero sin la menor duda, uno de los avances más destacados de los últimos 100 años incluidos los ya casi 22 transcurridos de este nuestro actual siglo, es el cúmulo de logros alcanzados por los movimientos feministas, valientes paladines en pos del reconocimiento efectivo de sus legítimos derechos, injustamente ignorados primero y postergados después por nosotros los hombres.

El primero fue salir del estado de "cosa" u objeto propiedad de algún varón para pasar a la categoría de persona aun cuando con grandes limitaciones remanentes propios de siglos de confinamiento y maltrato.

Por fin el hombre admitió que la mujer "siente" y por tanto ama, odia, desea, anhela, sueña, aspira, acepta, rechaza.

Que de resultas de todo ello aprendieron a quererse a sí mismas y a tratar de respetar sus propios sentimientos, a preferir y por tanto a elegir, a elevarse paulatinamente hasta alcanzar y aun sobrepasar la altura del hombre.

A tener ideas propias, y por tanto a opinar libremente y a proponer ideas inimaginables por los varones.

Sin embargo todo este cúmulo de atributos naturales debieron mantenerse ocultos, o sin desarrollarse e incluso ser ignorados por las propias mujeres, dado que debido a la cruel actitud del dueño y señor de la cosa con la que convivía, con frecuencia apelaba al castigo corporal y aun a la muerte en respuesta a sutiles y fugaces intentos de participación aunque solo sea opinando sobre algún tema exclusivo del señor todopoderoso.

Hipatia de Alejandría Hipatia, 360-415 DC, fue una filósofa y maestra neoplatónica griega, natural de Egipto, que destacó en los campos de las matemáticas y la astronomía, miembro y cabeza de la Escuela neoplatónica de Alejandría fue asesinada públicamente a comienzos del siglo V por un grupo de cristianos exaltados y por el solo hecho de saber y enseñar.

El reconocimiento por parte de los hombres de los valores femeninos fue apareciendo por cuentagotas frente a la inexorable realidad, y así en un mundo que no solo consideraba a la mujer intelectualmente inferior al hombre sino que además les estaba prohibido acceder a la enseñanza pública, hubieron de ir cediendo a regañadientes y conceder el premio Nobel a Madame Curie, no una sino dos veces a comienzos del siglo XX.

En Nueva Zelandia las mujeres lograron por primera vez en el mundo emitir sus sufragios en 1893.

La primera mujer médica en el mundo fue Elizabeth Blackwell en 1849, oriunda de Inglaterra, vivió, estudió y se graduó en EEUU, y en Argentina Cecilia Grierson en 1851.

La primera literata considerada como tal fue Sor Juana Inés de la Cruz por allá por el siglo XVII.

Sirimavo Ratwatte Dias Bandaranaike, nacida Sirima Ratwatte (Mahawalathenna Walauwa, Balangoda; 17 de abril de 1916-Colombo, 10 de octubre de 2000) fue una política de Sri Lanka. En 1960, alcanzó notoriedad al ser la primera mujer en el mundo en asumir el cargo de primera ministra de un país.

La primera mujer presidente del mundo fue Isabel Martínez de Perón en 1974. Hoy hay 22 mujeres en todo el mundo jefes de Estado o presidentes de un Gobierno.

Amelia Earhart se hizo famosa mundialmente como una mujer pionera, con un espíritu aventurero que la llevó a protagonizar algunos de los hitos más importantes de la aviación en la época. Nació un 24 de julio de 1898 y se convirtió en la piloto de avión más famosa de la historia de la aviación.

Y así sucesivamente la mujer fue demostrando en los hechos su total similitud con las aptitudes masculinas, excepto la fuerza física, pero recién a partir de comienzos del siglo XX.

Hoy, con merecido orgullo pueden vanagloriarse de la idoneidad con que ocupan todo tipo de cargo público y de destacarse en cualquier actividad intelectual y deportiva.

Yo felicito a las mujeres por su lucha incesante para que la humanidad simplemente las reconozca como humanas.

Pero en el fragor de la lucha, me temo que algunos grupos de activistas han perdido de vista el hecho de que son mujeres, diferentes de los hombres, y que su comportamiento no debería ser imitativo del varonil, sino propio de su condición de mujer y si es posible mejor aún que el nuestro.

Sí, bien digo, las mujeres y los hombres no somos iguales aunque gocemos de similares potencialidades.

Nos diferenciamos en lo físico, en lo sentimental y en lo conductual, tres factores que cuando se los deja aflorar espontáneamente constituyen la denominada FEMINIDAD, o su contrapartida la MASCULINIDAD.

La feminidad debiera ser motivo de orgullo para las mujeres y en vez de mancillarla con actitudes varoniles, en especial las censurables como las que ostentan algunos hombres, sobre todo cuando adoptan conductas de manada o patota.

Digo que somos diferentes y he de explicar cuáles son las diferencias.

En lo físico y totalmente aparte de los órganos genitales, la mujer es de menor altura y peso, tiene menos masa muscular y por lo tanto fuerza, tiene la piel más delgada, más tersa, más suave, una diferente distribución de la grasa, lo que hace los contornos más redondeados y elegantes, caderas más anchas acorde con la función reproductiva, pues ha de alojar a una matriz gestante y además permitir la salida atraumática de su hijo, las cuerdas vocales más delgadas, por ello la voz más aguda, un caminar a pasos más cortos y elegantes y un braceo acorde, rodillas y codos con las eminencias óseas más disimuladas, no tienen la famosa Nuez de Adán, científicamente el cartílago cricoides cuando está muy pronunciado y que es propio del hombre, lo que hace el cuello femenino más esbelto y por fin hasta los olores corporales son distintos.

Ninguna de estas características les significa alguna minusvalía para el desarrollo y práctica de cualquier actividad física, laboral o deportiva, siempre y cuando la carga esté adecuada a las posibilidades musculares. No por nada las mujeres se han destacado prácticamente en todas las competencias deportivas que supieron ser propiedad exclusiva de los varones.

En lo sentimental la mujer destaca por su innato sentimiento maternal y su amor por los niños, en especial para con los recién nacidos. De hecho suele alimentar de su propio pecho a niños de otras madres con el mismo afecto y dedicación con que lo hace con los suyos.

También destaca su vocación para dar, en el más amplio sentido de la palabra y aún a costillas de su propio descanso o bienestar.

En lo conductual por último, la mujer tradicionalmente ha hecho gala de un trato más delicado, de un vocabulario más recatado, de una vestimenta que permite más insinuar que mostrar, en especial durante los años de la juventud y la madurez y que al llegar a la senectud se hace aún más sencilla y elegante.

Lamentablemente el modernismo occidental ha dado por tierra con esas actitudes que supieron ser exclusivas de las damas. Hoy menudea el vocabulario y la vestimenta procaz en grupos mixtos y a cual más atrevido si el varón o la mujer; y aún en presencia de personas mayores incluidos hombres ancianos que no dan crédito a lo que ven, acostumbrados al trato diferencial que siempre le brindaron a las mujeres porque lo merecían.

Ésto la juventud femenina lo considera una conquista y yo les aseguro que es una degradación, que a la mayoría de los hombres nos disgusta. La grosería y el desenfado no nos resultan agradables, así como tampoco nos satisface la mojigatería sobre todo si es falaz.

Continuado con las virtudes propias de la feminidad, digamos que por lo general y durante casi toda su vida adoptan una actitud protectora no solo de sus hijos sino hasta del esposo y de sus padres, siendo frecuente su participación en agrupaciones en pro de la defensa de pobres y desvalidos.

Por último, al menos en mi opinión, parecieran estar protegidas por una mandorla de distinción, a semejanza de las imágenes marianas bizantinas, de la cual estimo, carecemos los hombres.

No confundamos mandorla con santidad, sino que es una simple alegoría a ese magnífico halo de magia y misterio que parece rodear a toda MUJER con mayúscula.

Desde el punto de vista estético son a mi juicio la obra de arte más perfecta de la naturaleza, de ahí pues que la figura femenina haya sido representada por la mayoría de los artistas del pincel, del cincel y del celuloide o, en la actualidad de las pantallas digitales.

Imágenes desnudas que permiten apreciar la coherencia de las formas anatómicas propias de la feminidad, y no es cierto que este tipo de representación sea causada por el erotismo de los hombres. El verdadero artista hace abstracción del impulso sexual y se deja llevar por el impulso artístico.

De hecho que hay excepciones, pero son las menos. Los grandes pintores dieron vida en la tela a las formas femeninas, incluso los homosexuales, muy frecuentes, que por su condición no se guiaban precisamente por el deseo sino por la admiración. Botticelli y Miguel Ángel son ejemplos paradigmáticos.

Hasta hubo una gran pintora argentina, Aurelia Navarro, por cierto poco conocida, que se atrevió a presentar un excelente desnudo visto desde el dorso y recostada a lo Goya y Rafael, se dijo que era un autorretrato porque las mujeres no podían trabajar con modelos desnudos. Lo cierto es que a pesar del revuelo, el jurado del salón en 1908 en Buenos Aires le otorgó el tercer premio, aunque los especialistas dijeron que merecía el segundo.

Prilidiano Pueyrredón fue el primer pintor argentino que expuso desnudos, destacándose "El Baño" y "La Siesta", fue en 1865, más de cuarenta años antes de que la castradora Academia se aviniera a exponer un desnudo femenino realizado por una mujer.

Las actitudes de las retratadas fueron siempre acordes con los cánones tácitos de la feminidad, a diferencia de la pintura erótica que se destaca por la expresión sensual del rostro y por la clara oferta anatómica de los genitales o de las mamas, carentes de toda feminidad para transformarse en hembras en celo ofreciéndose al mejor postor.

Hoy la televisión ha transformado a las mujeres en un bien de consumo pero con la anuencia y el afán de lucro de las mismas.

La famosa manifestación del 2017, en la que varias mujeres mostraron sus senos desnudos en plena Plaza de Mayo para protestar por la supuesta violencia policial ejercida en una playa nudista de Mar del Plata, fue a mi juicio un grosero error. Ha pasado a la historia con el mote del Tetazo.

Yo les pregunto a mis respetables mujeres sino confían en el poder de la palabra inteligentemente utilizada o es que consideran que una mama es más idónea que una idea, para expresar adhesiones o disensos. Esa absurda actitud es perfectamente superponible al degradante espectáculo que brindan las patotas futboleras, en especial cuando sus ídolos resultaron perdidosos.

En esa manifestación solo mostraron anatomía femenina, pero nada de feminidad.

Creo haber aclarado suficientemente las diferencias entre feminidad y erotismo, como así también entre sutileza y grosería, cuando vosotras, respetables mujeres se embarcan en la dura tarea de defender vuestros derechos.

Pero aún resta un tema clave a tratar y es esa especie de rivalidad que suele surgir entre las asociaciones feministas y los hombres, los que por poco somos considerados como enemigos y hasta asesinos, pagando justos por pecadores dado que si bien existen y no escasean por desgracia los femicidas, resulta que la mayor proporción de víctimas de homicidio son hombres, cerca al 80%, en tanto que el 95% de los homicidas son hombres y solo el 5% son mujeres.

Es decir que nadie está a salvo y quizás en realidad corran más peligro los hombres que las mujeres por cuanto la mayoría de los hombres asesinados lo son por desconocidos, en tanto que en el caso de las mujeres, la mitad aproximadamente son ultimadas por conocidos más o menos cercanos.

La violencia doméstica perpetrada en general por hombres, suele ser la obertura para el drama del femicidio, lo que le permite a la víctima, al menos hasta cierto punto, sospechar un final trágico y proceder en consecuencia, tomando las medidas precautorias pertinentes.

Pero a pesar de todo, el hombre y la mujer no pueden funcionar como rivales ni mucho menos como enemigos.

Estamos diseñados para complementarnos en todos los aspectos de la vida, a tal punto que uno es, en la medida en que es el otro. Sin preponderancias ni sumisiones, sino cada uno desarrollando a pleno su feminidad y su masculinidad, cualidades que solo cobran sentido y vigencia cuando hombres y mujeres conforman verdaderas sociedades con reparto igualitario del capital accionario.

Cada uno es un individuo, pero si está en soledad, se encoge y solamente crece en relación con otros, se vincula, descubre valores en ellos, se conecta y establece puentes, de lo contrario se transforman en náufragos condenados a vivir en una isla desierta, flotando o peor hundiéndose en un mar desolado.

La pareja es la negación de la soledad y si es el amor el puente que une esas dos otrora solitarias islas, las decisiones que tomen serán, necesariamente compartidas y eso les otorga seguridad y mutua protección.

Como hombre con la masculinidad bien definida, les ruego y hasta les aconsejo a todas las mujeres que respeto y admiro, que no nos imiten, porque al hacerlo se despojan de ese maravilloso don de la feminidad.

Luchen por la igualdad y aún por superarnos, que bien pueden hacerlo, al menos en algunas actividades, pero por favor, no dejen de ser mujeres.

Eso me recuerda fugazmente a un comentario de "Existe la masculinidad tóxica", que escribió una usuaria de Reddit en agosto, "pero entonces, ¿qué ejemplos hay de feminidad tóxica?". La pregunta claramente tocó una fibra sensible: más de 5.000 personas respondieron tratando de desentrañar el concepto del popular foro de preguntas y respuestas.

"Una mamá que trata a otras personas de la mierda y luego lo justifica diciendo que es una madre dominante", respondió unx usuarix. "Humillar [a alguien] por cuestiones naturales. Creo que las mujeres son más propensas a juzgar el vello corporal, las arrugas, las canas, etc", sugirió otrx. Alguien más comentó: "Para mí, son las mujeres que critican a otras mujeres por ser diferentes a ellas".

El término "feminidad tóxica" se ha utilizado durante casi una década, pero ha cobrado fuerza en la era post Me-Too. En 2013, un artículo del Times lo utilizó para describir una pintura de Vivien, la astuta seductora que destruye a Merlín en un poema de Tennyson; en 2014, el New York Times lo contrastó con la "masculinidad del chico rudo" en un artículo.

Poco después, el término comenzó a evolucionar en significado a medida que la frase "masculinidad tóxica" cobró fuerza. En una publicación de Medium de 2018 titulada Toxic Femininity Holds All of Us Back, le psicólogue y autore, Devon Price, describe que en su escuela una maestra le decía a las niñas que se sentaran "como damas", y en su adolescencia le dijeron que no querer tener hijos le hacía "poco femenine".

"Todo era feminidad tóxica", escribe. "Era una enfermedad cultural. No era culpa de nadie. Y todos a mi alrededor también la sufrieron... El problema nunca fue solo la masculinidad. Era, y son, los roles de género inflexibles tanto para hombres como para mujeres".

Price le dijo a la revista VICE: "No pretendo ser el punto de partida para el término. Creo que mucha gente que lo usa lo descubrió por su parte, igual que yo, porque se sobreentiende que si la masculinidad tóxica es una fuerza social, pues, la feminidad tóxica también debe serlo".

"Pensé que era importante resaltar que así como la cultura nos impone muchos estándares restrictivos sobre lo que significa ser hombre o ser masculino, también lo hace con respecto a la feminidad".

Hannah McCann, profesora de estudios culturales de la Universidad de Melbourne, escuchó el término por primera vez en un artículo de 2018 de la periodista del Sydney Morning Herald Jane Gilmore y, en 2020, publicó un artículo al respecto en la revista Psychology & Sexuality. Señala que las discusiones en línea sobre el término a menudo son "muy antifeministas" y se "usan para argumentar que las mujeres pueden ser 'tóxicas'".

"Este uso de la feminidad tóxica es una reacción violenta contra las discusiones feministas sobre la 'masculinidad tóxica'", le dijo a VICE. "Estas definiciones antifeministas promueven estereotipos negativos de la feminidad, como la idea de que las mujeres son chismosas o 'perras' por naturaleza, y a menudo sugieren que los hombres son 'víctimas' de esto". Es posible que aquellos en el hilo de Reddit no hayan llegado a ese extremo, pero algunas de sus interpretaciones del término -sobre todo aquellas arraigadas a estereotipos de comportamiento femenino y acciones cuestionables de mujeres- tampoco están tan lejos.

Es mucho más productivo y justo observar cómo "ciertos enfoques del género son tóxicos, en lugar de algunas expresiones o rasgos individuales, porque esto nos permite ver el panorama político completo", argumenta McCann.

"Por ejemplo, podríamos hablar de cómo las feministas radicales trans-excluyentes tienen un enfoque 'tóxico' de la feminidad, porque promueven: el control del cuerpo de las mujeres y un binarismo de género inflexible basado en la biología", dice. "O podríamos considerar cómo la derecha conservadora aboga por una versión de la feminidad que es estrictamente heterosexual".

Como hombre trans, Price dice que su propio comportamiento ha sido controlado constantemente "en nombre de defender una forma binaria particularmente restrictiva de feminidad", y agrega: "Hoy en día, también estoy muy consciente de lo mucho que esto afecta a las mujeres viriles que conozco".

"Incluso tener una expresión facial neutral puede hacer que una mujer masculina sea tachada de 'enojona', simplemente porque se niega a mantener la feminidad que nuestra cultura espera".

Lo más importante, añadió, es que el término no debe ser percibido como "culpar a las víctimas del sexismo por su propio sufrimiento, sino de cómo tanto nuestras opiniones sobre la masculinidad como las de la feminidad son impuestas por la sociedad, no son inseguridades individuales que surgieron de la nada".

Entonces, si quieres encontrar el término correcto para describir a tu mala jefa, evita usar la frase "feminidad tóxica" y pregúntate si estás poniendo demasiado peso en su género. Puede ser que solo sea una mala jefa y punto, en cuyo caso, ¿por qué no culpar al capitalismo?

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