CAPÍTULO 21

Chinchetas blancas.

En una de las primeras reuniones del Polo Fálico, cada uno de los miembros eligió un objetivo específico al que atacar. No se debían dar explicaciones: bastaba con apuntar el nombre, y el resto daba por hecho que había razones suficientes para intervenir. Fue un ejercicio de solidaridad y confianza con el que Glez no estuvo de acuerdo, porque actuar contra mujeres concretas iba en contra del propósito globalizador de su ideario y no suponía réditos salvo en lo personal, pero la mayoría se impuso: si iban a saltarse la ley, todos debían conocer los términos del compromiso de sus compañeros como garantía. Un pacto de sangre.

Durante las últimas semanas el grupo ha incrementado exponencialmente sus actuaciones, boludeando numerosos actos feministas, disminuyendo la participación en decenas de asambleas, humillando a manifestantes y activistas, robando material, ensuciando escenarios, amenazando con violencia a grupos pequeños, drogando a ponentes. Alguien ha creado una página web de apoyo, y no ha sido ninguno de ellos. Los seguidores aumentan cada día. En otras ciudades ha habido réplicas con acciones similares, bajo la misma firma. Las organizaciones de mujeres, por su parte, salvo con las tradicionales frases de condena y repulsa, no han reaccionado.

Glez quiere dar un paso adelante, pero antes debe atender las demandas de sus compañeros y cerrar los viejos compromisos: chinchetas blancas.

Para dotar de ceremonia al proceso, asignan los nombres de seis de las nueve musas clásicas a las mujeres contra las que van a actuar, como si fueran códigos militares. Simbólicamente, tiene cierta coherencia. A Leyes le corresponde Polimnia, musa de la poesía sacra; a Ramsés, Talía, musa de la comedia; a Twain, Melpómene, musa de la tragedia; A Vladimir, Clío, musa de la historia; A Conrad, Euterpe, musa de la música; y a Glez, Calíope, musa de la belleza y la poesía épica.

Polimnia es una chica joven, universitaria, que suele manifestarse con su manada de linyeras feministas radicales delante de la iglesia donde Leyes colabora los domingos. Los motivos son diversos, en positivo o negativo: derecho al aborto, mujeres luchonas, militares que robaron niños en el pasado, sacerdotes pedófilos. Todos los meses hay un tema. A Leyes le gustaría crucificarla, literalmente. Con clavos. En lugar de eso, le convencen de que arruinarle su carrera profesional puede ser una victoria.

Estrategia: fotografías manipuladas en redes sociales, llamadas al rectorado por parte de grupos en defensa de los valores familiares, insinuaciones de consumo y tráfico de cocaína en el entorno educativo, prostitutas que denuncian vejaciones y maltrato, acoso telefónico, amenazas, pintadas en su domicilio.

Resultado: fin del contrato laboral, desahucio.

Melpómene es camarera en un bar de moda. Tiene el físico de una modelo de lencería y la actitud de Angela Merkel, cuando en Alemania gobiernan los socialdemócratas. Salió con Twain tres veces: la primera, le dejó besarla antes de despedirse; la segunda, subió a su casa, se rio del tamaño de su pene y se marchó dejándolo desnudo; la tercera, le exigió que no volviera a pasar por el bar. Aunque no pueda reconocerlo, se ve en los ojos de Twain que sigue enamorado de ella.

Estrategia: rumores de enfermedades venéreas, alerta de infidelidad a su pareja actual, sospechas de robo de efectivo en su lugar de trabajo.

Resultado: despido procedente, ruptura sentimental, mala alimentación, ojeras, dos bananas más en su próxima compra.

Clío es una compañera de trabajo de Vladimir. Asiática, cheta, esbelta. Difundió el rumor de que era un cerdo acosador priápico obsesionado con el cuerpo femenino y consiguió que el resto de mujeres de su departamento dejaran de relacionarse con él, obligándolo a comer solo o en compañía de trabajadoras sociales. Vladimir suele masturbarse pensando en ella, imaginando una somnofilia multitudinaria con clismafilia, anal y bukkake. En todo caso, no quiere que deje la oficina.

Nuestra especie ha aprendido a disfrutar del sexo como ninguna otra. Para los seres humanos, todo vale, con amor, sin amor, con uno mismo, a tres en la cama, a diez... Las posibilidades son infinitas. La sociedad considera algunas de las fijaciones sexuales desde extrañas a escabrosas, pero por raro que pueda parecer, hay quien las encuentra placenteras.

Estrategia: amenazas anónimas de violación, jeringuillazos de semen en su culo y su ropa en el transporte público, buzoneo machista.

Resultado: risas.

Euterpe es la enemiga natural de Conrad: lesbiana, hembrista, adicta al ejercicio y extrovertida. Trabajó una temporada en el gimnasio donde él solía ejercitarse, tuvieron un par de enfrentamientos y, desde entonces, se odian. Coinciden esporádicamente en eventos deportivos de crossfit y en las clásicas carreras populares. Él solo se relaciona con hombres, y ella, con mujeres. Tal y como lo describe, parece un duelo entre bandas callejeras rivales, y por ese motivo solo acepta una estrategia basada en el dolor físico, lo que suscita no pocas suspicacias. El daño psicológico es más duradero, protestan. Al final, llegan a un acuerdo intermedio.

Estrategia: manipulación de su bicicleta de montaña.

Resultado: lesión de rodilla, operación de menisco, seis meses de recuperación sin hacer deporte.

Calíope es la musa de Glez.

No quiere dar demasiados detalles sobre ella, lo que provoca algunos roces con el club. Les dice que no sabe dónde vive, pero que eso tampoco es importante. Es una especialista en feminismo de la universidad, pequeña y con gafas, que posiblemente ha participado en alguno de los actos que ellos han boicoteado, muy activa en redes sociales y en determinados medios, belicosa, animalista, ecologista, atea. El paquete completo.

—Con ella usaremos una estrategia diferente —dice Glez.

El grupo escucha, sin percibir que su líder está a punto de desmayarse.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top