Segunda temporada: 2
Jungkook tomó el balón que había caído cerca de sus pies y lo tiró lejos o más bien cerca de su campista preferido para que este lo atrapara.
—¡Vamos Do!
El chico rubio tomó el balón y corrió lejos anotando un punto más para el grupo. Jungkook alzó sus brazos en señal de victoria, su equipo estaba aplastando al contrario y él no podía estar más feliz.
—Ese chico podría ser atleta, corre rápido.
Su compañero estaba casi sin aliento, sudor corriendo por su rostro mientras caminaba hacia él. —Es bueno, muy rápido.
—Su hermano es todo lo contrario —el hombre se rio.
Jungkook buscó al mellizo de Do y lo encontró jugando con otros niños a un costado de la cancha, no todos los niños habían querido unirse a la actividad.
—Bueno, que sean hermanos no significa que tengan las mismas aptitudes, por supuesto que van a ser diferentes.
—No lo sé —el tipo hizo una mueca con su boca, Jungkook no había compartido mucho con él —tienen dos padres.
Jungkook se enderezó en toda su altura, no quería discutir con nadie, era su segunda semana pero su compañero no estaba aportando al buen ambiente, ya lo había escuchado temprano ese día hablando de los padres de uno de los niños del primer ciclo.
—No creo que sea nuestra labor hablar de los padres de los niños. No nos pagan para eso.
—¿Eres como ellos no?
Jungkook lo desafió con su mirada pero el silbato sonó fuerte indicando que la actividad había terminado.
Sin dejar de mirar al imbécil de su compañero puso sus manos en la cintura y sonrió. —¿Cómo son ellos? No entiendo, ya sabes, llevo poco tiempo por aquí.
Los niños comenzaron a acercarse y Jungkook dejó de mirarlo para enfocarse en los chicos. No iba a iniciar un pleito en su lugar de trabajo, lo respetaba los suficiente como para comenzar algo que se le podía escapar de sus manos en cualquier momento.
—¡Ahora vamos a ir a asearnos y luego al comedor! ¡Vamos niños!
El tipo gritó fuerte y Jungkook apretó su mandíbula pero no duró demasiado ya que Do se acercó a él y le sonrió.
—¡Eso estuvo genial! ¡Vio el gol que hice!
—Claro que sí, eres muy bueno, ¿juegas en tu escuela?
—Estoy en el taller extra, papá me quiere inscribir en un club.
—Eso estaría muy bien —comenzaron a caminar y Jungkook miró de reojo al niño rubio, cada vez que hablaba con él no podía quitarse de la cabeza la imagen de Taehyung. Y solo le había costado mirar bien las fichas de los niños Kim para saber quiénes eran sus padres.
—Nos queda solo un fin de semana más, ¿va a trabajar con nosotros en el verano señor Jeon?
Más niños caminaban cerca de ellos y todos prestaron atención, la directora del campamento lo había citado a una breve reunión el domingo anterior y lo felicitó porque en su primer día se había ganado el afecto de los niños. Y le dejó la invitación a unirse a ellos en el verano, el problema era que Jungkook tenía otro trabajo esperando por él, uno que había estado buscando desde que se apasionó por la naturaleza cuando no tenía más que la edad de los niños que ahora lo miraban esperando una respuesta.
—Todavía no lo decido, ya saben que me quedan un par de meses para terminar mis estudios, debo enfocarme en eso. —Los niños hicieron ruidos de decepción y Jungkook les sonrió —¡pero nos queda un fin de semana más!
Una de las razones también para no volver a ese campamento era que quería estar lo más lejos posible de los padres de Do y Noa. Los niños no tenían la culpa de los problemas de los adultos y ahora mismo a Jungkook no le apetecía ver al papá de los mellizos por muy atractivo que le hubiese parecido, no olvidaba que era el mismo hombre que tenía a Namjoon dando vueltas en círculos. Y peor aún, no quería llegar al momento incómodo de tener que arrancar si es que veía a Taehyung ya que el tipo tenía una orden de alejamiento. No quería problemas y esa familia era puro problema para él.
Entraron a las dependencias de los baños, los niños lavaron sus manos y rostro. Habían dos monitores más ayudando y cuando todos los niños estuvieron listos salieron hacia el comedor para la cena.
—¿Que habrá de comida hoy?
Jungkook miró hacia las personas que estaban detrás del mostrador, eran en su mayoría mujeres de mediana edad que eran lo bastante rudas como para tratar con niños, a opinión de Jungkook.
—Iré a ver, por mientras tomen asiento —Jungkook se aseguró que su grupo de ocho niños asignados estuvieran en sus respectivos asientos y caminó decidido hasta las mujeres. Una de ellas le sonrió, era lo bastante joven y Jungkook siempre se acercaba a ella para saber que habría para comer.
—Hola, ¿cómo estás?
Ella se movió hacia un costado y le volvió a sonreír —estoy bien, ¿y tú?
—Bien, aunque tengo hambre, ya sabes, las actividades físicas son cansadoras —Jungkook se pasó una mano por su cabello y no se perdió los ojos de ella recorriendo su cuerpo. —Los niños están ansiosos, ya sabes como son.
—Si —ella rodó sus ojos —hay pescado con papas fritas y postre de fruta.
—Delicioso, ¿cocinaste tu?
Ella asintió, sus mejillas tornándose rojas. Jungkook le sonrió y se alejó despidiéndose con la mano. Tomó asiento en la cabecera de la mesa y miró a los niños.
—¿Y bien?
Todos los niños comenzaron a hablar al mismo tiempo adivinando la comida que habría y era un pequeño juego que había ideado con ellos, el que acertaba o se acercaba lo suficiente era recompensado cuando hacían su ruta hacia el bosque.
—¡Pollo!
Do negó —comimos eso el domingo pasado... Yo creo que pasta.
—Huele mal, yo creo que marisco —Noa sacó su lengua haciendo muecas de asco.
—¡Tacos!
Todos se rieron cuando Benjamín dijo eso, Jungkook negó para todos ellos —casi, ya saben, el que adivina tendrá una suculenta de regalo al final de este fin de semana.
Los niños se quedaron en silencio y Jungkook se quería reír de ellos, nunca adivinaban lo suficiente pero él ya tenía listas las ocho suculentas que les regalaría. Iba a extrañar a sus niños aunque no los había conocido por mucho tiempo se había encariñado en cierta forma con ellos.
—¿Sandwich de pollo? —Minho, uno de los niños más callados dijo casi murmurando.
—Eso sería delicioso, ¿no?
El chico asintió y luego bajó su mirada. Jungkook lo entendía, él también había sido un chico asustado hasta de respirar. Habían un montón de historias de sus chicos que él quería saber, quería ayudarlos, entenderlos pero se quedaba sin tiempo.
—Ya lo averiguarán y espero esos platos limpios al finalizar o al menos la menos comida posible, ¿si?
Los niños gritaron al unisono y cuando la campanilla comenzó a sonar él se puso de pie para cenar.
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—¿Que pasa con ese teléfono y porque no me estás escuchando?
Namjoon rodó sus ojos y miró a su hermano, habían acordado juntarse un momento después de almuerzo y habían conversado de todo un poco, el regalo que había comprado para él ya había sido entregado por lo cual Namjoon no entendía la urgencia de su hermano en que le prestara atención.
—Estoy revisando un informe.
—Todavía estás suspendido del trabajo, ¿que es?
—Es Jungkook.
—¿Jungkook?
Namjoon volvió a leer el texto y dejó su teléfono sobre la mesa un poco más brusco de lo que quería.
—El tipo que está a cargo de él decidió emborracharse anoche y hoy lo encontraron durmiendo en su puesto de vigilancia. —Nam tomó su vaso de agua bebió un sorbo largo —sabía que eso pasaría, el tipo siempre fue un real inútil incluso cuando estaba activo.
—¿El padre de Jungkook lo sabe?
—Si, ya lo despidió.
Su hermano lo miró serio y Namjoon estaba seguro que quería saber lo que realmente estaba pasando pero Seokjin no lo iba a presionar, esa nunca había sido su estrategia. De hecho Namjoon siempre pensó que su hermano podría haber sido un destacado agente, era intuitivo y más inteligente de lo que él mismo creía. Y siempre hacía que él hablara de lo que estaba sucediendo.
—¿Quieres ir a cuidarlo tú y no te dejan, es eso? ¿Por eso pareces un oso gruñón y enojado?
—Él no quiere, no puedo hacer nada al respecto si Jungkook no me quiere en ese lugar para resguardar su integridad.
—¿Que probabilidad hay de que Taehyung aparezca en el campamento?
—Ninguna, el tipo no puede, Jungkook le puso una orden de restricción y ya todas las partes están enteradas tomando en consideración que Jungkook está a cargo de los hijos de él.
—Que lío.
—Si, Jungkook está tratando de trabajar en ese lugar pero no sé, es complicado aún. No sé siente seguro.
—Taehyung le ha arruinado sus trabajos anteriores y está demasiado emocionado por el campamento como para querer perderlo, ¿no?
—Si, el abogado le indicó que debía dejar ese trabajo lo antes posible, le aconsejó que no era buena idea que estuviera a cargo de los hijos de su acosador.
—Por eso estaba tan desanimado hace unos días, pensé que iba a continuar en el verano.
—No, está esperando otro trabajo y realmente es lo mejor.
—¿Cómo te enteraste de que estaba a cargo de los niños? ¿Jungkook te lo contó?
—No fue él, fue Jimin quien me lo dijo, me junté con él hace una semana. Fuimos a cenar.
—¿Y?
Namjoon golpeó con sus dedos la mesa, bajó su mirada hacia su plato vacío y se encogió de hombros —nada, apenas me enteré que sus hijos estaban en ese campamento lo dejé hasta ahí.
—¿Así de fácil?
Negando con su cabeza el azabache miró a su hermano —no fue fácil pero tenía que hacerlo, pensé en Jungkook y lo incómodo que podía ser tener que estar a cargo de los niños y tener que ver a Jimin... Yo no fui tan claro cuando le hablé de él y seguramente cree que aún suspiro por Jimin.
—¿Y no es así? —Seokjin lo miró con una ceja alzada —no juegues con él.
—No lo estoy haciendo, me estoy esforzando para conquistarlo. —Namjoon arrugó su ceño —Jimin no está preparado para una relación y yo no estoy dispuesto a ser el padrastro de nadie. Yo no soy como tú Seokjin, soy egoísta y quiero la atención de mi pareja. Me gusta la libertad de poder tomarnos un fin de semana sin tener la preocupación de buscar una niñera o que uno de los niños se enferme y los planes se vayan al carajo. El Jimin que yo conocí ya no existe. Esa noche conversamos y nos perdonamos por todo lo que no cumplimos pero estamos en lugares diferentes.
—¿Cerraste tu ciclo?
—Lo hice y no fue fácil... Tú sabes lo que él significaba en mi vida, pero así y todo ya no es y nunca las cosas van a ser como antes. Esa fue otra vida.
Seokjin se quedó en silencio, parecía incrédulo y Namjoon estaba un poco cansado de hacerle ver a todo el mundo que él estaba tomando decisiones con su corazón.
—Quiero a Jungkook y sé que dije que no quería una relación y que no podía darle lo que él quería pero ya no pienso así, ya no siento eso...
—Estoy sorprendido.
—Yo también —Namjoon sonrió —el mocoso me pidió que dejara de beber y es lo que hice. No he tomado una gota de alcohol en una semana y ni siquiera lo necesito.
—Me alegro por ti, hermano, solo espero que te des la oportunidad, Jungkook te quiere y sé que bajo toda esa apariencia de que no te importa una mierda establecerte está el verdadero Namjoon. Ese tipo que hacía todo tipo de cosas para demostrar su cariño, para proteger a quien quiere.
—Soy ese hombre con la persona correcta al parecer.
Seokjin le sonrió —es un buen inicio.
—Voy a luchar por él, me lo está poniendo difícil y sé que lo hace porque sabe que no me voy a rendir tan fácilmente. Me está probando.
—Espero que te haga trabajar por ser un idiota indeciso todo este tiempo.
Namjoon miró su teléfono y asintió —tengo que hablar con él, contarle lo que pasó con Jimin, Jungkook tiene que saber que todo eso ya es pasado, que por fin cerré el ciclo.
—Hazlo, no esperes más tiempo.
Namjoon se pasó una mano por su cabello negro —suficiente de mi, ¿has tenido alguna noticia adicional de tu supuesta paternidad?
—No aún, no he sabido nada de Mónica pero tengo una citación para hacerme el ADN.
—¿Tu novio como lo tomó?
Seokjin se encogió un poco y su rostro cambió completamente. —Lo tomó bien, me está apoyando en todo.
—Eso es realmente bueno.
—Si.
Namjoon mordió su labio y estiró su mano para posarla sobre la de su hermano. Y al parecer el gesto tomó por sorpresa a Seokjin pero antes de que pudiera hablar Namjoon se adelantó.
—Estoy seguro que no es fácil enfrentarse a un problema así y siento mucho que te esté pasando esto.
—No es fácil... No quería esto, no con ella.
La voz de su hermano se quebró y Namjoon apretó su mandíbula, nunca era fácil ver sufrir a Seokjin y saber que no podía hacer nada para ayudarlo era simplemente una verdadera pesadilla.
—Sé que quizás esto no es ayuda pero estaré aquí si necesitas algo, lo que sea, tú solo búscame, ¿si?
—Gracias, hermano.
—Pasamos demasiado tiempo lejos el uno del otro y Jungkook tiene razón, quizá necesitamos pasar más tiempo juntos.
Seokjin sonrió levemente —¿él también cree eso?
—Si, ¿quien más lo hace?
—Yoongi. De hecho tiene la idea de una cena para navidad... Con Jimin y sus hijos, ya sabes. También pensó en invitarte.
—No creo que sea buena idea y si me invitan llevaría a Jungkook... No sería cómodo para Jimin, bueno, para nadie la verdad —Namjoon quitó su mano. Tomó su teléfono y revisó si había alguna actualización sobre quién estaría a cargo de Jungkook.
—Tienes razón.
—Si. Ya no soy un niño, no puedo seguir viviendo como lo he hecho hasta ahora y preocuparme solo por mi, nunca fui un tipo egoísta pero supongo que estaba demasiado enojado para aceptarlo. —Namjoon dejó el teléfono de lado nuevamente.
Seokjin alzó su vaso, también de agua, y le hizo el gesto para brindar. Namjoon alzó su vaso y lo chocaron, le parecía raro brindar con agua pero había hecho una promesa y no iba a romperla.
—Me alegro que las cosas vayan bien en tu vida —Seokjin se puso de pie —gracias por el agradable momento, me quedaría a ayudarte a limpiar pero prometí estar con los niños hoy. Jihwan me está esperando para jugar.
Namjoon alzó sus cejas —realmente te convertiste en padrastro.
—Son buenos niños.
—No lo sé, los niños y yo no nos llevamos bien.
—Pensaba igual que tú hace unos meses. La vida puede darte una patada en el culo cuando menos te lo esperas y yo soy el reflejo de eso. Mírame teniendo una relación amorosa con un hombre que tiene dos hijos.
—Hay algo que me estoy preguntando hace mucho —Namjoon siguió a su hermano hasta la puerta.
—¿Que es?
—¿Cómo se conocieron?
Seokjin alzó sus dos cejas y miró hacía la ventana con su ceño fruncido —larga historia y no hay tiempo para contarla.
—Vamos, al menos algo, siento curiosidad.
—Una aplicación. Solo eso diré.
—¿De citas? —Namjoon achicó sus ojos.
—Algo así. Me tengo que ir, los delfines no pueden esperar.
—Claro.
Seokjin se despidió y salió por su puerta dejándolo con más dudas que respuestas y estaba seguro que había mucho que su hermano ocultaba pero no iba a escarbar, que Seokjin fuera feliz con su novio era suficiente.
Namjoon volvió a su cocina y observó el desastre post almuerzo, decidió empezar por los platos y los utensilios que había usado. Abrió la llave pero su teléfono comenzó a sonar y él prácticamente corrió para tomarlo, cuando vio quien era se lo llevó a la oreja de inmediato mientras volvía para cerrar la llave.
—Señor.
—Kim. ¿Todo bien?
—Si, señor.
—Sé que estás suspendido y que no debería pedirte nada, pero ya que tu suspención fue por defender a mi hijo es que necesito que vayas y lo vigiles.
Namjoon respiró profundo —Jefe Jeon, con todo respeto pero su hijo no quiere que lo custodie. Odió la idea desde un inicio.
—¿Cual es la naturaleza de tu relación con mi hijo?
El corazón de Namjoon palpitó fuerte en su pecho mientras sentía que se ruborizaba como un adolescente. Tartamudeó por unos instantes hasta que tomó el valor necesario para volver a hablar.
—Nos conocemos hace un tiempo, señor.
—Eso ya lo sé. Lo que me interesa aquí es confirmar el porqué estabas poniendo a mi departamento de cabeza por la vigilancia de mi hijo.
—Señor...
—Solo la verdad, Kim. Y está demás decir que todo los que hablemos quedará entre nosotros.
—Hemos salido un par de veces y últimamente nos hemos hecho más cercanos. Jungkook vive con mi hermano en mi mismo edificio.
—¿Hay alguna razón por la que no te quiere cuidándolo?
Namjoon cerró sus ojos, iba a joder todo por todos lados si seguía hablando pero no podía mentirle a su jefe, incluso si Jungkook patearía sus bolas después.
—Lo herí, señor. Fui un idiota con él y no confía en mí. Fui ambiguo con lo que teníamos, con lo que estábamos construyendo.
El silencio se prolongó por un tiempo que se sintió una eternidad. Namjoon apretó fuerte su teléfono contra su oreja y solo esperó por lo que fuera a decir su jefe.
—No es muy astuto decirme que rompiste el corazón de mi hijo.
—No, señor. No lo es y siento mucho haberlo hecho.
—Jungkook siempre ha tenido el deseo de ser independiente y lo ha sido desde pequeño... Yo también herí a mi hijo en el pasado y no hay día en que no trate de ganarme su confianza nuevamente.
—Estoy trabajando también en eso —Nam dijo rápidamente —su hijo es realmente especial para mí.
Un suspiro fuerte le hizo apretar sus dientes.
—Cuídalo por mi, solo dios sabe lo testarudo que es con ese trabajo. No quiero que se exponga, hay demasiados intereses revueltos allí.
—Lo sé, Señor.
—Eso es todo, cuídalo este fin de semana y el próximo y podrás volver a la oficina, hablaré con la junta para revertir tu castigo.
—Si Señor.
—Bien, espero un reporte de tu parte cuando finalice la jornada de mi hijo.
—Lo tendrá, Señor.
Namjoon salió de su cocina y caminó hasta su dormitorio mientras la llamada finalizaba y sin esperar más tiempo tomó su bolso negro, metió unas cuantas cosas y salió de su departamento. Palmeó su chaqueta para cerciorarse que llevaba sus cigarrillos y bajó hasta el subterráneo. Se metió en su camioneta y fijó su GPS.
El campamento en el que estaba trabajando Jungkook no quedaba tan lejos de la ciudad por lo que tenía un poco de tiempo para hacer algunas compras de camino. Jungkook le había comentado que a pesar de tener toque de queda los monitores podían salir a pasear por los alrededores y habían por lo menos dos o tres lugares en dónde perder el tiempo cerca de allí.
Con la pequeña compra hecha retomó su recorrido y mientras manejaba hasta Jungkook pensó en Jimin y su despedida. No había sido facil, había costado más de lo que le había dicho a su hermano y es que Jimin siempre ocuparía un lugar importante en su vida, había sido su primer amor, el hombre por el cual había luchado y perdido en el camino. Y a pesar de todo el amor que había sentido por él ya era momento de dejarlo ir. Jimin había hecho una vida lejos, se había enamorado de otro hombre mientras Namjoon lo lloraba en la academia donde se formaba para ser agente. Jimin había soltado su mano rompiendo la promesa más grande que se habían hecho y por la que a Namjoon le había costado tanto tiempo olvidarlo.
Jimin no escapó con él y no lo buscó cuando las cosas se calmaron un poco. Jimin siguió con su vida sin mirar atrás mientras Namjoon hacía hasta lo imposible por tener algo que demostrarle a la familia Park, pero todo resultó ser en vano.
El Jimin del que se había enamorado ya no existía y era hora de que Namjoon recorriera su propio camino.
Luego se casi cuarenta minutos divisó el enorme complejo de cabañas y las múltiples canchas de fútbol. El lugar era espacioso ya que desde donde estaba no podía distinguir todo lo que estaba detrás de las rejas de contención.
Se estacionó un tanto alejado del estacionamiento principal. Buscó su teléfono y revisó la hora, aún el sol estaba en lo alto por lo que tendría que esperar, seguramente estaban en la cena de los campistas y recordaba claramente el itinerario porque un Jungkook muy emocionado se lo había contado.
Pasada una hora Namjoon se llevó su teléfono a la oreja y esperó a que su llamada fuera contestada.
—¿Nam? —La voz sorprendida de Jungkook le hizo sonreír.
—Hola... ¿Puedes hablar o estás muy ocupado?
—Estoy en mi habitación... Bueno la que comparto con mi compañero, Dongmin es su nombre. Creo que te hablé de él.
—Lo hiciste, tiene tu misma edad, ¿no?
—Si... ¿Ahora me vas a decir porque me estás llamando?
—Estoy fuera del campamento.
—¿Que?
Un ruido de algo cayendo hizo que Namjoon mirara hacia todas esas cabañas tratando de adivinar para que era cada una de ellas.
—No te asustes... ¿Quieres ir a caminar conmigo?
—¿Manejaste hasta aquí solo para caminar conmigo?
Perspicaz. Namjoon no se sorprendía, esa era una de las tantas virtudes de Jeon Jungkook.
—Estoy aquí para verte.
—Salgo en unas dos horas, debemos entregar a los niños, ¿es urgente?
—No es urgente, puedo esperarte.
—¿Las dos horas? ¿Estás seguro?
—Si, avísame cuando salgas.
—Está bien.
Namjoon guardó su teléfono y se acomodó en su asiento. Esperar y verificar era algo que hacia todos los días, estaba acostumbrado a la espera pero nunca lo había hecho con un cosquilleo en el estómago. Nunca había sentido las manos sudorosas mientras esperaba que el tiempo corriera rápido.
Los automóviles de los padres de los campistas comenzaron a llenar el estacionamiento y Namjoon se quedó en su lugar mientras veía a los niños sonrientes salir.
Y las dos horas que esperó a Jungkook pasaron realmente rápido. Cuando su teléfono sonó el se bajó de su camioneta, caminó hasta la entrada con sus manos en los bolsillos. Pasaron al menos cinco minutos antes de divisar a Jungkook.
Sonriendo tenso el más joven salió del recinto y se acercó cauteloso con su chaqueta en la mano y su mochila en los hombros. Namjoon odió haber empujado las cosas a un punto en donde Jungkook no confiaba en él.
—Hola —Jungkook alzó su mano.
—Hola —Nam le sonrió y se acercó para darle un beso pero el azabache se negó.
—No aquí... Es mi lugar de trabajo.
—Lo siento. —Namjoon dio un paso atrás y miró los alrededores. —Aún no anochece, ¿caminamos?
—Si... Podríamos cenar también, hay una pequeña cafetería a unos diez minutos.
—Perfecto, ¿quieres guardar tu mochila en la camioneta?
—Si, está pesada, tuve que traer mi ropa ayer.
Namjoon lo observó mientras ponía su mochila en la camioneta y luego cuando se puso su chaqueta de mezclilla oscura.
Comenzaron a caminar, no había frío en absoluto y la tranquilidad era algo agradable por lo que por un momento se dedicó a mirar los árboles y escuchar el cantar de los pájaros.
Jungkook iba en silencio a su lado, muy metido en sus pensamientos y Namjoon hubiese pagado hasta lo que no tenía con tal de saber que estaba pensando.
—Hay un mirador —Jungkook lo miró de reojo.
—Quiero verlo, es bonito por aquí, no había venido nunca.
—Si, es muy tranquilo, en la noche solo se escuchan los grillos.
—Muy diferente al ruido que escuchamos todos los días... Es relajante.
—Creo que te hacen falta vacaciones —Jungkook sonrió levemente.
—Puede ser... ¿Cuando quedas libre?
—¿Que?
Namjoon estiró su mano y tomó la del azabache justo cuando llegaron al mirador que no era más que unas pocas bancas de madera pero la vista era suficiente para admirarla. Un extenso follaje de árboles y plantas se podían apreciar. Todo era verde y calmo.
—Vayamos de viaje a algún lugar. —Retomó Namjoon —a donde quieras ir.
Jungkook arrugó su ceño —¿Por qué?
—¿Por qué?
—Si, ¿que es este cambio de actitud? Desde que te conozco no has hecho nada más que alejarte de mí y hace una semana decidiste no huir más pero no me dices nada... ¿Que es esto, Namjoon? ¿Que estamos haciendo?
—Quiero que empecemos de nuevo.
—Para que eso suceda debes ser honesto y no solo conmigo. Debes ser honesto contigo mismo.
—Estoy siendo honesto ahora mismo, Jungkook.
—Si estás siendo sincero dime el motivo por el cual estás aquí.
Namjoon tragó saliva, miró los sinceros ojos del más joven. Le debía la honestidad, pero más que eso, le debía la tranquilidad de que las cosas serían diferentes.
—Estoy custodiando tu lugar de trabajo.
—Lo sabía —Jungkook se dio media vuelta pero Namjoon no lo dejó avanzar. Tomó su brazo y suavemente le hizo girarse.
—No mentí cuando te dije que estoy preocupado, no voy a dejar que ese imbécil se acerque a ti y vas a dejar que te cuide. —Namjoon lo tomó de las mejillas y se acercó a él —sé que dije un montón de mierda antes y que quizá ya es tarde para esto pero quiero ser algo más para ti que un tipo de unas cuantas noches.
—¿Que hay de él?
—No hay un él... Ya no más, es parte de mi pasado.
—No juegues así —Jungkook trató de zafarse pero Nam lo abrazó por la cintura para que no escapara.
—No estoy jugando, hablé con él, me di cuenta de lo mucho que me estaba perdiendo por algo que ya no existe hace años... Yo también tengo el derecho de elegir a quien querer, Jungkook... Y me demoré en el proceso y te hice daño. No quiero volver a herirte.
Jungkook tragó saliva, su boca se abrió ligeramente y Namjoon rozó sus labios intentando contener las ganas que tenía de besarlo.
—Mantuve mi pasado en el presente y ese fue mi mayor error siempre, estaba esperando algo y resultó ser que mientras esperaba apareciste tú.
Dije cosas que ahora no siento en lo más mínimo y no tiene que ver con él, tiene que ver contigo y conmigo. Tiene que ver con la forma en la que me escuchas, la manera en la que me consuelas sin siquiera pedirlo y de como me siento cerca tuyo. Las ganas que tengo de protegerte de todos y lo mucho que me gustan tus besos... Eres un hombre increíble, siento haberte hecho daño, Jungkook.
Jungkook cerró sus ojos y Namjoon lo besó. Lento y dándose el tiempo de saborearlo por completo. No tenía urgencia en hacerlo, quería hacer las cosas bien y una de esas era mostrar su verdadera escencia.
Y esa no era la del tipo fanfarrón e insensible que le había mostrado al azabache.
—Si vas a hacer esto conmigo... —dijo Jungkook cuando el beso se acabó —necesito más. Necesito saber que va a pasar cuando tu cuñado te invite a su casa y allí esté él con sus hijos.
—Irás conmigo y no va a pasar nada porque él no forma parte de mi presente.
—Es difícil confiar, Namjoon. Ojalá pudiera ser diferente y ahora mismo todo está tan revuelo.
—Lo sé y es por eso que quiero que tengamos citas y viajemos a algún lugar. Necesitamos conocernos un poco más. Hay mucho que quiero saber de ti —Namjoon lo abrazó por la cintura y hundió su nariz en el cuello del azabache —hueles tan bien. Me encanta el perfume que usas, mis almohadas huelen a ti.
Jungkook se rio mientras le devolvía el abrazo —¿mi papá te envió para acá?
—Si —Nam mordisqueó su cuello —déjame cuidarte... Estaba tan preocupado porque el imbécil que te estaba custodiando no estaba haciendo bien su trabajo.
—Mi padre debería dejar de estar encima mío, me sé cuidar solo. Siempre lo he hecho.
—Está preocupado y yo también lo estoy porque estás a cargo de sus hijos, él sabe dónde encontrarte si quisiera hacerlo.
—No puede acercarse a mi. —Jungkook lo miró con sus ojos grandes y brillantes. Namjoon solo pudo darle un beso en los labios.
—No puede, pero eso no quiere decir que no lo haga. Él te ha demostrado que es capaz de cualquier cosa.
—Si —Jungkook susurró —no quiero vivir con miedo y él debe estar furioso conmigo.
—¿Por qué? Tú no le has hecho nada.
—La universidad lo despidió.
—¿Ves? Tengo que cuidarte, puede hacer algo en contra de ti. Es peligroso, no quiero que nadie más que yo esté a cargo de ti. Y antes que digas algo, no lo estoy haciendo por tu padre... Iba a pedirle de todas maneras pero él llamó antes y le dije que estábamos saliendo.
Jungkook abrió sus ojos aún más grandes —¿Que?
—Le dije que estaba trabajando para ganarme tu confianza... Que hemos estado más cerca últimamente y que te hice daño.
—No puede ser, ¿de verdad le dijiste todo eso?
—Si —Namjoon alzó su mano y acarició el cabello negro y suave que estaba a su disposición. Tomó una respiración, debía hablar sobre Jimin antes de que las cosas siguieran avanzando. —El fin de semana pasado me junté con Jimin.
El cuerpo de Jungkook se tensó enseguida y su mirada decayó de inmediato.
—Solo queria que lo supieras, no quiero que hayan secretos entre los dos.
—¿Lo vas a volver a ver?
—No. Nos despedimos esa noche. Cuando me enteré que sus hijos estaban aquí en este mismo lugar tuve un fugaz pensamiento de ti y él conociéndose y siendo un momento incómodo. No quería que estuvieras en una mala posición, que el te acusara de algo en lo que no tienes culpa.
—Lo conocí el sábado pasado pero él no sabe quién soy yo y yo no sabía quién era él hasta después cuando me metí en las fichas electrónicas de los niños. Y sí, iba a ser muy incómodo si él me acusaba de ser el amante de su esposo delante de mis compañeros de trabajo.
—No vamos a dejar que eso suceda. Aunque en algún momento lo sabrá. Debes estar preparado.
Jungkook cerró sus ojos y suspiró —estoy tan cansado de esta mierda. No quiero esconderme y la ciudad es realmente pequeña.
—No tienes que hacerlo, eso no va a pasar, no eres tú quien falló en ese matrimonio.
—Lo sé.
—Y siempre hay alternativas.
—¿Cómo cuáles?
Namjoon dejó un beso corto en sus labios —como cambiar de ciudad.
—¿Qué?
—No es tan descabellado, piénsalo. Empezar en una nueva ciudad, yo puedo pedir mi traslado a cualquier lugar dentro del país.
—Nam —Jungkook susurró con sus ojos brillando.
—Podría resultar, ¿no?
—¿Bebiste algo al almuerzo?
—Ni una gota —Namjoon lo atrajo para un nuevo beso y cerró sus ojos cuando los fuertes brazos del menor rodearon su cuello. —Te dije que no lo haría.
—Mhm, entonces podría pedir una cosa más, ¿cierto?
—¿Que es?
—Dejar el cigarrillo.
Namjoon mordió su labio —un paso a la vez, cariño.
Jungkook le dio esa mirada ilusionada que tiempo atrás le habría hecho correr lejos. Pero ahora era diferente, esa mirada ahora era anhelada por él. Namjoon quería que Jungkook volviera a ilusionarse porque quería demostrarle que estaba dispuesto a todo para remediar el daño que había hecho.
Lo quería en su vida, querías embarcarse en la aventura de una relación de pareja sin temor a que lo pudieran abandonar, sin temor a que su amor fuera olvidado.
—Mañana no tengo clases y tú no trabajas, ¿dónde me va a llevar?
Namjoon miró hacia el cielo, ya estaba oscureciendo por lo que era un buen momento para volver a la camioneta. Tomó la mano de Jungkook y volvieron por el camino mientras sus manos se balanceaban lentamente.
—Tenemos bastante tiempo... Me gustaría llevarte a mi antigua ciudad. Hace meses que no voy a visitar a mi madre al cementerio.
—Es una idea genial.
—No esperes mucho, es una ciudad pequeña y bastante aburrida.
—No importa realmente. Estaremos juntos, la haremos divertida.
Jungkook le guiñó un ojo y Namjoon sonrió como un idiota mientras miraba su atractivo rostro. ¿Por qué se había demorado tanto en darse cuenta de lo mucho que lo quería?
Se subieron a la camioneta y Namjoon encendió el motor de su camioneta, ajustó su espejo retrovisor y miró a su copiloto. Esperó a que Jungkook lo mirara también y se acercó para besarlo. Jungkook acortó la distancia y antes de que se diera cuenta estaba casi sobre él buscando la manera de estar lo más pegado posible.
Sus manos descendieron por su espalda hasta la curva de su culo y lo atrajo un poco más cerca para sentirlo.
—Nam —Jungkook gimió mientras sus manos acariciaban su erección.
—Lo sé, lo sé. Estamos cerca de tu trabajo.
Jungkook se alejó con la respiración agitada, lamiendo sus labios. —Me gusta trabajar aquí. Es una lástima.
—¿Te llamó el abogado?
—Si. Dijo que la decisión era mía, que podía continuar aquí pero que no era lo recomendable. Mi papá también me lo dijo y sé que tú y Seokjin opinan parecido.
—No quiero que te expongas, no mereces pasar por ese tipo de situaciones y mucho menos delante de tus compañeros o jefes.
—Lo sé... Solo que los niños son tan adorables y aprenden todo lo que les enseño y se siente increíble.
Namjoon hizo una mueca con sus labios, estiró su mano para entrelazar sus dedos. Él no quería que Jungkook se quedara un día más en ese lugar, pero Jungkook brillaba cuando hablaba de las actividades que se mataba diseñando en la semana. Había visto el entusiasmo por enseñar y aunque él tuviera sus reparos con el lugar, nada era más importante que la felicidad de su chico.
—Lo que decidas te voy a apoyar.
—¿Aunque decida quedarme?
—Incluso eso. —Namjoon recibió un largo beso que sintió por todo su cuerpo.
—Tengo toda la semana y el próximo fin de semana para pensarlo.
—Exactamente, tienes algo de tiempo aún.
La noche finalmente había caído por lo que salió del estacionamiento vacío y se dirigió hacia la carretera, puso el playlist que usualmente escuchaba y observó la carretera frente a él.
—¿Viste a Seokjin hoy? Lo llamé anoche para felicitarlo pero no contestó.
—Si, nos vimos un rato en el departamento después de almuerzo. Le entregué el regalo pero no lo abrió.
Jungkook bufó —¿crees que le guste?
—¿Dos noches en un hotel frente a la playa para él y su novio? —Namjoon se rio entre dientes —estoy seguro que sí. Esa fue una idea increíble.
—Con dos niños supongo que necesitan tiempo libre.
—Ni siquiera puedo imaginarlo, ¿no tener nunca más el control de tu vida y vivirla de acuerdo a las necesidades de pequeñas criaturas? No gracias, no es lo mío.
—Los niños son geniales cuando no son tuyos. —Jungkook le sonrió.
—Exactamente como eso, cariño.
El teléfono de Namjoon comenzó a sonar, lo sacó de su bolsillo y lo puso en su soporte. Jungkook apretó el botón de contestar y luego altavoz.
—Justamente estábamos hablando de ti —Jungkook dijo fuerte para ser escuchado —¿eres brujo o algo así cumpleañero?
Seokjin se rio al otro lado de la línea —gracias por el regalo, aún estoy sorprendido y no estoy seguro si es porque los dos lo compraron o porque están juntos en este preciso momento.
Namjoon sonrió y miró de soslayo a su acompañante. —Cuidaremos a tus ballenas por ti.
Jungkook pegó una risotada mientras negaba con su cabeza.
—¡Son delfines idiota!
Seokjin se escuchaba entre molesto y divertido. Namjoon se encogió de hombros —¿viven ambos en el mar, no?
Después de reír por mucho rato Jungkook aclaró su garganta. —Cuidaremos a los niños si es necesario.
—Gracias, creo que después de lo del examen podría ser un buen momento o quizá para las vacaciones de verano.
—Cuando quieran, tienen un año para canjearlo —Namjoon divisó un automóvil que traía sus luces altas. Achicó sus ojos.
—Dios, casi me deja ciego —Jungkook se talló los ojos cuando el automóvil pasó a su lado.
—¿Dónde están?
—En la carretera 5 sur.
—¿En serio?
—Si —Namjoon sonrió.
—Buen viaje —Seokjin sonaba contento —me traes de esos dulces que vendían en la esquina de las tres flores. Hace años que no los como y hace unos días soñé con eso.
—¿Que son? —Jungkook preguntó curioso.
—Unos dulces artesanales. No sé si estarán todavía en la ubicación.
—Me tengo que ir hermano, gracias por el regalo. Jungkook amigo, ahora eres de la familia, ¿no?
La amplia sonrisa de Jungkook hizo que su corazón latiera más rápido. Amaba esa sonrisa.
—Aún no es oficial...
—No se adelanten —Namjoon cambió de carril —dejen a un hombre impresionar, por favor.
—Como sea, lleguen sin novedades... Yoongi les envía saludos.
—Dile a mi cuñado que haremos unas carnes asadas o algo que le guste.
—Está bien... Adiós chicos, disfruten el viaje.
Jungkook y él se despidieron de un animado Seokjin.
—Se escucha bien, lo cual es bueno —Jungkook se acomodó en el asiento bostezando.
—Después de tanta preocupación espero que tenga algunos momentos de paz.
—Si —murmuró el más joven.
Namjoon lo observó por unos momentos. Jungkook hacia cerrado sus ojos y tenía un leve puchero en sus labios.
—Descansa, te despertaré cuando lleguemos.
Jungkook asintió despacio y su respiración se hizo uniforme mientras él seguía conduciendo.
Iba a ser un largo viaje pero estaba contento por primera vez de volver a su ciudad natal. Los recuerdos que lo atormentaban ya no los sentía como una opresión en su pecho. Ya no sentía ese sudor frío recorrer su espalda.
Ahora sentía la real necesidad de mostrarle a Jungkook su pasado, las calles por la que caminó y jugó tantas veces. Los lugares que amaba y los lugares que le hacían llorar.
Nunca era fácil volver pero ahora todo era diferente de la mano del hombre que le hizo volver a confiar en que él podía ser amado nuevamente.
♥️
Y por primera vez para mí ganó el Namkook.
Tengan una linda noche ✨
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