48
Jimin abrió su chaqueta de jean blanca y se la quitó, ese día sábado estaba siendo más caluroso de lo que debía ser mientras caminaba junto a sus mellizos hacia el campamento al que iban cada año a fines de noviembre.
—Ya saben las reglas, ¿cierto?
—¡Sin pelear! —dijo Noa de inmediato.
—Juntos siempre —Do apretó su mano mientras avanzaban hacia el lugar de encuentro. —Y te llamamos si algo pasa, incluso antes que los monitores.
—Muy bien, vendré mañana a las seis a buscarlos.
Los niños asintieron y cuando finalmente los entregó a los monitores se despidió con su mano sonriendo esperando que sus niños tuvieran un buen día junto a los amigos que habían hecho a lo largo de los años y es que ambos iban a ese campamento los fines de semana desde las últimas semanas de noviembre y hasta mediados de diciembre.
Originalmente la idea había sido de Taehyung cuando los mellizos tenían siete años. Inscribirlos en el campamento para que pudieran tener tiempo a solas. Al principio él había sido reticente a la idea de dejar a sus bebés con extraños pero al pasar las semanas y luego los años, se dio cuenta de lo beneficioso que resultaba ser para los cuatro.
Ahora, mientras los veía formarse junto a los otros niños su mentón tembló ligeramente, recuerdos lo invadieron y solo pudo respirar profundo y caminar hacia su automóvil. Atrás habían quedado esas miradas cómplices que prometía Taehyung mientras llevaban a los niños. Solo quedaba el recuerdo de cenas tardías después del sexo sin inhibiciones que podían disfrutar al tener la casa para ellos solos.
Se sentía como si esa hubiese sido otra vida, una en donde Jimin había sido tan feliz pero que ahora no era más que un vago recuerdo y su solitario presente distaba mucho de aquello.
Taehyung se había alejado poco a poco y Jimin comenzó a darse cuenta apenas comenzaron las clases ese mismo año. Y él debía haber visto las señales del engaño pero no lo hizo, nunca pensó que esa sería su vida.
—¡Papá! ¡Papá!
Jimin y otras personas que también iban hacia el estacionamiento se dieron vuelta pero esa voz era inconfundible para él.
Do sonreía mientras llegaba a su lado. —¿Que pasó? ¿Quieres volver conmigo a casa?
—¡No! —Do se rio bajito —nuestro nuevo monitor dice que necesitas llenar unos documentos. Que son otros o algo así.
—Oh, ya veo. —Jimin cambió su chaqueta de mano y caminó junto a su hijo de nuevo hasta el lugar de encuentro —¿y Noa?
—Está con los demás, ahora van a hacer la bienvenida.
Se despidió de su hijo nuevamente luego de que este le indicara donde estaba el monitor. El rubio caminó hasta lo que era una especie de cabaña que servía como oficina y era el lugar donde se hacían las inscripciones presenciales y también se pagaba el campamento.
Él conocía a todo el mundo allí ya que sus mellizos iban hace más de cuatro años pero no conocía al joven que tenía una carpeta color azul en sus manos y que estaba leyendo algo con suma atención.
Cabello negro al parecer recién cortado, tes más bien clara y muchos tatuajes a la vista. Sin duda era muy diferente a todas las personas que allí trabajaban.
—¿Disculpa? —Jimin se paró más recto cuando el hombre alzó la mirada. Tragó saliva y es que aún con todo lo solitario que se sentía podía apreciar la belleza masculina cuando la veía y este tipo era muy atractivo —mi hijo me dijo que tenía que firmar unos documentos... Su nombre es Do. Kim Do.
—Oh sí —el hombre sonrió —soy el nuevo monitor y hay dos documentos que faltan llenar.
—No hay problema. —El hombre de cabello negro se acercó y puso la carpeta sobre el mesón donde Jimin estaba apoyado. —Pensé que había firmado todo cuando los inscribí.
—Es un nuevo consentimiento que se agregó este año. Haré un taller adicional sobre áreas silvestres protegidas y como ayudar a cuidarlas. Su hijo quiso participar... De hecho es uno de los pocos niños que quisieron inscribirse.
Jimin le sonrió al hombre joven, parecía interesante lo del taller, incluso él podría inscribirse si semejante dios griego iba a impartir las clases.
—Suena interesante.
—Eso espero.
La sonrisa tímida del monitor lo dejó unos segundos pasmado pero rápidamente dejó de mirarlo y firmó los benditos papeles. No estaba allí para coquetear y mucho menos con el nuevo monitor de sus hijos aunque esté se viera como modelo de catálogo... O mejor aún, como un actor porno de primera categoría.
—Bien, creo que es todo... —Jimin miró la camiseta ajustada buscando un nombre... Pero solo se encontró con pectorales prominentes y algo de tinta queriendo salir por el cuello de la camiseta.
—Gracias, espero que a su hijo le guste.
—Estoy seguro que sí.
El hombre volvió a sonreír y Jimin lo imitó, cerró su boca porque estaba seguro que estaba a punto de salivar y cuando el monitor extendió su mano él no dudo ni un segundo en estrecharla.
—Muchas gracias señor Park.
Jimin arrugó su nariz —solo Jimin por favor, no soy tan viejo.
—Puedo apreciarlo.
El rubio evitó pavonearse como un pavo real y a cambio soltó la mano del monitor, habían estado todo ese rato con las manos juntas y no se había dado cuenta.
—Bien... ¿Hay algo más que deba firmar?
El chico negó con su cabeza, se veía joven pero Jimin no podía determinar una edad, esperaba que no fuera un chico que estuviera recién saliendo del instituto.
—Solo eso... Jimin.
—Bien... Mhm, ¿cuál es tu nombre?
—Oh, ¿no lo dije? —volvió a sonreír esta vez más amplio y Jimin podía jurar que veía sus ojos brillar, coqueto.
—No, no lo hiciste.
—Jeon Jungkook, encargado del área medioambiental del campamento.
El chico estiró su mano nuevamente y Jimin la tomó sin dudar sintiendo lo seca que estas estaban. Sus dedos duros le hicieron imaginar en lo agradable que sería sentirlas por su piel.
Jimin quitó su mano y aclaró su garganta.
—Bien, me tengo que ir.
Jungkook tomó los documentos y justo en ese momento la puerta se abrió, entraron dos personas más y finalmente él caminó hasta la salida. Antes de abrir la puerta miró hacia el mesón, cruzó una última mirada con el monitor de sus hijos y salió del lugar.
✨
—¿Si llamo a alguien y lo invito a salir de un momento a otro un sábado por la noche, crees que es una llamada sexual?
—Depende.
Jimin rodó los ojos mientras abría un paquete de papas fritas. Su teléfono a un costado en altavoz mientras se acomodaba en su sofá.
—No estás siendo de ayuda.
—Depende si la persona con la que pretendes salir es un polvo casual o algo más serio... Dios, pareces un virgen asustado.
—Ninguna de las dos, es... ¿te acuerdas de lo que te conté hace un tiempo? —Jimin sacó una papa frita y se la llevó a los labios, luego de masticar tomó el teléfono y quitó el altavoz para ponérselo en la oreja.
—Dame una pista.
—Sobre mi primer novio.
—¿El policía caliente?
Jimin se echó a reír —si, jamás debí mostrártelo.
Rebecca, su amiga, se puso a reír histérica al otro lado de la línea —dime que tienes planes de meterte en la cama con semejante hombre, por favor.
—No lo sé —Jimin suspiró —podría ser pero tenemos una historia, no es cualquier hombre con el que podría acostarme y luego seguir adelante... Él fue importante para mí.
—Dios, eres demasiado romántico, Jimin. Estamos hablando de sexo, no de casarse o hacer una vida juntos. Ya tuviste eso amigo, ahora deberías pensar más en algo sin nombre, sin compromiso.
Jimin miró la pantalla de su televisor pero sin realmente mirarla. Se sentía un poco expuesto al hablar de él, aún se sentía como un fracaso absoluto después de su fallida relación con Taehyung.
—Quizás tengas razón.
—Mereces salir y divertirte. Aprovecha que los niños están en su campamento y sal a bailar.
—No me gusta salir solo.
—Iría contigo pero estoy atrapada en mi vida de mamá, de hecho me están esperando para ver una película.
—No te retengo más —Jimin tomó una papa frita.
—Sal, llama a ese hombre ridículamente atractivo... Quizás no termine en la cama pero al menos tendrás una noche diferente y tú yo sabemos que la mereces. No pienses tanto, ¿si?
Jimin suspiró y se despidió de su amiga. Tiró el teléfono a un costado y mordió la papa frita, volvió a mirar el televisor y apreció por unos momentos lo que era al parecer un documental sobre el Amazonas. Quizás, en otro momento, le hubiese puesto atención pero no era el caso.
Miró su celular y mordió su labio varias veces. Lo tomó y revisó la hora, eran cerca de las ocho de la noche. No era tan tarde como para invitar un trago, ¿no? Abrió la aplicación de mensajes y escribió un mensaje pero no lo envío. ¿Sería mejor llamar?
Jimin estaba dudando demasiado, no se sentía preparado para comenzar a salir con otras personas, pero a la vez quería recuperar en algo el tiempo que se había pasado luchando por una relación en la que solo él estaba genuinamente interesado.
Dejó el celular de lado. Ya una vez había fallado cuando quiso salir con Namjoon, eso debía decir algo, ¿no?
Finalmente se acomodó en el sofá y le prestó atención al documental mientras se resignaba a la idea de que más adelante podría hacer algo para no sentirse tan solo y miserable.
Tiempo al tiempo se dijo así mismo mientras disfrutaba de su propia compañía .
✨
—¿Estás bien?
Namjoon sacó dos botellas de cerveza de su refrigerador y le pasó una a su hermano. Caminó hacia la sala y se sentó en uno de sus sofás.
—¿Por qué estaría mal?
El suspiro de su hermano le hizo apretar aún más la botella. Seokjin no era de inmiscuirse en sus asuntos y esa era la dinámica a la que estaba acostumbrado. Le era muy extraño tener a su hermano con cara de preocupación sentado en su sala.
—Estás bebiendo mucho.
—Siempre lo hago. No veo el problema.
—Nunca me llamas y últimamente lo estás haciendo cuando estás borracho. Me preocupa que lo hagas incluso apenas está saliendo el sol... Habla conmigo, Nam.
El familiar sabor de la cerveza le hizo sonreír, ¿estaba bebiendo tanto? La verdad es que no estaba llevando la cuenta.
—Me suspendieron por dos semanas gracias a ese hijo de puta, tu cuñado.
Seokjin suspiró. —Lamento escuchar eso.
—Mi jefe me ofreció un trabajo particular mientras estoy suspendido.
—¿Un trabajo?
—Me pidió cuidar a Jungkook mientras está en sus labores. —Namjoon se echó a reír —si el viejo supiera el daño que le he hecho a su hijo me enviaría a otra unidad sin pensarlo.
Seokjin se quedó en silencio por muchos segundos. Namjoon sabía que Jungkook era un tema importante para Seokjin. En poco tiempo se habían vuelto muy unidos y conocía demasiado bien a su hermano, casi podía escuchar un sermón venir en cualquier momento.
—Jungkook está en un campamento ahora mismo, se suponía que el trabajo era para el verano pero lo llamaron antes y está muy feliz con eso... No estoy seguro que verte custodiándolo sea agradable para él.
—Por eso me negué a hacerlo. Otro tipo tomó el trabajo y está en ese campamento cuidándolo, no creo que se haya dado cuenta aún.
—Se va a dar cuenta, es un tipo inteligente, además de que su padre le comentó que tendría a una persona cerca de él.
—Si, él se va a dar cuenta tarde o temprano porque el agente que tomó el trabajo es un incompetente. —Namjoon tomó un largo sorbo de cerveza casi acabando su contenido. Miró la botella y luego a su hermano.
—Dime una cosa, ¿estás bebiendo tanto porque no puedes cuidarlo tú? ¿Eso es lo que te tiene así?
La botella quedó vacía en sus manos mientras la miraba con su ceño fruncido, estaba confundido, tenía todo tipo de pensamientos acerca de la seguridad de Jungkook y a la vez no quería inmiscuirse tanto porque sabía que todo podía terminar muy mal.
—Me preocupo por él. Tú también lo estás sino no estaríamos hablando de esto.
—Yo no me acuesto con él.
—¿Que significa eso? —Namjoon se puso de pie, tomó una nueva cerveza de su pequeño refrigerador de alcohol y volvió al sofá.
—Sabes muy bien a lo que me refiero. ¿Tan malo sería tener una relación?
—Para él sí, no puedo darle lo que quiere.
Seokjin suspiró fuerte frente a él, sonaba como si quisiera golpearlo y quizá se lo merecía.
—Deja de engañarte, él te importa y mucho. Deberías darte la oportunidad.
—No puedo.
—Dios, eres exasperante.
—Prefiero seguir solo, si estás solo nadie te hace daño. Nadie te abandona ni te decepciona... No quiero ser eso para Jungkook, por mucho que a veces imagino como sería estar a su lado, ser amado por él. —Namjoon se acomodó en el sofá y cerró sus ojos —él merece un hombre que lo ame sin miedos, sin un pasado que lo atormente.
—Cierra tu ciclo con Jimin, hazlo de una vez para que no te conviertas en un tipo solitario que bebe todo el tiempo porque tiene miedo a enamorarse de nuevo.
Namjoon quedó solo después de esas últimas palabras y estaba más que clara la posición de su hermano. Tenía que cerrar su ciclo pero le aterraba la idea de ver a Jimin. Verlo y volver a sentir lo que por tantos años trató de negarse.
Se puso de pie y no volvió a tomar una nueva botella de cerveza, necesitaba algo más fuerte pero antes fue hasta su habitación para buscar su cajetilla de cigarros. La tomó de su mesita auxiliar y el brillo de su teléfono le hizo dirigiese a su cama. Se acostó sobre esta y revisó la notificación. Jungkook había publicado una nueva fotografía a Instagram y él no dudo en revisarla.
Detallando cada facción, Namjoon, se encontró más tiempo del debido mirando ese rostro sonriente. Jungkook se veía feliz, su cabello estaba más corto y aunque estaba usando una camiseta del campamento se veía precioso. Revisó los comentarios y ya tenía un buen número de ellos. Varias mujeres pero también muchos hombres elogiaban su atractivo e incluso varios lo invitaban a salir.
Nam apagó la pantalla y tiró el teléfono a un costado no queriendo leer nada más. Miró su techo más tiempo del que debería y es que no debía sentir celos de los posibles pretendientes que Jungkook pudiera tener. Era algo bueno, ¿no? Que Jungkook tuviera oportunidad para conocer a alguien que lo quisiera... Pero no se sentía así y Namjoon estaba enojado consigo mismo por ser un cobarde y no aceptar lo que realmente estaba sintiendo por Jungkook.
Volvió a tomar su teléfono y se sorprendió de ver un escueto mensaje en sus notificaciones.
¿Estás libre ahora mismo?
Namjoon se sentó en la cama ante el inesperado giro de esa noche y leyó de nuevo el mensaje, se puso de pie y lo respondió. Vagó por su habitación hasta que el mensaje fue contestado.
¿Cena tardía?
Respondió nuevamente ante el segundo mensaje y cuando leyó la dirección a la que había sido convocado se cambió de ropa y se lavó rápidamente los dientes. Tomó su billetera y sus llaves. Apagó todas las luces de su departamento y salió hacia la cálida noche de fines de noviembre para reencontrarse con su pasado.
✨
Jimin mordió su labio muchas veces antes de darse cuenta que se estaba haciendo daño. Se pasó el dorso de su mano para quitar un poco la sensibilidad y miró nuevamente hacia el estacionamiento esperando ver a Namjoon.
El impulso de invitarlo llegó a él de un momento a otro y probó con un escueto mensaje que no pensó que fuera respondido. Pero Namjoon respondió y ahora él estaba hecho un lío nervioso mientras lo esperaba.
Había elegido un restobar para una cena tardía, su estómago molestaba y estaba casi seguro que no era por la falta de una buena comida. Había pasado toda la tarde comiendo tonterías sin tener reales deseos de cocinar. Comer solo lo deprimía, todavía no se acostumbraba a ello y quizás por eso su estómago era un lío pero no sé mentía a su mismo, ver a Namjoon lo tenía más nervioso de lo que esperaba.
Una camioneta negra enorme se estacionó cerca de él, Jimin miró en su dirección y se quedó sin aliento cuando vio a Namjoon bajar de esta. Maldita sea, el tipo era demasiado guapo. Sin duda los años habían sido beneficiosos y ahora Jimin no sabía que hacer con el deseo que lo quemaba por dentro.
Arregló su cabello por última vez y se bajó. Namjoon aún no lo veía mientras se acercaba y ciertamente no debía verse tan atractivo mientras fumaba un cigarrillo pero esa chaqueta de cuero negra le quedaba increíblemente bien.
—Hola —Jimin metió las manos en su chaqueta de mezclilla blanca cuando llegó a él.
—Profesor Park.
Jimin sonrió y miró el cigarrillo que descansaba entre los largos dedos del policía.
—Veo que el hábito no te ha abandonado.
—He intentado por años dejarlo, supongo que no podré nunca.
—Puede ser.
—¿Te molesta el humo?
—¿Quieres que te diga la verdad?
Namjoon lo miró con una intensidad que le hizo tragar saliva. Dudó unos segundos mientras el policía se acercaba un poco más a él. El perfume de Namjoon fue lo primero que sintió, masculino y seductor.
—¿Olvidaste como me gano la vida? Siempre quiero saber la verdad.
Jimin asintió lentamente, su corazón estaba latiendo realmente rápido, sus manos sudaban dentro de los bolsillos de su chaqueta pero no se movió, a pesar de lo inquieto que se sentía no dio ni un paso lejos de Namjoon.
—Nunca me gustó el olor a cigarro... Pero extrañamente en tu boca no sabía mal. Aunque eso fue hace años, ¿no?
Namjoon alzó una ceja y tiró el cigarrillo sin mirar hacia donde caía. No quedó distancia alguna mientras lo rodeaba con sus fuertes brazos.
—¿Quieres probar de nuevo? Estoy seguro que el sabor es el mismo.
Jimin mordió su labio inferior mientras miraba la decisión en Namjoon. Siempre había sido así; intenso, poderoso y nunca dudaba en ir detrás de lo que quería. Al contrario de él que pensaba demasiado en las cosas, la impulsividad no era parte de él.
Pero esa noche no quería ser como siempre, esa noche quería tomar la oportunidad que la vida le había quitado.
Moviendo sus ansiosas manos por la chaqueta de cuero, se afirmó de esta y se acercó todo lo que pudo a la boca de Namjoon. No fue tarea fácil y es que parecía que el policía estaba haciendo que trabajara para obtenerlo.
Cuando finalmente sus bocas se rozaron Jimin cerró sus ojos y la temblorosa respiración de Namjoon le hizo sonreír pero fue solo un pequeño gesto que dio paso a un beso cauteloso. Sus labios apenas rozándose mientras el mundo parecía desaparecer alrededor.
Tantos años habían pasado pero la familiar presencia de Namjoon estaba allí, también lo estaba esa fuerza que le hacía sentir protegido.
Los recuerdos llegaron a él uno tras otro mientras sus manos tomaban el rostro del azabache para poder besarlo como lo estaba ansiando.
Una lengua caliente barrió su boca y el sabor del tabaco se hizo presente. El fuerte cuerpo de Namjoon se impuso sobre él y lo empujó hacia la camioneta. Jimin abrió sus ojos y un quejido de sorpresa abandonó sus labios.
Namjoon le sonrió con una sonrisa arrogante que le hizo cosquillas en su interior.
—¿Y?
Jimin se pasó una mano por su cabello en un acto de nerviosismo puro. La cercanía de Namjoon le estaba haciendo difícil la tarea de pensar.
—¿Que? —murmuró como un idiota.
El azabache se echó a reír y su risa hizo eco por todo el estacionamiento mientras se alejaba de él y comenzaba a caminar rumbo al resto bar.
Jimin lamió sus labios y arregló su ropa para luego seguirlo y quizás de alguna manera poner en orden a su cerebro pero más urgente; a su cuerpo que clamaba por un poco de atención.
✨
Buenas !! Espero que estén teniendo buena salud y mejores días ❤️
Dejo un nuevo capítulo para ir avanzando hacia un final aunque estaba pensando dividir el libro en temporadas no sé qué les parece. Tengo tanto que escribir aún pero esto se va a hacer eterno 🥺
Muchas gracias x seguir aquí y a las nuevas lectoras espero que les esté gustando la historia 🥰🥰
Lxs amo mucho 💋
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