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—¿Que película vamos a ver?
Yoongi lo miró, parecía pensativo y Seokjin sabía que tenía que ver con Jihwan. Su novio había recibido una llamada media hora antes y desde ese momento estaba metido en sus pensamientos.
—Jihwan quiere ver Monster inc.
—Me gusta. —Seokjin dejó el lugar donde había estado apoyado mirando a Yoongi y se acercó a él para envolverlo en un abrazo. —Deja eso, después cocinamos. Habla conmigo.
Yoongi cerró sus ojos suspirando pero apoyó su cabeza de inmediato en su pecho mientras compartían un abrazo tranquilizador.
—Los niños han estado molestando a Jihwan porque le gusta jugar con muñecas. Tienen un lugar dentro del salón que imita una cocina, tiene de todo, ya sabes.
Seokjin hizo una mueca con su boca, no podía entender como niños tan pequeños podían ser tan crueles.
—¿Por eso peleó?
—Si, la verdad es que no sé como abordar el tema con él porque para mí no es algo anormal que juegue con muñecas, pelotas, lo que quiera. —Yoongi se encogió de hombros —jamás lo crié bajo ningún estereotipo por lo que no sé como afrontar un tema que para nosotros, para esta familia es normal.
—Y estás haciendo una labor increíble, tus niños son felices y están siendo criados con amor y respeto. Entiendo que te frustre que el resto de las personas no puedan hacer lo mismo pero siento que tienes que abordar esto de manera frontal. Jihwan es dulce e inocente, no va a entender aún los alcances de esto, por lo que creo que debes hacerle ver qué el mundo es duro, que las personas son dañinas pero que al contrario él no se debe dejar amedrentar.
—Suena fácil.
—No lo es, pero si no lo preparas tú, ¿quien lo hará?
—No lo sé. Nadie. —Yoongi suspiró.
—Los niños son crueles pero él puede estar preparado. Es pequeño aún, eso es cierto pero creo que es momento de que comience a defenderse. Sus compañeros le dicen cosas hirientes, le dicen que es raro y esas cosas... Que se defienda no va a cambiar su corazón, Yoon.
Los brazos de Yoongi lo envolvieron más fuerte sobre su cintura, Seokjin besó su cabello y se quedaron en silencio mucho rato hasta que Eunho entró a la cocina.
—Uh...
Se separaron un poco, no del todo, solo lo suficiente para darle atención al adolescente.
—¿Tienes hambre?
Eunho negó —Jihwan está botando la mitad de sus juguetes por la ventana.
—¿Que? —Yoongi salió de la cocina de inmediato.
Seokjin y el chico se miraron un lapso de tiempo, no solían estar solos pero Eunho se había quedado allí y aparentemente quería decirle algo por sus ojos nerviosos. Increíblemente Seokjin comenzaba a conocer a los delfines.
—¿Me puedes ayudar a cocinar algo para ver la película? Creo que tu papá quería hacer papas fritas.
—Está bien.
Eunho se puso un delantal de cocina y le pasó uno a Seokjin quien se lo puso de inmediato. Las papas ya estaban peladas y cortadas, solo debía encender la freidora y estarían listas en poco tiempo.
—¿Con que te gustaría acompañar esto? —Seokjin miró al castaño —¿quizás una salsa?
—¿Salchichas? Papá no nos deja comer muy seguido pero siempre compra.
—Vamos a ver —Jin abrió el refrigerador y tomó un paquete que contenía cinco salchichas. Abrió el empaque y las lavó. —¿Sabes cortar?
Eunho asintió de inmediato —papá nos compró cuchillos especiales.
Seokjin sonrió, Yoongi siempre pensaba en todo, era tan meticuloso y ordenado que le hacía difícil creer que ambos pudieran compartir sin mayores problemas ya que él jamás había sido del tipo ordenado, tampoco de los fanáticos de la limpieza.
Eran una mezcla extraña pero funcionaban bien.
—Busca tus cuchillos, chef.
Eunho se rio bajito y buscó entre los tantos cajones un estuche de color negro y efectivamente sacó de allí un cuchillo mediano de color amarillo.
—Papá se aburrió de decirme que no usara sus cuchillos, estos tiene poco filo.
—¿Te gusta cocinar?
—No mucho —Eunho se encogió —pero a papá le gusta estar aquí.
—Ya veo, lo haces por él.
—Si, no me gusta que esté solo... Bueno, que estuviera solo antes.
—Entiendo —Jin sacó la tabla para cortar y la puso sobre la superficie —ahora mismo no es necesario que cortes las salchichas, puedo hacerlo yo.
—Uhm... Eso sería mala educación.
—No lo creo, no me importaría, en serio.
Eunho lo miró, sus ojos marrones claros fijos en los suyos. Nunca había mirado al chico de tan cerca, no se había fijado en que sus ojos tenían dos colores. Café claro y hasta un poco verdoso si se miraba con atención.
No se parecía en nada a Yoongi, por lo que Seokjin atribuía sus rasgos al padre biológico. El tipo que abandonó a Yoongi y odiaba aceptarlo pero el tipo tiene que haber tenido muy buenos genes, Eunho era un niño bonito, tenía rasgos muy finos.
—¿Puedo hacer una pregunta?
Seokjin trató de no darle importancia pero el sudor frío que recorría su nuca le dijo otra cosa. Los adolescentes eran un poco escalofriantes para Seokjin.
—Claro, puedes preguntar.
—Papá me ha dicho que conoció a muchas chicas en la universidad pero que no fue novio de ninguna, ¿tu has tenido novias?
—Solo una la verdad.
—Pero sabes de mujeres, ¿no? —Eunho arrugó su ceño como si estuviera frente a un estafador de talla mundial.
Seokjin se echó a reír —eso jamás, nunca podrás conocerlas por completo.
—Parece difícil.
—¿Hay alguna niña que te guste?
—No lo sé... Ella es linda, supongo.
—Tómalo con calma.
—Mis amigos ya han tenido sus primeras novias, ellos están tan metidos en eso que ya ni siquiera hacemos cosas juntos... No me gusta eso.
—Algunos se adelantan y que dejen a sus amigos atrás es algo que lamentablemente pasa. No se puede hacer nada para remediarlo.
—Yo no quiero ser así.
—Quizá no lo seas, todo a su tiempo, Eunho.
—Jia me invitó a su cumpleaños, pero no sé si debería ir —Eunho comenzó a cortar las salchichas —va a estar Kevin.
Jin asintió, no había vuelto a escuchar sobre el amigo, o ex amigo de Eunho. No después de que Yoongi hubiese hablado con los padres del niño y con el instituto.
—Si piensas que va a ser incómodo para ti entonces no deberias ir.
—Pero quiero ir.
—Entonces asiste e ignora completamente a este chico, Kevin.
—Él me ha escrito un par de veces pidiendo disculpas.
—¿Que respondiste?
—Nada. Nunca lo hago.
Seokjin evitó suspirar, los chicos de la edad de Eunho le daban dolor de cabeza, eran un poco enredados en sus pensamientos, confusos la mayor parte del tiempo que hacían que se frustrara tratando de entenderlos.
Había tratado con chicos de la edad de Eunho antes, por distintos trabajos había tenido que lidiar con esa complicada etapa. Ahora que tenía a un adolescente tan cerca no tenía idea si estaba ayudando en algo o solo estaba creando más confusión y frustración a la mezcla.
—Entonces —Seokjin revisó la freidora, no era como las que conocía —¿donde va el aceite?
—Es una freidora de aire —la voz de Yoongi le hizo girarse de inmediato —no lleva aceite, es lo más saludable que hay.
—Ya veo, entonces, ¿solo ponemos las papas aquí?
—Si, pero hay que secarlas bien.
Jin hizo eso, tomó una toalla de papel y comenzó a aplastar las papas sin mucha presión, solo para quitarle la poca humedad que tenían.
—¿Todo bien con Jihwan?
Yoongi negó acongojado —está enojado y triste.
Eunho ya no estaba en la cocina cuando Seokjin estiró su brazo e invitó a su novio para un abrazo. No sabía que más hacer para demostrarle su apoyo.
—¿Lo vas a sacar de la escuela de tarde?
—No puedo hacerlo, no tengo quien lo cuide, la chica que lo cuida estudia y la verdad es que me da un poco de desconfianza contratar a cualquier persona.
—Hay agencias de niñeras, he visto avisos.
—Si, también he visto, pero así como están las cosas con él no sé si es la mejor opción, siento que necesita más de mí y yo no puedo darle más tiempo, tengo que trabajar —Yoongi suspiró —es difícil trabajar y criar. Los niños se sienten solos. No me lo dicen pero yo sé que es así.
Seokjin lo abrazó más fuerte, sus brazos dando el consuelo que sus palabras no podían.
—Estoy seguro que ellos entienden dentro de todo, saben que te tienen a ti, que tú harías lo que fuera para que ellos estén bien y no les falte nada. Yo entiendo que el tiempo juntos es importante, te lo digo yo que en mi infancia y adolescencia tuve que hacerme cargo de Namjoon todas las noches y las mañanas porque mi mamá trabajaba en ese horario.
—No lo sabía. Lo siento.
—No lo entendía en ese momento y si te soy sincero tampoco lo entiendo ahora de adulto, mi madre podría haber tenido un trabajo normal, ya sabes, horarios de tarde aunque sea pero ella eligió otra cosa y nosotros tuvimos que adaptarnos a eso. Pero eso no es comparable a lo que haces por los delfines.
—Siento que es insuficiente.
—Yo no lo veo así, Yoon. Tienes un buen horario, tienes posibilidad de hacerles cena y mandarlos a dormir, estar en sus fines de semana. Haces mucho por ellos, por tu familia y eso es lo que ellos van a valorar en el futuro. Quizás ahora las cosas están un poco revueltas pero no es tu culpa y debes dejar de culparte. Haces lo que está a tu alcance y ellos lo verán también de esa manera.
Yoongi aplastó su cara contra su pecho respirando pesadamente. Seokjin besó su frente para que pudieran verse a los ojos.
—Gracias —Yoongi cerró sus ojos mientras tomaba sus labios.
Seokjin no dudó en tomarlo de las mejillas mientras abría su boca para dejarse besar. Empujó suavemente a su novio contra la encimera y deslizó su lengua por su labio para luego introducirla de lleno buscando el sabor de Yoongi.
La posesión que sentía por él lo atravesó como un cuchillo. No quería que nadie le hiciera daño, no quería que nadie dañara a los niños. Quería cuidarlos a todos, proteger a Yoongi y ser su apoyo en tiempos difíciles.
Quería ser parte de la familia, quería ayudarlos a vivir en paz y no tenía idea como hacerlo, como ser esa fortaleza que ellos tres necesitaban.
—Te amo tanto —Yoongi susurró en sus labios y eso fue todo para que Seokjin lo besara con mucha más intensidad olvidando que cualquiera de los niños podía aparecer en la cocina y verlos.
Sus manos se deslizaron por el cuerpo de Yoongi, acarició su pecho y fue bajando hasta su cintura para luego bajarlas hasta su trasero. Apretó suavemente sacándole un quejido a su novio que viajó directamente a su pene.
Quería volver a tenerlo bajo él, quería escucharlo gemir mientras lo embestía con fuerza. Morderlo y ponerlo en cuatro patas para enterrarse dentro de él y llenarlo con su semen.
El gemido provino de él mismo ante sus pensamientos y dio un paso atrás cuando se dio cuenta que tenía a Yoongi casi sobre la encimera. Respiró con dificultad mientras se pasaba una mano por su dura polla. Mierda. Nunca le había pasado tal cosa, jamás había perdido el control con otra persona pero eso le pasaba con Yoongi, le pasaba todo el tiempo y todavía no sabía como controlarse cerca de él.
Yoongi lamió sus labios y a Seokjin le costó toda una vida no acercarse y frotarse contra él como un animal.
Lo quería sin embargo, quería poseerlo.
—Deja de mirarme así —Yoongi tragó saliva y bajó su mano hasta su entrepierna.
—Lo siento —Seokjin se rio —¿debería irme? No creo que pueda dormir contigo sin saltar encima tuyo apenas estemos en la cama.
La boca de su novio se abrió, se veía sorprendido y un lindo rubor rosado apareció en sus mejillas.
Yoongi era hermoso... Y era suyo para amarlo.
—No te atrevas —Yoongi cerró sus ojos por un momento y luego los abrió —hoy duermes conmigo... O sobre mi —Yoongi sonrió con una ceja alzada —ya veremos.
El ambiente íntimo se vio interrumpido por el timbre. Ambos se miraron confundidos, no estaban esperando a nadie y ya eran cerca de las siete de la noche, ¿quién podría ser?
Yoongi apretó varios botones en la freidora y salió de la cocina para abrir la puerta. Seokjin lo siguió, por pura curiosidad y su ceño se arrugó cuando vio a los mellizos Kim entrar a la casa confundidos como ellos mismos.
Taehyung se veía agitado. Yoongi intercambio una mirada con Seokjin y luego ambos miraron al recién llegado.
—Hola, siento interrumpir pero necesito que los cuides un par de horas.
—¿Pasó algo? —Yoongi preguntó.
—No, es solo que tengo algo importante que hacer y no puedo llevar a los niños. Tampoco puedo llevarlos con Jimin y Victoria no está en casa.
Eunho apareció en la sala y se llevó a sus primos, entonces quedaron solo ellos tres.
—¿Hasta que hora quieres que te los cuide? Mañana hay clases.
—Solo un momento... Siento no haber llamado es que esto es algo que salió en el último momento.
Seokjin decidió que era momento de salir de la sala, no era su asunto el atender a Taehyung por lo que caminó por el pasillo y se paró fuera de la puerta abierta en la habitación de Jihwan.
—¿Puedo entrar?
El pequeño azabache alzó su cabeza desde donde estaba sentado en el piso alfombrado de su habitación y asintió. Una pequeña sonrisa que le hizo sonreír también a él fue su respuesta.
—Nunca había entrado a tu habitación —Jin observó el lugar —tienes muchos libros.
—Papá dice que es bueno leer. Yo estoy aprendiendo.
—Eres pequeño aún.
—Puedo leer los letreros —Jihwan dijo.
—Yo también hacia eso cuando era pequeño, mis favoritos eran los de los supermercados.
El niño no se veía como de costumbre mientras deslizaba un pequeño auto de color verde sobre la alfombra, parecía triste y distraído. Había una caja de cartón a un costado de otra más grande y Seokjin de inmediato se dio cuenta de que era.
—¿Que pasa con estos juguetes?
Jihwan se encogió de hombros —ya no los quiero. Son de niñas.
Se veían sucios, quizás esos eran los juguetes que había tirado por la ventana.
—Pero son tuyos, ¿no los vas a extrañar si tu papá se los lleva?
—No.
Los delfines eran testarudos. Seokjin sonrió levemente, le recordaba levemente a como él mismo y su hermano Namjoon habían sido en su momento.
—Yo creo que sí los vas a extrañar y por lo mismo no deberías deshacerte de ellos. Son tuyos, nadie puede decirte con que deberías jugar. Esa es tu elección.
Jihwan parecía dudar pero finalmente movió su cabeza.
—¿Quieres jugar conmigo?
—Claro.
El niño se movió hasta la caja de cartón y sacó varias muñecas Barbies, había un poco de ropa y unas pequeñas figuras de perros y gatos.
—Serim me las dio, ella ya es grande.
—Son muy lindas —de manera torpe Seokjin le pudo poner un vestido de lentejuelas a una de las muñecas y como no encontró los zapatos iguales le puso una zapatilla blanca y un tacón también de color blanco.
Jihwan se rio de su elección mientras peinaba el cabello rubio de la Barbie. —Ella tiene el mismo color que tú.
Jin se rio —en realidad mi cabello es negro, pero me gusta pintarlo aunque ya me estoy aburriendo.
—A papá le gusta.
—¿Si? —Jin interesado le prestó toda su atención. Jihwan era tan pequeño pero parecía más dispuesto a entregar ciertos detalles que él agradecía saber.
—Ajá, ¿a ti te gusta su color de cabello?
—Si, me gusta.
—Entonces le diré que nunca se lo pinte de otro color.
Seokjin terminó por ponerle una chaqueta de mezclilla a su muñeca y la observó. Luego miró a Jihwan —me gustaría aún si tuviera el cabello blanco.
Jihwan se rio también y cuando estaban por vestir a la última Barbie, Yoongi, entró a la habitación.
—¿Cena para seis? —dijo cauteloso.
—Está bien para mi —Seokjin no iba a poner más leña al asunto, aún si encontraba que Taehyung era un imbécil sinvergüenza. Pero era el hermano de su novio aunque le pesara. —¿Te ayudo con la cena?
Yoongi negó de inmediato —le diré a Eunho y a los mellizos que pongan la mesa, comeremos en el comedor grande.
Seokjin alzó su creación —mira, ¿te gusta este estilo?
La boca de Yoongi se contrajo cuando vio los zapatos diferentes y se rio mostrando sus pequeños dientes. La felicidad irradiaba nuevamente en él.
Todo estaba bien.
—Digamos que la moda no es lo tuyo, cariño.
—Oye, a Ji le gustó, ¿cierto?
Jihwan estiró su dedo pulgar y sin previo aviso se acercó a él y se apoyó en su brazo. Seokjin miró a Yoongi y tan conmocionados quedaron que no dijeron una palabra.
Jin no sabía si debía abrazarlo, Yoongi se había ido a la cocina con una brillante sonrisa en su linda cara por lo que hizo lo que su intuición le decía.
No iba a rechazar una muestra de cariño de Jihwan por lo que estiró su brazo y lo dejó sobre el pequeño hombro del azabache.
—¿Puedes vivir aquí? Quiero que vivas aquí y juguemos a las Barbies.
Seokjin se quedó en silencio, no podía darle una respuesta certera, llevaba muy poco tiempo con Yoongi como para decidir a tomar un paso tan importante. Pero también Yoongi le había abierto las puertas de su hogar, le había dado la confianza necesaria para que conociera a sus hijos. Y en reciprocidad, Seokjin, le había contado sus más grandes secretos.
Yoongi era su persona, él lo sabía.
Tomándose su tiempo Seokjin pensó en su respuesta. No había conversado con Yoongi sobre mudarse juntos. Era muy pronto para aquello, pero eventualmente podría ser una opción.
—Quizá más adelante, por mientras puedo venir a jugar contigo cuando quieras.
Jihwan saltó en su lugar y corrió hasta su armario. Sacó una pelota de basquetbol naranja y comenzó a darle botes.
—¡Podemos también jugar al baloncesto antes que te vayas!
Quería esa energía, Seokjin metió las muñecas en la caja nuevamente y se levantó con dificultad. Sus rodillas ya no eran las de antes.
—Está bien, juguemos.
Después de mucho rato Seokjin estaba exhausto, la energía de Jihwan era enorme comprada a la de él. Fue increíblemente feliz cuando Yoongi los llamó a cenar y luego de que los niños lavaran sus manos se sentaron en la mesa. Era ruidoso y Seokjin todavía no se acostumbra a los mellizos pero estaba bien, eran parte de la familia.
No había comido ni dos papas fritas enteras cuando su teléfono comenzó a sonar. Lo sacó de su pantalón y se sorprendió de que fuera Namjoon el que lo estaba llamando.
Yoongi le dio una mirada curiosa.
—Es Namjoon. —Sin decir más se puso de pie y caminó hasta la cocina para contestar. Lo primero que escuchó fue el ruido que había en donde sea que su hermano se encontrara.
—Necesito que vengas por mi.
—¿Que? —Seokjin miró la hora en su teléfono, eran cerca de las ocho y media. —¿Donde estas?
—En la comisaría, me dejaron tener mi teléfono, ya sabes, soy de la familia.
—¿Estás ebrio?
—No, en realidad estoy detenido, ¿puedes venir a firmar para que me pueda ir?
—¿Que mierda hiciste?
Namjoon bufó al otro lado de la línea —defendí a Jungkook del jodido acosador que tiene. Nos golpeamos un par de veces, me detuvieron y a él lo mandaron a un hospital pero ya está aquí, lloró como un maldito bebé cuando le di un puñetazo en la nariz.
Seokjin cerró sus ojos y se pasó una mano por su rostro. Sintió que alguien entraba a la cocina y se giró para observar a Yoongi. Se veía preocupado y Seokjin se sentía de la misma manera.
—Está bien, iré, ¿Jungkook también fue detenido?
—No, el idiota de su jefe le dio la noche libre, debe estar en tu departamento, le dije que se llevara mi camioneta, no quería que se fuera en taxi. Es más seguro, ya sabes.
Wow, ¿ese era un avance? Era quizás un dato no muy importante pero Namjoon al parecer estaba dando más por Jungkook de lo que parecía.
—Saldré ahora.
—Gracias hermano.
Seokjin cortó la llamada —me tengo que ir, detuvieron a Nam, larga historia.
—Oh. Está bien.
—Espero desocuparme pronto, siento tener que irme.
—No te preocupes, si te llamó a ti es por algo.
Seokjin asintió y juntos salieron de la cocina. Tenía hambre pero Yoongi tenía razón, Namjoon lo había llamado a él por una razón. No iba a dejar a su hermano solo.
—Volveré pronto.
—Toma, llévate mi automóvil.
—¿Seguro? —Jin tomó las llaves y besó rápidamente los labios de su novio.
—Así vuelves más pronto.
El rubio asintió, se despidió de los niños y salió de la casa. Abrió el automóvil y mientras el motor calentaba llamó a Jungkook. La llamada pasó a buzón de voz y Seokjin rodó sus ojos. No intentó nuevamente y tomó la calle de salida hacia la comisaría donde su hermano trabajaba. Nunca había tenido que ir, Namjoon jamás había pedido su ayuda antes, ¿que tan jodido había resultado todo?
Esperaba que no fuera tan complejo y pudiera volver a casa de Yoongi pronto.
Cuando llegó a la comisaría estacionó un poco lejos ya que habían muchos vehículos estacionados cerca de la entrada, no importaba de todas maneras.
Abrió la puerta de vidrio y entró al bullicioso lugar. Se acercó al mesón pero antes de que pudiera decir que hacía en ese lugar escuchó su nombre.
Namjoon se veía como si hubiese recibido una paliza, no tenía moretones ni nada pero su ropa estaba en las peores de las condiciones. La camisa estaba por fuera de su pantalón, se veía sucia y su cabello estaba revuelto por todos lados.
L
—¿Que mierda te pasó?
—Ya te dije, ese imbécil no dejaba tranquilo a Jungkook y tuve que intervenir.
Seokjin se talló los ojos —¿Nos podemos ir ya?
—Hay que firmar unos documentos.
—Como si fueras un mocoso.
Namjoon se rio —no lo soy, pero eso hará que no me castiguen más de lo que ya lo va a hacer mi jefe.
—Bien, como sea.
Pasaron a una oficina, muchos de los compañeros de Namjoon se burlaron de él y Seokjin disfrutó un poco de eso, de algo que sirviera haberse perdido la cena en casa de Yoongi.
Namjoon se despidió de sus compañeros, tan fácil como eso, no hubieron denuncias al parecer y es que quien sea que sea el tipo que estaba acosando a Jungkook no presentó ningún cargo por agresión.
—¿Vas en serio con Jungkook?
Su hermano encendió un cigarrillo cuando estuvieron fuera de la comisaría. Él lo miró y se encogió de hombros.
—Es complicado —esa fue su respuesta y Seokjin no sabía que decir al respecto.
—No lo ilusiones si después lo vas a dejar de lado.
—Mira, no pedí tu opinión, Jungkook es alguien mayor. Él sabe que no es exclusivo.
El cigarrillo se terminó y también la conversación. Seokjin no tenía que meterse, eso estaba claro. Pero en el tiempo que llevaba viviendo con Jungkook le había tomado cariño, el chico era uno de los buenos y su hermano al parecer no quería ver el potencial que tenían.
—Ya que te ayudé a salir de tu problema me iré. ¿Quieres que te lleve a tu departamento?
—No, debo ir a otro lado, pediré un taxi. Gracias. Siento haberte molestado.
Su hermano se alejó y Seokjin suspiró. Volvió al automóvil de Yoongi y arrancó el motor, ya eran más de las once la noche, ¿cómo había pasado tan rápido la hora?
Estacionó fuera de la casa de los Min luego de manejar casi por quince minutos.
Estaban todas las luces apagadas. Seokjin miró hacia la casa y dudó si entrar, quizá lo mejor sería dejar las llaves en el buzón y volver a su departamento. No quería despertar a los niños.
Su teléfono vibró y un mensaje llegó. Lo revisó y el alivio lo recorrió por completo al leer que Yoongi lo estaba esperando.
Se bajó, cerró el automóvil y abrió la reja, la puerta de entrada se abrió y Yoongi lo recibió con un beso.
—¿Todo bien?
—Si, ¿los delfines?
—Durmiendo, Taehyung no contestó mi llamadas y me preocupé, llamé a Jimin y vino a buscar a los niños. Creo que interrumpí una cita o algo porque vino muy bien vestido. —Yoongi hizo una mueca.
—Hiciste bien, él tenía que saber.
Yoongi cerró la puerta y ambos se quedaron allí en la entrada.
—Mi hermano cavó su tumba hoy, Jimin estaba tan molesto, nunca lo había visto así.
—¿Pudiste comunicarte con tu hermano?
—No y ya me estoy cansando. No habíamos hablado desde halloween y viene como si nada a tirar a mis sobrinos. No puedo tolerar esto, en serio, se está pasando y lo peor es que está arrastrando a los mellizos.
—Ya, vamos a la cama. Mañana debes madrugar.
Yoongi lideró el camino en la oscuridad. Entraron al dormitorio y Seokjin entró al baño, se lavó los dientes para luego ponerse el pijama que Yoongi había dejado para él. Lo olió mientras se lo ponía y una sonrisa perezosa se asomó en su boca. El momento más esperado del día había llegado aunque no era ni por asomo como de lo había imaginado.
La habitación estaba iluminada solo por las lámparas, una a cada lado de la cama. Yoongi ya estaba acostado, tenía sus gafas puestas mientras miraba su teléfono concentrado.
Seokjin se metió en la cama cruzó sus brazos detrás de su cabeza y miró el techo mientras sus músculos se relajaban.
Yoongi dijo una maldición y eso fue suficiente para girar su cabeza y mirarlo.
—Taehyung estaba en la comisaría del área sur. Lo detuvieron por una pelea en un bar.
—¿Una pelea?
—Joel me está escribiendo, al parecer se trenzó a golpes con un policía, él como es abogado lo fue a sacar sin problemas... ¿Te das cuenta? Yo cuidando a los niños mientras él anda peleando en un bar de mala muerte.
Seokjin cerró sus ojos cansado, maldita sea, como podía ser que todo fuera de esa manera. Cómo habían coincidido todos en una ciudad tan grande, no tenía sentido.
—Namjoon también fue detenido hoy.
—¿Que?
—Eso fui a hacer, al parecer Taehyung y Namjoon se pelearon a golpes en el bar donde Jungkook trabaja.
—Espera —Yoongi se sentó en la cama, se quitó sus gafas, su rostro contraído mientras seguramente ataba todos los cabos —¿me estas diciendo que el acosador de tu compañero de piso es mi hermano?
Seokjin recordaba vagamente haberle contado sin muchos detalles del acosador de Jungkook. Amaba la buena memoria de Yoongi aunque en este caso hubiese sido mejor nunca haberle contado. Seokjin podía ver la decepción en sus ojos.
—Si... Lo siento, también es sorprendente para mí.
—Mierda —Yoongi parecía realmente abatido —¿Jungkook fue quien se metió en la relación de mi hermano y Jimin?
—No hubo tal cosa, Jungkook me dijo que nunca ha accedido a alguna invitación.
—Eso dice, pero se necesita de mucho para dejar a tu familia, ¿no crees?
—Lo siento, pero no creo que sea el caso, tu hermano optó por tomar el camino fácil, no pareciera que tuviera mucho respeto por nadie, ni siquiera por sus hijos.
Las cejas de Yoongi se arrugaron, una mueca de molestia en sus labios.
—Sé que puede ser un idiota pero estás hablando de mi hermano.
—El mismo hermano que me ha tratado como una mierda desde que me conoció. Interesante ver como manejas tu lealtad.
—¿Estás sacando en cara todo lo que has hecho por mí?
Mierda. No. Así no quería que terminara la noche.
—Jamás haría tal cosa pero estás siendo protector con quien solo ha cometido un error tras otro y Taehyung no es un adolescente.
—Dijimos que no tomaríamos partido, ahora lo único que faltaría sería que Jimin y Namjoon comenzaran a salir para destruir por completo a mi hermano.
Seokjin también se sentó en la cama, Yoongi estaba hablando ridiculeces.
—Tu hermano se destruyó solo y a pesar de que gusta Jungkook para Namjoon, pienso que mi hermano y Jimin merecen cerrar su historia y eso no tiene que significar que salgan y se hagan novios. Jimin es más centrado de lo que crees, mucho más que tu hermano por cierto
Yoongi se acostó de nuevo en la cama y le dio la espalda.
Seokjin se quedó mirando su espalda por mucho rato antes de acostarse también. Apagó la luz de su lado y se acomodó entre las mantas.
No cerró los ojos, estaba tan enojado por como terminó el día, odiaba que la pelea no tuviera nada que ver con ellos y aún así había logrado sacar lo peor de ellos.
Era tarde, debía dormir aunque sea para quitarse el malestar y ver que se podía rescatar al día siguiente cuando ambos estuvieran más tranquilos.
Su pecho se sentía pesado, una aplastante sensación de vacío que solo se apaciguó cuando Yoongi se giró en la cama y lo abrazó por la cintura apoyando su cabeza en su pecho.
—Lo siento. Estaba siendo irracional, tienes razón pero eso no quita que me duela todo lo que está pasando con Taehyung. Lo amo, es mi hermano y siempre lo he protegido.
Seokjin giró su cuerpo por lo que quedaron pecho con pecho, lo besó interrumpiendo lo que Yoongi estaba diciendo. No le dio tiempo de reaccionar y se subió sobre él sin dejar de besarlo.
—Ya no vamos a discutir sobre eso, ¿si? Entiendo que son personas importantes para nosotros pero no vamos a dejar que eso se meta entre nosotros —Jin dijo en una de las pausas para luego besarlo nuevamente.
Las manos de Yoongi se deslizaron por su cuerpo y él amaba esas fuertes manos. Sus ojos se cerraron mientras su novio exploraba su cuerpo.
Sus labios se deslizaron por la curvatura del suave cuello a su disposición y sonrió satisfecho cuando Yoongi gimió desesperado.
Seokjin movió su cadera y gimió bajito, no quería que los niños los escucharán pero era tan malditamente bueno sentir la erección de Yoongi sobre la suya que tuvo que morder su labio para no hacer ruido aún si estaban metidos dentro de sus pijamas.
Yoongi le bajó el pantalón y luego se bajó el propio. Sus pollas se deslizaron la una con la otra mientras sus líquidos se mezclaban.
—Dios —Yoongi gimió echando su cabeza hacia atrás. —Quiero que me folles y follarte también, cariño.
Seokjin movió su cadera un poco más fuerte sintiendo oleadas de placer viajando a través de él. La idea de ser follado se plantó en su cabeza. Que Yoongi se lo hiciera no le daba miedo, confiaba en él.
—Pronto —Seokjin tomó sus labios nuevamente y comenzó un vaivén más rápido, más duro que los tenía a ambos gimiendo mientras sus lenguas se encontraban una y otra vez.
—Más rápido, si... Así —Yoongi jadeó echando su cabeza hacia atrás.
Seokjin sintió como el cuerpo de su novio temblaba mientras se corría sobre su polla. El semen adicional hizo el trabajo más fácil haciendo que torturara los labios de Yoongi mientras encontraba su liberación terminando con un lío pegajoso en el abdomen de su novio.
Sus respiraciones rápidas se calmaron a los minutos. Se acostaron luego de asearse y tomaron sus manos en completo silencio.
—Nuestra primera discusión con sexo de reconciliación —dijo Yoongi somnoliento.
Seokjin se rio, sus ojos cerrados y en plena calma mientras comenzaba el sueño a encontrarlo.
—Espero que los delfines sigan durmiendo.
—Eso espero.
Yoongi bostezó —mañana sabremos.
—Muy tranquilo tú.
—Y tú muy exagerado.
Seokjin lo atrajo para un abrazo y dejó un beso en la frente de Yoongi.
—Buenas noches, Yoon.
—Buenas noches, cariño. Te amo.
Otro beso dejó en la frente de su novio y le susurró un te amo somnoliento.
Casi a medio dormirse Seokjin escuchó la puerta abrirse y un pequeño peso se subió a la cama. Ni siquiera se sorprendió cuando Jihwan se acostó en medio de ambos. Sonrió mientras el pequeño se acurrucaba cerca de él.
Yoongi le había dicho que a veces Jihwan se pasaba a su cama, no quería tomar un lugar que no le correspondía, no todavía.
Quizá debía ir a acostarse a otro lado.
—Buenas noches, Jinnie.
Susurró el pequeño en la oscuridad haciéndole reír antes de finalmente quedarse dormido decidiendo que ese era el lugar correcto para quedarse.
♥️
Salió un capítulo eterno, espero no haya aburrido es que la inspiración me golpeó fuerte 🤣
Tengan un excelente inicio de semana.
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