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❤️

Seokjin miró el afiche que había dejado días antes y por más que los releía no encontraba ninguna falla, de hecho el día anterior le había enviado una fotografía a Yoongi para que le confirmara que no hubiera alguna falla ortográfica. Entonces él no entendía como es que nadie había llamado aún.

La cafetería en la que trabajaba estaba en pleno centro y cerca de al menos cuatro universidades por lo que la chance de encontrar compañero de piso era alta, o al menos eso había pensado Seokjin en un inicio.

Suspirando dejó de mirar la pared de anuncios y volvió a su puesto de trabajo. El turno estaba siendo relativamente tranquilo por lo que tomó su teléfono y le envió un mensaje a Yoongi preguntándole por su día y mientras hacía eso por el rabillo del ojo vio que su compañero de cocina, Tony, se acercaba a él.

—Hicimos pan dulce, ve a buscar, Jin.

—Gracias —Seokjin guardó su teléfono y se dirigió a la cocina, tomó dos panes pequeños y los probó de inmediato. Agradeció el alimento y volvió detrás de su caja.

Las meseras iban de aquí para allá repartiendo los pedidos y todo estaba en calma mientras Seokjin admiraba a los clientes. Le gustaban las tardes tranquilas pero no mucho, la hora solía pasar muy lenta cuando había poco flujo de clientes.

—Seokjin.

El rubio miró de inmediato a su compañera al ser llamado.

—Dime, Chae.

—Necesito salir unos minutos, voy aquí a la esquina, a la librería, ¿Me puedes cubrir? Hay pocas mesas pero por si acaso piden algo.

—Claro, ve tranquila, yo me ocupo de tus mesas.

Ella le tiró un beso con su mano y Seokjin se rio meneando su cabeza, desde que le había dicho a Tiffany que estaba de novio ya todos se habían enterado y no recibía ese tipo de atención. Ninguna de sus compañeras había vuelto a coquetear con él.

Y Seokjin estaba muy bien con eso.

Su teléfono sonó en su bolsillo y lo sacó de inmediato. Una sonrisa partió su cara a la mitad al ver una fotografía de un serio Yoongi en lo que se suponía era un acto escolar. Habían más personas y Seokjin recordó que Jihwan tenía una presentación de teatro ese día. Seokjin respondió el mensaje y alzó la cabeza justo cuando un hombre se paró frente a él.

—Buenas tardes —dijo como costumbre pero luego vio bien al hombre y se paró más erguido haciendo gala de su altura.

—Hola, ¿Podemos hablar un momento?

El hermano de Yoongi se veía fatal, ojeras bajo sus ojos que indicaban que estaba pasando por muy malos días, Seokjin lo sabía sin embargo, estaba al tanto de la situación que tenía Taehyung y su familia.

—Ahora mismo no puedo, estoy cubriendo a una compañera.

—Puedo esperar.

—Mi turno termina a las ocho y no tengo idea de qué es lo que quieres hablar conmigo.

—Vengo a disculparme contigo por lo que pasó en casa de mi hermano.

—No es necesario —Seokjin guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón y se movió por detrás del mesón siendo seguido por Taehyung.

—Lo es, te juzgué antes de tiempo y no sé si Yoongi te habló de nosotros, de como fuimos criados.

—Lo hizo.

—Entiendo.

—Soy más que una aventura para él por si no te habías dado cuenta y como puede ver tengo un trabajo por lo que no necesito del dinero de tu hermano si es que eso te preocupa.

El hombre se pasó una mano por su cabello y asintió con los ojos bajos. —Yoongi es muy importante para mí, no quiero perderlo a él también.

—No creo que sea yo a quien tengas que decirle esto, yo no tengo ningún problema contigo, no me interesa tenerlo tampoco pero no hables de mi como si me conocieras.

—Tienes razón. Lo siento por eso.

Seokjin se encogió de hombros, no quería hablar con Taehyung, el tipo le daba una vibra oscura con la que no quería relacionarse pero era el hermano de su novio...

—¡Seokjin! —el rubio miró hacia otra de sus compañeras al ser llamado.

—¿Pasó algo?

—Es por tu anuncio —Giselle se acercó al mesón —hay un chico preguntando.

—Genial —Seokjin miró a Taehyung y alzó una de sus cejas —lo siento, tengo asuntos que atender.

El rubio rodeó el mesón y salió de su área de trabajo, siguió a su compañera hasta una de las tantas mesas y arrugó su ceño cuando reconoció al chico que tenía su anuncio entre sus largos y tatuados dedos.

—La última vez que te vi no tenías eso en tus manos.

El hombre alzó la cabeza y le sonrió con los ojos o al menos eso fue lo que Seokjin dedujo ante esos grandes y oscuros ojos color marrón.

—Hola casi cuñado, esta sí que es una coincidencia.

—Lo es —Seokjin se iba a sentar pero el chico alzó su mano para detenerlo.

—No te muevas por favor, hay alguien que no quiero ver justo aquí.

—¿Quien? —Jin giró su cabeza pero no divisó a nadie, solo el hermano de Yoongi que ya estaba saliendo de la cafetería.

—Larga historia.

—Está bien, supongo —Jin miró a chico de cabello un tanto largo y que tenía toda una vibra ruda, pero sus ojos eran gentiles y lo era aún más su sonrisa.

—Quiero alquilar el dormitorio que tienes disponible, me queda más cerca de la universidad.

—Y de mi hermano.

—Ese no va a ser un problema, no te preocupes.

Seokjin metió las manos en su bolsillo y miró al hombre —¿Trabajas?

—Si, por las tardes y los fines de semana.

—Está bien, supongo que con eso basta.

—¿No vas a confirmar?

—Supongo que si estás buscando un lugar para vivir es porque tienes para pagarlo ¿No?

—Supones bien, comparto un pequeño departamento con dos personas más y lo odio, nunca están mis cosas donde las dejo y se comen la comida que compro.

—Eso debe apestar.

—Lo hace y como son compañeros de clases no quiero discutir pero ya no quiero vivir con ellos así que creo que es momento de salir de ahí.

—¿Cuándo podrías mudarte?

—El domingo, no quiero pedir permiso en mi trabajo, mi jefe es un ególatra imbécil, casi un dictador de mierda que hace lo que se le antoja.

Seokjin se rio ante ese análisis —está bien, eso me da tiempo para terminar de desocupar la antigua habitación de Namjoon.

Los ojos de Jungkook se abrieron grandes y luego una mueca de disgusto fue todo lo que Seokjin pudo apreciar.

—Da igual.

—Te voy a dar un consejo que no pediste. —El chico se cruzó de brazos y Seokjin no pudo evitar mirar esos brazos tatuados. Para ser tan joven Jungkook tenía un cuerpo bastante impresionante.

—¿Me va a servir de algo si lo escucho?

Sin hacerle caso Jin se acercó un poco más hacia la mesa y apoyó las palmas sobre esta —mi hermano es una buena persona pero nunca va a entregarse a una relación.

—Yo no quiero...

—Si lo quieres —interrumpió —lo veo en tus ojos, quieres una relación con él pero no vas a lograr nada, Namjoon no es de ese tipo y no tiene que ver contigo ¿Si? Es por algo que pasó hace muchos años atrás.

—Es alguien, ya lo sé.

—Chico listo.

Jungkook suspiró —como sea, me voy a mudar el domingo ¿Hay alguna hora en específico para hacerlo?

—Yo trabajo el domingo pero te daré una copia de la llave para que puedas entrar y acomodarte ¿Si?

—Está bien.

Seokjin asintió —supongo que eso es todo —estiró su mano y la estrechó con la cálida y fuerte de Jungkook —tienes mi teléfono en el anuncio, me llamas si necesitas algo.

Cuando su mano fue soltada Seokjin volvió a su lugar detrás de la caja, tenía una sonrisa grande en sus labios y es que las cosas solo iban a mejorar con una entrada de dinero extra y no podía esperar para ver a Yoongi y contarle.

El tiempo de ellos juntos era bastante acotado pero al menos hablaban por teléfono todos los días y se enviaban mensajes para saber del día del otro y aún así Seokjin lo extrañaba demasiado.

Su compañera Chaeyoung se paró a su lado mientras ataba su delantal negro —gracias por cubrirme, mañana debo llevar unos lápices especiales y el único lugar que los vende es la librería de la esquina.

Chaeyoung estudiaba algo relacionado con el dibujo o algo así había escuchado Seokjin.

—Esa librería es costosa.

—Lo es, pero la tengo a mano.

—¿No sería más conveniente traer tus lápices desde fuera?

—No lo sé, no confío mucho.

Seokjin se encogió de hombros mientras miraba por el lugar —a veces es mejor, podrías conversarlo con tus compañeros de clase, más de alguno debe mandar a buscar fuera de la ciudad.

—Voy a averiguar —Chae sonrió —gracias Seokjin.

—De nada —el rubio se quedó solo y como todavía ningún cliente había terminado de comer se dispuso a limpiar su mesón. Roció desinfectante y con un paño limpio quitó la fina capa de polvo que se había acumulado esas horas.

El desinfectante olía bien y fue una buena distracción hasta que tuvo que volver a la caja y comenzar los cobros de las mesas. Le habían ofrecido ser mesero, su jefe creía que su rostro podría hacer que ganaran más propina y aunque lo había dicho como una broma, Seokjin le había parecido casi un insulto.

Cuando Seokjin entregó la boleta a su compañera alzó su cabeza y su corazón se alborotó en su pecho. Sus piernas se movieron prácticamente solas hasta la puerta de entrada de la cafetería donde Yoongi y los niños estaban parados.

Yoongi lo estaba buscando con la mirada y cuando finalmente se vieron Seokjin le sonrió de inmediato. Se paró frente a él le dio un pequeño beso en los labios, luego desordenó el cabello de Jihwan y chocó puños con Eunho que tenía una brillante sonrisa.

—No queríamos interrumpir en tu lugar de trabajo pero los niños querían verte... Y yo también —susurró Yoongi.

Conmovido Seokjin los guió por entre las mesas y los llevó a la mesa favorita de todas las personas que visitaban el lugar, de hecho era una que siempre estaba reservada pero esa tarde estaba disponible y Seokjin fue feliz cuando trasladó a la familia Min hasta tan hermoso lugar.

—Wow —Eunho miró hacia las ventanas, sus ojos abiertos grandes.

—Es muy bonito —Yoongi lo miró y Seokjin quería besarlo tan mal. —Gracias.

—Lo mejor para ustedes —Jin ayudó a Jihwan a sentarse y les entregó los menús cuando Eunho también se sentó.

—Ojalá pudiera atenderlos pero debo volver a mi puesto —Jin hizo un puchero con sus labios.

Yoongi estiró su mano y acaricio la de Seokjin. —Entendemos, no te preocupes por nosotros.

—Enviaré a la mejor mesera —Jin apretó la suave mano de su novio y la acarició unos segundos antes de tener que dejarlo ir. Se movió por las mesas y volvió a su puesto. Miró a su novio y los niños a lo lejos y su pecho se infló de cariño.

—Esa es una bonita sonrisa que nunca había visto.

La voz de su compañera Giselle lo sacó de su nube de amor. Seokjin la miró y sonrió amplio. —¿Puedes atender una mesa más antes de irte?

—Si, dime.

—La caja. Está mi novio y los niños esperando por atención.

Giselle miró hacia el lugar que ellos llamaban la caja ya que estaba rodeada de ventanales y flores dando una imagen de caja transparente pero hermosamente decorada que también era íntima si se requería de un espacio más privado. Seokjin ya no podía contar cuántas propuestas de matrimonio se habían hecho en ese lugar.

Ella lo miró de vuelta y sonrió —en camino compañero.

—Gracias —Jin dijo mirando a Yoongi a lo lejos y suspiró irritado por no poder hacer más.

Los minutos pasaron, Seokjin cobró dos tartas de chocolate y volvió a limpiar el mesón que estaba brillante pero necesitaba una distracción para no ir hasta Yoongi y enmendar en algo el poco tiempo que tenían juntos como pareja.

Cuando Gisselle pasó por su lado se acercó hasta la puerta abierta de la cocina y gritó la orden de su novio. Fue extraño porque eso no se hacía, todo era registrado por él mismo en la computadora.

—¡Dos jugos de naranja, un café americano grande, tres pasteles de la casa y una canasta surtida!

Seokjin asintió, esos eran exactamente los gustos de los Min pero la canasta surtida era enorme y no estaba seguro si Yoongi lo había pedido.

—Es la familia de Seokjin chicos. Ya saben lo que tienen que hacer.

Seokjin llevaba poco tiempo en la cafetería por eso se asombró cuando todos alzaron sus dedos y ella se giró sonriente hacia él.

—Todo listo, la canasta surtida fue mi idea —Giselle le guiñó un ojo —no sabía que tenías una familia, muy linda por cierto. El pequeño habla como si tuviera 80 años.

El rubio se rio y miró hacia la mesa donde Jihwan no paraba de conversar mientras movía sus manos.

—Si, es un niño increíble.

—Tu novio parecía muy sorprendido.

—¿Por qué? —Jin arrugó su ceño.

—Sorprendido de ser atendido como tu novio. O al menos eso me pareció.

Giselle se fue hacia los vestidores y Seokjin miró una vez más a Yoongi que sonreía por algo que Eunho estaba diciendo. Él quería que Yoongi se diera cuenta de lo orgulloso que estaba de ser su novio, que no tenía miedo de contarlo en su trabajo ni en ningún sitio. Entendía las inseguridades de Yoongi y odiaba las mismas, pero si estaba en sus manos ayudar a que su novio sintiera más comodidad y seguro entonces él iba a hacer hasta lo imposible por lograrlo.

El pedido estuvo listo y como Giselle se había ido ya que su horario había finalizado, Seokjin tuvo que llamar a la única mesera que estaba desocupada y que esa tarde estaba a cargo de la terraza.

Tiffany lo había estado evitando desde la última conversación que habían tenido. La chica parecía aterrada cada vez que se cruzaban en la sala de descanso y Seokjin no quería eso, no era como si quisiera ser su amigo pero le bastaba con una relación laboral normal.

Seokjin alzó su mano y ella de inmediato lo miró, los ojos de la chica se abrieron grandes pero aún así ella caminó hasta él. Se veía nerviosa.

—Este pedido es para la mesa ocho.

—Está bien —Tiffany no alzó su cabeza mirando la bandeja llena de comida.

—Es mi familia... Así que no hay papel.

—Oh, entiendo. No hay problema.

Ella tomó la bandeja y fue hasta Yoongi. Seokjin se sorprendía de lo diferente que ella se comportaba cuando siempre había sido tan coqueta y atrevida. Era como si fueran dos mujeres completamente diferentes.

Observó el intercambio desde su lugar y mordió su labio cuando Yoongi miró a la chica y le dio una sonrisa de lado que luego se transformó en una legítima. Los ojos de Yoongi se encontraron con los de él y Seokjin podía ver alivio y también posesión en ellos.

Si, Seokjin estaba seguro que Yoongi había comprendido el mensaje.

Eres mío y yo soy tuyo quería decirle pero solo pudo sonreírle. Tuvo que continuar con su trabajo y cuando quedaba una hora para cerrar la familia Min se acercó a él.

—¡Eso estuvo delicioso señor K!

—Me alegro que les haya gustado.

—¿Podemos llevarnos esto? —Eunho alzó la canasta de galletas surtidas —papá dijo que no lo habíamos pedido.

—Es un regalo y sí, pueden llevárselo.

Yoongi negó con su cabeza pero se veía feliz.

—¿A qué hora sales?

—Hoy a las ocho —Seokjin miró la pantalla de la computadora —tengo que hacer el cierre y marcar mi salida.

Yoongi asintió y como los niños se habían movido hasta la puerta Seokjin tomó ese momento para acercarse a su novio. Entrelazó sus dedos y cerró sus ojos cansado por el ajetreo del día, la mano libre de su novio se ancló en su cuello donde comenzó a dejar pequeños masajes.

—Estás muy cansado. Tus ojos están rojos.

—Es la computadora —Seokjin se apoyó en ese masaje y luego abrió sus ojos —te extraño.

Yoongi hizo una mueca con sus labios —yo también, quisiera poder verte más seguido pero ya sabes, es un poco difícil...

—Lo entiendo —Jin besó brevemente los labios de su novio —no es una queja, solo quería que lo supieras.

—Yo también te extraño —Yoongi suspiró en los labios ajenos y se separó de inmediato —lo siento, seguimos en tu trabajo.

—¿Quieren pasar al departamento un rato? Podríamos comer algo.

—No lo sé, los niños están satisfechos y mañana tienen escuela.

—Cierto... Quizás otro día.

—Lo siento —Yoongi dijo apenado —ojalá tuviera más tiempo.

Seokjin negó con su cabeza pero era cierto, sus tiempos no coincidían todo el tiempo, Seokjin podía esperarlo porque entendía la labor de Yoongi como sostenedor de una familia y padre soltero aún si significaba extrañarlo como un loco todo el tiempo.

—Está bien, dormiré temprano.

—¿Que vas a hacer el domingo? Podríamos hacer un almuerzo en la casa.

—Trabajo ese día.

—Oh —Yoongi lo miró. —Pensé que tenías libre.

—Cambié de turno con una compañera, es el cumpleaños de su hija así que vendré por ella.

—Ya veo... ¿Cuando tienes libre?

—Mañana, ¿Quieres hacer algo?

Yoongi asintió —almorcemos juntos, puedo pedir la tarde.

Los ojos de Seokjin se abrieron —¿No tendrás problemas por eso?

—Tengo días guardados.

—Está bien —Jin caminó junto a Yoongi hasta la puerta, los niños salieron primero y luego de despedirse de Seokjin se subieron al automóvil. —Mañana nos vemos.

—Si —Yoongi le dio un último beso.

—Lleguen bien a casa.

—Tú también.

Seokjin se despidió con la mano cuando el automóvil partió, hizo una mueca con sus labios y volvió a entrar a la cafetería. Ya casi no habían personas por lo que decidió ayudar a limpiar las mesas. Y mientras hacia eso no dejaba de pensar en el hecho de que a pesar de tener una bonita relación de pareja él no estaba completamente satisfecho, algo faltaba.

—¿Por qué te ves tan molesto? —Chaeyoung, su joven compañera se acercó a él.

—Estoy bien.

—En realidad te ves molesto y triste.

Seokjin suspiró y negó con su cabeza, volvió a su puesto de trabajo para poder hacer conteo de dinero, no quería hablar con nadie pero sabía que necesitaba desahogarse.

—Quisiera más tiempo para estar con mi novio, creo que eso me tiene así. —Soltó de pronto.

—Oh, ya veo.

—Él tiene dos niños, entonces es difícil vernos todos los días... O incluso en la semana.

—Entiendo, ¿El hace cosas por verte? Digo, ¿hace planes incluso si tiene que mover toda su agenda?

Seokjin miró a su compañera y asintió —lo hace, ambos lo hacemos en verdad.

—Eso es algo positivo, ¿Hay algo más que te esté molestando?

—Si, hoy vino su hermano y es tan acotado el tiempo que tenemos que ni siquiera pude contarle y eso no me gusta.

—¿No es algo que puedas hablar por teléfono?

—No, no es eso, podría hablarlo por teléfono.

—Pero prefieres verlo ¿No?

—Claro que quiero, somos novios.

—Estás muy enamorado —Chae suspiró —eso es lindo y te hace ver más guapo que de costumbre.

Seokjin se rio y terminó de poner el dinero recaudado dentro de un sobre. —Gracias por escuchar.

—De nada, tengo siete hermanas, sé escuchar y dar miles de consejos y en tu caso creo que deberían armar un plan semanal o algo así para verse.

—Si, también creo eso, pero no lo sé... —Jin negó y no dijo nada.

—Yo también he estado en tu situación y si no hablas con él no van a avanzar mucho, la comunicación es fundamental.

—Lo se, solo que no quiero ser entrometido en su tiempo como papá.

—Tú también importas.

Seokjin se encogió de hombros, tenía un largo historial de no sentirse importante para las personas, su madre había sido buena en muchos aspectos pero no había hecho la labor de preocuparse más que de vestirlo y darle comida, a cambio de su hermano Namjoon que había sido el consentido de mamá. Seokjin nunca se había sentido cuidado por ella, incluso cuando habían arrancado de Aston no lo sintió por lo que al pasar los años él simplemente aprendió a vivir de esa manera. Siempre poniendo al resto como prioridad.

—Será mejor irnos —Jin tomó el sobre con dinero y apagó el computador. Caminó a la oficina de su jefe y metió el sobre dentro de un buzón que solo su jefe manejaba y fue directamente a los casilleros en donde el resto de sus compañeros estaba alistándose para irse a casa.

Rechazó dos invitaciones para ir a beber y salió de la cafetería por la puerta de atrás. Atravesó el pequeño estacionamiento y se paró en el semáforo justo frente a su edificio. Mientras esperaba divisó a un chico de aspecto familiar, estaba justo en la entrada de su edificio con una caja de cartón en sus tatuadas manos.

—¿Puedes creer que esos infelices hicieron una fiesta y casi queman el departamento?

Seokjin se acercó al chico y lo observó detenidamente. —¿Estás ebrio?

—Solo tomé una cerveza —Jungkook rodó los ojos —¿Puedo adelantar mi traslado?

—Supongo.

—Esa no es una respuesta seria. Dime sí o no.

—Si —Jin caminó hasta la puerta siendo seguido por su nuevo compañero de departamento —hay reglas. No pude decirlas temprano.

—Está bien, canta.

Seokjin miró de reojo a Jungkook y rio, el chico se veía buena persona, un poco exasperante pero no del todo malo.

Y mientras subían por el ascensor y Jungkook hablaba sin parar de la investigación que estaba haciendo sobre recuperar los espacios públicos, Seokjin se dio cuenta que ya no se sentiría tan solo en su departamento y quizá no solo estaba aliviando un poco sus deudas con la llegada de Jungkook a su vida, sino que también estaba ganando a una persona con la cual compartir el día a día.

Seokjin abrió la puerta del departamento y ambos entraron, le dio un rápido recorrido y le mostró la antigua habitación de Namjoon. Jungkook bromeó sobre los gustos musicales de su hermano pero sus ojos brillaban mientras recorría el lugar.

—Entonces no fiestas, no cigarrillos... Si sales de noche no puedes llegar haciendo un escándalo, me gusta la tranquilidad y he estado viviendo solo muchos años.

—Okey entiendo, ¿Que más?

—No sé —Jin se pasó una mano por su frente —solo había pensado en eso.

—Está bien, no suelo salir mucho, no tengo tiempo para eso.

—Bien, ¿Tienes más pertenencias que esa caja?

—Solo mi ropa y mi colección de botas, las iré a buscar en la semana.

—La antigua cama de Namjoon está en buen estado.

—Traje mis sábanas.

—Está bien, ponte cómodo, me iré a duchar.

Jungkook alzó su dedo y antes que Seokjin fuera a su habitación a buscar su toalla lo llamó.

—¿Tienes hambre? Estoy pidiendo una pizza ahora mismo.

El estómago de Seokjin hizo un ruido y él asintió de inmediato —pide dos, tengo mucha hambre.

Jungkook volvió a alzar su dedo y Seokjin se metió en su habitación. Su teléfono comenzó a sonar y lo sacó de inmediato de su bolsillo.  Sonrió al ver que era Yoongi que lo estaba llamado.

Se llevó el teléfono a su oreja —¿Yoon?

—Hola, solo quería saber si habías terminado bien tu turno... Parecías realmente cansado.

—Estoy bien, de verdad... Ahora voy a comer pizza con mi nuevo compañero de piso.

—¿Contestaron tu anuncio?

—Si —Jin se sentó en la cama y se quitó los zapatos —es un universitario.

—Eso es realmente genial.

—Estaba preocupado de no tener a nadie y necesito adelantar los pagos en el banco, hubiese querido contarte más temprano pero no hubo tiempo.

—Lo sé, últimamente no nos vemos tanto.

—No sé si es posible, pero he estado pensando en un plan semanal para poder vernos.

—¿Plan semanal?

—Uh si, —el cuello del rubio comenzó a sudar, no sé había puesto a pensar que quizá Yoongi no estaría de acuerdo. Quizás estaba siendo un novio asfixiante.

Hubo un silencio largo que Seokjin sintió junto con los acelerados latidos de su corazón. Luego escuchó un ruido que reconoció como hojas de papel, luego la voz de su novio fuerte y clara.

—Es una idea genial cariño, quiero verte más, esto no es suficiente.

El alivio recorrió a Seokjin que suspirando feliz le comentó de inmediato de la preocupación de esa tarde, ambos coincidieron en qué debían compartir mucho más.

—¿Entonces mis días libres y tus fines de semana?

—Si, pienso que cuando tengas libre los viernes y sábado podrías venir a dormir a la casa... Solo si estás de acuerdo, por supuesto.

—Lo estoy —Seokjin no dudó ni un segundo —quiero hacer eso.

La risita de Yoongi infló su pecho —bien, haremos que funcione.

—Si, es lo que deseo.

—Yo también... Te extraño tanto, no tienes idea.

Seokjin cerró sus ojos y se acostó en la cama, no dejó de sonreír mientras Yoongi le contaba sobre su ajetreado día. Amaba escucharlo, amaba su manera de hacer que las historias fueran divertidas e interesantes aún si solo estaba hablando del tráfico de media tarde.

Se despidieron con la promesa de verse al otro día y Seokjin estaba contando las horas.

Iba a salir bien, ellos harían que funcionara. Seokjin lo anhelaba más que a nada en el mundo porque su vida había mejorado desde que Yoongi y los niños estaban en ella.

Con una sonrisa feliz él dejó su habitación para ducharse, atrás habían quedado sus descuidados días en donde con suerte se miraba al espejo. Atrás habían quedado sus días solitarios, ahora todo tenía un poco más de color y Seokjin sabía que era por Yoongi.

Chaeyoung tenía razón, él estaba enamorado.

Y Seokjin amaba estar enamorado de Min Yoongi.


❤️

Hola!! Estaba un poco desaparecida pero aquí estamos.

Gracias por esperarme.

💕









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