31
💔
Jimin se apoyó en la puerta y su cabeza cayó hacia atrás. No sabía muy bien que hacer con tantas horas de soledad. Minutos antes Yoongi había llegado a buscar a sus mellizos y no solo eso, le había llevado una pequeña canasta con dulces y chocolates que seguramente pasó a comprar de camino.
Dios, saber y sentir que todo el mundo se preocupaba por él más que Taehyung dolía de tantas maneras diferentes que no podía comenzar a nombrar un orden.
Dejando su lugar se aventuró a la cocina que era un desastre, ollas sucias, platos y vasos sin lavar y que realmente no tenía ganas de limpiar. Pero debía hacerlo, debía mantener su casa en orden para no volverse loco aunque una gran parte de sus pensamientos le gritaban por un respiro, un descanso después de batallar semanas con todo solo.
Suspirando salió de la cocina, ya tendría horas para hacer eso y realmente tendría tiempo, así como varias horas gracias a Yoongi. Entró a su dormitorio, llevaba dos días sin dormir mucho, cada vez que cerraba sus ojos podía sentir el olor del perfume de Taehyung y no era raro después de pasar tantos años a su lado, cada noche sintiendo su presencia, su calor.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y él negó con su cabeza cansado de sus tristes pensamientos. Estaba cansado de extrañarlo y más cansado aún de obligarse a no extrañarlo. Pero Taehyung había elegido, había decidido irse sin mirar atrás y Jimin tenía que avanzar aún si su corazón lloraba por el hombre que había amado y que le había prometido estar a su lado para siempre.
Se acostó en su cama, quizá podría dormir un par de horas, pero también había una serie que quería seguir viendo y que había pasado por falta de tiempo. Debatiendo encendió la televisión y miró la aplicación de series, quería avanzar pero también quería descansar y odiaba tener que decidir entre esas dos, su vida se había convertido en una en donde no podía tener todo lo que quería, siempre tenía que elegir y eso lo estaba matando.
Apagó el televisor y se acomodó entre las mantas. Cerró sus ojos y trató de no escuchar el ruido del tráfico de media tarde, se dio una vuelta y enterró su nariz en la almohada. Varios minutos después abrió sus ojos y buscó su teléfono en la mesita de noche.
Yoongi le había dicho que los mellizos estarían bien, que no se preocupara y descansara pero era muy propio de él preocuparse por todo por lo que le envió un rápido mensaje para comprobar.
Una fotografía fue la respuesta y Jimin sonrió al ver a sus niños con Eunho y Jihwan, estaban sentados en un parque comiendo helado, pero lo que más llamó su atención fue el hombre que estaba a un costado casi saliendo del marco de la fotografía. Era rubio y su rostro se le hizo levemente familiar.
Jimin escribió una respuesta rápida y se quedó mirando el aparato como si este tuviera las respuestas que necesitaba para avanzar en la vida sin su compañero.
Y entonces una idea cruzó por su cabeza.
Entró a su red social menos apreciada y tecleó con dedos inseguros el nombre de la persona que sin querer había estado en su radar sin siquiera haberlo buscado.
Kim Namjoon puso en el buscador y este arrojó varios resultados pero ninguno era el perfil que él estaba buscando. Deslizó su dedo por los otros nombres parecidos y nada. Vaciló los siguientes segundos si buscar por alguno de los apodos que él conocía y cuando se decidió su teléfono comenzó a sonar.
Taehyung lo estaba llamando y un dolor en su estómago le hizo sentarse de golpe en la cama. Mordió su labio y soltó un suspiro antes de contestar. Su corazón latía tan rápido cuando escuchó la voz ronca del padre de sus hijos llamarlo.
—¿Jimin?
La ira, el enojo y el dolor quedó aplastado ante esa necesitada voz, había una fragilidad que Jimin trató de no notar.
—Hola. —Fue lo único que pudo decir sin que su voz tambaleara.
—Hola, iba a llamar hace días pero no pude... Extraño a los niños.
Jimin apretó el teléfono más fuerte —han pasado semanas.
—Lo sé y lo siento, necesitaba desconectarme unos días pero ya estoy aquí.
—¿Necesitabas desconectarte? —Jimin sintió la ira y el enojo regresar con fuerza ante este Taehyung egoísta —¿Crees que yo estoy teniendo días de playa aquí lidiando con todo?
—Siempre se trató de ti ¿No?
—Si tienes alguna cosa que decirme este es el momento, eres un cobarde Taehyung tuviste la oportunidad de decirme lo que te molestaba de mi, lo que no te gustaba pero decidiste quedarte callado y culparme después. Jamás pensé que serías este tipo de hombre.
—Cada vez que traté de hablar contigo estabas ocupado con tus amigos o con tu familia. No soy el único culpable aquí y sé que soy responsable por irme de un día a otro pero ya no aguantaba tus pataletas cuando jamás fui tu prioridad.
Jimin arrugó su ceño, Taehyung nunca se había quejado en todos esos años de algo, jamás le había dicho si se sentía desplazado por sus amigos o familia y eso hizo que Jimin tuviera más deseos de romperle la cara.
—Si hubieses hablado conmigo podríamos haber llegado a algún sitio, huir y reclamar después no es la solución.
—Ahora mismo no quiero hablar de nosotros.
—No va a haber un mañana, Taehyung, si no quieres hablar ahora entonces esto se termina aquí mismo.
—Ya está terminado para mí.
Si, de eso Jimin estaba seguro, pero dolía ser despedido de la vida de alguien, no de alguien, no de cualquier persona, sino que de la vida de tu compañero, de tu alma gemela.
—Nos vemos en la cita con los abogados.
Taehyung gritó su nombre pero Jimin ya estaba alejando el celular de su oreja con su corazón roto una vez más.
Quizá nunca se sanaría completamente, quizá siempre tendría el anhelo de una familia con Taehyung, una familia que había elegido. Pero al parecer ese barco ya había zarpado hace mucho tiempo sin que él se diera cuenta.
💔
—Demasiada energía para mí.
Yoongi se sentó en el pasto y Seokjin sin pensarlo estiró su brazo para envolverlo más cerca de su cuerpo. Estaban en un parque que él jamás había visitado, los niños corrían de un lado a otro mientras disputaban un juego que Seokjin no lograba comprender del todo.
Ellos habían estado jugando con los niños pero sus pulmones no resistieron la velocidad del juego de los pre adolescentes por lo que decidió ir a un lugar más tranquilo rogando internamente que Yoongi se uniera a él. No quedaba mucho del fin de semana y Seokjin quería pasar esas últimas horas con su novio.
Y cuando Yoongi llegó a su lado su corazón dio un vuelco divertido.
Seokjin le robó un beso rápido a Yoongi que lo miró con asombro y felicidad a la vez. Seokjin lo sabía, besarlo en público era algo que seguramente Yoongi no había esperado, no a plena luz del día al menos.
—Hoy llamé a Joel.
Seokjin hizo un sonido afirmativo sin dejar de mirar a Jihwan que estaba con una niña un poco más grande que él jugando en la caja de arena. —¿Que pasó?
—No me gustó que le haya contado a Taehyung sobre tus finanzas, se supone que es un profesional y eso estuvo fuera de los límites. Vamos a buscar a otro abogado, ahora que las cosas están mejorando no va a ser tan difícil.
—No me importa si tu hermano piensa que me estoy aprovechando de ti, ese es su maldito problema no el mío o tuyo para el caso.
—Y aún así no quiero que nadie diga algo que no sea cierto.
Jin miró a Yoongi y lo abrazó un poco más fuerte para luego hundir su nariz en el cabello azabache. Dejó un beso en su sien y se encogió de hombros. —He pasado la mitad de mi vida lidiando con comentarios a espaldas mías, esto no es nada, Yoon.
—No quiero eso, no mereces eso —Yoongi se acurrucó a su costado suspirando —eres un buen tipo, no quiero que nadie hable mal de ti.
Había afecto, mucho afecto en la voz de Yoongi y también protección. Seokjin no había tenido mucho de eso en su vida, había tenido a su madre arrancando de Aston y a Namjoon peleando por él en el instituto pero nada se había sentido tan real como la preocupación de Yoongi.
—Si para que estés tranquilo necesitas que cambie de abogado entonces lo haré ¿Si? Pero también quiero que sepas que si hablan mal de mi o crean una historia a partir de lo poco que saben no me importa. Solo me interesa lo que tú y los delfines opinen de mi, el resto puede irse un rato a la mierda.
No mentía al respecto, no iba a comenzar a dudar ahora que Yoongi por fin estaba confiando en él, en lo que sentía y más aún, no iba a echar pie atrás después de saber que Eunho y Jihwan lo aceptaban en la vida de su padre y en la de ellos.
—Eso suena bien —Yoongi le dio un beso en la mejilla pero Seokjin tenía otros planes cuando giró su cabeza y atrapó por unos pocos segundos los labios del azabache.
—Quiero besarte en todo momento.
Yoongi lamió sus labios mirando la boca de Seokjin —hazlo.
—No delante de los niños, quizá quiera hacer cosas divertidas —Jin susurró.
—Tengo muchos planes divertidos para hacer contigo.
Seokjin le robó otro beso pero cuando un grito y el posterior llanto de Jihwan se hizo presente ellos se giraron de inmediato solo para ver a la niña que estaba junto a él tirarle arena en el rostro.
Jin nunca se había levantado más rápido en su vida y junto a Yoongi se acercaron hasta la caja de arena, Eunho y los mellizos pararon de jugar mientras el llanto descontrolado de Jihwan seguía su curso.
Yoongi abrazó al pequeño y Seokjin miró a la niña como si fuera un ente malvado, y quizá lo era.
—No se tira la arena, niña —dijo despectivo. Yoongi le abrió los ojos grandes pero Seokjin estaba enojado y no le importó que la madre de la mocosa llegara también.
—Solo estaba jugando —la mujer dijo mientras se llevaba a su hija.
—Debería enseñarle a jugar, ¿Sabe lo peligroso que es la arena sucia en contacto con los ojos?
Una mano fue puesta en uno de sus hombros pero él estaba lejos de calmarse.
—Ya, Jinnie.
La voz de Yoongi llegó detrás de él y también el llanto de Jihwan por lo que se acercó al pequeño y acarició sus cabellos negros. —¿Puedes abrir los ojos?
Jihwan los cerró aún más fuerte mientras las lágrimas caían por sus abultadas mejillas y Seokjin sabía que las lágrimas empeorarían la situación.
Yoongi se veía más pálido mientras trataba de calmar a Jihwan por lo que Seokjin llamó a Eunho a gritos. Rápidamente el muchacho llegó a su lado, le pidió que fuera al automóvil de Yoongi por la botella de agua que había dejado y que menos mal no había bebido toda.
—Ya bebé —Yoongi besó su cabello. —Ya va a pasar.
Eunho volvió con la botella y Seokjin de inmediato la tomó y le pidió a Yoongi que inclinara a Jihwan. Derramó un poco de líquido sobre el rostro del niño y la arena fue bajando de a poco. Jihwan seguía llorando pero ya un poco más calmado.
—¿Hay que ir al hospital?
Uno de los mellizos, Seokjin no sabía cuál era, preguntó.
—No —Yoongi sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió el rostro de su pequeño —esperaremos a que se le pase.
—¡Quiero ir a casa! —Jihwan gritó mientras hacía pucheros con sus labios. —¡No quiero jugar más!
Seokjin miró a Yoongi y supo que era hora de volver, solo una mirada preocupada fue suficiente para ponerse en marcha.
Todos lo siguieron en silencio y si pensó que en algún momento alguno de los niños se quejaría eso no ocurrió.
Eunho tomó asiento a su lado y los mellizos se acomodaron en el asiento trasero junto a Yoongi y Jihwan que ahora lloraba bajito en los brazos de su novio haciendo que el corazón de Seokjin se apretara. Odiaba que el día estuviera terminando de esa manera y quizá si ellos hubiesen puesto más atención las cosas no habrían terminado así.
Cuando llegaron a la casa siguieron todos en silencio, los mellizos se veían preocupados y Eunho también pero Yoongi los envió a la habitación a jugar videojuegos.
—Déjame ver —Yoongi sentó a Jihwan sobre sus piernas y comenzó a revisar sus ojos.
Seokjin tomó asiento al lado de ellos y miró también los ojitos irritados del pequeño azabache.
—¿Te duele? —Jin le preguntó al niño.
—No tanto —Jihwan negó. Abrazó a su papá por los hombros y apoyó su mejilla en ese lugar sin dejar de mirar a Seokjin.
—Eres muy valiente.
Jihwan sonrió y Seokjin también lo hizo, el niño era tierno de una manera que él no estaba preparado. Jamás había estado tanto tiempo cerca de un niño pequeño, mucho menos de un pre adolescente y aunque la mayor parte del tiempo no sabía que decir o hacer, cerca de los delfines se sentía cómodo.
—¿Que pasó con la niña, Ji?
—Ella dijo que los hombres no se dan besos.
Seokjin abrió sus ojos grandes y sintió como sus mejillas se calentaban. Lamió sus labios ligeramente y mostró su mejor cara porque el niño seguía mirándolo sin siquiera pestañear.
—¿Que le dijiste?
A diferencia de él, Yoongi se escuchaba tranquilo, casi como si hubiese sabido de antemano lo que había ocasionado la guerra en la caja de arena.
—Le dije que era una tonta.
Seokjin se aguantó la risa y estaba seguro que por el temblor del cuerpo de Yoongi estaba aguantando también las ganas de reír.
—Bueno la niña seguramente repite lo que escucha ¿Cierto? —Yoongi seguía tranquilo mientras acariciaba la espalda de Jihwan —pero nosotros somos mejores personas.
—Si —Jihwan murmuró.
—Hay muchas personas que tendrán cosas malas que decir respecto a nosotros, pero nada de eso es válido cuando hay amor de verdad.
Seokjin asintió como si las palabras fueran para él. Sabía que estar con un hombre implicaba muchas cosas y la opinión del resto era una de ellas, fuera bienvenida o no las personas juzgarían, de eso Seokjin estaba seguro.
Lo había visto con Namjoon en Aston, las personas siempre habían tenido algo que decir respecto a su vida. Seokjin jamás había parado más de dos veces a pensar lo dolido que Namjoon se tuvo que haber sentido porque jamás aparentó dolor, todo lo contrario, su hermano había sido como un león feroz protegiendo la relación que había tenido en ese tiempo con aquel chico rubio de cabellos ondulados.
—Solo nosotros sabemos lo que hay en nuestros corazones —recitó Jihwan —nadie puede decirnos a quien amar.
—Recuérdalo siempre ¿Si? —Yoongi le dio un sonoro beso en su cabello y de inmediato el niño se bajó de sus brazos mucho más calmado. —Ahora haré algo delicioso para comer.
—¿¡Puede ser spaghetti!?
Yoongi hizo una mueca y Seokjin se adelantó a lo que pudiera ser una negativa por parte del azabache. —Spaghetti será.
Jihwan alzó sus manos en señal de victoria y corrió lejos de la sala hacia el pasillo donde se encontraban las habitaciones.
—No quiero cocinar —Yoongi echó su cabeza hacia atrás, su boca se mantenía en una fina línea.
—No lo harás, lo haré yo y luego me iré a mi departamento. —Seokjin jugó con sus dedos sin saber como abordar el tema de los besos en el parque. Había estado tan relajado que por un momento olvidó que las demás personas se podrían incómodas con esas muestras de afecto.
—Es agradable esto... Si hubiese estado solo no iba a saber bien que hacer, siempre me congelo cuando algo le pasa a los niños. No debería, soy lo único que tienen pero no puedo evitar preocuparme en exceso.
—Es normal preocuparse y ya no estás solo —Jin dijo bajando su voz.
Yoongi giró su cabeza y sonrió —ven, acércate. —Dudando si hacerlo o no Seokjin se movió un poco pero no lo suficiente como para que sentir el calor de Yoongi. —Ven —repitió Yoongi.
Seokjin asintió y se movió un poco más, sus piernas rozaron las de Yoongi. —Siento mucho lo que pasó en el parque, si no te hubiera besado nada de esto hubiese pasado.
—Bueno lamento decirte que eso no es cierto, esto va a pasar más de lo que crees. Si somos afectivos en público algunas personas tendrán cosas que decir al respecto, incluso si no dicen nada ellos tendrán expresiones de rechazo en sus rostros. Tú verás eso, yo lo veré pero va a depender solo de nosotros si lo tomamos en cuenta y nos ofendemos o seguimos adelante con la frente en alto... Ahora, si sientes que ser cariñosos en público te hará sentir incómodo entonces nos guardamos el romance para cuando estemos solos y a resguardo.
Yoongi alcanzó la mano de Seokjin y entrelazó sus dedos sonriendo para él. Era tan bonito, tan lindo que Seokjin tenía dificultad para dejar de mirarlo como un idiota enamorado.
—No quiero que nos escondamos, no le hacemos daño a nadie y no es lo que quiero para ti, ni para mí. —Jin se llevó la mano de Yoongi a sus labios y le dio suave beso —vamos a ser como queramos en público y si alguien nos dice algo o a los niños entonces no voy a ser tan civilizado como lo fui hoy.
—Estabas tan enojado —Yoongi se echó a reír acomodándose en el pecho de Seokjin.
—¿Tú no? Dios, quería tomar a esa niña y patearla lejos.
Yoongi rio más fuerte negando con su cabeza —estuve más asustado que nada.
—Estabas muy pálido, más de lo normal.
—Me pasa eso, hubieses visto como me puse cuando a Eunho le hicieron una falta en un partido, pensé que me moría ahí mismo de la preocupación.
—¿Ser padre es andar preocupado eternamente?
—Algo así, no tengo el control de sus vidas por lo que ruego internamente que no les pase nada mientras no estoy con ellos.
Seokjin quería quitarle preocupación a Yoongi, quería ser su apoyo en tiempos difíciles y esperaba que así fuera, que en el futuro pudieran ser la roca del otro.
—Van a estar bien —Jin besó el cabello de Yoongi y cerró sus ojos. Nunca se había sentido tan en sintonía como cuando estaba de esa manera con Yoongi.
—Si, eso espero.
Jin abrazó a Yoongi sin abrir sus ojos y recordó algo que había olvidado contarle. Abrió sus ojos y se incorporó en el sofá haciendo que Yoongi también se sentara.
—Había olvidado contarte —Jin dijo ansioso —puse un aviso para encontrar compañero de piso. En el café hay una especie de mural en donde cualquier persona puede poner un aviso.
—Eso está bien, con más efectivo podrás avanzar en la deuda.
—Si —Seokjin se pasó una mano por los cabellos de su nuca —he estado pensando estos días en vender el departamento.
—¿Que? —Yoongi arrugó su ceño confundido —dijiste que querías conservarlo, ¿Cuando cambiaste de opinión?
—El mantenimiento es muy alto y los impuestos también, no sé que estaba pensando mi madre cuando compró ese lugar.
—Es un buen lugar para vivir y para vender en caso de ser necesario, ¿Estás seguro que quieres hacer eso?
—No lo sé todavía, estoy viendo las opciones, pero he estado viendo casas en lugar de departamentos, no tan cerca del centro.
—Está bien —Yoongi asintió pensativo —lo que decidas te voy a apoyar.
Seokjin estaba al tanto de eso y es lo que quería, el apoyo de Yoongi, sus consejos. Su roca. Alguien en quien aferrarse cuando las cosas marcharan mal.
Seokjin nunca había tenido algo como eso en su vida y no quería perderlo ahora que lo había encontrado.
—Entonces... ¿Spaghetti? —Seokjin se puso de pie.
Yoongi rodó los ojos pero de igual manera de puso de pie —eres bastante bueno para consentir a los niños.
¿Lo era? Seokjin no tenía idea.
—Solo quiero que ellos vean que soy digno del maravilloso hombre que tienen por padre.
Los ojos de Yoongi brillaron y Seokjin deseó poder quitar el dolor, la fragilidad que de un momento a otro pudo ver claramente en su rostro.
—Jin —dijo el azabache mirando hacia un costado.
Pero Seokjin no estaba dejando las cosas así por lo que tomó sus mejillas y alzó su rostro para verlo a los ojos y su corazón se agitó. Yoongi estaba reteniendo unas pequeñas lágrimas que luchaban por caer.
—Mereces ser amado y tengo la suerte de ser yo quien lo haga. —Las palabras salieron rápido de su boca y aunque era pronto él no dio pie atrás.
La boca del azabache se abrió pero las palabras no salieron. Seokjin lo besó brevemente amando el ligero temblor de los labios de Yoongi.
—Realmente te encontré —Yoongi lo abrazó por la cintura escondiendo su nariz en su cuello.
—Nos encontramos. —Jin susurró mientras lo abrazaba fuerte.
Varios minutos después la puerta de uno de los dormitorios se abrió, pasos pequeños se escucharon por el pasillo y cuando ambos miraron a Jihwan le sonrieron.
—Ven campeón, vamos a cocinar.
El niño saltó dos veces haciendo reír a Seokjin que se acercó a él para luego tomar su pequeña mano y llevarlo a la cocina seguido por Yoongi.
Prontamente Eunho se sumó a la preparación y también los mellizos.
Seokjin jamás anheló una familia, jamás pensó en que podía ser bueno cerca de niños que no fueran suyos, pero eso era cosa del pasado.
Amaba pasar tiempo con ellos.
Y Seokjin jamás pensó que encontraría su lugar en la pequeña familia Min.
❤️
Hola! Vamos avanzando de a poco. Espero que estén preparadxs para lo que que se viene 🤭🤭
Tengan una buena semana.
Cuidense mucho y espero poder venir pronto a dejar un nuevo capítulo.
Lxs amo mucho 💜
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