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Definitivamente un domingo era mucho más fácil de afrontar mientras Yoongi veía a Seokjin preparar el desayuno, habían despertado muy temprano solo para mirarse por varios minutos sonriendo como tontos por haber dormido juntos por primera vez.

Había sido una tarea difícil, de eso no cabía duda, Yoongi había sentido el irremediable deseo de tocar a Seokjin antes de que los niños despertaran, pero no lo hizo, no quería empujar a Seokjin a algo a lo que quizás aún no estaba del todo asimilado.

Iba a ser todo lo prudente que pudiera porque no quería dañarlo y si antes había sido cauteloso, ahora, al saber la historia del rubio, lo iba a ser mucho más.

—¿A los niños les gusta el orégano? Puede ser un poco intenso el sabor si se lo agrego a los huevos, ¿Que dices a eso?

Amaba esa genuina preocupación, Seokjin siempre velaba por sus niños, siempre preguntaba lo que fuera mejor para Eunho y Jihwan y eso sin duda hacia que Yoongi soñara con una vida más allá de lo que estaban haciendo. Algo más formal.

—Nunca se han quejado —Yoongi terminó con las tazas sobre la mesa y se acercó a Seokjin que estaba revolviendo los huevos con jamón, varios de ellos, en su sartén preferida.

—Es mejor no poner —Seokjin giró su cabeza y le dio un rápido beso en los labios al azabache.

Podría acostumbrarse a verlo allí, dejarlo que hiciera el desayuno para ellos, tener esa boca siempre dispuesta para besarlo cuando él quisiera. Yoongi soñaba con eso.

Años habían pasado para que quisiera compartir de nuevo su espacio, su vida y su intimidad con otro. Y que fuera Seokjin el que ahora le sonreía como si llevaran muchos años juntos hacía que su corazón saltara disparado en su pecho.

—¿Que vas a hacer en la tarde?

Pensativo Seokjin volvió su mirada al sartén de huevos —lavar mi ropa de trabajo... Ordenar mi departamento, no lo sé, nunca hago mucho en mis días libres.

Yoongi asintió, mordió su labio ligeramente dudando si era muy pronto para invitarlo a hacer algo con los niños esa tarde de domingo. No quería ser un pegote que no pudiera estar unas horas lejos de su novio.

Novio no... Solo Seokjin, ellos no habían hablado de eso y Yoongi estaba esperando el momento indicado para pedirle que sea su novio.

—Estás pensando mucho —Seokjin apagó el fuego.

—Uh, si un poco... Pero nada malo la verdad —Yoongi se rio entre dientes nervioso. Se movió por la cocina inquieto pero Seokjin lo detuvo mientras lo abrazaba por la espalda.

—Quiero saber.

La respiración de Seokjin le hizo cosquillas en su cuello y él cerró sus ojos para calmarse, no debía tener tanto temor, no después de todo lo que habían pasado las últimas horas, pero su pulso estaba descontrolado por lo mucho que deseaba junto a Seokjin.

—Es una tontería la verdad, solo que pensaba que podríamos hacer algo con los niños, quizá ver una película... No lo sé, pero si tienes cosas que hacer podemos dejarlo para otro día —Yoongi dijo rápidamente.

Seokjin lo giró después de que terminó de hablar, Yoongi reprimió las ganas de morder su labio y esperó por una respuesta.

—Es un buen plan, ya sabes que adoro a tus niños y un día contigo y ellos será la mejor manera de finalizar el fin de semana.

El alivio recorrió a Yoongi, tragó saliva más relajado y como los niños despertarían pronto él abrazó el cuello del rubio y buscó sus labios. La boca de Seokjin se abrió en el acto y pronto estaban enredados de pies a cabeza. Fue un beso tierno, uno dulce que prometía cosas buenas para ese día.

—Gracias por quedarte, he estado pensando un poco en esto, ya sabes, que te interese un hombre con dos hijos y todo eso.

Seokjin se veía divertido mientras rodeaba más fuerte sus brazos sobre la cintura de Yoongi.

—Que tengas dos niños no es la parte que sorprende de todo esto. —Jin sonrió.

—Lo sé.

—Y me alegro que seas tú.

Yoongi podría morir por la mirada llena de afecto que Seokjin estaba dirigiendo hacia él y le hizo desear más que nunca poder decir que Kim Seokjin era su novio, su compañero.

Pronto. Muy pronto eso se haría realidad.

Los pasos rápidos en el pasillo les hizo separarse, Yoongi sabía de quién se trataba y cuando Jihwan entró a la cocina con su oso de peluche favorito ellos estaban uno al lado del otro esperándolo.

—Tengo hambre.

Yoongi se acercó y acarició el cabello que era igual al suyo y se echó a reír —buenos días para ti también. Saluda, Ji.

Eso hizo reaccionar al niño que miró hacia Seokjin y le sonrió sin mostrar sus dientes —buen día señor K.

—Hola pequeño y puedes decirme Seokjin.

Jihwan miró a su peluche y se encogió de hombros. Yoongi volvió a acariciar su cabello y se encontró con los ojos de Seokjin —es un poco formal para su edad.

El rubio sonrió, sus ojos se achicaron y Yoongi abrió su boca casi hipnotizado por la vista que tenía. Su camiseta fue tirada y con mucho esfuerzo él apartó la mirada para darle toda su atención a Jihwan.

—Tengo hambre, papi.

—Ahora vamos a tomar desayuno, iré a despertar a Eunho. —El azabache volvió a mirar a Seokjin y sin decirle una palabra este asintió con su cabeza.

—Ve, yo me quedo con él, comenzaré a servirle.

Definitivamente el corazón de Yoongi no tenía descanso, no cuando Seokjin se comportaba como el hombre perfecto, y quizá lo era, era perfecto para Yoongi y su pequeña familia.

Dejándolos en la cocina es que salió de esta para dirigirse a la habitación de su hijo mayor. Podía escuchar a lo lejos la voz de Seokjin, fuerte y divertida mientras abría la puerta y quizá la alegría en su rostro lo delató porque Eunho estaba sentado en su cama mirándolo como si le hubiesen crecido dos cabezas.

—Hola hijo. El desayuno está listo.

—¿Por qué sonríes de esa manera? Es raro.

Yoongi sonrió aún más amplio mientas veía el cabello desordenado de su hijo mayor —vamos, desayuno.

—Tengo sueño, ¿Puedo dormir un poco más?

—No, si te quedas más tiempo en la cama a la noche no podrás dormir y lo sabes. Vamos, Seokjin hizo huevos.

—¿Con jamón?

—Si.

La comida siempre era una buena estrategia para sacar a Eunho de su habitación y que no se opusiera a un desayuno con Seokjin era algo bueno.

—¿Puedo ir con pijama?

—Claro, Ji está con el suyo en el comedor.

—Está bien. —Eunho se puso de pie —¿Podemos invitar a Noa y a Do?

—¿Hoy?

—Si, hablé con ellos recién y dicen que están un poco aburridos allá, que el tío Tae no ha aparecido y que el tío Mimi pasa llorando a escondidas de ellos.

Mierda. Yoongi había olvidado completamente por ese fin de semana el complejo tema de su hermano escapando de su familia al parecer.

Sintiéndose culpable salió de la habitación de Eunho con el menor siguiendo sus pasos. Ideando de inmediato un plan para comunicarse con Jimin.

Entraron a la cocina después de que Eunho pasara al baño para lavarse las manos. Yoongi miró la familiar escena, Eunho había chocado sus manos con Seokjin y de inmediato comenzaron a conversar mientras Jihwan miraba a Seokjin como si este tuviera todas las respuestas del universo.

Y como si el rubio sintiera su mirada sobre él alzó la cabeza. Yoongi debía tener un atisbo de preocupación en su rostro porque Seokjin se puso serio de inmediato, preocupado.

—¿Está todo bien?

La preocupación llenó su corazón y él solo negó con su cabeza —haré una llamada, ustedes comiencen, no demoraré demasiado.

El rubio asintió aún con cautela en sus ojos, Yoongi quería decirle exactamente lo que haría pero no quería que sus hijos lo escucharan. Luego de dejarlos solos buscó su teléfono en su habitación. Tomó asiento en el borde de la cama y se llevó el teléfono a su oreja después de haber encontrado el número de Jimin.

Al tercer timbre la llamada fue respondida.

—¿Yoon? —hubo una pausa, luego una puerta se cerró —¿Están bien? ¿Pasó algo?

—Estamos bien, no te preocupes. ¿Como estás tú?

—Estoy bien.

El tono cansado decía otra cosa y Yoongi conocía muy bien a su cuñado para saber cuando estaba mintiendo para no preocupar al resto.

—Entiendo, supongo que no quieres hablar conmigo.

—No es eso Yoon... Solo estoy un poco cansado, los mellizos despertaron muy temprano y yo me quedé hasta tarde ideando las actividades para la semana y solo llegué a miércoles... Lo siento, no soy la mejor persona este domingo.

Yoongi odió tanto a su hermano, Taehyung no estaba contestando las llamadas ni mensajes, había tomado unas semanas libres en la universidad y Yoongi no podía creer que estuviera arrancando como un maldito delincuente. Jamás lo esperó de él.

—Pasaré por los niños antes de almorzar. Eunho y Jihwan quieren ver a sus primos, ¿Que te parece?

—Oh eso... No es necesario, es mucho, ya sabes como se comportan cuando están todos juntos.

—Tú lo hiciste por mi en algún momento o lo olvidaste.

—No, no lo hice.

El susurro le indicó a Yoongi que su cuñado estaba a punto de romper a llorar y quizá debería dejarlo que se descargue en él, que llorara por lo que le estaba pasando, Yoongi podía entenderlo mejor que nadie y jamás lo juzgaría por ello.

—Bien, entonces vendrán conmigo a casa y te los llevaré antes de la cena.

—Yo... No sé que decir.

—No tienes que decir nada, son mis sobrinos y tú sabes que por la familia estaré siempre dispuesto a ayudar.

—Gracias. De verdad lo aprecio mucho.

Yoongi lo sabía, Jimin era un hombre noble y estaba seguro que jamás le hubiese pedido ayuda, por eso debía ser él quien se acercara.

—Nos vemos más rato y ya sabes, cualquier cosa que necesites me puedes llamar, por favor hazlo ¿Si?

—Si, gracias, estos días no han sido los mejores.

Eso era ciertamente doloroso, Yoongi lo había vivido, había pasado por la incertidumbre del futuro, el cansancio del día a día y la tristeza de reparar un corazón roto. Él lo sabía.

—Podría decirte lo mismo que te dirán todos, pero solo tú sabes tu proceso y nadie puede apurarte ni juzgarte por tus decisiones.

—No sé si voy a poder, Yoon. Esto es tan malditamente difícil.

Los sollozos de Jimin hicieron que apretara el teléfono más fuerte, sentía tanta impotencia que quería golpear a Taehyung por ser un verdadero imbécil con su familia.

—Vas a poder, pero también se te permite llorar y maldecir, pero saldrás de esto, saldremos de esto ¿Si?

El llanto de Jimin comenzó a ser más fuerte y ruidoso. Yoongi se quedó todo ese tiempo en el teléfono escuchándolo llorar. Una vez había sido el mismo Yoongi llorando por el abandono y Jimin había estado ahí con él, también lo había hecho Taehyung, pero Yoongi solo podía pensar en los consejos de Jimin, su calidez y amabilidad cuando su vida entera se cayó a pedazos. Ahora él esperaba ser una ayuda.

No se dio cuenta que había pasado un buen rato con el teléfono en su mano escuchando a Jimin llorar, pero cuando la puerta de su habitación se cerró Yoongi miró a un preocupado Seokjin que sigilosamente se acercó a él y se sentó a su lado.

—Los mellizos me están buscando, ni llorar puedo tranquilo.

La risita de Jimin era algo bueno, Yoongi se despidió de él y le recordó que pasaría por Noa y Do en un par de horas.
El teléfono cayó a un costado y Yoongi se pasó una mano por su frente.

—¿Está todo bien?

—No, no lo está —el azabache miró a Seokjin e hizo una mueca con sus labios —siento que nuestra tarde no va a ser como te lo dije, invité a mis sobrinos a venir porque sé que Jimin necesita un descanso, aunque sea un par de horas.

—Está bien —Seokjin alcanzó sus manos y las entrelazó —tu familia es importante y él necesita apoyo, entiendo eso.

—Lo siento —Yoongi cerró sus ojos y su cabeza cayó sobre el hombro del rubio.

—No lo sientas, podemos ver una película otro día —Jin giró su cabeza y dejó un tierno beso sobre el cabello de Yoongi. —Es bueno que te asegures de que ellos estén bien, pero no le hagas el trabajo a tu hermano. Es él quien debe ordenar el desastre que dejó.

—Si, lo sé, pero está inubicable y no pienso dejar que mi cuñado cargue con todo solo. Simplemente no lo merece.

—Eres una buena persona Min Yoongi.

La dulzura en la voz de Seokjin le hizo abrir los ojos y enderezarse. Quedaron con sus rostros a pocos centímetros y Yoongi se acercó para darle un beso rápido o al menos eso pensó pero Seokjin tenía otros planes y tomó su rostro para un beso profundo y lento que sintió por todo su cuerpo.

Cuando fue liberado se demoró segundos en encender su cerebro de nuevo. Seokjin tenía la habilidad de ponerlo como un idiota.

—¿Los niños?

—Los dejé comiendo, hicieron muchas preguntas y no sabía muy bien como responder.

Yoongi se rio. —¿Viniste a esconderte?

—Casi —Jin rio también.

—Vamos, al menos tengamos un desayuno —Yoongi se puso de pie y no soltó la mano de Seokjin hasta que llegaron a la puerta.

—Eunho quiere saber si somos novios y Jihwan preguntó si nos vamos a casar.

El azabache tropezó con sus pies y se fue de cabeza a la puerta chocando con esta, Seokjin lo sostuvo fuerte si no fuera por él la caída hubiese sido aún más grande y vergonzosa.

—Que suerte que no respondí.

Yoongi notó la diversión pero también una pizca de decepción. Dios, era un tonto por ponerse así pero le había tomado completamente por sorpresa.

—Jin. —Lo llamó cuando se giró y quedaron frente a frente.

—Está bien, es muy pronto ¿No? —Seokjin le sonrió pero no era como siempre. Había algo triste en su mirar.

La puerta fue golpeada suavemente. Ese era Jihwan y Yoongi suspiró por las palabras que no podrían decir. Por la conversación a medias.

—Papi —llamó el pequeño azabache.

—Vamos a desayunar —Jin soltó a Yoongi y cuando la puerta fue abierta él salió primero.

Yoongi observó la espalda del rubio mientras este caminaba lejos de él. Miró a Jihwan que no había soltado su oso de peluche.

—Desayuno, vamos.

Pronto las cosas iban a cambiar, eso quería decirle a Seokjin con la mirada mientras tomaban su café en silencio. Los niños se mantuvieron en callados haciendo que la tensión fuera difícil de alejar.

Jin se veía un poco molesto y Yoongi podía apostar que fue su reacción a las preguntas de sus niños lo que lo puso así de distante. Y sabía que necesitaba calmarlo.

Con el desayuno finalizado Yoongi envió a sus hijos a asearse y ordenar sus dormitorios mientras él y Seokjin lavaban la loza sin hablar. Pero Yoongi no iba a dejar que ese día terminara con ellos así por lo que siguió a Seokjin hasta su habitación. Cuando el rubio tomó su chaqueta para retirarse es que Yoongi se acercó a él.

—Hablemos.

Un suspiro pasó y Yoongi no estaba muy seguro de estar haciendo lo correcto.

—¿Algún día me vas a ver cómo una real pareja para ti? Una que no te haga tropezar por todo el lugar.

—Por supuesto que sí, solo me sorprendió. No es como si no lo hubiese pensado... Ser novios, ya sabes.

Seokjin asintió despacio y Yoongi deseó poder calmar la vacilación en esos hermosos ojos.

—Lo siento —Jin cerró sus ojos unos momentos —estoy exagerando, no debe ser fácil estar en tu lugar con dos niños a cuales explicarle esto... Estoy siendo egoísta pensando en mi y en lo que deseo.

—No. No está mal, no lo sientas, fue sorpresivo para mí que Jihwan preguntara eso y no tiene nada que ver contigo, ellos jamás hablan de esas cosas conmigo.

—Tus niños son astutos, seguramente ya se dieron cuenta que esto que tenemos no es una simple amistad y son mucho más valientes que nosotros dos como para querer saber al respecto.

Yoongi asintió y botó el aire que había retenido cuando Seokjin tomó sus manos.

—Quería hablar con ellos, ya sabes comentarle lo que está pasando entre nosotros. La opinión de ellos es fundamental y aunque sé que se sienten cómodos contigo es diferente presentarte como un amigo a hacerlo como novio.

—Lo entiendo... Yo no quería reaccionar de esa manera. Debemos hacer las cosas a su tiempo yo reaccioné mal.

—Parecemos unos adolescentes cagandola todo el tiempo —Yoongi rio tratando de aliviar la extraña tensión entre ellos.

Seokjin seguía visiblemente tenso, los músculos de su cuello tiraban y él tenía una mirada firme que  contrastaba con el delicado agarre de sus manos.

Y entonces Seokjin se acercó un poco más hasta que sus pechos estuvieron en contacto.

—Esto que siento por ti no es algo que me haya pasado antes y es por eso que cada cosa, cada detalle para mí es importante. Quizá sobre reacciono y no es una excusa, lo juro —Jin sonrió —pero cada pequeña cosa que tenga que ver contigo para mí es importante porque tú eres importante.

—También lo eres para mí —Yoongi sintió su garganta cerrarse, sus ojos se humedecieron ante aquellas palabras. —Si no quisiera verte conmigo en este lugar a largo plazo ni siquiera estarías aquí, solo serías un hombre al que vería fuera de casa, pero no es el caso.

—Lo sé —murmuró Seokjin —este es un nivel completamente distinto y me gusta mucho estar cerca de ustedes.

—Tenemos todo resuelto ¿No?

Seokjin se echó a reír evidentemente más relajado y eso ayudó a Yoongi a tomar la decisión. Soltó sus manos juntas y se dirigió hasta su cómoda, abrió un cajón y cuando tuvo en sus manos lo que había comprado días atrás se acercó nuevamente a Seokjin.

—¿Que es eso?

Los ojos curiosos del rubio se
encontraron con los suyos —es algo que compré hace unos días.

La mano de Seokjin tembló mientras Yoongi deslizaba una pulsera en su muñeca derecha.

—Es linda.

—La elegí con Jihwan aunque él no sabe el fin de la compra —Yoongi hizo una pausa y retomó. —El plan era pedirlo cuando estuviéramos solos en una cena romántica o algo por el estilo pero supongo que no hay caso darle tanta vuelta cuando los dos estamos seguros de avanzar.

—Si —dijo Seokjin sorprendido mirando la pulsera de plata que tenía pequeñas piedras de colores.

Cuatro piedras de diferentes colores para de exactos.

—Quiero esto tanto como tú y había querido esperar un poco para que pudieras asimilar todo lo que está pasando entre nosotros pero ya me di cuenta que tú no necesitas eso, tú quieres estar aquí tanto como yo lo quiero.

Jin asintió, finalmente alzó su cabeza para mirar a Yoongi —es un hermoso regalo.

—Sé mi novio, Seokjin. —La voz de Yoongi tembló por primera vez y se obligó a calmarse —te quiero tanto en mi vida que no tienes idea, prometo hacerte el hombre más feliz del mundo si me lo permites.

—Yoon —susurró Seokjin conmovido. —Por supuesto que quiero, quiero todo.

Esa fue la respuesta que Yoongi necesitó para tomar los labios de Seokjin entre los propios y sellar así el mágico momento.
Sus labios se entregaron a la dulce sensación y mientras Seokjin lo envolvía entre sus brazos Yoongi no pudo evitar pensar que después de sufrir tanto, después de tanto dolor por fin había encontrado a su persona.

Quería ser el mejor para Seokjin y estaba dispuesto a trabajar por ello, quería derribar los miedos de ambos y que pudieran avanzar un paso a la vez juntos. Siempre juntos.

—Te dije que eran novios.

—¿Podríamos tener un hermano nuevo? Quiero jugar con alguien.

—Los bebés no son juguete, niño.

Las voces de los niños hicieron que se separaran riendo bajito, sus hijos podían ser los menos sigilosos detrás de la puerta.

Yoongi se alejó de Seokjin y avanzó hasta la puerta, luego giró su cabeza y estiró su mano para que el rubio pudiera tomarla.

—¿Vienes conmigo?

Jin no dudó ni dos segundos en avanzar hacia él y entrelazar sus dedos.

—Estoy listo.

Yoongi no tenía dudas, Seokjin había demostrado ser decidido a la hora de tomar decisiones y por sobre todo, hacerle saber a Yoongi lo mucho que le gustaba estar con él y con sus niños.

—Es hora de hablar con ellos.

Seokjin le regaló una hermosa sonrisa y Yoongi botó el aire que estaba reteniendo mientras abría la puerta. Eunho y Jihwan abrieron sus ojos grandes cuando quedaron frente a frente.

—¿No es un mal hábito escuchar detrás de las puertas? —Yoongi les dijo.

Ellos bajaron la cabeza pero Seokjin comenzó a reír y de inmediato ellos supieron que estaba todo bien.

Y ahí estaba de nuevo ese equilibrio entre ellos que solo auguraba cosas buenas.

Yoongi podía ser más metódico, más preocupado de las normas mientras Seokjin era más relajado y un buen oyente, capaz de dar los mejores consejos y ya Yoongi se había dado cuenta de la confianza que sus hijos tuvieron con él desde el primer momento.

Esto es algo bueno, se dijo a sí mismo mientras sus dedos se afianzaban a los cálidos de Seokjin.

—Vamos a hablar —Jin tomó la iniciativa —hay cosas que explicar.

—No es necesario —Eunho interrumpió —si papá es feliz entonces yo también lo soy.

—¿Cuándo se van a casar? —Jihwan preguntó serio, su ceño arrugado adorablemente.

Tanto Yoongi y Seokjin se echaron a reír mientras los niños se unían a ellos.

Esto es bueno, pensó de nuevo. Este era un inicio prometedor para él, para ellos.
Se estaban dando la oportunidad de amar aún si los miedos acechaban cerca de ellos. Pero a pesar de eso había una fuerte convicción de que estaban en el lugar correcto.

Se habían encontrado por una casualidad y Yoongi no iba a dejar ir a Seokjin ahora que lo había encontrado.

—¿Podemos tener un perro? ¿O un niño? Todo sirve —reflexionó Jihwan.

Yoongi sonrió y siguió haciéndolo mientras caminaban los cuatro hacia la sala en donde todos tomaron asiento en el sofá.

Sus dedos nunca dejaron de estar unidos a pesar de que los niños estaban en medio de ellos dos.

La conexión que sentía con Seokjin jamás la había experimentado antes y cuando el rubio comenzó a hablar él solo pudo escucharlo atentamente sin dejar de mirarlo.

Pronto diría la palabras que tenía atoradas en su garganta, necesitaba decirle a Seokjin lo mucho que lo quería, lo feliz que era a su lado.

Pronto él podría decirle que estaba enamorado de él y que lo amaba.

Pronto.

Muy pronto esas serían sus palabras para su novio. Para su compañero.

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Hola!! Ando retomando. Comencé a trabajar y ya no me queda tiempo para nada pero aquí estamos.

Besos infinitos y espero que les haya gustado el capítulo.

Tengan una excelente semana

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