26



Seokjin cerró la caja registradora y le entregó el vuelto a la clienta que no paraba de mirarlo enojada y sin razón alguna ya que no era su culpa que la cafetería tuviera escasez de personal y los pedidos salieran relativamente más tarde de lo habitual. 

—Este turno me está matando. 

Jin miró de reojo a su compañera de trabajo y asintió. Llevaba una semana de vuelta en el trabajo, sus costillas estaban sanando lentamente y aunque a veces dolían él no podía darse el lujo de quedarse en casa, tenía cuentas que pagar. 

—Es un día caluroso —dijo mirando hacia la terraza llena de personas que estaban pasando un buen rato mientras bebían y comían. 

—Si —Tiffany abrió un poco más su camisa negra y Jin deslizó sus ojos por su pecho descubierto, ella tenía un cuerpo increíble, pero no hacía nada por él. 

Seokjin se rio entre dientes y volvió a mirar hacia el lugar. Antes de Yoongi solía mirar bastante a las mujeres, le gustaba el cuerpo femenino y aunque en la actualidad miraba a veces, le gustaba mucho más mirar a cierto hombre de ojos bonitos y sonrisa tierna. 

Lo extrañaba, habían estado un par de días separados y Seokjin ya quería verlo, pero Yoongi tenía una vida ocupada entre su trabajo y los niños por lo que verse se volvía difícil. 

—Tomaré mi descanso, ¿Puedes quedarte en la caja?

Tiffany le sonrió coqueta y le guiñó un ojo, su mano se deslizó por su brazo y Seokjin la miró incrédulo. Ella siempre buscaba la manera de tocarlo.

—Puedo quedarme pero me estarías debiendo un favor. 

Jin arrugó su nariz ante esa voz de cama y negó lentamente —somos compañeros de trabajo, yo te cubro y tú me cubres a mi. Ahí termina todo. 

Ella quitó su mano enseguida y se sonrojó. —Yo…

—Puedo pedirle a alguien más que me cubra.

—No, no… No te preocupes, yo lo haré. 

—Bien —Jin se quitó su delantal y lo dejó bajo el mostrador. Antes de girarse miró a la pobre chica y sintió un poco de lástima por ella. —Solo no quiero que hayan malos entendidos entre nosotros y cada vez que me tocas me siento incómodo. Tengo novio de hecho, no me siento bien con alguien más tocándome todo el tiempo. 

Ella abrió sus ojos grandes y Seokjin asintió reconociendo esa sorpresa. 

Él mismo se sorprendía de lo mucho que quería estar con Yoongi. 

Finalmente dejó el mostrador y caminó hasta el pasillo que dividía la cocina y el baño del personal, entró a este último y lavó su rostro para quitarse el letargo. Había terminado su tratamiento de calmantes pero Seokjin podía sentirlas todavía en su sistema. 

Tenía media hora para descansar ya que estaba en el turno de la tarde y decidió que necesitaba sentarse un momento, todavía no se acostumbraba a estar de pie tantas horas. 

Salió del baño y se sentó en el sofá que estaba en la diminuta sala del personal, en ese lugar también había una mesa, un refrigerador donde sus compañeros guardaban sus alimentos y una televisión en la pared. Jin la encendió y se acomodó descansando su cabeza sobre el respaldo. 

Sacó su teléfono y grande fue su sorpresa al ver cinco llamadas perdidas de Yoongi, no había sentido el teléfono que guardaba en su bolsillo por lo que miró la hora de la última y como solo había sido dos minutos antes él se llevó el aparato a la oreja sintiendo de pronto la preocupación correr por su interior. 

Cinco llamadas eran suficientes para informar de algún problema ¿No? Seokjin sabía que los niños estaban en natación, como cada sábado, pero quizá les había pasado algo a ellos o a Yoongi. 

Jin mordió su labio y cuando la llamada conectó él se puso de pie. 

—¿Yoon? ¿Pasó algo? Recién tomé un descanso. 

—Estoy bien

El rubio suspiró más tranquilo —me asustaste. 

—Lo siento, no quería hacerlo, solo que estoy fuera de tu trabajo. 

La sonrisa que partió la cara de Seokjin le hizo darse cuenta de lo feliz que se sentía por la visita de Yoongi. 

Salió de la sala de descanso y caminó por el pasillo hasta la puerta trasera, rodeó la cafetería aún con su teléfono en la oreja y cuando vio al azabache su sonrisa se hizo aún más grande. 

Yoongi estaba de espalda por lo que solo se giró cuando Jin terminó la llamada y guardó su celular. 

—Mírate, cuando pensé que no podías verte más guapo, pero siempre te superas. 

Jin miró sus zapatos negros y a pesar de las cosas que habían pasado entre ellos dos se sintió avergonzado de aquellas palabras. 

Suaves dedos lo tomaron del mentón y así sin más Seokjin alzó su cabeza para encontrarse con una bonita sonrisa toda Yoongi. 

—Hola —susurró el rubio como un tonto y luego se acercó un poco más y juntó sus labios con los de Yoongi. 

Rápidamente sus mejillas fueron acunadas y Seokjin cerró sus ojos para disfrutar del beso que había estado anhelando desde que abandonó la casa de los Min, varios días antes. 

—Hola —Yoongi susurró en sus labios con sus ojos cerrados. 

Seokjin quería seguir besándolo, pero no podía, no en ese lugar donde su jefe podía verlo y amonestarlo. De mala manera dejó los labios de Yoongi y dio un paso atrás. 

—¿Vas por los niños? 

—Si —Yoongi lamió sus labios y miró hacia el costado de la cafetería —lamento haber venido de un rato a otro. 

—No es problema, estoy en mi descanso de todos modos. 

—¿Almorzaste? 

—Si, lo hice antes de ingresar. Ahora solo estaba descansando los pies.

Yoongi volvió a mirarlo —en ese caso es mejor que me vaya para que puedas descansar. 

Seokjin odió que el tiempo estuviera pasando rápido y no poder estar más tiempo con Yoongi. 

—Todavía me quedan un par de horas antes de ser libre. 

—¿Mañana trabajas?

—No, el domingo es día libre aquí. —Yoongi asintió frente a él, se veía pensativo, un poco serio. 

—Pasaré por ti a las 10, ¿Estarás libre a esa hora? Creo que te escuché decir que tu horario era hasta las nueve. 

—Si, ese es mi horario, ¿Pasarás por mi? 

Yoongi sonrió y Seokjin también lo hizo. —Si, quiero llevarte a cenar. 

Las cejas de Seokjin se alzaron —¿Es una cita? 

—Es una cita. 

Jin mordió su labio, la idea de una cita real con Yoongi hizo que su estómago se sintiera extraño ante la anticipación de estar a solas con él. 

—¿Con quién dejarás a los delfines? 

—Con la niñera, la chica vive al frente de casa. 

—Oh, está bien, ¿Cómo debo vestirme? —Seokjin se acercó nuevamente y tomó entre sus dedos la chaqueta del azabache. Yoongi se quedó quieto y cerró sus ojos cuando Seokjin le besó la mejilla jugando y reconociendo esa mandíbula afeitada. El cuerpo de Yoongi estaba completamente tenso y Seokjin sonrió cuando besó los labios ajenos. 

—Jin —susurró Yoongi cuando Seokjin dejó su boca por unos segundos, pero luego lo tomó de la cintura haciendo que no hubiera nada de distancia entre ellos. 

La lengua de Seokjin acarició la del azabache y el deseo que sintió, uno netamente sexual le hizo suspirar un poco conmocionado por aquello, pero no soltó a Yoongi, sus manos se aferraron más fuerte a la tela de la chaqueta negra que vestía ese día su novio. 

Novio. 

El pensamiento fue bienvenido en la cabeza de Seokjin, no habían hablado todavía de ponerle nombre a la relación que estaban formando pero Seokjin sabía que ese era el siguiente paso. 

El beso se terminó y ambos se miraron por segundos antes de romper el contacto y mirar hacia otro lado. Yoongi se pasó una mano por su cabello negro y Seokjin siguió el movimiento. 

—Entonces, ¿Nos vemos a la noche? 

Seokjin asintió y soltó la chaqueta del azabache, no se había dado que todavía estaba aferrado a él. 

—Si, ¿Dónde iremos? 

—A comer y cualquier cosa que quieras hacer después. 

—Me parece bien. —Yoongi se quedó en silencio y Seokjin ya estaba comenzando a pensar que realmente había pasado algo —¿Estás bien? Pareciera como si te preocupara algo. 

—No es nada, solo estoy pensando en como cambiamos tanto desde que nos conocimos. Todavía estoy pensando que saldrás corriendo. 

Eso había salido de la nada pero Seokjin al menos tenía una respuesta al silencio de Yoongi. —No confías en mí.

—Si lo hago pero también pienso en eso… Tengo temor cada vez que me besas, cada vez que me tocas. —Yoongi resopló y se pasó una mano por su rostro —es mejor nos hablar de esto ahora, lo siento. 

—En la noche lo hablaremos ¿Si? Vamos a aclarar todo y podremos avanzar. 

—¿Como es que estás tan seguro de esto? Yo siento que la mitad del tiempo estoy tratando de no cagarla y la otra mitad diciéndome a mí mismo que no te vas a ir. Que no te vas a asustar. 

El sonido del horno de la cocina los hizo distraerse. 

—Es el horno de la cocina —dijo Jin ante la mirada de Yoongi —suena así cuando ya está listo lo que sea que metan en el horno. 

—Debes volver, ¿Hablamos en la noche? 

—Si —Yoongi lo miró a los ojos y Seokjin pudo ver la inseguridad y confusión en esos lindos y pequeños ojos. No quería ver eso, no quería que Yoongi pensara que él iba a salir corriendo. —Estaré esperando por ti, Yoon. 

El azabache le sonrió y se acercó para un último beso, uno rápido antes de girarse y comenzar a caminar hasta su vehículo. Seokjin lo observó hasta que ya no lo vio y su pecho se apretó por una nueva preocupación. 

¿Como podía hacerle ver a Yoongi que él estaba seguro de todo lo que estaba pasando entre ellos? No tenía idea y esperaba obtener una maldita respuesta esa noche para hacerle saber a Min Yoongi que él estaba seguro de la relación que tenían, de lo mucho que quería estar a su lado. 

Seokjin volvió a sus labores olvidando por completo que no había descansado, pero no le importaba demasiado, ahora tenía que idear la mejor manera de hacerle ver a Yoongi que él estaba enfocado en él y solo él. 

❤️

Seokjin arrastró sus pies hasta su edificio, eran pasada las nueve de la noche y todavía debía ducharse y cambiarse de ropa para su cita con Yoongi. No podía perder tiempo pero cuando vio a Namjoon fuera de su departamento Seokjin arrugó su ceño y se acercó a él. 

—¿Nam? —Su hermano estaba vistiendo su traje habitual, se veía cansado y triste. —¿Estás bien? ¿Que haces fuera de mi puerta? 

—Oh si, te estaba esperando, necesito buscar algo de mi antigua habitación. 

Jin sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta para luego encender las luces. Namjoon entró detrás de él silencioso como nunca antes y Seokjin suspiró porque no había sido muy preocupado en el pasado de lo que le pasara a su hermano por lo que sentía que era un poco inapropiado preguntar que le pasaba. 

—Pasa a buscarlo si quieres, debo ducharme. 

—¿Saldrás? 

—Si. Tengo una cita —Seokjin sonrió y luego negó  con su cabeza cuando Namjoon lo miró escéptico. —Puedo tener citas, Nam. 

—Claro que puedes, solo que nunca te escuché decir que irías a una. 

—Bueno llegó mi momento al parecer. 

Namjoon arrugó su nariz y se perdió en su antigua habitación. Seokjin en tanto se quitó su chaqueta ligera y la colgó en el perchero. Mientras atravesaba la sala se fue quitando su camisa negra y su cinturón para luego encender la luz de su habitación y tirar las dos cosas sobre la cama. Se sentó sobre esta y se quitó sus incómodos zapatos negros, los pateó lejos y se acostó sobre la cama, necesitaba unos pocos minutos  para descansar y poder estar con Yoongi al cien por ciento. 

Respiró pausadamente mientras miraba el techo, todavía la conversación que tuvo con el azabache rondando en su cabeza sin darle tregua. Y no podía culpar a Yoongi por pensar de esa manera, él también se sentiría en desconfianza si de un momento a otro conociera a un tipo que se comporta como un homofóbico de mierda pero que a las semanas le está metiendo la lengua hasta la garganta sintiendo ganas de desnudarlo y probar de todo con este hombre.

La lengua de Seokjin salió a mojar su labio inferior y estuvo tentado a tocarse sobre el pantalón, estaba duro por imaginarse la boca de Yoongi sobre la suya jugando con su lengua, tocándolo por todos lados...

La puerta se abrió de golpe y Seokjin se sentó en la cama cruzando sus piernas para ocultar su excitación. 

—¿Que? —Dijo el rubio a su hermano que estaba parado en su puerta con una caja mediana entre sus manos. 

—Me voy, vine a buscar esta caja. 

Seokjin no había revisado la habitación de Namjoon cuando este se había ido, solo entraba allí para sacar un poco de polvo para no llenarse de bichos ya que todas sus cosas estaban ahí, pero le parecía sumamente extraño ver esa caja porque jamás antes había visto a Namjoon con ella. 

—Nunca había visto esa cosa. 

—La tenía escondida. 

—Oh, ya veo. 

Namjoon asintió y miró la caja —son recuerdos. 

—¿Recuerdos tuyos? 

—¿Te acuerdas de Jimin? —Nam preguntó, su voz baja y apagada.

—¿Jimin? —Seokjin se puso de pie cuando tuvo todo bajo control y abrió su armario. No podía perder tiempo —¿Tu primer novio?

—El único novio que he tenido. 

—Cierto —Seokjin tomó la camisa que había sido prestada por Namjoon y la observó, no estaba arrugada y olía bien. La tomó y la dejó sobre la cama. —¿Que pasa con él? 

El rubio tomó un pantalón negro y lo observó, había llevado a lavar su ropa a la lavandería del edificio ya que su lavadora seguía mala. Debía mandarla a reparar porque comprar una nueva era demasiado costoso. No podía gastar en esas cosas. 

—Lo vi hoy. 

Un boxer negro fue el elegido y calcetines del mismo color. Seokjin abrió uno de sus cajones para sacar un nuevo cinturón y la bolsa de condones le hizo enderezarse de golpe. 

Namjoon estaba hablando pero Seokjin no podía dejar de mirar esa maldita bolsa con condones de todas las formas y colores existentes. 

—Y se veía realmente bien, como si los años no hubiesen pasado y por eso es que no me contuve y me acerqué a él —Namjoon se rio bajito —ni siquiera sé si estaba su esposo por ahí cerca. 

—Espera —Jin cerró la puerta del armario y vio a su angustiado hermano. Nunca lo había escuchado o visto así por lo que era razón suficiente para tomarle atención —¿Te acercaste a él? 

—No pude no hacerlo, llevo años sabiendo de él, de su vida y verlo en el centro comercial hizo que dejara todo lado con tal de escuchar su voz nuevamente.

—Carajo, ¿Es en serio? 

—Lo es y es una mierda porque él tiene sus hijos, dos niños ya grandes y tiene una vida con este tipo…

—No vayas a hacer alguna estupidez, si tiene pareja entonces olvídalo de una vez. 

Namjoon entró a la habitación y se sentó en la cama, Seokjin nunca lo había visto tan vulnerable.

—No he podido olvidarlo en 15 años, ¿Crees que ahora podría? Es ridículo pero cuando lo vi sentí que no había pasado el tiempo… Me gustaría poder verlo de nuevo, de hecho lo haré, pero está casado. 

—Exactamente, son un montón de problemas golpeando a tu puerta, mantén tu polla alejada, Nam. 

—No es sexo —Namjoon suspiró —nunca se trató de eso con él, era diferente. 

—Fue un amor de juventud, quizá lo recuerdas de esa manera porque fue el primer hombre al que quisiste. 

—Puede ser, pero que nunca haya podido establecerme con alguien más debería decir algo, ¿No?

Seokjin no estaba de acuerdo —quizá nunca quisiste establecerte porque realmente no lo sentías, pero no creo que tenga que ver con él. Quizá nunca te diste el permiso para querer a alguien nuevamente. Con esa intensidad.

—Siempre lo quise a él, todo en lo que pesaba era él y en los planes que habíamos ideado, tengo todo esto aquí, atorado dentro de mí, necesito que él lo sepa, Jin, pero no quiero exponerlo ante su pareja. —Namjoon bajó la cabeza molesto y viéndose miserable.

Joder, Seokjin no podía lidiar con la crisis de su hermano, no cuando Yoongi llegaría en cualquier momento y él ni siquiera se había dado una ducha, pero se lo debía, Seokjin tenía bastante responsabilidad en lo que había ocurrido con Namjoon y ese amor de juventud. 

Se sentó al lado de su hermano y lo miró unos segundos, Namjoon estaba hecho un desastre y Seokjin recién se dio cuenta del olor a alcohol y cigarro que estaba impregnado en el traje negro.

—Si tiene familia y una vida tranquila entonces no puedes perturbarla porque no lo has superado, él avanzó Nam, el chico del que te enamoraste siguió su vida y tú con la tuya. 

—Nunca dejé de amarlo. Por eso siento esto, por eso deseo que él lo sepa, que sepa que todavía anhelo las cosas que nos prometimos y que no nos dejaron tener. 

—Quizá no hubiese funcionado.

Namjoon se puso de pie con la caja aún en sus manos —estoy seguro que hubiese funcionado, nos queríamos, Jin. Nos amábamos. 

Seokjin también se levantó de la cama y encaró a su deprimido hermano —sé que es así, sé que se querían pero tú lo has dicho, se quisieron, se amaron alguna vez y luego él siguió con su vida y tú debes soltarlo Nam. Debes dejarlo ir de una vez por todas, te estás haciendo daño. 

—He hecho de todo estos años, estudié para tener una profesión, obtuve una departamento, ascensos, un auto de lujo pero de qué sirve si estoy solo, ¿De qué sirve haber tratado de ser mejor para él? Soy esto por él, porque quería que sus padres me respetaran, que me vieran como alguien que podía darle todo a Jimin. 

—A veces las cosas simplemente no son como uno las desea, hermano. Debes dejarlo atrás. 

Namjoon cerró sus ojos un momento y luego los abrió. —Si, quizás eso debí hacer y no enviarle flores todos los años por su cumpleaños. 

Jin hizo una mueca, podía ver el dolor en los ojos de Namjoon, pero no podía darle esperanzas para un amor que ya era pasado. Y aunque era injusto, Seokjin debía hacerle ver a su hermano que debía olvidar a ese hombre. 

—No lo veas, has pasado todos estos años sin buscarlo, ¿Cuál es la urgencia ahora?

—Tenemos la muestra de la sección, nos tocó su escuela. 

—Cambia tu lugar, ve a otra escuela y te vas a ahorrar la toneladas de problemas que vendrán si te acercas más a él. 

Namjoon parecía luchar contra el impulso de seguramente defender su punto de vista del asunto, pero luego de segundos se rindió y asintió. 

—Tienes razón, no estoy pensando con claridad. Voy a botar esto y olvidarme del asunto. 

—Pero hazlo en serio, Nam. Él hizo su vida, es justo que tú también hagas la tuya si así lo deseas. 

—Si, mierda, me siento patético —una risa quebrada llenó el silencioso lugar y Seokjin acarició los cabellos de su hermano.

—Está bien. Puedes hablar conmigo de esto. 

—Gracias por escuchar. No tengo con quien hablar de estas cosas, ya sabes.

Salieron de la habitación y Seokjin tomó una de las tantas velas que había sido regalada por su hermano y la encendió después de buscar fósforos en la cocina. 

Un delicioso aroma comenzó a impregnar el departamento de inmediato y Seokjin sonrió mientras la ponía sobre la mesa del comedor. 

—Te ves contento. 

—Lo estoy. —Seokjin miró la hora en su celular, solo faltaban 15 minutos para que Yoongi llegara y la anticipación comenzó a inquietarlo. 

—¿No me vas a contar? Acabo de dejar mis tripas en tu habitación, merezco al menos un poco de información. 

Jin se rio, una risa incómoda y nerviosa que brotó de él sin que pudiera impedirla —me gusta un hombre, estoy así por un hombre. 

—Bueno eso era bastante evidente desde que lo vi aquí cuidándote como si fuera tu esposo. 

Las mejillas de Seokjin se tiñeron de rosa y huyó de la mirada de su hermano tratando de hacer otra cosa. —Si bueno, eso es todo. 

—Ajá, ¿Ya te acostaste con él?

Los ojos de Jin se abrieron y sus mejillas se hicieron más rosadas —no, eso no ha pasado.

—Pareces un crío ahora mismo, ¿Te da vergüenza?

—No —respondió de inmediato el rubio —no siento vergüenza de mis sentimientos… 

—Entonces que es. 

Mordiendo su labio Seokjin tomó una respiración —nunca he estado con un hombre, bueno eso es obvio. 

—No sabes cómo follar con un hombre, ¿Es eso? 

—Algo así. 

Namjoon se rio, sus ojos arrugandose en las orillas. —Bueno deja que el tipo te chupe la polla, eso no es algo que no hayas hecho antes, una boca es una boca al fin de cuentas. Ahora si quieres follar con él tendrás que comprar lubricante, mucho, esa mierda es necesaria siempre. 

—Eso lo sé, no soy un puto virgen, hasta las mujeres usan lubricante. 

—Entonces ¿Cuál es el problema? Si se te para cuando estás con él entonces vas bien, la atracción sexual es importante en un caso como el tuyo. 

Seokjin tragó saliva —no creo que todavía este preparado y él dijo que me daría tiempo. 

—Mejor aún, así te vas haciendo la idea de que te van a follar en algún momento. 

Seokjin comenzó a toser y su puerta fue golpeada justo en ese momento. 

—Mierda, ya llegó y yo no me he duchado. 

Namjoon de burló de él y se acercó a la puerta para abrirla. Seokjin se acercó a la puerta también y ayudó a su hermano a irse. 

Más bien empujarlo para que se vaya y no diga nada inapropiado.

—Hola y adiós —dijo Namjoon pasando por el lado de Yoongi.

Seokjin tomó el brazo de Yoongi y lo entró al departamento. 

—Eso fue extraño y ni siquiera voy a preguntar. —Yoongi dijo divertido. 

—Es mejor no saber —Jin sonrió —no estoy listo aún, vino Namjoon y estuvimos conversando. 

—No te preocupes, puedo esperarte. 

Simples palabras que tenían más de una connotación para Seokjin que asintió nervioso y se metió la baño. Rápidamente se despojó de su ropa y se metió a la ducha sin siquiera regularla, pegó un grito porque el primer chorro de agua salió fría, pero ya después sintió la calidez del agua tibia. 

Se limpió rápidamente y en todas las partes correctas, todavía pensando en lo que su hermano le había dicho limpió con un poco más cuidado su cuerpo. La anticipación de estar a solas con Yoongi lo tenía en alerta. Su piel se sentía diferente al tacto y su pene estaba medio duro por todas las imágenes que su maldito hermano había puesto en su cabeza al hablar de chupar pollas y dejarse follar por Yoongi. 

Él había pedido tiempo pero no estaba tan seguro de quererlo realmente.

Cerró la llave cuando estuvo listo y abrió la cortina, grande fue su sorpresa al darse cuenta que no había llevado toalla para secarse. Miró por el baño y suspiró. 

—¡Yoon! —llamó al hombre que seguramente estaba esperando en la sala. 

—¿Si? —Dijo el hombre un momento después. 

Seokjin sentía los latidos de su corazón correr mientras salía de la ducha y llegaba hasta la puerta. —¿Puedes traer una toalla? Con la prisa lo olvidé. 

—Claro, ¿Dónde las guardas?

—En el armario de mi habitación, la primera puerta. 

—Vale. 

El baño estaba cálido mientras esperaba húmedo, desnudo y duro a qué Yoongi encontrara lo que necesitaba y a los segundos la puerta fue golpeada suavemente. Seokjin tomó una respiración y abrió un poco la puerta. 

Yoongi estiró su mano y le entregó la toalla, el rubio la tomó de inmediato y se la enrolló en su cintura sin cerrar la puerta ya que Yoongi todavía estaba allí parado pero no lo estaba mirando. 

Seokjin salió del baño, el departamento estaba frío en comparación al baño pero olía de maravilla. 

—¿Dónde compraste ese aroma? 

—Fue un regalo. Namjoon me lo pasó a dejar hace unos días, ¿Te gusta? Es aroma a mandarinas, por eso la prendí, dijiste que te gustaban. 

Yoongi asintió y volteó a mirarlo, Seokjin también lo miró y lo hizo muy bien. Yoongi se veía realmente bien de negro, de hecho, se veía bien en cualquier color. 

—Me gusta, es un olor agradable. 

—Si —Seokjin susurró, el ambiente era demasiado intimo y él tenía poca ropa, pero por algún motivo no se fue a ningún lugar y no se movió cuando Yoongi deslizó uno de sus dedos por su pecho desnudo y tomó una de las tantas gotas de agua que caían por su torso para luego llevársela a los labios. 

Seokjin había sido mirando de esa manera por  mujeres, había sentido que lo follaban con solo mirarlo pero jamás había sentido el placer de ser visto así por un hombre. Sentirse deseado para Yoongi era algo completamente nuevo y también lo era el hecho de estar malditamente duro por un hombre. Por Yoongi que con tan poco lo tenía casi jadeando de anticipación. 

Y no había miedo, Seokjin tenía pura curiosidad de saber que podía ofrecerle el hombre que ahora se estaba alejando de él dejándolo duro y con ganas de más. 

Jin lo siguió hasta el sofá en dónde Yoongi se sentó con sus piernas abiertas mostrando un bulto en su pantalón oscuro sin decir una sola palabra y Seokjin no quería que dijera nada. 

A la luz de las velas y la tenue luz de la sala como testigo Seokjin se subió al regazo del azabache y tomó su boca. Su lengua de inmediato buscó la ajena y las ganas que había estado acumulando hicieron que gimiera fuerte cuando Yoongi acarició su culo por sobre la toalla. 

Esa tarde había estado pensando la mejor manera para decirle a Yoongi que estaba comprometido a estar con él, que no pensaba salir corriendo y que, aunque nunca había estado con un hombre antes Seokjin no tenía dudas de lo que sentía. 

Pero ahora mientras Yoongi gemía con su voz ronca y llena de deseo, Seokjin decidió que esa era la mejor manera de hacerle ver qué lo deseaba tanto como Yoongi lo hacía. 

El cuerpo jamás mentía, pensó Seokjin mientras su polla dura chocaba contra la de Yoongi mientras se seguían besando. 

Yoongi echó su cabeza hacia atrás y gruñó cuando Seokjin lamió y mordisqueo la piel de ese lugar. 

—De verdad quiero llevarte a cenar, Seokjin. Pero esto es mil veces mejor.

—Lo sé —Jin lamió la línea de la mandíbula del azabache y luego volvió a sus labios. Estaba fuera de sí, se sentía hambriento pero no de comida, necesitaba que Yoongi lo tocara, que lo besara con esa misma intensidad. —Tócame Yoon. —pidió.

El azabache lo miró a los ojos buscando algún indicio de duda, eso fue lo que Seokjin pensó mientras Yoongi esperaba una confirmación y Seokjin solo se limitó a sonreír y asentir mientras cerraba sus ojos. 

Los dedos de Yoongi se sentía calientes sobre su pecho, y a medida que esos dedos bajaron por su dorso y hasta su abdomen Seokjin también decidió tocar. 

—¿Estás seguro? —la voz de Yoongi estaba cargada de lujuria y a cada segundo se hacía más ronca, pero también había cautela.

—Si, tócame por favor. 

—Mierda si —el azabache mordió su labio cuando Seokjin comenzó a abrir su camisa. 

Era real. 

Lo que fuera a pasar esa noche era lo más real que Seokjin pudo sentir alguna vez y mientras veía los ojos de Yoongi sintió que por fin estaba bajando sus defensas y el miedo a que se fuera de su lado. 

❤️


Hola!! Dejo esto por aquí 💕

Tengan una linda semana✨

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