21

Hay una canción de Sam Smith que quise poner pero la app no me deja.
Se llama Make It To Me

Y es hermosa para esta parte de la historia 💕




4/6

❤️

—Ven aquí Seokjin…

¿Por qué había tanta luz? 

Un camino de tierra que se le hizo familiar apareció ante sus ojos. Una larga hilera de tumbas blancas fue lo único que pudo ver mientras doblaba hacia la izquierda siguiendo a un hombre de cabello negro. Quería ir con él, pero su nombre fue dicho nuevamente. 

—Seokjin… 

Esa voz… 

—Jin. 

Habían flores amarillas y fue entonces cuando la vio. 

—Jin, despierta. 

Seokjin trató de sentarse en la cama de golpe cuando sus ojos finalmente se abrieron, pero el tirón de dolor que sintió le hizo caer nuevamente sobre unas acolchadas almohadas. 

—Estás sudando. 

La voz se escuchaba tan cerca que aliviado miró a Yoongi que estaba sentado a un costado de su cuerpo estudiándolo con el ceño fruncido pero denotando preocupación en sus ojos. 

Lamió su labio inferior reseco. Quería agua, necesitaba tomar porque sentía como si hubiese tragado kilos y kilos de tierra. 

—Agua —murmuró —por favor. 

Yoongi no se movió de su lugar y a cambio estiró su mano para tomar un vaso de agua que estaba sobre la mesa auxiliar. Pronto Seokjin se dio cuenta que había una bandeja de desayuno y sus tripas rugieron. 

Con ayuda de Yoongi tomó un codicioso trago y cuando se sintió más aliviado miró a su alrededor. No recordaba haber entrado a casa de Yoongi, menos a su habitación y mientras más veía a su alrededor más nervioso se ponía. 

Estaba en la cama de Yoongi. 

La habitación olía a Yoongi. 

—¿Estás bien? 

Volvió a mirar al azabache y asintió —tuve un sueño, solo es eso. 

—Te traje desayuno. Deberías comer, anoche ni siquiera despertaste para cenar. 

—Los medicamentos, te dije que era mala idea tomarlos. 

—Necesitabas hacerlo, ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien —Jin miró la bandeja de comida —gracias por el desayuno, podría haberme levantado. 

Yoongi hizo un gesto despreocupado —no es nada, mi día empezó hace muchas horas. 

—¿En serio? ¿Que hora es? 

—Son cerca de las diez. Ahora come. 

—Necesito ir al baño antes. —Seokjin aceptó la ayuda del azabache para sentarse al borde de la cama. Su cuerpo se sentía un poco pesado pero no había tanto dolor. Podía manejarlo. 

El baño personal de Yoongi era tan ordenado y limpio como la cocina. Era blanco de techo a piso y los únicos colores que resaltaban eran las toallas de mano color azul noche que estaban elegantemente dobladas en un estante sin puertas. Los azulejos tenían pequeñas flores grises que se entrelazaban entre sí creando un bonito patrón.

¿Quien había decorado tan bien esa casa? Porque si, la casa de los Min era bastante impresionante. 

Luego de orinar Seokjin lavó sus manos y se llevó estas a la nariz para oler el jabón que había utilizado. No tenía idea de que era pero el aroma era exquisito. 

Se paró frente al espejo y miró su reflejo antes de salir y se sorprendió al notar que su aspecto no era el de un vagabundo. A pesar de dormir más de doce horas había despertado con buen semblante. 

Salió del baño y encontró la habitación vacía, pero podía escuchar algo de ruido proveniente de la sala. 

Mirando por el lugar decidió dejar su desayuno para más tarde y se aventuró a darle una vuelta a la habitación, no iba a tocar nada, solo quería ver y conocer un poco más a Yoongi, por lo que a paso lento se acercó a un mueble sencillo que tenía seis cajones, no los abrió, solo observó las fotografías que estaban enmarcadas. 

Eran de Eunho y Jihwan, o eso era lo que Seokjin podía concluir ya que era Yoongi cargando a un pequeño bebé con una ropita amarilla que hizo que Seokjin sonriera. Yoongi se veía bastante joven en la primera imagen y era Eunho al que sostenía en brazos. Yoongi se veía feliz, tenía la sonrisa más grande y bonita que Seokjin hubiese visto antes. 

La próxima fotografía era también Yoongi, ya un poco más mayor, sosteniendo a un bebé vestido de marinero. Jin sonrió también al ver la felicidad pura en el rostro de Yoongi mientras observaba a su bebé. 

¿Así es como se sentía tener una responsabilidad tan grande? ¿Pura felicidad? 

Seokjin jamás había pensado en hijos, no sentía que fueran para él ya que su vida no era estable, no había sido estable en mucho tiempo y tampoco había tenido una relación formal en los últimos 10 años. Quizás era un hombre que servía para estar solo, más que para tener una relación duradera. Nunca lo había buscado, sin embargo una mujer había estado con él por dos años, pero tampoco resultó por lo que Seokjin tampoco deseó volver a pasar por lo mismo años después. 

No había necesitado una pareja, menos una familia.

—¿Todavía no tomas desayuno, Seokjin? Eres el peor enfermo. Ven, siéntate. 

Seokjin se tensó por un momento, se giró lentamente al ser pillado husmeando en las cosas de Yoongi, pensó que el azabache le iba a gritar o se iba a molestar por su curiosidad, pero ese no fue el caso, el azabache tenía una sonrisa tonta en los labios que por supuesto contagió a Seokjin que volvió a la cama. 

—Me distraje viendo tus fotos —Seokjin apuntó al mueble de madera, no tenía que esconderlo, había sido demasiado obvio. 

—Que piensas, ¿He cambiado mucho? 

—La verdad es que no, incluso sabiendo que tienes 35 años no lo aparentas. 

—Tú tampoco. 

Seokjin se acomodó en el respaldo de la cama y Yoongi de inmediato puso una bandeja en sus muslos. La bandeja tenía fruta variada, un vaso de jugo de naranja, dos tostadas, una taza de café tapada y un recipiente con queso y jamón. 

—Gracias —Jin no pudo mirar a Yoongi, no quería que viera lo mucho que le estaba afectando que alguien hubiese hecho desayuno por él. Eso nunca había ocurrido, ni su madre lo había hecho en su momento. 

—Come, espero que el café no esté tan frío. 

Seokjin negó quitando la tapa de silicona de la taza blanca, tomó un sorbo amando el aroma que llegó hasta él.

—Está bien —Seokjin tomó un trozo de manzana y se lo llevó a la boca —¿Tomaste desayuno? 

—Tomé un café temprano. 

—Debes comer algo entonces. —Jin alzó la cabeza y deslizó la bandeja hacia donde Yoongi estaba —podemos compartir. 

—Estoy bien. No tengo hambre. 

—¿Estás seguro? 

—Si, estoy acostumbrado a tomar solo café a la mañana, el almuerzo es más sustancioso para mí. Llevo mi comida y frutas al trabajo. 

—Entiendo, ¿Los delfines vienen a almorzar? 

Yoongi negó —Eunho almuerza en su colegio y Jihwan lo hace cuando llega a su escuela de la tarde. 

—¿Va a dos escuelas diferentes? —Seokjin puso una lámina de queso y otra de jamón sobre el pan.

—Solo la de la mañana es una escuela, en la tarde va a una especie de guardería a jugar. No me gusta mucho la verdad, pero era eso o tener a alguien que me lo cuide aquí en casa y ya tuve algunas malas experiencias con Eunho. 

—¿Que paso? 

—No mucho pero la persona que contraté me robaba. Me di cuenta como tres meses después. —Yoongi bostezó —otra niñera traía a su novio y se acostaban aquí en mi cama —Yoongi se rio al ver el rostro de Seokjin. 

—Que puto asco. 

—Si, por eso prefiero hacerlo así en la semana y ya si tengo algo que hacer, salir a alguna cena del trabajo o lo que sea se quedan con Tae o con mi hermana. 

—¿No tienes alguna niñera de confianza?

—La tengo, es una chica universitaria, vive en la casa del frente. 

—Debe ser una preocupación constante esa de dejar a tus hijos con cualquier persona. 

—Lo es, pero afortunadamente aprendí a ver a las personas. 

—¿Ver?

—Si, como un escaneo —Yoongi volvió a bostezar. 

—Nunca había escuchado tal cosa —Jin se terminó su café y las dos tostadas. Como no quería comer más dejó la bandeja en la mesita auxiliar y se quejó levemente ante el movimiento. Miró a Yoongi que estaba prácticamente durmiendo sentado. —Yoon —lo llamó. 

—¿Mhm?

La mirada somnolienta del azabache hizo que se quedara quieto, Yoongi tenía unos ojos pequeños y estos se hacían aún más pequeños mientras se obligaba a no dormir. 

—Debes estar cansado, aprovecha de dormir. 

—La cama de Eunho es muy pequeña, estaré bien. 

—No —JIn estiró su mano y tiró de la camiseta holgada —ven, acuéstate aquí. —Yoongi hizo caso y luego de quitar sus pantuflas se movió hasta el espacio vacío, se acostó casi a la orilla. —Te vas a caer, Yoon. 

—No quiero que te sientas incómodo. 

—No lo estoy, de hecho tú deberías estar incómodo, estoy acostado en tu cama. 

Yoongi suspiró y se giró, abrió sus ojos —incomodidad es lo último que siento al verte acostado aquí. 

Jin mordió ligeramente su labio inferior, calor subió por sus mejillas al darle un sentido a esas palabras. Seokjin entrelazó sus dedos nervioso porque sí, estaba en la cama de Yoongi, en su espacio más íntimo.

—Duerme —Jin dijo tratando de que su voz saliera firme. 

—Voy a tratar. 

Seokjin suspiró y se quedó muy quieto sentado en su lado de la cama, pero su espalda comenzó a molestar y él se acomodó muy despacio y resopló cuando sintió dolor, pero después de un momento estuvo acostado, su corazón corriendo fuerte en su pecho. 

No quería mirar a Yoongi. 

No sabía que hacer. 

El techo era una cosa que admirar, estaba pintado perfectamente de color blanco. 

Al parecer a Yoongi le gustaba ese color. 

Seokjin jugó con sus dedos un momento y cuando pensó que Yoongi se había dormido él giró su cabeza para mirarlo. 

Yoongi era un hombre guapo. Seokjin no podía negarse a él mismo lo que sus ojos veían. Yoongi era atractivo de una manera extraña para él ya que jamás había pensado en un hombre como atractivo, pero el azabache lo era, y quizá lo más atractivo era su personalidad, su voz y esa seguridad con la que se movía criando a dos niños solo, trabajando como un loco y siendo el mejor padre que Seokjin había visto. 

Yoongi era fuerte, Seokjin no sabía mucho de la historia, pero no lo necesitaba para saber que Yoongi no se dejaba abatir pero aún así, hasta el hombre más fuerte necesitaba un descanso, un respiro. 

Los ojos de Yoongi se abrieron y Seokjin se quedó paralizado. Tragó saliva rápidamente mientras se miraban. 

—Estás siendo ruidoso. 

—¿Que?

—Tus pensamientos —Yoongi sonrió. 

—Eres brujo. —Jin también sonrió —te va a dar frío. 

—No me voy a acostar bajo las mantas. 

—¿Por qué no? Esta es tu cama. 

Yoongi gruñó —deja de recordármelo.

—Eres muy terco, te va a dar frío y deberías aprovechar de descansar. 

Yoongi se sentó en la cama —bien, bien, —tomó el dobladillo de su camiseta y se la quitó. 

—¿Que estás haciendo? 

—Poniéndome cómodo. 

Seokjin desvió su mirada, el rubor otra vez subió por sus mejillas. Era un adulto que se sonrojaba por ver el cuerpo de otro hombre. 

La cama se hundió a su lado y el no quería mirar, jugó con sus dedos un momento tratando de no sentirse nervioso por estar tan cerca de Yoongi, pero lo estaba. 

—No quiero incomodarte, eso es cierto, pero no uso ropa al dormir. 

—Está bien. No hay problema. —Jin lo miró de reojo. —Yo… Uhm… Nunca he estado en una situación así, con un hombre ya sabes. 

—Lo sé, estás tan tenso que estoy realmente preocupado de que te vayas a quebrar algún hueso. 

—No es para tanto —Jin rio entre dientes —pero es extraño, no de una mala manera. 

—Iré a acostarme a la habitación de invitados. 

—No lo hagas. 

Yoongi se movió más cerca y posó una de sus manos sobre la mejilla de Seokjin para que se girara. —Dime que es lo que quieres. 

Seokjin abrió su boca y luego la cerró. Miró los labios del azabache por un momento fugaz. —Yo… 

—¿Quieres besarme? Porque yo sí lo quiero y sé que es una pésima idea, que para ti esto es una simple curiosidad… No te voy a mentir al respecto, quiero besarte, quiero tocarte pero no voy a hacer nada si tú no estás de acuerdo. Jamás haría algo para dañarte. 

—¿Tocarme? —Jin susurró. 

—No de la manera que crees —Yoongi acarició la mejilla de Seokjin. —Esto que estoy haciendo es tocarte, cuando entrelazamos nuestros dedos nos estamos tocando. 

Seokjin también quería besarlo, lo tenía tan cerca, solo debía moverse levemente y los labios de Yoongi estarían tocando los de él, pero tenía miedo. 

—Hay algo que no sabes, algo que pasó hace muchos años —Seokjin finalmente se giró. Tal y como pensó sus labios quedaron a poca distancia. El rubio tragó saliva y acortó la nula distancia. Cuando Yoongi cerró sus ojos él también lo hizo. 

Sus labios se abrieron y cuando sintió la lengua de Yoongi sobre la de él todo pareció desparecer. Su respiración se hizo más rápida y pronto el calor llenó su rostro mientras era besado de la manera más dulce que alguna vez sintió. 

Yoongi mordió su labio inferior sin hacer daño. Y Seokjin hizo un pequeño ruido de placer que lo sorprendió. Lo sorprendió tanto que se separó del azabache sintiendo vergüenza. 

—Estoy tan jodido por ti. —Yoongi se acostó de espalda nuevamente y se llevó su antebrazo a su rostro para tapar sus ojos. 

Seokjin volvió a mirar el techo, culpable, se sentía tan culpable por empujar aún más lo confuso que era la relación de ellos dos. Pero le gustaba besarlo, entrelazar sus dedos, pero más que eso, Seokjin era feliz de hacer reír a Yoongi, verlo siendo un papá cariñoso… Verlo, eso era a todo lo que se traducía estar cerca de Yoongi. 

Tenía que decir algo, no eran niños, él debía decirle a Yoongi lo que sentía, debía decirle lo mucho que lo confundía pero que a cada paso que daban tenía un poco menos de temor. 

Él tenía que decirlo. 

—El fin de semana saldré con Hoseok, mi primer novio… Voy a tomar tu palabra y veré si funciona con él. 

—¿Por qué? 

—¿Por qué? —Yoongi se sentó de golpe en la cama y luego se puso de pie tomando su descartada camiseta del piso. —¿En serio estás preguntando? 

—Si —Seokjin con mucho trabajo se incorporó, tenía que levantarse, no podía hablar con Yoongi mientras estaba acostado. 

—No lo hagas, no te pongas de pie. 

Seokjin no hizo caso y aunque dolió se puso de pie, gracias al esfuerzo su corazón comenzó a bombear más rápido y tomando pequeñas respiraciones se paró frente a Yoongi. 

—¿Por qué quieres intentarlo con un hombre que no quieres? 

Yoongi se rio, una risa tensa y grave que le hizo tragar saliva. —Eres increíble, Seokjin. 

—Lo sé —Jin se encogió de hombros y resopló ante el movimiento. No era momento para bromear.

—Me dijiste que lo intentara con él, ¿No? Ese fue tu consejo después de que nos besamos en la cabaña.

—Sé lo que dije, pero ya no pienso así. 

—Ni siquiera quiero saber qué es lo que piensas, me estás volviendo jodidamente loco, Seokjin. 

—No quiero que salgas con él… Yo no quiero que vuelvas a pasar la noche con ese hombre. 

—Jin, detente. 

Seokjin dio un paso más y tomó la camiseta de Yoongi —no sé que tienes tú qué me hiciste cambiar por completo lo que he pensado y dicho hace más de veinte años. ¿Crees que es fácil para mí aceptar que me gusta un hombre? —Jin se acercó un poco más y aunque sintió pánico por lo que estaba diciendo no se detuvo. —Quiero besarte cada vez que sonríes. Eso no era normal en mi vida, jamás pensé en un hombre como pienso en ti. 

Yoongi parecía sorprendido y Seokjin pensó que había dicho demasiado, pero todavía faltaba que le contara lo que le había pasado en su época universitaria. Yoongi tenía que saberlo. 

—No sé en qué momento pasó —una pequeña lágrima cayó por la mejilla del rubio y cuando Yoongi la limpió Seokjin pensó que jamás se había visto tan vulnerable. —No sé cuando bajé mis barreras, no tengo idea si soy gay, quizá siempre lo fui y el miedo me hizo no mirar más allá… 

—Eso no importa —Yoongi acarició las mejillas húmedas y pasó sus brazos por la cintura de Seokjin para un abrazo. 

Jin ni siquiera se tensó cuando sintió los delgados brazos de Yoongi rodearlo, él estaba agradecido por el afecto que no sabía que tanto necesitaba. Apoyó su cabeza en el hombro ofrecido y cerró sus ojos. El olor de Yoongi llegó a él y como si fuera un tranquilizante, Seokjin se calmó. 

—Las etiquetas no importan, Jinnie, nunca van a importar entre nosotros. 

—Me siento como un jodido adolescente ahora mismo —Jin se rio bajito todavía escondido en el cuello de Yoongi —creo que me salté esta etapa antes. 

—¿Cuál etapa? —Yoongi trató de aguantar pero terminó riendo y no sabía muy bien el porqué. 

Seokjin se dijo que era valiente, que era un hombre adulto de 35 años y que habían cosas que tenían que decirse. 

Nadie las diría por él. 

—Cuando me dijiste que ya no nos viéramos más me costó entenderlo, quería creer que no había hecho nada malo pero lo hice, te confundí lo suficiente como para querer alejarte —el rubio dejó su refugio y alzó su cabeza —no pude dejar de pensar en lo que había pasado y comencé a extrañarte. El día que me caí en el trabajo estaba distraído porque estaba pensando en ti, en lo mucho que te extrañaba. 

—Yo también te extrañé. 

—No sé cómo es querer a un hombre, como tratarlo o que decir frente a uno. —Jin alzó su temblorosa mano y acarició el cabello de Yoongi —pero sé cómo estar contigo, sé como es sentir ser cuidado por ti, ser alimentado por ti. Ser importante y quiero serlo para ti también.

Yoongi tragó visiblemente afectado y cerró sus ojos cuando Seokjin tocó con la yema de sus dedos su nariz y luego sus labios. 

—Quiero cuidarte —Yoongi volvió a abrir sus ojos para ver a Seokjin. —Quiero estar cerca tuyo si así tu también lo quieres. 

—No va a ser fácil, Yoon. 

—Nadie dijo que lo sería. 

Seokjin asintió lentamente dándose el permiso para mirar a Yoongi y mirarlo en serio. Desde su cabello negro y suave pasando por sus cejas y esos pequeños ojos que eran tan bonitos a opinión de Seokjin. 

—Tu nariz es pequeña. 

—La tuya lo es mucho más, Jin. 

—Me gusta tu voz. 

—Y a mí me gustas tú.

Jin bajó su cabeza sintiéndose tonto y avergonzado, pero estaba sonriendo, estaba sonriendo como un idiota por esa declaración. 

—Esa es una coincidencia —susurró. 

—¿Que? —Yoongi alzó la cabeza del rubio —no puedo escucharte cuando estás escondido. 

—Me gusta esto, Yoon… Me gusta la comodidad que siento contigo, me gusta conversar contigo y me gusta besarte. 

—Entonces hazlo. Bésame Seokjin. 

Jin ni siquiera esperó una segunda petición, él simplemente tomó lo que le estaban ofreciendo y esta vez se aseguró de abrazar a Yoongi por el cuello. 

Si él estuviera besando a una mujer sería al revés, sería él el que tendría sus manos en la cintura de una pequeña chica. Sería la mujer quien lo abrazaría por el cuello. 

Pero no estaba besando a una mujer. 

Estaba besando a Min Yoongi y nunca antes estuvo más seguro de hacerlo. 


❤️

Hola! Vamos llegando al final de la maratón y va todo bien y bonito 👀

Cuídense mucho.

Nos leemos pronto 💗

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top