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💰

—¿Que tal este?

—Ese color no es lindo, papi. 

Yoongi dejó la camisa de color gris en el perchero y avanzó hasta el otro mostrador. —¿Y que color te gusta? 

—Celeste. 

—¿Celeste? —Yoongi arrugó su nariz —¿Estás seguro? 

Jihwan negó con su cabeza —¿Y chocolates? 

—¿Es broma? Me dijiste en casa que querías comprarle algo bonito y que pudiera usar en el trabajo. Una camisa es bonita y la puede usar en el trabajo. 

—Tengo hambre, ¿A qué hora vamos a la casa del tío Mimi? 

Yoongi suspiró. Tomó una camisa celeste, otra blanca y revisó que tuvieran la misma talla. Tomó la mano de su hijo y avanzaron por la tienda para luego pagar por las prendas. 

—Necesitamos una bolsa de regalo. 

—¡Que sea azul! 

—Veremos que hay en la tienda de regalos, todavía tenemos que pasar por Eunho. 

Caminaron de la mano hasta la tienda que tenía todo tipo de artículos para regalo y muchas bolsitas por lo que estuvieron un largo rato eligiendo la más bonita según Jihwan. 

El que dijera que un niño de cinco años no se preocupaba por los detalles definitivamente no conocían a Jihwan.

—Le falta una rosa. 

—¿Una rosa? —Yoongi miró la bolsa azul con brillos en el centro. 

—¡Si! De esas que pone santa en los regalos. 

—Así está bien Jihwan. 

—¡No está completa!

—Lo está y ahora vamos a buscar a Eunho a su entrenamiento. 

Jihwan caminó de mala manera a su lado pateando las piedras y con cara de pocos amigos, logró que se subiera al automóvil. Después de ajustar su cinturón Yoongi se subió a su asiento y revisó su teléfono. Mordió su labio cuando un nuevo mensaje de Hoseok apareció en la pantalla. 

Habían estado hablando luego del fin de semana, solo mensajes, nada del otro mundo y es que Yoongi por más que trataba de enfocarse en Hoseok y ver si podía pasar algo más sus pensamientos constantemente estaban con Seokjin y eso lo tenía más ansioso que nunca antes. 

Quería llamarlo, verlo, pero no podía hacerlo cuando le había pedido dejarse de ver, ¿Por qué había hecho algo tan tonto? Él sabía que no podía obtener nada de Seokjin, lo tenía más que claro, todo había sido una confusión, lo entendía. Pero no estaba preparado para extrañarlo, no entendía como en tan poco tiempo Seokjin se había convertido en algo que necesitaba. 

—Tengo hambre. 

—Ya vamos. —Yoongi guardó su teléfono y encendió el motor para salir del estacionamiento y luego de varios minutos estacionó fuera de la escuela de fútbol de Eunho. A lo lejos observó como se despedía de sus amigos. 

Luego de que le contara que estaba siendo acosado por ese chico Kevin, Yoongi se había puesto en contacto con los padres del chico y había sido la conversación más incómoda ya que ambos trabajaban con él, pero su hijo siempre sería lo más importante y su estabilidad emocional lo era mucho más. 

Y aunque Eunho había pedido cambiarse de colegio e incluso dejar la escuela con el pasar de los días había desistido de aquello. 

Después de ese sábado en el centro vacacional se sentaban por la tarde a conversar de su día y Yoongi agradecía estar más cerca de él, que Eunho estuviera más dispuesto a conversar sobre lo que le sucedía. Y hasta ese día Kevin no había vuelto a molestarlo, incluso se había retirado de la escuela de fútbol. 

Eunho corrió al auto y con una sonrisa se subió en el asiento trasero. 

—¡Hola papá!

—¿Cómo te fue campeón? 

—¡Hice tres goles! 

—¡Muy bien! —Yoongi le sonrió por el espejo retrovisor y comenzó a avanzar lentamente ya que el tráfico era una mierda a esa hora de la tarde.

—¿Que le pasa al niño? 

—¡No soy un niño! 

—Agh. Por eso no tienes amigos. 

Yoongi se detuvo en un semáforo en rojo y miró a sus hijos por el espejo retrovisor. —Jihwan —llamó. Cuando el niño lo miró él continuó —la bolsa de regalo es lo suficientemente bonita para tu tío Jimin, una rosa iba a ser demasiado ¿No crees? 

—Bueno. 

—Y tú Eunho, no le digas esas cosas a tu hermano, sé un buen hermano mayor. No quiero peleas. 

La respuesta fue silencio absoluto y Yoongi volvió a poner en marcha el vehículo. Casi media hora después llegaron a casa y Yoongi envió a Eunho a ducharse y a Jihwan a cambiar su ropa. 

Quitó los precios de las camisas y las metió dentro de la bolsa de regalo, la cerró y la dejó sobre la mesa del comedor para no olvidarla. Luego fue hasta su habitación y se metió a la ducha, una corta para luego vestirse. 

Tomó su perfume y se roció un poco en su cuello. Se miró en el espejo y asintió ante su cómodo atuendo. Un jean azul, camiseta negra y una chaqueta ligera verde oliva. 

En la sala apuró a sus hijos ya que estaban un poco atrasados. 

—¡Jihwan!

Su niño vino corriendo con una hoja en su mano. 

—¿Que es eso? 

—Es un dibujo para Mimi. 

Yoongi sonrió y acarició el cabello de su pequeño —muy lindo detalle. 

Eunho apareció a los segundos con su cabello medio húmedo y su habitual atuendo deportivo. Se veía más grande, no parecía un niño de 12 años. 

—Bien, ¿Todos listos? 

—¡Si! 

Jihwan entusiasmado levantó sus brazos, la molestia quedando en el pasado. 

—Vamos, vamos, que debemos volver temprano, mañana hay clases. 

Los niños se quejaron y volvieron al auto para esta vez ir al cumpleaños de Jimin. 

Todos los años Taehyung lo celebraba, se encargaba de la comida, las invitaciones y aunque solo eran ellos y un par de amigos de Jimin Taehyung se encargaba de hacer una gran celebración. Pero algo había cambiado ese año ya que no había sido su hermano el que lo había llamado para invitarlos sino el propio Jimin. 

—¿Va a estar la abuelita de Do y Noa?

—No lo sé, Ho. 

—Esa señora es media rara. 

—¿Rara? 

—Cuando habla del matrimonio y esas cosas. 

—Mhm si, es una persona de edad, piensan diferente a nosotros supongo. 

—Ella dice que no le gusta que no estén casado, ¿Es algo malo no casarse? 

—No lo es. Supongo que antes era común casarse y tener hijos o tener hijos y por eso casarse. 

Yoongi estaba al tanto que Taehyung era el que tenía más que decir con respecto a aquello ya que era él quien no creía en el matrimonio. 

¿Que opinaba Jimin de eso? 

Yoongi no tenía idea pero esperaba que fuera de mutuo acuerdo. 

—Bien, llegamos, se van a portar bien, no quiero problemas, ni peleas. 

Sus niños asintieron y los tres bajaron del automóvil, caminaron hasta la puerta de madera y Yoongi tocó el timbre, esperaron un momento y Noa asomó su cabeza, sus cabellos ondulados se movieron por el repentino movimiento. 

—Hola Noa. 

—Hola tío Yoon —respondió el niño sonriendo. —Mis papás están en la cocina. No ha llegado nadie aún. 

Yoongi cerró la puerta y Jihwan corrió por la casa para entrar a la cocina, Yoongi y Eunho lo siguieron, querían saludar a Jimin pero cuando entraron al amplio espacio los tres se detuvieron. 

Jimin y Taehyung estaban discutiendo. 

Su cuñado estaba llorando mientras su hermano estaba apoyado en la encimera con su cabeza agachada. 

—Lo sentimos, no queríamos interrumpir. —Yoongi dijo cuando Jimin se dio cuenta que ellos estaban allí. 

Yoongi retrocedió y se llevó a sus niños consigo, se acomodaron en el sofá mientras él decidía que hacer. 

Taehyung salió de la cocina y Yoongi se acercó de inmediato. —¿Está todo bien? 

—Solo una discusión. 

—¿En el día de su cumpleaños? 

Taehyung no dijo nada, parecía molesto, irritado y Yoongi no quería presionar, menos cuando sus niños estaban mirando el intercambio interesados seguramente porque nunca habían visto a sus tíos discutir. 

—Como puedes ver no hay nada para celebrar, no pensé que vendrían. 

—¿Que? —Yoongi no entendía nada —Jimin me llamó el lunes. 

—No te preocupes Yoon, hace bastante que tu hermano no tiene idea de lo que pasa aquí. 

Mierda. Yoongi se giró para ver a Jimin. Su rostro estaba más pálido que de costumbre y sus ojos se veían tan tristes que Yoongi tuvo el impulso de ir y abrazarlo. 

—Te trajimos un pequeño presente —Yoongi sonrió, se sentía incómodo, pero ya estaban allí, ¿Que más podían hacer? 

—Gracias. —Jimin sonrió levemente, casi como si fuera un enorme esfuerzo hacerlo. 

Jihwan y Eunho se acercaron y saludaron a Jimin. Este sonrió un poco más amplio  y recibió el regalo. Yoongi también se acercó y le dio un abrazo. 

—¿Estás bien? —Yoongi preguntó apenas se separaron.

Jimin no respondió y Yoongi comprendió que las cosas no estaban para nada bien. 

Taehyung tomó sus llaves y dijo que saldría un momento dejándolos solos ya que los niños corrieron al dormitorio de los mellizos para jugar. 

—Nosotros nos vamos, no quiero incomodarte en un día como este. 

—No lo hagan, estoy feliz porque vinieron. 

—Y aún así. De todas formas te trajimos un regalo, espero que te guste. 

Jimin miró el regalo y una lágrima bajó por su mejilla —¿Puedes creer que tu hermano olvidó mi cumpleaños? Hoy en la mañana no me saludó, pensé que era normal ya que está con muchas cosas en la universidad, pero en la tarde, cuando volvió no dijo nada y yo… —Jimin se llevó una de sus manos a su rostro —yo jamás pensé que él lo olvidaría, no hay ni siquiera un pastel. 

Yoongi no sabía que decir, era algo tan íntimo pero si Jimin estaba confiando en él era por algo ¿No? 

—Vamos a la cocina, los niños pueden escuchar si hablamos aquí. 

—Do me regaló un chocolate y Noa me hizo una carta —Jimin dejó la bolsa de regalo sobre la encimera y se giró para mirar a Yoongi que estaba cerca de la puerta cerrada. —Si el me estuviera engañando tú me lo dirías ¿Cierto? 

Sonaba preocupado y sumamente desesperado, Yoongi deseó no verlo así de quebrado, así de triste. 

—¿De dónde sacaste eso? Él te dijo algo. 

—Él no dice nada, Yoon. Nunca tiene tiempo, hace meses que lo único que hace en casa es jugar con los niños y olvidarse de que yo estoy aquí. —Jimin se tapo su rostro con sus dos manos y respiró varias veces para calmarse —creo que tiene a alguien. 

Yoongi abrió sus ojos grandes y negó incrédulo —no lo creo, mi hermano te ama Jimin, a veces pasan cosas que nos hacen alejar pero… Yo no creo —dijo bajando su voz. 

—Si no tiene a alguien entonces ¿Porque no me toca, Yoongi? —Jimin se giró y comenzó a llorar —Ni siquiera debería decirlo. Siento tanta vergüenza. 

¿Que hacer en una situación así? 

Nada, él no podía hacer nada, no quería entrometerse, el problema era de su hermano y Jimin. Él no podía hacer nada pero sí podía escuchar. 

—Deben hablar, Jiminie, ¿Le has comentado como te estás sintiendo? 

—Lo he hecho, pero nada cambia. —Jimin tomó un poco de papel y se limpió la nariz, más tranquilo se giró. —He tratado Yoongi, pero es él quien está poniendo una barrera entre nosotros. Ya no sé qué pensar, que hacer. 

—Te voy a dar un consejo y quizá no debería porque es relacionado a mi hermano, pero tú también eres importante para mí.

—Lo siento, Yoon. Lo que menos quería era que tuvieras que presenciar esto. 

—Lo sé, pero no te preocupes, a veces las cosas simplemente suceden y yo no soy ningún extraño, los quiero a ambos por eso no quiero tomar partido por ninguno, pero lo que siempre he dicho es que uno debe buscar su felicidad. Es lo único que puedo decirte, que si las cosas son tan malas al punto de que te hace infeliz entonces es mejor dar un paso al costado. 

—Si, eso lo sé —Jimin volvió a limpiar su nariz —sigo pensando que nos vamos a encontrar, que vamos a solucionar esto, pero también siento que estamos tan lejos, que vamos por caminos diferentes y no sé... No estoy listo para dejarlo, pero no estoy bien, Yoon —los ojos de Jimin volvieron a llenarse de lágrimas. 

—¿Así de mal?

—Si y es algo que se viene arrastrando hace meses. 

No es como si Yoongi lo hubiese sabido pero había notado que algo no estaba bien. Ya le había llamado la atención que Taehyung y Jimin no salieran solos, que no hicieran tiempo en pareja a pesar de que él se había ofrecido innumerables veces para cuidar a los mellizos. 

Él no quería inmiscuirse, no debía hacerlo pero era su familia la que estaba sufriendo y lamentablemente sus sobrinos también sufrirían a la larga. 

—Habla con él,  pero que no estén los mellizos cerca y ya sabes que puedo cuidarlos si lo necesitan. No es bueno dejar pasar el tiempo... Las cosas se vuelven más difíciles y las barreras más complicadas de pasar. 

—No depende solo de mi.

—Lo sé, lo entiendo. 

—¿Hablarás con él? 

—¿Quieres que lo haga? 

Jimin asintió casi desesperado —él te escucha, te admira. 

—Lo haré ¿Si? —Yoongi le sonrió —ahora no estés triste, es tu cumpleaños, solo debes sonreír y brillar como siempre.

—Gracias Yoongi.

El azabache se alegró al ver la sonrisa de su cuñado y cuando media hora más tarde Taehyung llegó con un pastel helado y varias cosas más para comer, las cosas se suavizaron un poco. Pero no del todo ya que era evidente que algo no estaba bien. 

—¡Te hice un dibujo Mimi!

—¿En serio? Muéstrame. 

Jihwan se acercó a Jimin y le entregó la hoja, con una sonrisa el rubio la estudió y felicitó al pequeño.

—Eres tú y estás haciendo clases en la nieve.

Todos en la mesa rieron enternecidos cuando vieron el dibujo. Jimin se levantó y dejó el dibujo a un costado de sus fotos familiares. 

La celebración siguió y un par de horas después Yoongi se despidió de los mellizos y de su cuñado. Taehyung lo acompañó hasta el automóvil y cuando Eunho y Jihwan estuvieron en sus respectivos asientos él tomó el brazo de su hermano y lo alejó para poder hablar. 

—¿De verdad olvidaste su cumpleaños? 

—Tengo muchas cosas en la cabeza, Yoon. Lo olvidé ¿Si? Es primera vez y todos me condenan como si hubiese matado a alguien. 

—Conoces a Jimin desde que tienes 19 años ¿Y olvidas su cumpleaños?

Taehyung se cruzó de brazos, una mueca seria en su boca —las cosas no están bien, no tenía ganas de celebrar, pero él insistió. 

—¿Que está pasando realmente, Taehyung? 

—Nada, no está pasando nada y no te preocupes por nosotros, vamos a estar bien. 

—Habla con él, no puede ser que crea que tienes a otra persona. No le hagas sentir así de miserable, no se lo merece. 

Su hermano no respondió y Yoongi dio por finalizada la conversación, se despidió y caminó de vuelta a su automóvil. Su teléfono comenzó a sonar justo antes de subirse por lo que sacó el aparato y se lo llevó a la oreja de inmediato cuando vio que era Seokjin quien lo estaba contactando. 

—¿Yoongi? 

La voz temblorosa de Seokjin hizo que su corazón latiera mucho más rápido. 

—Aquí estoy. 

—Siento molestarte... Seré rápido, estoy en el hospital... Yo tuve un accidente en el trabajo... Lo siento. 

—¿Estás bien? ¿Necesitas algo? —Yoongi se subió a su vehículo y puso el teléfono en alta voz mientras encendía el motor. 

—Estoy bien, digamos que fue más el susto... Pero necesito que alguien me ayude y mi hermano no está en la ciudad.

—Dime que hospital y estaré allí enseguida. 

La voz temblorosa de Seokjin le hizo tragar saliva. Se escuchaba tan triste que su pecho dolió. 

¿Que le había pasado? 

—Estoy en el Hospital Regional... Lo siento, Yoon, se que dijiste que no nos veríamos... 

Yoongi detuvo el auto en un semáforo y tomó el teléfono para que sus hijos no escucharan. —No nos preocupemos de eso ahora. Iré por ti. 

—Gracias Yoongi. 

—Está bien, espera por mi. 

—Lo haré. 

Yoongi cortó la llamada y dejó el teléfono en el tablero. Miró la hora, eran cerca de las ocho de la noche, no era tan tarde pero no quería llevar a los niños hasta el hospital por lo que manejó hasta la casa de su hermana. 

—Niños se quedarán con la tía Viti mientras voy por Jin. 

—¡Yo quiero ir contigo! —Jihwan saltó en su asiento haciendo pucheros. 

—¿Él está muy mal? ¿Está enfermo? ¿Que le pasó? 

Yoongi suspiró —tengo que ir por él, ¿Se pueden quedar un rato con la tía Victoria? 

Los niños respondieron desganados y Yoongi volvió a tomar su teléfono, cuando su llamada fue contestada él habló enseguida. 

—¿Vic? ¿Estás en casa? 

—Si. 

Yoongi se bajó, le abrió la puerta a Jihwan y Eunho se unió a ellos en la reja. 

—¿Te gustaría ver a tus sobrinos? 

—¿Que? ¿Estás drogandote de nuevo Min Yoongi?

—Abre la puerta, ¿Puedes cuidarlos un momento? 

Victoria se asomó a la ventana y cortó la llamada. 

—¿Están bien? 

—Si cariño —Yoongi besó la mejilla de su hermana —debo ir a buscar a un amigo que está en el hospital. 

—Es su novio. 

Yoongi abrió sus ojos enormes y miró a Jihwan. 

—No es su novio —Eunho acotó —pero yo creo que pronto. 

Victoria sonrió —¿Si? 

—Eso no es así —Yoongi caminó hasta la reja —luego te cuento. 

—¿Cómo les fue donde Taehyung? Le escribí a Jiminie pero no me respondió aún. 

—Uh. —Jihwan dijo. 

—Tengo que irme, gracias hermanita, te debo una. Y luego te cuento todo.

—Anda tranquilo. 

—Apenas me desocupe vengo por ellos —Yoongi gritó ya cerca de su vehículo. Miró hacia la casa en el momento que sus hijos y su hermana entraban a la casa. 

Mas tranquilo por dejar a sus niños seguros volvió a su vehículo para ir en busca de Seokjin y la preocupación que sentía por él no había disminuido ni un poco. 

Cuando entró en el hospital fue corriendo hasta el sector de urgencias y entre toda la gente que estaba en ese lugar lo vio. 

Seokjin estaba en una silla de ruedas al final de todas las sillas, estaba solo y se veía más pálido que nunca. Yoongi caminó hasta él y cuando estuvo frente al rubio se agachó para poder verlo a los ojos. 

Seokjin parecía fuera de sí, completamente ido pero cuando sus ojos se encontraron el alivio que vio allí le hizo doler su pecho.

—Viniste.

Yoongi asintió y estiró su mano para tocar la mejilla del rubio —te dije que vendría. 

—Lo hiciste. 

—¿Estás bien? ¿Que te pasó? 

—Me caí y me golpeé la cadera, me hicieron exámenes, no tengo nada serio pero de todas formas debo hacer reposo. 

Yoongi se enderezó y miró la silla —¿No puedes caminar? 

—Si puedo, solo que me dejaron en la silla hasta que alguien viniera por mi. 

—¿Desde qué hora estás aquí? —Jin rehuyó de su mirada pero Yoongi lo tomó del mentón —¿Por qué no me llamaste antes? 

—Dijiste que no querías verme nunca más. 

—Tienes razón. —El azabache quitó su mano y miró hacia las cajas recaudadoras —¿Hay que pagar algo? 

—Ya lo hice, no salió tan costoso. 

—¿Fue accidente laboral? 

—Si. 

—Entonces no deberías haber pagado, ¿Tu empleador no está asegurado? Él debería hacerse cargo de esto. 

—No tengo contrato. Eso es sólo para el personal fijo. 

Yoongi apretó su mandíbula y maldijo al idiota del jefe de Seokjin, enojado miró por la sala de espera, no podía creer que Jin hubiese tenido que esperar en ese lugar quizá cuantas horas, era injusto sabiendo que la mayoría de los seguros de empleados eran atendidos en clínicas en caso de emergencias laborales. 

Tan enfrascado estaba en sus pensamientos que solo sintió la mano de Seokjin tocando la suya cuando sus dedos se entrelazaron. 

—¿Yoongi? 

El azabache tragó saliva y miró las manos unidas por un momento. Lo había extrañado, había extrañado su piel, sus dedos juntos... Todo de él. 

—Vamos, salgamos de aquí. 

Arrastrando la silla de ruedas por el estacionamiento Yoongi se quedó sin palabras, la brisa desordenó sus cabellos mientras atravesaban el lugar. 

—¿Donde están tus delfines? 

Yoongi sonrió —con mi hermana. 

Seokjin se puso de pie con mucha dificultad. —Mierda, me duele todo. 

—Ten cuidado —Yoongi lo abrazó por la cintura para ayudarlo a subir en el asiento del copiloto. Con el esfuerzo Seokjin resopló y Yoongi casi cae sobre él por la fuerza que ocupó para ayudarlo a subir. 

Como en el mejor cliché de telenovela quedaron muy cerca. Yoongi tuvo un deja vu al ver los labios de Seokjin tan cerca de los suyos. 

Pero rápidamente se incorporó y cuando se aseguró que Seokjin estaba cómodo él cerró la puerta. Rodeó su vehículo con su corazón corriendo en su pecho y es que jamás pensó que ese día terminaría en la compañía de Seokjin. 

Una vez dentro del automóvil Yoongi encendió el motor y de reojo vio que Seokjin lo estaba mirando. Decidió que sus palabras, las últimas que había hablado con Seokjin ese día sábado luego del paseo de su trabajo no tenían que ser una verdad. 

Lo había extrañado y no podía hacerse el imbécil con eso. 

Yoongi giró su cabeza —me alegra que me hayas llamado Seokjin. 

El rubio mordió su labio y asintió —no pensé en nadie más la verdad, te has convertido en alguien importante para mí. 

¿Que podía decir en un momento como ese? 

Yoongi quería decirle que lo había extrañado, que pensaba día y noche en él y que estaba completamente aliviado de que lo haya buscado. 

—Bueno no tenías a quien más llamar —Yoongi necesitaba bromear porque la idea de que Seokjin también lo hubiese extrañado estaban haciendo un desastre en su interior. 

—Te mentí, mi hermano si está en la ciudad. 

—Casi me diste un puto infarto. —Seokjin se rio pero no dejó de mirarlo y Yoongi pensó que podría morir en ese momento. —¿Por qué me llamaste, Jin? 

El rubio mojó sus labios y Yoongi hizo lo imposible por no mirar esos hermosos labios, pero lo deseaba tanto. 

—Quería verte. 

Yoongi quería besarlo, maldita sea, quería hacerlo pero el miedo no lo dejó, después de todo Seokjin quería de él solo amistad y los amigos también se extrañaban. 

Volviendo su mirada hasta el tablero Yoongi encendió el motor —yo también quería verte, pero después de lo que dije no sabía si ibas a aceptar una llamada de mi parte. 

—Fue como una ruptura ¿No? 

Mierda, ¿Que le había pasado a Seokjin esos días? 

Nervioso como nunca antes Yoongi río entre dientes —los amigos no rompen. 

—Los amigos no se besan. 

Yoongi volvió a girar su cabeza y se encontró con los brillantes ojos de Seokjin, sus labios estaban entre abiertos y Yoongi podía ver claramente que respiraba un poco más rápido. 

—Algunos amigos se besan por curiosidad. 

—Tienes razón. 

—Si. —Yoongi encendió las luces —¿Tienes que comprar algún medicamento? —Cambiar de tema era su mejor opción en ese momento.

—Tengo una receta médica por aquí —Jin golpeó el bolsillo de su chaqueta de mezclilla —pero ya te he molestado lo suficiente. Es tarde y tus niños están encargados, me siento como una mierda ahora mismo. 

—Están con mi hermana, no te preocupes por eso. Vamos por tus remedios mejor. 

—Gracias Yoon. 

Yoongi sonrió sin mostrar sus dientes.

No podía responder, no podía decirle lo mucho que se había preocupado cuando recibió la llamada.

Y definitivamente no podía decirle que esa noche se había dado cuenta que haría cualquier cosa por él, por verlo sano y salvo. 

💰

hola!!!  Extraño mucho escribir esta historia cuando me pongo a escribir mis otras pendientes 🤣🤣🤣

Les deseo una linda semana y como la historia llegó a 1k de votos en tan solo 17 capítulos haré una maratón 🥳

Cuídense mucho y nos estamos leyendo pronto 💜💜

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