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—¿Me estas escuchando, Tae? 

Jimin dejó su tazón sobre la mesa y respiró dos veces para calmarse. No quería pasar otro fin de semana discutiendo con su pareja, pero Taehyung no le hacía la tarea fácil tomándole más atención a la televisión que a lo que él le quería contar. 

Bajó su mirada a su tostada y suspiró, ya era común que no conversaran, cada vez se estaban distanciando más y Jimin ya no sabía qué hacer para volver a lo que tuvieron alguna vez. 

—Iré al gimnasio —habló el rubio más para él mismo que para el hombre que seguía viendo la televisión —quizá me junte con Sungwoon. 

—¿Con quién estás hablando, papi? 

Jimin miró a Do, su mellizo más parecido a él y le sonrió —conmigo mismo al parecer. 

Do arrugó su ceño y luego tomó la camiseta de Taehyung para comenzar a tironearla —papá. 

—¿Que? —Taehyung miró a su hijo mayor —¿Pasa algo? 

Jimin se puso de pie y tomó su tazón, también el plato para luego dejar todo en la encimera de la cocina. Se apoyó en esta y cerró sus ojos. 

Amaba a Taehyung, amaba a su familia pero eso no quitaba lo solo que se sentía rodeado de todos ellos. Necesitaba que alguien le tomara atención, no alguien, su pareja, su compañero de vida. El hombre que había elegido para formar una familia. 

Terapia, quizás era momento de tomarla. 

—Me dejaste solo en la mesa, amor. —Taehyung entró a la cocina y le dio un beso en la mejilla —¿Habías visto esa película? 

—¿Que?

—Me recordó a nosotros cuando estábamos en la universidad. 

—Si —Jimin no tenía idea de que estaba hablando su pareja, él no había prestado atención a lo que estaban dando en la televisión, a cambio había estado pensando en lo aburrida que se estaba volviendo su vida de pareja. 

—Yo lavo los platos. 

—Tae, ¿Por que no llamamos a Karina para que venga a cuidar a los niños y vamos al cine? 

—¿Hoy? 

—Si, es sábado y todo eso… Podríamos buscar en la cartelera. 

—Le prometí a los niños que haríamos campamento en el patio —Tae hizo una mueca con sus labios. 

—Quiero ir al cine Taehyung, ¿Cuando vamos a hacer algo los dos solos? 

—¿De qué hablas? Siempre estamos juntos. 

—¡Nunca estamos realmente juntos! 

—¿Vas a empezar con eso otra vez? 

—Si, voy a empezar con eso otra vez porque no quiero que esto de vaya a la mierda —Jimin limpió las lágrimas que se acumularon en sus ojos. —¿Cuánto crees que puedo aguantar? —su cuerpo tembló ligeramente cuando bajó la cabeza. 

—Amor, no llores —Taehyung lo abrazó y besó el rubio cabello de Jimin. 

—No hagas esto, es lo que siempre haces. Me prometes que va a ser diferente pero todo sigue igual. 

—Lo sé, lo sé, cariño, sé que estoy fallando en muchos aspectos. 

Jimin se aferró al pecho de Taehyung. Hace tanto que no se abrazaban que estaba aprovechando uno y cada segundo del intercambio. 

—Nuestra relación pende de un hilo, Tae, ¿Acaso no te has dado cuenta de lo lejos que estamos? 

—Amor. 

—He intentado por todos los medios de reencontrarnos, Tae… ¿Hay algo que te moleste de mi? Puedo corregirlo, solo dímelo, por favor. 

—No hay nada malo en ti, bebé. 

Taehyung parecía un poco sorprendido y eso definitivamente le hizo saber que estaban en páginas muy diferentes. 

—No lo entiendo entonces —Jimin dejó la calidez tan familiar de su pareja y caminó fuera de su alcance —ya ni siquiera tenemos sexo —el rubio susurró. 

—¿Es eso? ¿Es por qué ya no podemos hacerlo en todos lados como antes? 

Ofendido Jimin negó con su cabeza —no es solo eso. ¿De verdad no te das cuenta? Te necesito Tae, te necesito de todas las maneras posibles y tú solo te alejas de mi. 

Taehyung lamió su labio inferior y su mentón tembló ligeramente. —Voy a trabajar en nuestra relación, bebé, te lo prometo. 

—No prometas más. Estoy tan cansado de esto, de no sentirme suficiente, de hacer todo lo posible y aún así chocar con el muro que pones entre nosotros. 

El teléfono de Taehyung sonó como si muchos mensajes estuvieran llegando, Jimin pensó que tomaría el teléfono como cada vez que este sonaba. Para su alivio su pareja le tomó atención y no se movió de la cocina. 

—Mejoraré ¿Si? —el castaño se acercó a Jimin y tomó sus mejillas —te amo, bebé. No pienses que hay algo malo en ti, eso no es así. 

Jimin recibió un cálido beso, un beso de verdad, no los castos a los que lamentablemente se había acostumbrado. 

Lo extrañaba, era casi chistoso que extrañara a su pareja aún estando en la misma casa, aún durmiendo todas las noches en la misma cama. 

—Hiciste una promesa, Tae. 

—La voy a cumplir, lo haré. 

Jimin necesitaba que eso fuera cierto, necesitaba reencontrarse con su compañero, con el hombre con el que había formado una familia. 

Y eso era lo que más pesaba al final de todo. 

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—Contrato de trabajo. Empecé a trabajar hace poco y todo eso. —Jin miró de reojo a Yoongi y luego al adolescente intruso. 

—¿Jihwan sigue durmiendo? —Yoongi fue el primero en dejar la habitación. 

Seokjin lo observó hasta que bajó las escaleras en compañía de Eunho y se sentó en la cama. Cerró sus ojos y lamentó haberle comentado tan superficialmente lo que le había sucedido tantos años atrás. 

Él tenía una buena razón para alejarse de los hombres, y siempre lo había hecho, pero Yoongi era diferente. Yoongi no le causaba rechazo, todo lo contrario, quería besar a Yoongi todo el maldito tiempo, tomar su mano para tocar su suave piel. Quería abrazarlo y eso era tan jodidamente confuso porque jamás se había sentido así por nadie, nunca antes había tenido la necesidad de tocar tanto a alguien. 

Pero él no estaba comenzando con él. 

Yoongi no tenía porque pagar por su maldita confusión, tenía que detenerse, tenía que parar. 

Seokjin juntó toda su valentía y se puso de pie, escuchó las voces en la planta baja. Se detuvo frente a la puerta abierta de la segunda habitación de la cabaña y miró a Jihwan dormir, entró a la habitación tomó una manta y lo tapó. El niño dormía con su boca abierta, se veía chistoso. 

Luego de eso decidió bajar las escaleras, interrumpió brevemente la conversación de Yoongi y Eunho mientras tomaba asiento en uno de los taburetes de la isla de cocina de madera, parecía rústico o algo así, Seokjin sabía muy poco de decoración. 

—Vi a Kevin en el comedor. 

Seokjin miró al menor y como el nerviosismo comenzaba a emerger de él. Estaba seguro que no le contaría a Yoongi pero tenía que hacerlo, no era bueno guardar ese tipo de secretos ya que después las consecuencias eran por lejos mucho peores. 

—¿Ese es el niño que te envía mensajes extraños? —Jin miró a Eunho y luego a Yoongi —creo que vi algo cuando estábamos almorzando. 

—¿Mensajes extraños? 

—Uhm si… 

Seokjin miró de reojo a Eunho y cuando se dio cuenta que el niño lo estaba mirando decidió darle su apoyo. —Yo pasé por algo parecido, Eunho, debes contarle a tu papá lo que está pasando. 

—¿Eso es cierto? —Eunho abrió sus ojos sorprendido. 

—Y por no pedir ayuda a tiempo las cosas se volvieron difíciles con el tiempo. 

—¿Alguien me va a explicar que está pasando?

Eunho asintió y miró a Yoongi. Seokjin miró también a Yoongi, no tenía idea que iba a pasar luego de que Eunho contara lo que le estaba sucediendo. 

—Es Kev. 

—¿Que pasa con él? 

Seokjin se puso de pie, estaba al tanto de lo mucho que a Eunho le costaba hablar con Yoongi, entonces no quería ser un entrometido, después de lo que había pasado en la habitación se sentía un poco fuera de lugar. 

Y definitivamente no era su lugar para estar, una cosa era su relación con Yoongi y otra era inmiscuirse en los problemas familiares. 

Avanzó por el pasillo y salió por una puerta corrediza que daba hacia un pequeño jardín de flores. Había una banca y Seokjin se sentó. La vista no era la gran cosa, solo pasto y a lo lejos una cabaña de igual tamaño. 

Tomó una respiración y se acomodó. Su cabello rubio se removió al son de la brisa de octubre, su ligera ropa también. Se encogió en su sitio, la temperatura había bajado bastante y él no había sacado su chaqueta de casa. 

La tarde estaba cayendo lentamente y Seokjin pensó en lo diferente que se había vuelto su vida después de conocer a Yoongi y a los niños. Era extraño pensar que nunca antes quiso compartir su tiempo con alguien que tuviera familia, siempre se alejó de las mujeres que tuvieran hijos. Y aunque todo comenzó por un intercambio de dinero, Seokjin estaba disfrutando su tiempo con ellos. 

Lo disfrutaba de verdad. 

Su celular tenía un 20 por ciento de batería cuando lo sacó de su bolsillo, revisó los mensajes del grupo de su trabajo, no respondió los mensajes de su compañera. Tiffany era una mujer muy insistente que no paraba de invitalo a salir y donde antes hubiese aceptado sin pensarlo, ahora no estaba tan seguro. 

Quizás era ella, la verdad es que era muy atractiva, tenía todos los atributos que Seokjin admiraba en una mujer, atributos físicos, claramente. Pero por alguna razón él no se sentía atraído hacia ella de esa manera. 

—Hace frío. 

Jin giró su cabeza y observó a Yoongi que estaba con sus manos en el bolsillo de su pantalón. Su rostro no mostraba nada y Seokjin se preguntaba si Eunho le había contado todo. 

—Bajó la temperatura. 

Yoongi asintió sin mirarlo y Seokjin se puso de pie. —¿Está todo bien con Eunho?

—Me contó sobre Kevin, yo no tenía idea que él estuviera pasando por algo así. —Yoongi se pasó una mano por su rostro —¿Que tan lejos estoy de él si le cuenta sus cosas a cualquier persona menos a mí? 

—Así son los adolescentes, Yoon. 

—Él me tiene solo a mi pero no me tiene confianza, ¿Que tan jodido es eso? 

—Dale crédito, te contó lo que está pasando con ese niño. 

—Y eso es lo peor de todo, mi hijo está siendo acosado por su mejor amigo —Yoongi finalmente miró al rubio —estoy tan enojado ahora mismo. 

Seokjin alzó su mano pero se detuvo a tiempo. 

No debía tocarlo, no podía seguir con eso. 

—¿Tienes algún plan? 

—Hablar con los padres del mocoso, Eunho quiere que lo saque del colegio, este es su penúltimo año ahí, de todas formas el otro año tendría que cambiarlo, a esta altura del año se hacen los cambios, espero estar a tiempo.

—¿Y tú estás de acuerdo con eso? 

—Mientras él esté tranquilo.

Seokjin se acercó al azabache, se paró a su lado, dirigió su mirada hacia donde Yoongi estaba mirando y se quedaron en silencio uno al lado del otro sumidos en sus pensamientos. 

Pasaron varios minutos y cuando Yoongi suspiró Seokjin lo miró. 

—En la cocina dijiste que a ti también te habían acosado, ¿Eso es real? 

—Lo es, ojalá no lo hubiese tenido que vivir. 

—Lamento escuchar eso. 

—Eres un buen padre, Yoongi. Tus niños tienen suerte de tenerte. 

En la casi oscuridad Seokjin observó las mejillas sonrojadas del azabache y una tímida sonrisa que hizo que se viera mucho más joven. 

—Eunho no quiere ir a la piscina y estoy pensando que deberíamos irnos. El ánimo no es el mejor ahora mismo.

—Está bien. 

—Lo siento, quizás esperabas otra cosa de este día. 

—No esperaba nada la verdad, pero la he pasado bien. —Jin desvió la mirada cuando el recuerdo de los besos llegó a él. Lamió sus labios y tomó una respiración para calmar los rápidos y repentinos latidos de su corazón. 

—Iré a despertar a Jihwan, sino a la noche no va a dormir nada. 

Seokjin siguió a Yoongi hacia la cabaña y luego de casi una hora estaban en la carretera. La noche definitivamente había caído sobre la ciudad y si el viaje de ida al complejo vacacional había sido tenso e incómodo, ahora solo era un vago recuerdo. 

Mientras avanzaban por la ruta los Min, bueno los niños, Yoongi había estado en silencio la mayoría del tiempo. Ellos conversaron de lo que harían al llegar a casa y también los planes del día siguiente. 

—¿Podemos invitar a Tete? 

Seokjin que iba mirando hacia la ventana sintió la mirada de Yoongi sobre él y cuando sus ojos se encontraron Seokjin desvío la mirada rápidamente. 

No sabía como manejar a un Yoongi serio.

—Le voy a preguntar, quizá ya tienen planeado algo ellos. 

—¿Es tu hermano? 

—Si, así le dicen los niños. 

—¿Él es el que tiene mellizos?

—Si.

Bien, Seokjin no preguntó más nada y cambio observó las luces de la ciudad que iluminaban a lo lejos. Seokjin no quería despedirse de los Min, realmente había sido un buen día y no quería pensar en su solitario departamento. 

Pero esa era su vida, no la vida que tomó prestada por unas horas para hacerse pasar por el novio de Min Yoongi. 

—¿Te dejo en tu edificio? 

—Si no es mucha molestia. 

—No lo es. —Yoongi respondió serio.

Cuando pararon frente al complejo de departamentos Seokjin miró hacia este y luego giró su cuerpo para poder observar a los niños que estaban en el asiento trasero. 

—Nos vemos niños. 

—¡Adiós señor K! —Jihwan movió su mano en forma de despedida mientras sonreía mostrando sus pequeños dientes. 

Eunho estaba mirando hacia la ventana, tenía una mueca sería en sus labios y Seokjin entendía su comportamiento, el chico se sentía avergonzado, podía verlo tan claramente. 

—Cuídate Eunho, las cosas se solucionan en algún momento. Piensa en eso ¿Si? 

El chico lo miró y le regaló una media sonrisa que fue suficiente para Seokjin que se bajó del vehículo. Junto a Yoongi caminaron hasta el maletero para tomar su mochila. 

—Bueno, gracias por lo de hoy. Quizá no fue del todo entretenido… 

—Estuvo bien Yoongi. —Seokjin se puso su mochila —la pasé muy bien. 

—Si… Con respecto a lo que pasó… Creo que no deberíamos seguir viéndonos. 

—Oh… ¿Estás seguro?

Yoongi negó —no, no lo estoy pero tu actitud me desconcierta, Seokjin. La verdad es que me tienes de cabeza cada vez que te acercas y luego me alejas. No sé qué juego estás jugando pero no quiero participar. 

—Yoongi —Jin dio un paso hacia el azabache y lo tomó de los hombros —no es un juego, nunca haría algo como eso contigo. 

—Entonces deja esto, aléjate de mi. 

Seokjin asintió lentamente sin dejar de mirar al hombre frente a él. —Lo siento. 

—Me tengo que ir. 

—¿Hay alguna manera de que nos volvamos a ver aunque sea para conversar de esto?

—No lo creo. No es justo para mí. 

Lo sabía, sabía que había traspasado más de una línea y que no podían ser amigos si había ese tipo de tensión rondando cerca. Lo mejor era dejar las cosas como estaban antes de que todo se complicara aún más. 

¿Que tan jodido era su trauma de adolescente para no ver lo que tenía tan claramente frente a sus ojos?

Seokjin no quería responder esa pregunta. 

Se separaron y el rubio caminó hasta la acera, cuando Yoongi se subió al vehículo no lo miró, tampoco lo hizo cuando puso en marcha el motor. 

Los Min se fueron y Seokjin odió el sentimiento de abandono, era divertido sin duda el haberse encariñado en tan poco tiempo. 

A los segundos un vehículo se estacionó en el mismo lugar que había ocupado Yoongi y fue suficiente para distraer a Seokjin. 

—¿Que haces aquí a esta hora? —Namjoon dijo cuando bajó del automóvil de lujo.

—¿Cambiaste de auto otra vez?

—No, este es el nuevo modelo que nos entregan para patrullar. 

Seokjin observó el vehículo oscuro y luego a su hermano —¿Que haces aquí, no deberías estar trabajando? 

—Vine a buscar algo. 

Juntos entraron al edificio y compartieron el ascensor en silencio. En el pasillo Seokjin se detuvo frente a su puerta y la observó por un momento. 

Namjoon se detuvo a su lado y eso fue suficiente para que Seokjin mirara en su dirección. —¿Que? 

—Algo te pasa. 

—Estoy bien. 

—No lo parece, en realidad pareces como si te hubiesen atropellado, tienes tus ojos brillantes. 

—No es nada —Seokjin se encogió de hombros —ya va a pasar. 

Namjoon alzó una de sus cejas como si no creyera ni una palabra y cambio dijo —mi turno termina a las doce, pasaré por aquí con unas cervezas. Si quieres hablar me abres la puerta. 

Namjoon comenzó a caminar hasta su departamento, pero Seokjin lo detuvo. —¿Por qué harías eso por mi? No es como si yo hubiese estado contigo cuando las cosas se pusieron difíciles para ti. 

—Eres mi hermano, eso hacen los hermanos. 

—Pero… 

—No le des tanta vuelta. Vendré a las doce, ya sabes que hacer o no hacer.

Seokjin quedó solo en el pasillo cuando la puerta de Namjoon se cerró. 



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Si sigo actualizado seguido terminaré esta historia antes de tiempo 😸

Gracias por el apoyo 💜

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