Capítulo 9
Denki movía sus piernas con nerviosismo, ni siquiera tenía en claro por qué estaba así.
Bueno, claramente tenía que ver con lo que le había dicho Mei, con ello los recuerdos comenzaron a salir a flote.
Gritos, golpes, llanto y miedo.
Ahora sus manos también temblaban, ya no podía seguir escribiendo en su cuaderno, de todos modos no entendía nada de lo que Aizawa explicaba.
Una mano cálida detuvo el movimiento de sus piernas, cuando levantó su cabeza se encontró con la mirada preocupada de Shinsou.
—¿Estás bien? -Le preguntó el pelimorado.
Kaminari intentó, en vano, forzar una sonrisa.
—Claro, no te preoc...
—¡Uraraka necesito tu ayuda! -Gritó Mina desde su asiento a pesar de que la nombrada se encontraba a tan sólo unos metros de distancia.
—¡Ya voy Mina! -Respondió con igual emoción la pelimarrón.
Aizawa suspiró pesadamente.
—Estamos en medio de una clase, ¿Podrían abstenerse de...? Olvídenlo, sólo falta unos minutos para el receso. -Se cortó así mismo para recostar su cabeza sobre el escritorio, con pereza.
El rubio se decidió a ignorar las miradas preocupadas de Shinsou hasta que la campana sonó y no le quedó otra opción.
Estaban en el pasillo cuando el más alto se le plantó enfrente con los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido.
—¿Por qué me mientes? Si necesitas algo sabes que yo...
Una vez más, Mina lo salvó, ya que lo tomó por los hombros y le sonrió alegremente.
—¡Tengo que hablar contigo! -El pelimorado ya se estaba retirando, ligeramente fastidiado, cuando la pelirrosa lo sujetó del brazo. —Con ambos quiero hablar. -Aclaró con cierto tono de misterio.
Arrastró a los dos jóvenes a un hueco entre las escaleras y la pared para luego acercarse.
—Verán... Con Uraraka hemos notado algo... -Denki la miró curioso. —¿Has visto como se tratan Bakugo y Kirishima? Es más que obvio que ahí ocurre algo.
Shinsou suspiró con pesadez.
—¿Y? Ese tema no es de nuestra incumbencia, ellos pueden resolverlo por si mism... -La chica puso un dedo sobre la boca del pelimorado, haciéndolo callar.
Kaminari se sintió un poquito celoso.
—Obvio no lo es, pero a veces las personas necesitan un incentivo, ahí entramos nosotros, no nos meteremos de una forma directa pero podemos darles un empujón.
Shinsou apartó el dedo de sus labios y enarcó una ceja.
—Ve directo al grano, por favor. -Mina suspiró.
—De acuerdo, el próximo sábado vamos a salir todos, como un grupo de amigos, incluso Uraraka sugirió que invitáramos a Midoriya y al resto... La cuestión es que buscaremos la forma en que ellos se queden solos y bueno... Que hagan lo que les plazca. -La chica sonrió con alegría.
Hitoshi se cruzó de brazos.
—¿Y por qué es estrictamente necesario que yo vaya? -La chica bufó.
—Obvio que no nos escabulliremos todos juntos bajo un mismo pretexto, debemos hacerlo con discreción, yo me iré con Sero, pero... ¿Has pensado en el pobre Kaminari? Él odia ser el mal tercio.
El rubio frunció el ceño.
—¿Lo odio? -Su amiga le dió una mirada significativa y Denki comprendió sus intenciones. —Oh sí, realmente lo odio.
Shinsou se lo pensó un momento y finalmente se dió por vencido.
—Bien, me lo pensaré. -Bueno, no se rindió del todo.
Pero eso fue suficiente para los otros dos, que sonrieron alegremente.
—¡Iré a avisar a los demás! -Exclamó la pelirrosa mientras se retiraba con efusividad.
Shinsou se cruzó de brazos y observó con atención al rubio.
—¿En serio estás bien?¿No lo quieres hablar? -La sonrisa de Kaminari decayó.
Negó con la cabeza.
—Lo siento... No quiero hablar de eso, sólo... Me siento triste y tengo miedo. -Confesó mientras se rodeaba a sí mismo con los brazos.
Hitoshi extendió su brazo y atrajo hacia él a Denki para así envolverlo en abrazo reconfortante.
Kaminari lo dudó un poco antes de corresponder.
—Cuando Eri se siente así yo hago esto y ella se calma, ¿Te sientes mejor? -Preguntó mientras reposaba su mentón en los cabellos del otro.
—¿Me estás comparando con una niña? -Preguntó el rubio con falsa indignación.
Shinsou bufó divertido, haciendo que algunos de los cabellos de Kaminari se movieran ligeramente, causando escalofríos al más bajo.
—¿Acaso no eres como un niño? -Retrucó el pelimorado.
Denki se separó un poco de él para poder observar su rostro y para que Hitoshi notara que estaba haciendo un puchero.
—No soy como un niño Toshi, no digas esas cosas. -Le dijo seriamente, aunque su cara de cachorrito mojado le quitaba la seriedad.
—Sólo te estoy siendo sincero, ¿Acaso no lo ves? Justo ahora pareces un tierno niño, Rayito.
Denki volvió a enterrar su rostro en el pecho del otro para ocultar su sonrojo.
—Eres malo Toshi. -Dijo con una sonrisa. —Gracias... -Murmuró.
—¿Qué debería usar? -Le preguntó Midoriya mientras sacaba múltiples prendas de su mochila.
Habían quedado en ir juntos a la reunión que habían organizado Mina y Uraraka.
—Tal vez éste suéter, con éstos jeans y mis zapatos rojos... -El pecoso se puso a murmurar cosas por lo bajo.
Shinsou estaba echado sobre el suelo de su habitación, ya había terminado de arreglarse hace rato, se había conformado con una simple chaqueta morada y unos jeans azules, aunque no había olvidado de ponerse los accesorios que le había regalado Mei, incluso el anillo.
—Vamos Izuku, ese suéter te quedará genial, usa los jeans rasgados y tus zapatos de siempre, date prisa. -Lo apuró su mejor amigo, el peliverde fue corriendo a cambiarse y volvió algo agitado, con el suéter mal acomodado, aunque eso lo hacía ver más cool por lo que Shinsou no le advirtió.
Las chicas habían decidido pasar el día en un parque encantador, conocido por sus increíbles rampas para skate y su circuito con algunos obstáculos.
Izuku llevaba su skate en una mano, Hitoshi sonrió de lado.
—¿Aún sabes como mantener el equilibrio? Después de todo no los usamos desde niños, no quisiera que te caigas... -Le dijo con falsa preocupación.
Midoriya infló sus mofletes.
—Por supuesto que lo recuerdo, además... -Su frase se atoró en su garganta ya que a tan sólo unos metros se encontraban Bakugo, Kirishima, Kaminari y Todoroki.
¿Hace falta aclarar por quién quedó embobado el pecoso?
El peliverde comenzó a revisar el estado de su ropa y Shinsou se le acercó al oído para susurrar:
—Te ves genial Izuku, lo dejarás babeando. -Midoriya se alejó de él totalmente sonrojado.
—¿Q-qué dices Hitoshi?¡No seas idiota! -Golpeó sin fuerza alguna el hombro del pelimorado y éste no pudo reprimir una carcajada.
Denki nuevamente fue atacado por esa cosita fea llamada «celos» y no pudo evitar fruncir el ceño.
Él se había esmerado en su vestimenta de hoy, una sudadera de colores llamativos que le quedaba algo grande, unos jeans negros que todos aseguraban que le quedaba de infarto y unos tenis cómodos.
Kirishima soltó una carcajada.
—No se pongan celosos chicos, se nota a leguas que solo son amigos. -Kaminari se sorprendió al escuchar hablar en plural al pelirrojo y se giró para notar que Todoroki había puesto una expresión similar a la de él.
Los otros dos llegaron tranquilamente, sin haberse percatado de la conversación que estaban manteniendo.
Midoriya sonrió con timidez y se puso a jugar con la manga de su suéter verde, que casi le tapaba por completo las manos, dejando ver unos pocos centímetros de sus dedos.
—¿Y los demás? -Preguntó el pecoso al notar que faltaban personas.
Los cuatro suspiraron.
—Mina está resfriada y no pudo venir, mi SeroBro es un traidor y se niega a venir si no está su novia. -Explicó Kaminari con un puchero.
—Uraraka dijo que debe ayudar en la tienda de sus padres, Iida se niega a salir con los exámenes tan cerca porque quiere estudiar debidamente y Tsuyu hoy tenía esa cita con Tokoyami. -Terminó de explicar el de ojos heterocromáticos. —Lo dijeron en el grupo. -Dijo mientras levantaba su celular que tenía abierto el chat del Dekusquad.
Bakugo chasqueó la lengua y puso su skate en el suelo.
—De todas formas yo no vine a socializar, probaré el circuito. -Avisó el rubio gruñón.
Kaminari recordó el propósito de esa salida y sonrió.
—Yo creo que mi Kiribro lo haría mejor. -Los ojos rubí de Bakugo parecieron brillar y Kirishima sonrió.
—Tienes razón Kamibro, ¿Quieres enfrentarte a mi Blasty? -Bakugo ni siquiera se tomó el tiempo de responder y se subió a su skate para partir con rapidez. —¡Tramposo! -Exclamó el pelirrojo antes de seguirlo con una velocidad sorprendente.
Denki se giró sonriente a Shinsou y alzó su mano para que chocarán los cinco.
En ese momento ambos se percataron que llevaban los anillos en su dedo anular.
—¡Quiero probar esas rampas! -Kaminari con una mano tomó su skate y la otra la entrelazó con la del pelimorado. —¿Vamos Midoriya?
El pecoso asintió con alegría y los cuatro se acercaron al dichoso lugar.
Izuku extendió una manta sobre el césped y dejó su mochila allí para luego correr tras Kaminari, quien ya se encontraba probando distintos trucos.
Los dos estuvieron así por un buen rato, siendo observados por Shinsou y Todoroki, quienes a la vez charlaban con tranquilidad de temas triviales.
Denki intentaba mostrarle al pecoso como hacer un movimiento cuando éste llevó una mano a su boca y murmuró algo por lo bajo.
—¡Todoroki, ven aquí! -Le dijo con una sonrisa el peliverde.
El bicolor se acercó con intriga.
—¿Sabes montar un skate? -Preguntó el más bajo mientras se acercaba a él.
—Nunca lo intenté. -Confesó el de ojos heterocromáticos.
—¡Yo te enseño, ven! -Se bajó de su skate y los llevó a un lugar apartado y llano para poder explicarle el proceso.
Kaminari se encogió de hombros y siguió disfrutando.
Un chico se acercó a él, era bastante atractivo, alto, musculoso, sonrisa encantadora, ojos verdes y cabellos negros.
—¡Hola! No pude evitar verte, lo haces de maravilla además de talentoso eres hermoso. -Le dijo con coquetería.
A Kaminari podría haberle gustado ese chico, en otros tiempos, porque ahora sólo quería verse genial para Shinsou.
—¿Gracias? -Contestó con incomodidad.
El chico sonrió y se acercó aún más a él.
—Me llamo Ian, estoy de vacaciones aquí y estaba pensando...
—¡Kaminari! -El rubio dejó de escuchar al tal Ian y se giró hacia quien lo llamaba, Shinsou, que le hacía señas para que se acercara.
—Uh... Lo siento, me llaman. -Le dijo antes de ir hacia su amado crush, por supuesto que lo hizo saltando una rampa de forma genial con su skate.
Aunque calculó mal la velocidad y terminó frenando demasiado cerca del pelimorado, con la altura extra que le otorgaba el skate apenas se llevaban unos pocos centímetros.
—Shinsou, ¿Qué pasa? -Preguntó con una pequeña sonrisa.
El chico puso sus manos dentro del bolsillo de su jean y ladeó su cabeza.
—Yo... Vi que ese chico parecía molestarte y... -Carraspeó un poco, algo sonrojado.
Denki no quería darse ilusiones, pero vamos ¿Cómo evitarlo en aquella situación?
Hitoshi alzó la vista y frunció el ceño al ver que aquel extraño se les estaba acercando con una sonrisa y sus ojos fijos en el rubio, quien aún no lo había visto.
Él no quería que se acercara al de ojos dorados, quería detenerlo pero no sabía cómo.
Hizo lo primero que le vino a la mente.
Inclinó su cabeza hasta estar a su altura y unió sus labios de forma lenta.
Los niveles de ilusión de Kaminari se elevaron peligrosamente.
Tardó algunos segundos en reaccionar, el pelimorado se disponía a alejarse, pero Denki no se lo iba a permitir, tomó con fuerza la chaqueta de Hitoshi y volvió a unir sus labios, esta vez correspondiendo con rapidez.
Shinsou no sabía qué hacer, se mantuvo quieto hasta que el rubio mordió con suavidad su labio inferior y el pelimorado finalmente abrió la boca, profundizando el beso.
Ian, a tan sólo unos metros de distancia, jadeó.
—Es la segunda vez en el día en que me rechazan, mejor me voy al circuito. -Dijo para si mismo mientras montaba su skate y se iba ceñudo.
Pero Denki y Hitoshi no lo notaron, siguieron ensimismados en ese beso inesperado.
Shinsou rodeó la cintura del rubio para atraerlo más, Kaminari bajó de su skate y pasó sus brazos por los hombros del más alto.
Todo iba bien, pero por supuesto que no iban a poder estar tranquilos por mucho tiempo.
—¡Uraraka qué haces aquí! -Gritó Midoriya.
Los dos se separaron con rapidez para encontrarse con el pecoso que salía con rapidez de detrás de un arbusto, totalmente sonrojado, al parecer en algún momento se había quitado el suéter.
—¡Yo no soy Uraraka, te equivocas Deku! -Exclamó la pelimarrón que salía de detrás de otro arbusto con el teléfono en mano.
Todoroki salió del mismo arbusto que el pecoso y parecía que era de lo más interesante el helado en su mano, porque lo observaba totalmente sonrojado.
—¡Te vi Uraraka! -Exclamó con un dedo acusador el peliverde.
Antes de que la chica pueda justificarse Kirishima llegó con una sonrisa en el rostro y se bajó de su skate con felicidad.
—¡Eres un tramposo pelos de mierda! -Gritó un muy furioso Bakugo que se acercó a ellos con rapidez.
El pelirrojo rió con ganas.
—¡Lo conseguimos Uraraka! -Exclamó Mina mientras agitaba su teléfono con alegría, pero se detuvo abruptamente cuando notó a los chicos frente a ella. —¿Te descubrieron?¿Por qué Kami y Shinsou están abrazados?
Los recién nombrados se soltaron con rapidez.
—¿De qué hablan? -Preguntó Denki mientras ladeaba la cabeza, confundido. —¿El plan funcionó?
—¿Sabías del plan? -Dijeron al unísono Kirishima y Midoriya.
—¿Kirishima lo sabía? Eso nos hubiese ahorrado mucho, les decíamos a él y a Bakugo que salieran en una cita y listo. -Dijo el rubio mientras se cruzaba de brazos.
Bakugo chasqueó la lengua.
—¿Qué dices Pikachu? Nosotros vinimos para ayudar a Deku y al bastardo mitad y mitad.
Izuku frunció el ceño.
—Pero si nosotros vinimos por Hitoshi y Kaminari, para que pasen un tiempo a solas... -Les dijo el peliverde.
Los seis se giraron hacia las dos chicas que habían comenzado a retroceder con lentitud, listas para huir.
—Conservemos la calma... Verán, en realidad no es una mentira... -Comenzó a explicar Uraraka.
—Sólo le ocultamos una cosita pequeña... En realidad queríamos ayudarlos a todos ¿Y verdad que funcionó? -Les preguntó con una sonrisa inocente.
Sorprendentemente, Bakugo y Midoriya actuaron a la par cuando comenzaron a correr hacia ellas, las dos chicas huyeron entre risas.
—¡Excelente trabajo Mina! -Exclamó Uraraka mientras chocaban los cinco en plena huida.
Kirishima soltó una carcajada, se echó sobre la manta y de algún lado sacó unas papas que comenzó a devorar con emoción.
Todoroki se sentó a su lado y miraba atento su teléfono que estaba recibiendo muchos mensajes.
Denki se giró hacia Hitoshi con una sonrisa.
—Entonces... -Su frase se vió interrumpida por la llegada de un mensaje, lo sacó con curiosidad.
Número desconocido
Hola hijo, soy yo, tu padre.
Quería verte.
Necesito verte.
¿Estás libre?
Te extrañé mi pequeño.
Kaminari tragó saliva y bloqueó con rapidez su teléfono, con un ligero temblor.
—Y-yo... Tengo que irme. -Murmuró con rapidez mientras se colgaba la mochila al hombro y tomaba su skate. —Hablamos después. -Le dedicó una sonrisa forzada a todos y comenzó a caminar apresurado.
Quería llamar a Mei.
Kirishima se preocupó.
—Por favor, ve tras él Shinsou, algo le pasa. -Pidió el pelirrojo. —Yo les aviso a los demás.
Hitoshi lo dudó un momento antes de tomar su propia mochila y comenzar a trotar en la dirección en la que se había ido el rubio.
Lo encontró sentado en un banco de la parada de autobuses, con la cabeza gacha.
Shinsou no sabía cómo consolar a las personas correctamente, con las únicas personas que lo lograba eran Eri e Izuku.
Se sentó a su lado.
—¿Aún no quieres hablar de eso? -Preguntó con una voz suave.
Las manos del rubio temblaron ligeramente y negó con la cabeza.
—¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte? Realmente me preocupas, a todos.
Kaminari relamió sus labios antes de hablar.
—Yo... ¿Puedes abrazarme otra vez? -Preguntó con timidez.
Como respuesta, Hitoshi abrió sus brazos, listo para recibirlo, el chico se lanzó entre ellos con rapidez y enterró su rostro en el pecho del más alto, quedando así casi sobre su regazo.
Shinsou no dijo nada cuando Denki comenzó a llorar en silencio, tratando en vano de no hipar, simplemente acarició sus cabellos tiernamente.
—Estoy aquí, no te preocupes. -Le susurró.
En algún momento Kaminari se quedó dormido en el pecho de Shinsou.
Mei vino a buscarlo cuando el pelimorado la llamó y juntos lo subieron con cuidado en el asiento trasero.
—¿Quieres que te lleve? -Le preguntó la rubia, tenía un cigarrillo prendido entre los dedos y también se veía bastante nerviosa.
—No hace falta, vayan a casa y descansen, los dos. -Mei sonrió de lado.
—Eres un buen chico Shinsou, gracias. -Le dijo antes de depositar un beso en la mejilla del chico y subir en el asiento de piloto. —Debe visitarnos mañana, sé que ayudas a Rayito con los estudios y la próxima semana empiezan los exámenes, realmente te necesitamos. -Le dijo con una sonrisa. —Iré a recogerte a la tarde en tu casa y te quedarás a cenar.
Mei le tiró un beso y arrancó el auto, sin esperar a que Shinsou responda.
No es como si el fuese a negarse de todas formas.
Feliz añoooooo
Acá un regalo para iniciar el año con besis
Lxs amo gracias por el apoyo <3
Que tengan un excelente inicio de año
Darkness se va a emborrachar, bye
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